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El paso del tiempo inmortalizado en una sola foto – Charla TED2016

Charla «El paso del tiempo inmortalizado en una sola foto» de TED2016 en español.

El fotógrafo Stephen Wilkes crea impresionantes composiciones paisajísticas durante la transición del día en la noche y explora el continuo espacio-tiempo dentro de la fotografía bidimensional. Viaja con él a lugares emblemáticos como el puente Tournelle en París, El Capitán en el Parque Nacional de Yosemite y un pozo de agua que da vida en el corazón del Serengueti en esta charla que recorre su obra y su proceso creativo.

  • Autor/a de la charla: Stephen Wilkes
  • Fecha de grabación: 2016-02-19
  • Fecha de publicación: 2016-06-03
  • Duración de «El paso del tiempo inmortalizado en una sola foto»: 756 segundos

 

Traducción de «El paso del tiempo inmortalizado en una sola foto» en español.

Es pura pasión lo que me anima a crear fotografías que cuentan historias.

La definición de la fotografía puede ser el registro de un momento singular capturado en una fracción de segundo.

Cada momento o fotografía representa un momento tangible en el tiempo de nuestra memoria.

¿Se sorprenderían si pudieran capturar más que un momento en una fotografía? ¿Qué pasaría si una foto eludiera el tiempo de verdad, reuniendo los mejores momentos del día y la noche perfectamente en una sola imagen? He creado un concepto llamado «del día a la noche» y creo que cambiará la forma de ver el mundo.

Sé que a mí me cambió.

Comienzo fotografiando lugares emblemáticos, lugares que forman parte de nuestra memoria colectiva.

Fotografío desde un punto fijo, privilegiado, y nunca me muevo.

Capturo los momentos fugaces de la humanidad y la luz conforme pasa el tiempo.

Fotografío cualquier lugar unas 15 a 30 horas disparando más de 1500 imágenes, para luego elegir los mejores momentos del día y de la noche.

Uso el tiempo como guía para mezclar a la perfección los mejores momentos en una sola fotografía, para visualizar nuestro viaje consciente en el tiempo.

Puedo llevarles a París para una vista desde el Puente Tournelle o para ver los remeros madrugadores a lo largo del río Sena, y a la vez mostrar Notre Dame brillando en la noche.

Y mientras tanto mostrar el romance en la «Ciudad Luz».

Soy sobre todo un fotógrafo urbano suspendido en el aire a 15 m de altura y cada cosa que ven en esta fotografía realmente sucedió aquel día.

«Del día a la noche» es un proyecto global, y la historia ha estado siempre presente en mi obra.

Me fascina la idea de ir a un lugar como Venecia y realmente verla durante un evento en particular.

Y decidí que quería ver la Regata histórica, un evento que ocurre desde 1498.

Los barcos y los trajes son exactamente como lo eran entonces.

Y un elemento importante que quiero que entiendan es que esto no es un timelapse, sino que soy yo fotografiando durante todo el día y la noche.

Soy un coleccionista incansable de momentos mágicos.

Y lo que me impulsa es el miedo de no perder ninguno.

Todo esto surgió en el año 1996 cuando la revista Life me encargó tomar una fotografía panorámica del reparto y equipo de la película de Baz Luhrmann, «Romeo y Julieta».

Llegué al set y me di cuenta de que aquello era un cuadrado.

Así que la única manera de crear una fotografía panorámica era hacer un collage de 250 imágenes individuales.

Así que pedí a DiCaprio y Claire Danes que se abrazaran.

Mientras moví la cámara a la derecha, para filmar, me di cuenta de que había un espejo en la pared y vi que se reflejaban en ella.

Y en aquel momento y solo para esta imagen, pregunté si no querían besarse.

Y luego regresé a mi estudio en Nueva York, para juntar a mano estas 250 imágenes.

Al terminar, di un paso atrás y ¡caramba! eso era genial.

Cambié el tiempo con solo un disparo.

Esa idea siempre me acompañó durante los últimos 13 años, hasta que la tecnología finalmente hizo mis sueños realidad.

