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Ellen’t Hoen: el Fondo de Patentes Médicas salva vidas – Charla TEDxZurich 2012

Charla «Ellen’t Hoen: el Fondo de Patentes Médicas salva vidas» de TEDxZurich 2012 en español.

Patentar un nueva medicina ayuda a financiar el inmenso costo de desarrollarla, pero a la vez la patente puede poner los tratamientos avanzados fuera del alcance de los enfermos en los países en desarrollo, un costo mortal. Ellen’ t Hoen habla de una solución elegante al problema: el Fondo de Patentes Médicas. (Filmado en TEDxZurich).

  • Autor/a de la charla: Ellen ‘t Hoen
  • Fecha de grabación: 2012-10-25
  • Fecha de publicación: 2012-12-10
  • Duración de «Ellen’t Hoen: el Fondo de Patentes Médicas salva vidas»: 676 segundos

 

Traducción de «Ellen’t Hoen: el Fondo de Patentes Médicas salva vidas» en español.

En 2002, un grupo de activistas del tratamiento se reunieron para discutir el primitivo desarrollo del avión.

Los hermanos Wright, a comienzos del último siglo, lograron por primera vez hacer que uno de estos aparatos volara.

Lograron también numerosas patentes de las partes esenciales del avión.

No fueron los únicos.

Era una práctica común de la industria y aquellos que poseían patentes de aviones las defendieron ferozmente y demandaron competidores a diestra y siniestra.

Esto no fue nada bueno para el desarrollo de la industria de la aviación y siguió así hasta que el gobierno de EE.UU.

se interesó en aumentar su producción de aviones militares.

Así que hubo algo de conflicto.

El gobierno de EE.UU.

decidió tomar acciones y forzó a los tenedores de estas patentes a que hicieran sus patentes disponibles para compartir con otros para poder producir aviones.

¿Y qué tiene que ver lo uno con lo otro? En 2002, Nelson Otwoma, un científico social keniano, descubrió que tenía VIH y que necesitaba tratamiento.

Le dijeron que no existía cura.

El SIDA, oyó, era mortal y no existía tratamiento.

Esto fue cuando el tratamiento existía en los países ricos.

El SIDA se convirtió en una enfermedad crónica.

Las personas aquí en Europa, y en Norteamérica, podían vivir con VIH, vidas sanas.

No así Nelson.

No era lo suficientemente rico ni su hijo de 3 años, a quien más tarde se le descubrió VIH también.

Nelson decidió volverse activista del tratamiento y unirse con otros grupos.

En 2002 enfrentaron distintas batallas.

Los precios de los antirretrovirales, necesarios para tratar el HIV, costaban cerca de 12 000 dólares por paciente al año.

Las patentes de estas drogas pertenecían a varias farmacéuticas occidentales que no estaban necesariamente interesadas en hacerlas disponibles.

Cuando tienes una patente, puedes impedir a cualquiera hacerla, desde producirla hasta hacer una versión de bajo costo, por ejemplo, disponible de estos medicamentos.

Claramente esto condujo a guerras de patentes por todo el mundo.

Afortunadamente, estas patentes no existían en todas partes.

Había países que no reconocían las patentes de las farmacéuticas, como India, y las compañías farmacéuticas indias comenzaron a producir las llamadas versiones genéricas, copias de bajo costo de antirretrovirales y las hicieron disponibles en el mundo en desarrollo, y en un año el precio bajó de 10 000 dólares por paciente al año a 350 dólares por paciente al año, y hoy ese mismo cóctel triple de píldoras está disponible por 60 dólares por paciente al año, y naturalmente comenzó a tener efectos enormes en el número de personas que pueden acceder a estas medicinas.

Fueron posibles programas de tratamiento, se hizo disponible la financiación, y el número de personas en tratamiento con antirretrovirales comenzó a aumentar rápidamente.

Hoy, 8 millones de personas tienen acceso a antirretrovirales.

34 millones están infectados con VIH.

Nunca ese número ha sido tan alto, pero en realidad son buenas noticias porque significa que las personas dejaron de morir.

Quienes tienen acceso a las medicinas dejaron de morir.

Y hay algo más.

Pararon de transmitir el virus.

Se trata de ciencia reciente que lo ha demostrado.

Lo que significa que tenemos las herramientas para romperle el espinazo a la epidemia.

Así que, ¿cuál es el problema? Bueno, las cosas han cambiado.

Primero, las normas cambiaron.

Hoy, todos los países están obligados a dar a las farmacéuticas patentes que duran al menos 20 años.

Esto es resultado de las normas de propiedad intelectual de la Organización Mundial del Comercio.

Así que lo que hizo India ya no es posible.

Segundo, las prácticas de patentes cambiaron.

