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Charla «El insecto que excrementa dulces – George Zaidan» de TED-Ed en español.
Ver la lección completa en https://ed.ted.com/lessons/the-bug-that-poops-candy-george-zaidan
Los pulgones pueden reproducirse increíblemente rápido: pueden crear 20 nuevas generaciones en una sola temporada. Y eso significa mucho excremento. Algunas poblaciones de áfidos pueden producir cientos de kilogramos de excremento por hectárea, lo que los convierte en algunos de los excrementos más prolíficos del planeta. Conocemos esta caca como el líquido dulce y almibarado llamado melazo. George Zaidan explora la vida maravillosamente extraña de un pulgón.
Lección de George Zaidan, dirección de Hype CG.
- Autor/a de la charla: George Zaidan
- Fecha de grabación: 2020-04-14
- Fecha de publicación: 2020-04-14
- Duración de «El insecto que excrementa dulces – George Zaidan»: 263 segundos
Traducción de «El insecto que excrementa dulces – George Zaidan» en español.
Esta es Mabel.
Mabel es un pulgón, un pequeño insecto del orden de las cigarras, las chinches, los ácaros.
Todos estos insectos perforan a sus presas para succionar fluidos vitales.
Las presas de los pulgones son las plantas.
Los pulgones buscan algo que se encuentra dentro de la planta, y que fluye por tubos de células que van de extremo a extremo.
Son los tubos cribosos y juntos forman el sistema de canalización para el recurso más valioso de una planta: la savia.
La savia se compone principalmente de agua y azúcar.
Ciertas savias contienen tanta azúcar por litro como una lata de refresco.
La fotosíntesis constantemente produce azúcar.
Puedes pensarlo como una «bomba» química que genera una presión increíblemente alta — hasta 9 veces la de un neumático — en los tubos cribosos.
Para alimentarse, Mabel usa su estilete, que es una aguja larga y flexible.
Lentamente, lo inserta en el tejido entre las células de la planta, hasta que perfora uno de esos tubos cribosos.
Dado que la savia está bajo tanta presión, Mabel ni siquiera tiene que succionar la savia de la planta.
Simplemente abre una válvula en su cabeza y deja que la presión empuje la savia a su sistema digestivo.
Volveremos a la excreción pero, por ahora, notemos que las plantas no quieren pinchazos ni sorbidos.
Por eso intentan defenderse.
Una defensa es la savia misma.
Para ver cómo funciona eso, enganchemos hipotéticamente el tracto digestivo de algún otro insecto a un flujo constante de savia.
Cuando la savia toca las células del insecto, su alto contenido de azúcar hace que el agua de las células salga por ósmosis…
de la misma forma que la sal hace que salga el agua de una babosa.
Cuanta más savia pasa por el insecto, más agua pierde.
Finalmente, se seca y muere.
El intestino de Mabel, sin embargo, está lleno de una enzima llamada sacarasa que toma dos moléculas de sacarosa y las convierte en una molécula de fructosa y una de…
esta tri-estructura de azúcar.
Mabel quema la fructosa para obtener energía, dejando la tri-estructura de azúcar.
¿Cómo la ayuda esto a Mabel? Cuantas más moléculas de azúcar se disuelven en la savia, más agua puede salir de las células de Mabel.
Al reducir la cantidad de moléculas de azúcar en la savia, Mabel reduce su capacidad de succionar agua de sus células.
Savia neutralizada.
Eso significa que Mabel puede alimentarse durante días, obteniendo toda la energía que necesita para reproducirse.
Algunas especies de pulgones tienen un ciclo de vida increíble.
Por ejemplo, el pulgón verde del durazno.
Durante el otoño, machos y hembras se aparean, y las hembras ponen huevos.
En primavera, al eclosionar los huevos, las ninfas que emergen son hembras.
Cuando esas hembras alcanzan la madurez, no ponen huevos.
En cambio, se clonan directamente para producir descendencia.
Entonces, estos áfidos hembra tienen dos generaciones de clones bebés en gestación dentro de sí al mismo tiempo.
Los científicos lo denominan desarrollo telescópico.
Eso significa que los pulgones pueden producir descendencia más rápidamente.
Puede haber 20 generaciones en una sola temporada, y eso implica muchas heces de pulgón.
Mabel puede producir heces equivalentes a su peso cada dos horas.
Esto la convierte en la criatura que produce más heces en el planeta.
Algunas poblaciones de áfidos pueden producir cientos de kilos de heces por hectárea.
Las heces del pulgón no se parecen a las humanas.
Químicamente, no es tan diferente de la savia; es un líquido incoloro claro, dulce y almibarado Puede que lo conozcan por varios nombres: melazo.
A otras especies les encanta el melazo.
A algunas especies de hormigas les gusta tanto que actúan como «pastoras» y defienden colonias enteras de pulgones.
A cambio, las hormigas obtienen un suministro constante de dulce melazo, que pueden beber directamente de las colillas de los pulgones.
¡Hasta el fondo! A los humanos nos encanta el melazo, también.
Varias tribus nativas americanas solían cosecharlo de cañas altas para hacer tortas.
Y algunas especies de abejas hacen miel con el melazo, que luego los humanos cosechamos y comemos.
Entonces, las plantas hacen la savia, los pulgones la comen y la expulsan, las abejas las regurgitan, los humanos las cosechamos y disolvemos en una taza de té Earl Grey.
https://www.ted.com/talks/george_zaidan_the_bug_that_poops_candy/