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El mito irlandés de la Calzada del Gigante – Charla TED-Ed

Charla «El mito irlandés de la Calzada del Gigante» de TED-Ed en español.

Ver la lección completa en https://ed.ted.com/lessons/the-irish-myth-of-the-giant-s-causeway-iseult-gillespie

En la costa del norte de Irlanda, se adentra en el océano una extensa meseta de bloques y columnas de basalto llamada «Calzada del Gigante». La explicación científica es que esta formación surge de la lava derretida que se contrajo y se fracturó al enfriarse después de una erupción volcánica. Pero existe un antiguo mito irlandés que ofrece otra versión. Iseult Gillespie nos cuenta el mito de la Calzada del Gigante.

Lección de Iseult Gillespie; animación de Dylan Glynn.

  • Autor/a de la charla: Iseult Gillespie
  • Fecha de grabación: 2018-06-12
  • Fecha de publicación: 2018-06-12
  • Duración de «El mito irlandés de la Calzada del Gigante»: 223 segundos

 

Traducción de «El mito irlandés de la Calzada del Gigante» en español.

En la costa del norte de Irlanda hay una extensa meseta de bloques y columnas de basalto, llamada «Calzada del Gigante», que se adentra en el océano.

La explicación científica es que esta formación se originó a partir de la lava derretida que se contrajo y se fracturó al enfriarse después de una erupción volcánica.

Pero un antiguo mito irlandés cuenta una versión distinta.

Según la leyenda, el gigante Finn MacCool vivía feliz en la costa norte de Atrim con su esposa Oonagh.

Lo único que los perturbaba eran las burlas y amenazas del gigante Benandonner, o el hombre rojo, que vivía al otro lado del mar en Escocia.

Ambos se proferían insultos y se arrojaban rocas, exhibiendo un impresionante despliegue de fuerzas.

Una vez, Finn tomó un enorme bloque de tierra y se lo lanzó a su rival, pero no llegó a destino, cayó al mar y se transformó en la Isla de Man, y el cráter que se formó en esa masa de tierra se llenó de agua, originándose así el lago Neagh.

Los gigantes siguieron con su contienda de agravios, hasta que un día Benandonner desafió a Finn a luchar cara a cara.

Para ello, el gigante irlandés arrojó rocas al mar para formar un camino de piedras que lo uniera con la costa escocesa.

Finn se lanzó a cruzar, presa de un ataque de ira.

Cuando ya se divisaba la costa escocesa, distinguió la figura de Benandonner a la distancia.

El cuerpo de Finn era de considerables dimensiones, pero al ver a su colosal enemigo acercarse furiosamente, se acobardó.

Con solo ver el ancho cuello y los pesados puños del rival, Finn emprendió el regreso, presuroso.

Ya en su hogar y ante la inminente llegada de Benandonner, Finn describió a Oonagh, tembloroso, las imponentes dimensiones del enemigo.

Sabían que un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con Benandonner sería su fin.

Oonagh urdió entonces un astuto plan: era necesario crear la ilusión de que el cuerpo de Finn tuviera colosales dimensiones y a la vez se lo mantuviera oculto.

Cuando Benandonner ya terminaba de cruzar el camino de rocas, Oonagh puso a su marido en una enorme cuna.

Arropado como si fuera un inmenso bebé, Finn permaneció quieto en su lugar, hasta que Benandonner golpeó a la puerta.

La casa se sacudió al entrar el gigante.

Ooonagh le advirtió a la iracunda visita que su esposo no se encontraba allí, y lo invitó a tomar asiento y a servirse comida mientras lo esperaba.

Cuando Benandonner se abalanzó sobre los panes que ella le ofreció, lanzó un grito de dolor, pues la daga que Onnagh había escondido en la comida le destrozó la dentadura.

Le dijo que ese era el pan favorito de Finn, sembrando una semilla de duda en la mente de Benandonner sobre su capacidad para enfrentar al rival.

Cuando Finn lanzó un chillido de la cuna, Benandonner puso su atención en el inmenso bebé que estaba en el rincón.

Eran tan impresionante la talla del niño cubierto bajo la pila de mantas, que Benandonner se estremeció de solo imaginar las dimensiones del padre.

Decidió que era mejor no averiguarlo.

En la huida, Benandonner rompió las rocas que unían las orillas, destruyendo así el camino.

Solo quedaron en pie dos formaciones rocosas idénticas: una en la costa norte de Antrim en Irlanda y otra en la gruta de Fingal en Escocia, al otro lado del mar.

https://www.ted.com/talks/iseult_gillespie_the_irish_myth_of_the_giant_s_causeway/

 

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