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Charla «¿El secreto de las grandes oportunidades? La persona que aún no conoces» de TEDxOhioStateUniversity en español.
A menudo nos encontramos atrapados en un estrecho círculo social con personas similares. ¿Qué hábitos nos confinan y cómo podemos romperlos? La psicóloga organizacional Tanya Menon considera cómo podemos ser más intencionales para expandir nuestros universos sociales y cómo puede conducirnos a nuevas ideas y oportunidades.
- Autor/a de la charla: Tanya Menon
- Fecha de grabación: 2017-03-25
- Fecha de publicación: 2018-02-16
- Duración de «¿El secreto de las grandes oportunidades? La persona que aún no conoces»: 846 segundos
Traducción de «¿El secreto de las grandes oportunidades? La persona que aún no conoces» en español.
Empecé a impartir clase a estudiantes de MBA hace 17 años.
A veces me encuentro con mis alumnos años después.
Y cuando me encuentro con ellos, sucede algo gracioso.
No recuerdo solo sus caras; también recuerdo exactamente en qué lugar del aula estaban sentados.
Y recuerdo también con quién estaban sentados.
Esto no se debe a que tenga superpoderes especiales de memoria.
La razón por la que puedo recordarlos es porque son criaturas de costumbres.
Están sentados con sus personas favoritas en sus asientos favoritos.
Encuentran a sus gemelos, se quedan con ellos durante todo el año.
El peligro de esto para mis estudiantes es que corren el riesgo de salir de la universidad con solo unas pocas personas que son exactamente como ellos.
Van a desperdiciar la oportunidad de un círculo social internacional y diverso.
¿Cómo puede sucederles esto?
Mis alumnos son de mente abierta.
Llegan a la facultad de negocios precisamente para tener excelentes redes.
Todos socialmente nos ajustamos en nuestras vidas, escuelas, en el trabajo, y desearía que pensaran en esto.
¿Cuántos de Uds.
trajeron a un amigo para esta charla?
Quiero que miren un momento a su amigo.
¿Es de la misma nacionalidad suya?
¿Es del mismo sexo suyo?
¿Es de la misma raza?
Mírenlo detenidamente.
¿No se parece a Ud.
también?
(Risas)
Las personas musculosas están juntas, y las personas con los mismos peinados y las camisas a cuadros.
Todos hacemos esto en la vida.
Todos lo hacemos y, de hecho, no hay nada de malo en esto.
Nos hace sentir cómodos el estar cerca de personas que son similares.
El problema es cuando estamos en un precipicio,
¿verdad?
Cuando tenemos problemas, cuando necesitamos nuevas ideas, cuando necesitamos nuevos trabajos, cuando necesitamos nuevos recursos, ahí es cuando realmente pagamos un precio por vivir en una camarilla.
Mark Granovetter, el sociólogo, escribió un famoso artículo, «La fuerza de los lazos débiles» y lo que hizo para este artículo es preguntar a personas cómo consiguieron sus trabajos.
Y aprendió que la mayoría de las personas no obtienen empleo a través de sus fuertes lazos, padre, madre o pareja.
Obtienen sus empleos mediante lazos débiles, personas que acaban de conocer.
Y, si piensan cuál es el problema con sus fuertes lazos, piensen en tu pareja, por ejemplo.
El círculo social es redundante.
Todos aquellos que ellos conocen, ya los conocen Uds.
O espero que los conozcan.
Sus lazos débiles, personas que acaban de conocer hoy, son su boleto a un mundo social completamente nuevo.
Tenemos este increíble boleto para viajar por nuestros mundos sociales, pero no lo usamos muy bien.
A veces nos quedamos muy cerca de casa.
Y hoy, de lo que quiero hablar es de esos hábitos que mantienen a los seres humanos tan cerca de casa, y cómo podemos ser un poco más intencionales navegando por nuestro universo social.
Veamos la primera estrategia.
La primera estrategia es usar un motor de búsqueda social más imperfecto.
Lo que quiero decir con un buscador social es cómo buscar y filtrar a sus amigos.
Y la gente siempre me dice, «Quiero tener suerte a través de la red.
Quiero conseguir un nuevo trabajo.
Quiero tener una gran oportunidad».
Y digo: «Bueno, eso es realmente difícil, porque tus redes son fundamentalmente predecibles».
Tracen su sendero diario habitual, y lo que probablemente descubran es que uno empieza en casa, va a la escuela o al lugar de trabajo, uno usa quizá la misma escalera o ascensor, uno va al baño, al mismo baño, y al mismo lugar en ese baño, uno termina en el gimnasio, y vuelve a casa.
Son como paradas en un horario de trenes.
Es así de predecible.
Es eficiente, pero el problema es que uno ve exactamente las mismas personas.
Hagan que su círculo social sea un poco más ineficiente.
Vayan a un baño en un piso diferente.
Se encontrarán con una red de personas completamente nuevas.
Otro aspecto es cómo nos estamos filtrando.
