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En las profundidades de la Tierra, belleza y ciencia por descubrir – Charla TEDGlobal>London

Charla «En las profundidades de la Tierra, belleza y ciencia por descubrir» de TEDGlobal>London en español.

El explorador de cuevas y geólogo Francesco Sauro viaja al continente oculto bajo nuestros pies, visitando lugares oscuros y profundos dentro de la Tierra a los que los seres humanos nunca habían podido llegar antes. En los espectaculares tepuyes de América del Sur, descubre nuevos minerales e insectos que han evolucionado en aislamiento y usa su conocimiento de estos mundos alienígenas para entrenar a los astronautas.

  • Autor/a de la charla: Francesco Sauro
  • Fecha de grabación: 2015-09-29
  • Fecha de publicación: 2015-10-23
  • Duración de «En las profundidades de la Tierra, belleza y ciencia por descubrir»: 877 segundos

 

Traducción de «En las profundidades de la Tierra, belleza y ciencia por descubrir» en español.

Me gustaría invitarlos a visitar un continente oscuro.

Es el continente escondido bajo la superficie de la Tierra.

La mayor parte está inexplorada, mal comprendida y es materia de leyendas.

Pero también está hecha de paisajes drásticos como esta enorme cámara subterránea, y es rica en sorprendentes mundos biológicos y mineralógicos.

Gracias a los esfuerzos de exploradores intrépidos en los últimos tres siglos, en realidad también gracias a los satélites, conocemos casi cada metro cuadrado de la superficie de nuestro planeta.

Pero conocemos muy poco de lo que está oculto en el interior de la Tierra.

Ya que el paisaje de las cuevas, como este profundo pozo en Italia, está oculto, el potencial de exploración de cuevas, la dimensión geográfica, se conoce y aprecia poco.

Debido a que somos criaturas que vivimos en la superficie, nuestra percepción de el lado interno del planeta es en cierto modo sesgada, como también de la profundidad de los océanos o de la atmósfera superior.

Sin embargo, la exploración sistemática comenzó hace cerca de un siglo, sabemos que existen cuevas en todos los continentes del mundo.

Un sistema único de cuevas, como la cueva Mammoth, en Kentucky, puede medir más de 600 km.

Y un abismo como Krubera Voronya, en la región del Cáucaso, que es la cueva más profunda explorada en el mundo, puede alcanzar más de 2000 m bajo la superficie.

Eso significa un viaje de semanas para un explorador de cuevas.

Las cuevas se forman en regiones kársticas.

Las regiones kársticas son áreas del mundo donde el agua que se infiltra a lo largo de grietas, fracturas, puede disolver fácilmente litologías solubles, formando un sistema de drenaje de túneles, conductos una red tridimensional, en realidad.

Las regiones kársticas cubren casi el 20% de la superficie de los continentes, y sabemos que los espeleólogos en los últimos 50 años han explorado cerca de 30 000 km de cuevas en todo el mundo, que es bastante.

Pero los geólogos han estimado que lo que todavía no se conoce, y que falta por descubrir y cartografiar, es alrededor de 10 millones de km.

Eso significa que por cada metro de cuevas conocidas, que hemos explorado, todavía hay algunas decenas de kilómetros de pasajes sin descubrir.

Eso significa que realmente es un continente sin fin, y nunca seremos capaces de explorarlo por completo.

Y esta estimación se hace sin tener en cuenta otros tipos de cuevas, como, por ejemplo, dentro de los glaciares o incluso cuevas volcánicas, que no son kársticos, sino que se forman por flujos de lava.

Y si vemos a otros planetas como, por ejemplo Marte, veremos que esta característica no es tan específica de nuestro planeta.

Sin embargo, voy a demostrarles que no necesitamos ir a Marte para explorar mundos alienígenas.

Soy espeleólogo, es decir, explorador de cuevas.

Empecé con esta pasión cuando era muy joven en las montañas no muy lejos de mi ciudad natal en el norte de Italia, en las regiones kársticas de los Alpes y los Dolomitas.

Pero pronto, la exploración me llevó hasta los últimos rincones del planeta, en busca de nuevas entradas potenciales de este continente por descubrir.

