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En la mente de un maestro procrastinador – Charla TED2016

Charla «En la mente de un maestro procrastinador» de TED2016 en español.

Tim Urban sabe que la dilación no tiene sentido, pero que nunca ha sido capaz de librarse de su hábito de esperar hasta el último minuto para hacer las cosas. En esta charla divertida y perspicaz, Urban nos lleva en un viaje a través de atracones de YouTube, festines de Wikipedia y vueltas al mundo a través de una pantalla… y nos invita a preguntarnos qué estamos postergando, antes de que se nos acabe el tiempo.

  • Autor/a de la charla: Tim Urban
  • Fecha de grabación: 2016-02-16
  • Fecha de publicación: 2016-03-15
  • Duración de «En la mente de un maestro procrastinador»: 843 segundos

 

Traducción de «En la mente de un maestro procrastinador» en español.

En la universidad fui especialista en gobierno, lo que significa que escribía muchos artículos.

Cuando un estudiante normal escribe un artículo, puede que difunda el trabajo un poco de este modo.

Ya saben…


(Risas)
uno empieza quizá un poco lento, pero a la semana ya tiene bastante hecho y con dedicarse arduamente los días siguientes, todo queda resuelto, todo civilizado.


(Risas)
Desearía hacerlo de ese modo.

Ese sería el plan.

Me gustaría tener todo listo, pero luego, en la realidad, el artículo avanza y uno como que está así.


(Risas)
Eso pasa con cada artículo.

Pero luego llega la tesis de 90 páginas, un artículo en el que se supone uno pasó un año.

Sabía que para un trabajo así, mi flujo de trabajo normal no era opción.

Era un proyecto demasiado grande.

Por eso planeé las cosas, y decidí hacer algo como esto.

Planifiqué el año.

Empezaría de a poco, en los meses del medio aceleraría, y luego, el empujón final como una pequeña escalera.

¿Cuán difícil sería subir las escaleras?

No gran cosa,

¿no?

Pero luego sucedió algo muy gracioso.

¿Los primeros meses?

Como vinieron, se fueron, y prácticamente no hice nada.

Hice un nuevo plan ajustado.


(Risas)
Y luego…


(Risas)
Pasaron los meses del medio, y en verdad no escribí nada, así que estábamos aquí.

Luego dos meses se hicieron un mes, que fueron dos semanas.

Y un día desperté y faltaban tres días para la entrega, y todavía no había escrito nada, de modo que hice lo único que podía hacer: Escribí 90 páginas en 72 horas, no en una sino en dos noches enteras, se supone que los humanos no pasamos dos noches en vela corriendo por el campus, cayendo en cámara lenta, lográndolo justo para la entrega.

Pensé que eso era el fin de todo.

Pero una semana después recibí una llamada, de la universidad.

Dijeron: «

¿Es Ud.

Tim Urban?

» Dije: «Sí».

Dijeron: «Tenemos que hablar sobre su tesis».

Dije: «Bien».

Y ellos: «Es la mejor que hemos visto».


(Risas)

(Aplausos)
Eso no sucedió.


(Risas)
Fue una tesis muy, muy mala.


(Risas)
Solo quería disfrutar ese momento en el que todos pensaran: «¡Este tipo es increíble!»
(Risas)
No, no, fue muy, muy mala.

Como sea, hoy escribo blogs.

Escribo el blog Wait But Why.

Y hace un par de años decidí escribir sobre la dilación.

Mi comportamiento siempre dejó perplejos a los no procrastinadores cercanos y quería explicarles a los no procrastinadores del mundo qué pasa por la cabeza de un procrastinador, y por qué somos como somos.

Yo tenía la hipótesis de que el cerebro de los procrastinadores era en realidad diferente al del resto de la gente.

Para probarlo, encontré un laboratorio de resonancia magnética que me permitió escanear mi cerebro y el de un no procrastinador, para poder compararlos.

Y los traje aquí para mostrarles hoy.

Quiero que observen con atención si pueden encontrar diferencias.

Sé que si no son expertos en el cerebro, no es tan obvio, pero solo observen,

¿sí?

Este es el cerebro de un no procrastinador.


(Risas)
Ahora…

este es mi cerebro.


(Risas)
Hay una diferencia.

Ambos cerebros tienen alguien que toma decisiones racionales, pero el cerebro del procrastinador también tiene un Mono de la Gratificación Instantánea.

¿Qué significa esto para el procrastinador?

Significa que todo está bien hasta que sucede esto.