Se trata de una imagen del muelle de Santa Mónica, del día a la noche.

Les mostraré una película para que se hagan una idea de qué significa acompañarme mientras tomo estas fotos.

Para empezar, hay que entender que para obtener vistas como esta, paso la mayor parte del tiempo en lo alto, en alguna plataforma o grúa.

Así que este es mi día típico, donde 12 a 18 horas, sin parar, capturo todo lo que pasa.

Lo que más me encanta es observar a la gente.

Y, créenme, este el mejor asiento para hacerlo.

Pero de hecho es así como tomo estas fotografías.

Así que una vez decididas la vista y la ubicación, tengo que decidir dónde empieza el día y dónde termina la noche.

Y eso es lo que llamo el vector de tiempo.

Einstein describe el tiempo como una tela.

Piensen en la superficie de una cama elástica: se deforma y estira con la gravedad.

Veo el tiempo como una tela también, solo que la aplano y comprimo en un solo plano.

Uno de los aspectos únicos de este trabajo es también — si miran todas mis imágenes — los cambios en el vector del tiempo: a veces se desplaza de izquierda a derecha, a veces de adelante atrás, de arriba abajo, incluso en diagonal.

Estoy explorando el continuo espacio-tiempo dentro de una fotografía estática bidimensional.

Ahora, cuando tomo estas imágenes, son, literalmente, rompecabezas en tiempo real que pasan por mi mente.

Construyo una fotografía basada en el tiempo, y esto es lo que llamo la placa maestra.

Este proceso puede demorar varios meses en completarse.

Lo divertido de este trabajo es que una vez allí arriba tengo cero control sobre cualquiera de los días y fotografías que tomo.

Así que nunca sé quién saldrá en la foto, si un gran amanecer o atardecer; ningún control.

Es al final del proceso, si he tenido un gran día y todo sigue siendo lo mismo, cuando decido quién se queda y quién se va, Y todo se basa en el tiempo.

Uso esos mejores momentos que elegí tras un mes de edición y los mezclo perfectamente en la placa principal.

Comprimo el día y la noche tal y como los vi, creando una armonía única entre estos dos mundos muy dispares.

La pintura siempre ha influido mucho todo mi trabajo y siempre he sido un gran fan de Albert Bierstadt, el gran pintor de la escuela del Río Hudson.

Fue mi inspiración en una serie reciente que hice sobre los parques nacionales.

Este es el valle de Yosemite pintado por Bierstadt.

Y esta es la fotografía que creé de Yosemite.

Esta es la historia de la portada de la edición de enero de 2016 de National Geographic.

Esta imagen esconde 30 horas de trabajo y estaba literalmente a un lado de un acantilado, fotografiando las estrellas y la luna mientras pasaban, con la luz de la luna iluminando El Capitán.

También esta transición del tiempo por encima del paisaje.

La mejor parte es, por supuesto, ver los momentos mágicos de la humanidad mientras el tiempo cambia del día a la noche.

Y, como nota personal, tuve una fotocopia del cuadro de Bierstadt en el bolsillo.

Mientras el sol iluminaba el valle, yo temblaba de emoción porque miré el cuadro y pensé: «¡Dios mío, tengo exactamente la misma luz que Bierstadt hace 100 años!» Del día a la noche trata de todas las cosas, es como una recopilación de todas las cosas que amo acerca de la fotografía.

Se trata de paisaje, fotografía urbana, se trata de color, de arquitectura, de perspectiva, de escala, y, sobre todo, de historia.

Este es uno de los momentos más históricos que pude fotografiar; la toma de posesión de Barack Obama en 2013.

Y si miramos bien en esta foto, podemos ver cómo cambia el tiempo en estas grandes pantallas.

Podemos ver a Michelle esperando con los niños, al presidente saludando a la multitud, tomando su juramento, y ahora hablando a la gente.

Hay muchos aspectos desafiantes cuando se crean fotografías como esta.