Y en 2009, tuve la oportunidad de visitar las montañas de la meseta tepuy en las cuencas del Orinoco y el Amazonas.

Me encantaron desde la primera vez que las vi.

Están rodeadas de paredes de roca verticales vertiginosas con cascadas plateadas que se pierden en el bosque.

Realmente inspiraron en mí una sensación de tierra salvaje, de un alma vieja de millones y millones de años.

Este espectacular paisaje ha inspirado entre otras obras la novela de 1912 de Conan Doyle «El mundo perdido».

Y es realmente un mundo perdido.

Los científicos consideran a esas montañas como islas en el tiempo, separadas de las tierras bajas circundantes desde hace decenas de millones de años atrás.

Están rodeadas de muros de hasta 1000 m de alto, que asemejan una fortaleza, impenetrable por los seres humanos.

Y, de hecho, solo unas pocas personas han escalado esas montañas y explorado en su parte superior.

Estas montañas guardan también una paradoja científica: sstán hechas de cuarzo, que es un mineral muy común en la corteza terrestre, y la roca formada por cuarzo se llama cuarcita, que es unos de los minerales más duros y menos solubles en la Tierra.

Así que no esperábamos para nada encontrar una cueva allí.

A pesar de esto, en los últimos 10 años, espeleólogos de Italia, Eslovaquia, República Checa, y por supuesto, Venezuela y Brasil han explorado varias cuevas en esta área.

Entonces,

¿cómo puede ser posible?

Para entender esta contradicción, tenemos que considerar el factor tiempo, porque la historia de la tepuyes es extremadamente larga, comenzó hace cerca de 1.6 mil millones de años con la formación de la roca, y luego evolucionó con el levantamiento de la región hace 150 millones de años, después de la separación del supercontinente Pangea y la apertura del Océano Atlántico.

Pueden imaginar que el agua tuvo decenas o cientos de millones de años para esculpir las formas más extrañas en las superficies de los tepuyes, y también para fracturar la roca y formar ciudades de piedra, campos de torres del famoso paisaje característico de los tepuyes.

Pero nadie podría haber imaginado lo que sucedía al interior de la montaña en un período tan largo.

Me centré en 2010 en uno de esos macizos, el Auyantepui, famoso por albergar el Salto Ángel, que es la cascada más alta del mundo con unos 979 m de caída.

Estaba buscando indicios de la existencia de sistemas de cuevas a través de imágenes de satélite, y, finalmente, identificamos un área con colapsos en la superficie grandes peñas, pilas de rocas y eso significaba que hay un vacío debajo.

Era una indicación clara de que había algo dentro de la montaña.

Así que hicimos varios intentos de llegar a esta zona, por tierra y por helicóptero, pero era muy difícil porque deben imaginar, que están cubiertas por nubes la mayor parte del año, por la niebla.

Hay fuertes vientos, y hay casi 4000 milímetros de lluvia al año, por lo que es muy difícil encontrar buenas condiciones.

Hasta el 2013 finalmente aterrizamos y empezamos la exploración de la cueva.

La cueva es enorme.

Es una enorme red bajo la superficie de la meseta Tepuy, y en sólo 10 días de expedición, exploramos más de 20 kilómetros de pasajes de la cueva.

Y es una red enorme de ríos subterráneos, canales, cámaras enormes, pozos muy profundos.

Es realmente un lugar increíble.

Lo nombramos Imawarì Yeuta que en lengua indígena pemón significa «La Casa de los Dioses».

Deben saber que los indígenas nunca habían estado allí.

Les era imposible llegar a esta zona.

Sin embargo, había leyendas sobre la existencia de una cueva en la montaña.

Así que cuando empezamos la exploración, tuvimos que explorar con un gran respeto, tanto por las creencias religiosas de los pueblos indígenas, y porque era realmente un lugar sagrado, porque ningún humano había entrado allí antes.

Así que tuvimos que utilizar protocolos especiales para no contaminar el medio ambiente con nuestra presencia y también tratamos compartir con la comunidad, con la comunidad indígena, nuestros descubrimientos.