[Momento ideal para hacer la tarea.] [¡No!] El Motor de Decisiones Racionales tomará la decisión racional de hacer algo productivo, pero al mono no le gusta ese plan, por eso toma el timón y dice: «En realidad, leamos toda la página de Wikipedia del escándalo de Nancy Kerrigan y Tonya Harding porque acabo de recordar que sucedió eso.


(Risas)
Entonces…


(Risas)
Luego iremos al refrigerador, para ver si hay algo nuevo allí en los últimos 10 minutos.

Luego, entraremos en una espiral de YouTube que empieza con videos de Richard Feynman hablando de imanes y termina mucho, mucho después mirando entrevistas de la mamá de Justin Bieber.


(Risas)
«Todo eso va a llevar mucho tiempo, por eso no tendremos espacio para agendar tareas hoy.

¡Lo siento!» (Suspira) Pero

¿qué está sucediendo?

Parece que el Mono de la Gratificación Instantánea no es algo que uno quisiera al timón.

Vive totalmente en el momento actual.

No tiene memoria del pasado, no conoce el futuro, y solo le importan dos cosas: lo fácil y lo divertido.

En el mundo animal eso funciona bien.

Si uno es un perro y pasa toda la vida sin hacer nada más que cosas fáciles y divertidas, ¡tiene un éxito enorme!
(Risas)
Y para el mono, los humanos somos solo otra especie animal.

Uno tiene que dormir y alimentarse bien y propagarse a la próxima generación, que en épocas tribales puede haber funcionado bien.

Pero, si no lo han notado, no estamos en épocas tribales.

Estamos en una civilización avanzada, y el mono no sabe qué es eso.

Razón para tener otro componente en el cerebro, el Motor de Decisiones Racionales, que nos permite hacer cosas que otros animales no pueden.

Podemos avizorar el futuro.

Podemos ver el panorama completo.

Hacer planes a largo plazo.

Y el motor quiere tener todo eso en cuenta.

Y quiere que hagamos lo que tenga sentido hacer en este preciso momento.

Pero a veces tiene sentido hacer cosas fáciles y divertidas, como cuando cenamos o vamos a dormir, o disfrutamos un merecido tiempo libre.

Por eso hay un solapamiento.

A veces están de acuerdo.

Pero otras veces, tiene mucho más sentido hacer cosas más difíciles o menos placenteras, por el bien del panorama general.

Y es ahí donde entramos en conflicto.

Para el procrastinador ese conflicto suele acabar de cierta manera siempre, haciéndole perder mucho tiempo en esta zona naranja, un espacio fácil y divertido totalmente alejado del círculo del sentido.

Lo llamo el Patio Oscuro.


(Risas)
El Patio Oscuro es un lugar que todos los procrastinadores conocemos muy bien.

Allí ocurren las actividades de ocio a veces en momentos en los que no se supone que deberían ocurrir.

La diversión que uno tiene en el Patio Oscuro no es en realidad diversión, porque es totalmente inmerecida, y el aire está cargado de culpa, temor, ansiedad, odio por uno mismo; los sentimientos de todo buen procrastinador.

Y la pregunta es, en esta situación, con el mono al timón,

¿cómo sale el procrastinador hacia esta zona azul, un lugar menos placentero, pero en el que ocurren las cosas realmente importantes?

Bueno, resulta que el procrastinador tiene un ángel de la guarda, que siempre lo cuida y vela por él en los momentos más oscuros, el llamado Monstruo del Pánico.


(Risas)
El Monstruo del Pánico está inactivo la mayor parte del tiempo, pero de repente se despierta cuando una entrega se aproxima demasiado o si hay peligro de vergüenza pública, un desastre en la carrera o alguna otra consecuencia aterradora.

Y, lo más importante, es a lo único a lo que le teme el mono.

Se ha vuelto muy relevante en mi vida últimamente, porque la gente de TED me llamó hace unos seis meses para invitarme a dar una Charla TED.


(Risas)
Y, claro, dije que sí.

Siempre fue mi sueño haber dado una Charla TED en el pasado.


(Risas)

(Aplausos)
Pero en medio de toda esta euforia, el Motor de Decisiones Racionales parecía tener otra cosa en mente.

Me decía: «

¿Tenemos claro qué acabamos de aceptar?

¿Entendemos lo que va a ocurrir uno de estos días en el futuro?

Tenemos que sentarnos a trabajar en esto ahora mismo».

Y el mono decía: «Totalmente de acuerdo, pero abramos Google Earth, y hagamos zoom hasta la superficie de India, como a 60 m del suelo y luego scroll dos horas y media hasta llegar a la cima del país, para tener una mejor idea de India».


(Risas)
Eso fue lo que hicimos ese día.