Y lo hacemos automáticamente.
Cuando conocemos a alguien, lo miramos, lo encontramos, inicialmente pensamos, «Eres interesante».
«No eres interesante».
«Eres relevante».
Hacemos esto automáticamente.
No podemos evitarlo.
Y a lo que les quiero animar, es a luchar contra sus filtros.
Quiero que echen un vistazo a esta sala, y que identifiquen a la persona menos interesante que vean, y quiero que se contacten con ella durante la próxima pausa para el café.
Y quiero que vayan más allá.
Quiero también que encuentren a la persona más irritante que vean y que se conecten con ella.
Lo que hacen con este ejercicio es forzar para ver lo que no quieren ver, para conectarse con quien no quieren conectarse, para ampliar su mundo social.
Para verdaderamente ampliar, lo que tenemos que hacer es luchar contra nuestro sentido de elección.
Hay que luchar contra nuestras elecciones.
Y mis estudiantes odian esto, pero
¿saben lo que hago?
No les dejo sentarse en sus asientos favoritos.
Los muevo de un asiento a otro.
Los obligo a trabajar con diferentes personas y hay más golpes accidentales en la red donde las personas tienen la oportunidad de conectarse entre sí.
Y estudiamos este tipo de intervención en la Universidad de Harvard.
En Harvard, cuando observamos a los grupos residentes alojados, hay grupos de alojados para estudiantes de primer año, y ellos no eligen a los compañeros de cuarto.
Son de razas y etnias diferentes.
Tal vez las personas primero se sienten incómodas con esos compañeros de cuarto, pero lo sorprendente es que al final del año con esos estudiantes, son capaces de superar esa incomodidad inicial.
Pueden encontrar elementos comunes de nivel profundo con las personas.
Lo que quiero que entiendan no es simplemente «llevar a alguien al café».
Es un poco más sutil.
Es «ir a la sala de café».
Cuando los investigadores hablan de centros sociales, lo que hace que un centro social sea tan especial es que uno no puede elegir; no se puede predecir con quién se encontrará uno en ese lugar.
Y así con estos centros sociales, la paradoja es, curiosamente, para obtener aleatoriedad, se requiere, en realidad, algo de planificación.
En una universidad en la que trabajé, había una sala de correo en cada piso.
Lo que eso significa es que las únicas personas que se encontraban eran aquellos que están realmente en ese piso y que se encontraban de todos modos.
En otra universidad donde trabajé, solo había una sala de correo, así que toda la facultad de todo ese edificio se encontraba en ese centro social.
Un simple cambio en la planificación, marca una gran diferencia en el tráfico de personas y los encuentros accidentales en la red.
Aquí va mi pregunta para Uds.:
¿Qué hacen Uds.
que les separa de sus hábitos sociales?
¿Cuáles son los lugares donde reciben la inyección de diversidad impredecible?
Y mis alumnos me dan algunos ejemplos maravillosos.
Me dicen cuándo hacen partidos de baloncesto, o mi ejemplo favorito es, cuando van a un parque para perros.
Me dicen que es incluso mejor que las citas en Internet.
En lo que quiero que piensen es que tenemos que luchar contra nuestros filtros.
Tenemos que hacernos un poco más ineficientes, y al hacerlo, estamos creando un motor de búsqueda social impreciso.
Y creamos esa aleatoriedad, esa suerte que nos hará ampliar nuestros viajes, por el universo social.
Pero, de hecho, hay más que eso.
A veces nos compramos un boleto de segunda clase para viajar por nuestro universo social.
No somos valientes cuando nos acercamos a las personas.
Déjenme darles un ejemplo de eso.
Hace unos años, tuve un año muy agitado.
Ese año logré perder un trabajo, Obtuve un trabajo de ensueño en el extranjero y lo acepté, tuve un bebé al siguiente mes y me puse muy enferma.
No pude tomar el trabajo de mis sueños.
Y así en unas pocas semanas, lo que terminó sucediendo fue, que perdí mi identidad como miembro de la facultad, y obtuve una nueva identidad muy estresante como madre.
Lo que también obtuve fue toneladas de consejos de la gente.
Y el consejo que desprecié más que cualquier otro consejo fue, «Debes conectarte con todos».
Cuando tu mundo psicológico se descompone, lo más difícil de hacer es tratar de construir tu mundo social.
Y estudiamos exactamente esta idea en una escala mucho más grande.
Lo que hicimos fue examinar personas de alto y bajo nivel socioeconómico, y las miramos en dos situaciones.
Las miramos primero en una condición de referencia, cuando estaban bastante cómodas.
Y lo que encontramos fue que las personas de nivel socioeconómico más bajo, cuando se sentían cómodas, llegaban a más personas.
Pensaban en más personas.
Y estaban menos limitadas en cómo se movían en su círculo de contactos.
Pensaban en personas más diversas que las personas de estatus social más alto.