Aquí ven las prácticas de patentes anteriores a la Organización Mundial del Comercio, antes de 1995, antes de los antirretrovirales.

Esto es lo que se ve hoy, y esto es en países en desarrollo, lo que significa que, a menos que hagamos algo deliberado, y a menos que lo hagamos ahora, muy pronto afrontaremos otra crisis de precios porque se están desarrollando nuevas drogas, nuevas drogas salen al mercado, pero son medicinas con patente en un mayor amplio rango de países.

Así que a menos que actuemos, a menos que lo hagamos hoy, enfrentaremos lo que algunos han llamado, una bomba de tiempo de tratamiento.

No es solo el número de medicinas patentadas.

Hay algo más que puede realmente atemorizar a las manufactureras genéricas.

Esto muestra el alcance de una patente.

Este es el paisaje de una medicina.

Así que puede imaginar que si fueran una compañía de genéricos decidiendo dónde invertir en el desarrollo de productos, a menos que sepan que las licencias para esas patentes van a estar disponibles probablemente escogerán hacer otra cosa.

Otra vez, se necesita una acción deliberada.

Seguramente si se pudo establecer un fondo de patentes para incrementar la producción de aviones militares, tendríamos que ser capaces de hacer algo similar para frenar la epidemia de VIH/SIDA.

Y lo hicimos.

En 2010, UNITAID estableció el Fondo de Patentes Médicas para VIH.

Y funciona así: Dueños de patente, inventores que desarrollan nuevas medicinas patentan esos inventos, pero hacen que esas patentes estén disponibles para el Fondo de Patentes Médicas.

El Fondo de Patentes Médicas licencia entonces a aquellos que necesitan acceder a esas patentes.

Pueden ser empresas manufactureras de genéricos.

Pueden ser agencias desarrolladoras de medicinas, sin ánimo de lucro, por ejemplo.

Esas manufactureras pueden vender esas medicinas a más bajo costo a personas que necesitan acceder a ellas para programas de tratamiento que necesitan acceder a ellas.

Pagan regalías sobre las ventas al dueño de la patente y así remuneran por compartir la propiedad intelectual.

Hay una diferencia clave con el fondo de patentes de aviones.

El Fondo de Patentes Médicas es un mecanismo voluntario.

Los propietarios de patentes de aviones no tuvieron elección de licenciar o no sus patentes.

Fueron forzados a hacerlo.

Esto es algo que no puede hacer el Fondo de Patentes Médicas.

Este se apoya en la buena voluntad de las farmacéuticas de licenciar sus patentes y hacerlas disponibles a otros para su uso.

Hoy, Nelson Otwoma está sano.

Tiene acceso a medicinas antirretrovirales.

Su hijo cumplirá pronto los 14 años.

Nelson es miembro del grupo consultor de expertos del Fondo de Patentes Médicas, y me decía, no hace mucho: «Ellen, en Kenia y en muchos otros países confiamos en el Fondo de Patentes Médicas para asegurar que la nuevas medicinas estén también disponibles para nosotros, que las nuevas medicinas, sin demora, estén disponibles para nosotros».

Y esto ya no es una fantasía.

De hecho, les daré un ejemplo.

En agosto de este año, la agencia de medicamentos de EE.UU.

aprobó una nueva medicación 4 en 1 para SIDA.

La compañía, Gilead, propietaria de la patente, licenció la propiedad intelectual al Fondo de Patentes Médicas.

El fondo está ya trabajando, dos meses después, con manufactureras genéricas para asegurar que este producto pueda ir al mercado a bajo costo, dónde y cuándo se necesite.

Esto no tiene precedente.

No se había hecho nunca antes.

La norma era una demora de 10 años para que un nuevo producto saliera al mercado en los países en desarrollo, si salía.

No se había hecho nunca antes.

Las expectativas de Nelson son muy altas y muy correctas.

Él y su hijo necesitarán acceso a la nueva generación de antirretrovirales y a la siguiente, por toda su vida, para que él y muchos otros en Kenia y otros países puedan seguir llevando una vida sana, activa.

Nosotros contamos con la buena voluntad de las farmacéuticas para lograr que esto pase.

Contamos con que estas compañías entenderán que es en el interés, no solo el interés de bien global, sino de su propio interés, pasar del conflicto a la colaboración, y a través del Fondo de Patentes Médicas pueden hacerlo.

También pueden elegir no hacerlo, pero aquellas que decidan salirse del camino pueden terminar en una situación similar a la que terminaron los hermanos Wright a comienzos del siglo pasado, enfrentando medidas de fuerza del gobierno.

Así que mejor que lo hagan ahora.

Gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/ellen_t_hoen_pool_medical_patents_save_lives/

 

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