(Risas)
Conforme seis meses se hicieron cuatro, y luego dos y luego uno, la gente de TED decidió anunciar los oradores.

Y yo abrí el sitio de TED y encontré mi rostro que me miraba fijo.

¿Y adivinen quién despertó?


(Risas)
El Monstruo del Pánico empezó a perder la paciencia, y unos segundos más tarde, todo el sistema está en caos.


(Risas)
Y al mono, recuerden que le aterra el Monstruo del Pánico: ¡Bum, huyó al árbol! Y, finalmente, el Motor de Decisiones Racionales tomó el timón, y pude empezar a trabajar en la charla.

El Monstruo del Pánico explica todo el tiempo los comportamientos locos de dilación como cómo alguien como yo pudo pasar dos semanas sin poder escribir la oración inicial de un artículo, y luego encontrar milagrosamente una ética de trabajo increíble para estar en vela toda la noche y escribir ocho páginas.

Toda esta situación, con los tres personajes, es el sistema de dilación.

No es bonito, pero al final, funciona.

Decidí escribir esto en el blog hace un par de años.

Al hacerlo, me sorprendió la respuesta.

Recibí literalmente miles de emails, de todo tipo de gente, de todo el mundo, que hacía todo tipo de cosas.

Había enfermeros, banqueros, pintores, ingenieros, y muchos estudiantes de doctorado.


(Risas)
Todos escribían diciendo lo mismo: «Tengo este problema también».

Pero lo que me impactó fue el contraste entre la liviandad del post, y lo fuertes que eran los emails.

Estas personas escribían con una frustración intensa sobre los efectos de la dilación en sus vidas.

sobre los efectos del mono en sus vidas.

Y pensando en esto me dije: Si el sistema de dilación funciona,

¿qué está pasando?

¿Por qué toda estas personas están en ese lugar oscuro?

Y resulta que hay dos tipos de dilación.

Todos los ejemplos de los que hablé, todos tienen plazos.

Y cuando hay plazos, los efectos de la dilación están contenidos en el corto plazo porque interviene el Monstruo del Pánico.

Pero hay un segundo tipo de dilación que ocurre cuando no hay plazos.

Si uno quiere hacer carrera por su cuenta, en las artes, en algún emprendimiento, no hay plazos en esas cosas al principio, porque no ocurre nada, no hasta que uno sale y hace el trabajo arduo, adquiere ímpetu, y hace que las cosas se muevan.

También hay cosas importantes fuera de la carrera que no tienen plazos, como ver a la familia o hacer ejercicio y cuidar de la propia salud, trabajar las relaciones o terminar con una relación que no está funcionando.

Pero si el único mecanismo de dilación para hacer estas cosas difíciles es el Monstruo del Pánico, es un problema, porque en todas estas situaciones donde no hay plazos, no aparece el Monstruo del Pánico.

No tiene motivos para despertar algo, por eso no se contienen los efectos de la dilación; se postergan indefinidamente.

Y es esta dilación de largo plazo la que es menos visible y de la que se habla menos que de la graciosa, de corto plazo, que tiene plazos.

Por lo general se la padece en silencio y a solas.

Y puede ser la fuente de enormes lamentos e infelicidad a largo plazo.

Y pienso que es la razón por la que escribían todas esas personas, y por la que están en ese lugar.

No es que estén apremiados por algún proyecto.

Es que la dilación de largo plazo les hace sentir que son espectadores, a veces, de sus propias vidas.

La frustración no viene de no poder alcanzar sus propios sueños; sino del hecho de no poder siquiera empezar a perseguirlos.

Por eso al leer estos emails tuve una pequeña revelación, y es que pienso que no existen los no procrastinadores.

Pienso que todos somos procrastinadores.

Puede que Uds.

no sean un desastre, como algunos de nosotros,
(Risas)
y puede que algunos de Uds.

se lleven bien con los plazos, pero recuerden: el truco más disimulado del mono es cuando no hay plazos.

Ahora quiero mostrarles una última cosa.

Lo llamo Calendario de Vida.

Hay una caja por cada semana de una vida de 90 años.

No son tantas cajas, sobre todo dado que ya hemos usado muchas cajas.

Creo que tenemos que mirar con mucha atención ese calendario.

Tenemos que pensar qué estamos postergando, porque todos postergamos algo en la vida.

Tenemos que ser conscientes del Mono de la Gratificación Instantánea.

Es una tarea para todos nosotros.

Y como no hay muchas cajas por delante, es una tarea que debería comenzar hoy.

Bueno, quizá no «hoy», pero…


(Risas)
Ya saben…

Pronto.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/tim_urban_inside_the_mind_of_a_master_procrastinator/

 

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