En este caso en particular, estaba en un elevador tijera no muy estable y suspendido a 15 metros en el aire.

Por lo tanto, cada vez que mi asistente y yo nos movíamos nuestra línea de horizonte cambiaba también.

Así que por cada imagen que se ve — y hubo unas 1800 — ambos tuvimos que encintarnos los pies en posición cada vez que pulsaba el obturador.

(Aplausos) Al hacer este trabajo aprendí cosas extraordinarias.

Creo que los dos más importantes son la paciencia y el poder de observación.

Cuando se fotografía una ciudad como Nueva York desde arriba, se descubre que esas personas dentro de estos autos con quienes se vive todos los días, no parecen solo gente dentro de unos autos sino más bien un gran banco de peces, una forma de comportamiento emergente.

Y cuando la gente describe la energía de Nueva York, creo que eso puede vislumbrarse en esta fotografía.

Al observar mi trabajo más de cerca, pueden verse las historias que lo forman, uno se da cuenta de que Times Square es un cañón, es sombra y es luz natural.

Decidí, en esta fotografía, usar el tiempo como tablero de ajedrez.

Donde quiera que estén las sombras, es de noche, y donde quiera que esté el sol, es de día.

El tiempo es esta cosa extraordinaria que nunca podemos realmente comprender del todo.

Pero de una manera muy singular y especial, creo que estas fotografías pueden poner una cara al tiempo.

Son la expresión de una nueva realidad visual metafísica.

Cuando pasas 15 horas mirando a un lugar, ves las cosas un tanto diferente que si hubieras acabado de llegar con tu cámara, tomar una foto y luego te marchas.

Este fue el ejemplo perfecto.

Lo llamo la selfie de «Sacré Coeur».

Más de 15 horas observé a todas estas personas que ni siquiera miraron al Sacré Coeur.

Estaban más interesados en usarlo como telón de fondo.

Se acercaban, tomaban una foto, y luego se alejaban.

Y me pareció un ejemplo absolutamente extraordinario de la poderosa desconexión entre lo que creemos que es la experiencia humana frente a lo que de hecho ha llegado a ser.

El acto de compartir se ha vuelto de repente más importante que la experiencia misma.

(Aplausos) Y, por último, mi imagen más reciente, que tiene un significado especial para mí: el Parque Nacional del Serengueti, en Tanzania.

Y esta fotografía se tomó en medio de la Seronera, que no es una reserva.

Fui específicamente durante la temporada alta de migración con la esperanza de capturar la más diversa gama animal.

Por desgracia, cuando llegamos allí, nos encontramos con una época de sequía, que duró más de 5 semanas.

Así que todos los animales se sintieron atraídos por el agua.

Encontré este pozo de agua y sentí que si todo seguía igual, tenía realmente una gran oportunidad de capturar algo único.

Pasamos 3 días estudiándolo, y aún así no estuve preparado para lo que encontré durante el rodaje.

Fotografié durante 26 horas, camuflado en un refugio de caza de cocodrilos a 5 metros de altura.

Lo que vi fue inimaginable.

Francamente, fue algo bíblico.

Vimos, durante 26 horas, todas estas especies competitivas compartir un único recurso llamado agua.

El mismo recurso que se supone que traerá guerras entre los humanos durante los próximos 50 años.

Los animales ni siquiera gruñían el uno al otro.

Parecen entender algo que los humanos no logramos entender.

Que este recurso precioso llamado agua es algo que todos tenemos que compartir.

Cuando creé esta imagen, me di cuenta de que Del día a la noche es realmente una nueva forma de ver cómo se comprime el tiempo, cómo se explora el continuo espacio-tiempo dentro de una fotografía.

A medida que la tecnología evolucione junto con la fotografía, las fotografías no solo comunicarán un significado más profundo del tiempo y la memoria sino que serán parte de una nueva narrativa de historias no contadas, creando así una ventana eterna hacia nuestro mundo.

Gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/stephen_wilkes_the_passing_of_time_caught_in_a_single_photo/

 

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