Luego les pedimos que pensaran en la posibilidad de perder un trabajo.
Los amenazamos.
Y cuando pensaron en eso, las redes que generaron diferían completamente.
El nivel socioeconómico más bajo alcanza a las personas hacia adentro.
Pensaron en menos personas.
Pensaron en personas menos diversas.
Las personas con el estado socioeconómico más alto pensaba en más personas, pensaban en un círculo más amplio, se estaban posicionando para recuperarse de ese revés.
Consideremos lo que esto realmente significa.
Imaginen que estuvieran espontáneamente sin amigos con todos los de su red de contactos aparte de su mamá, su papá y su perro.
(Risas)
Esto es esencialmente lo que estamos haciendo en estos momentos cuando más necesitamos nuestras redes.
Vean, esto es lo que hacemos.
Nos lo hacemos a nosotros mismos.
Estamos comprimiendo mentalmente nuestras redes cuando estamos siendo acosados, cuando estamos siendo intimidados, cuando nos amenazan con perder un trabajo, cuando nos sentimos deprimidos y débiles.
Nos encerrando en nosotros mismos, aislándonos, creando un punto ciego donde realmente no vemos nuestros recursos.
No vemos a nuestros aliados, no vemos nuestras oportunidades.
¿Cómo podemos superar esto?
Dos estrategias simples.
Una estrategia es simplemente mirar su lista de amigos de Facebook y amigos de LinkedIn solo para recordar a la gente que está allí más allá de los que automáticamente vienen a la mente.
Y en nuestra propia investigación, una de las cosas que hicimos fue, considerar la investigación de Claude Steele sobre la autoafirmación: simplemente pensando en los propios valores, en la creación de redes desde un lugar de fuerza.
Lo que Leigh Thompson, Hoon-Seok Choi y yo pudimos encontrar es que las personas que se habían afirmado primero fueron capaces de aceptar consejos de personas por quienes de otra forma se sentirían amenazados.
Aquí un último ejercicio.
Quiero que busquen en su correo electrónico, y quiero que piensen en la última vez que pidieron un favor a alguien.
Y quiero que recuerden el lenguaje que usaron.
Dijeron cosas como, «Oh, eres un gran recurso», o «Te debo una», «Estoy en duda contigo».
Todo este lenguaje representa una metáfora.
Es una metáfora de la economía, de un balance, de contabilidad, de transacciones.
Y al pensar en las relaciones humanas de forma transaccional, es fundamentalmente incómodo para nosotros como seres humanos.
Debemos pensar en las relaciones humanas y llegar a las personas de maneras más humanas.
Aquí hay una idea de cómo hacerlo.
Mire palabras como «por favor», «gracias», «de nada» en otros idiomas.
Miren la traducción literal de estas palabras.
Cada una de estas palabras nos ayuda a visualizarnos a otras personas en nuestras redes sociales.
Y, la palabra «gracias» si lo miras en español, italiano, francés, «gracias», «grazie», «merci» en francés.
Cada uno de ellas es «gracia» y «misericordia».
Son palabras piadosas.
No hay nada económico o transaccional sobre esas palabras.
La palabra «de nada» es interesante.
El gran teórico de la persuasión Robert Cialdini dice tenemos que recuperar nuestros favores.
Debemos enfatizar la transacción un poco más.
Él dice: «No digamos ‘De nada’.
Digamos, ‘Sé que harías lo mismo por mí'».
Pero a veces puede ser útil no pensar de forma transaccional, para eliminar la transacción, para que sea un poco más invisible.
Y, de hecho, en chino, la palabra «bú kè qì» en chino, «De nada», significa, «No seas formal, somos familia.
No precisamos formalidades».
Y «kembali» en indonesio es «Vuelve a mí».
Cuando digan «De nada» la próxima vez, piensen en cómo pueden quizás eliminar la transacción y a cambio fortalecer ese vínculo social.
Tal vez «es genial colaborar» o «Para eso están los amigos».
Quiero que piensen sobre cómo piensan sobre este boleto que tienen para viajar por su universo social.
Aquí hay una metáfora.
Es una metáfora común: «La vida es un viaje».
¿Verdad?
Es un viaje en tren, y eres un pasajero en el tren, y hay ciertas personas contigo.
Ciertas personas suben a este tren, y algunas se quedan contigo, algunas se bajan en diferentes paradas, pueden entrar nuevos.
Me encanta esta metáfora, es hermosa.
Pero quiero que consideren una metáfora diferente.
Esta es pasiva, ser un pasajero en ese tren, y es bastante lineal.
Estás en un destino particular.
¿Por qué no pensar en ti mismo como un átomo chocando contra otros átomos, tal vez transfiriendo energía con ellos, uniéndose a ellos un poco y quizás creando algo nuevo en tus viajes a través del universo social?
Muchas gracias.
Y espero que nos encontremos de nuevo.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/tanya_menon_the_secret_to_great_opportunities_the_person_you_haven_t_met_yet/