Las cuevas representan una instantánea del pasado.

El tiempo necesario para su formación puede ser tan largo como 50 o incluso cientos de millones de años, por lo que tal vez sean las cuevas más antiguas que podemos explorar.

Lo que podemos encontrar allí es evidencia de un mundo perdido.

Al entrar en una cueva de cuarcita, debemos olvidar por completo lo que sabemos sobre cuevas cuevas de piedra caliz clásicas o las cuevas turísticas que se puede visitar en varios lugares del mundo.

Porque lo que aquí parece una estalactita común no está hecha de carbonato de calcio, sino de ópalo y pueden requerir decenas de millones de años para formarse.

Se pueden encontrar formas aún más extrañas, como estos hongos de sílice que crecen en una roca.

Imaginen nuestras conversaciones cuando explorábamos la cueva.

Fuimos los primeros en entrar y descubrir estas cosas desconocidas, cosas como esos huevos de monstruo.

Teníamos un poco de miedo porque todo era un descubrimiento y no queríamos encontrar un dinosaurio.

No encontramos ningún dinosaurio.


(Risas)
De todos modos sabemos que este tipo de formaciones, después de varios estudios, sabemos que este tipo de formaciones son organismos vivos.

Son colonias bacterianas que usan sílice para construir estructuras minerales similares a estromatolitos.

Los estromatolitos son unas de las más antiguas formas de vida en la Tierra.

Y aquí en los tepuyes, lo interesante es que estas colonias de bacterias han evolucionado en completo aislamiento de la superficie externa, y sin contacto con los seres humanos.

Nunca han estado en contacto con los seres humanos.

Las implicaciones para la ciencia son enormes, porque aquí se puede encontrar, por ejemplo, microbios que podrían ser útiles para curar enfermedades, o encontrar un nuevo tipo de material con propiedades desconocidas.

Y, de hecho, descubrimos una nueva estructura mineral para la ciencia, la rossiantonite, un fosfato-sulfato.

Así que cualquier cosa en la cueva, incluso un pequeño grillo, ha evolucionado en la oscuridad en completo aislamiento.

Y todo lo que se puede sentir en la cueva son conexiones reales entre el mundo biológico y el mineralógico.

A medida que exploramos este continente oscuro descubrimos su diversidad mineralógica, biológica y su singularidad, tal vez encontraremos pistas sobre el origen de la vida en nuestro planeta y en la relación y evolución de la vida en relación con el mundo mineral.

Lo que parece solamente un ambiente oscuro, vacío podría ser, en realidad, un cofre de maravillas lleno de información útil.

Con un equipo de espeleólogos italianos, venezolanos y brasileños, llamados La Venta Teraphosa, regresaremos pronto a América Latina, porque queremos explorar otros tepuyes en las zonas más alejadas del Amazonas.

Todavía hay montañas desconocidas, como Marahuaca, de casi 3000 metros de altura sobre el nivel del mar, o Araca, en la zona superior del Río Negro en Brasil.

Y suponemos que podríamos encontrar sistemas de cuevas aún más grandes, cada uno con su propio mundo por descubrir.

Gracias.


(Aplausos)
Bruno Giussani: Gracias, Francesco.

Empecemos y recapitulemos.

Francesco, dices que no hay que ir a Marte para encontrar vida extraterrestre, y, de hecho, la última vez que hablamos, estabas en Cerdeña y entrenabas astronautas europeos.

¿Qué dice y enseña un espeleólogo a los astronautas?

Francesco Sauro: Sí, es un programa de entrenamiento no sólo para la agencia europea, también para la NASA, Roskosmos, austronautas de JAXA, en una cueva.

Se quedan en una cueva durante una semana en aislamiento.

Tienen que trabajar juntos en un verdadero ambiente peligroso, real y es un ambiente extraño para ellos porque es inusual.

Siempre es oscuro.

Tienen que hacer ciencia.

Tienen muchas tareas.

Es muy similar a un viaje a Marte o la Estación Espacial Internacional.

BG: En principio.

FS: Sí.

BG: Quiero volver a una de las imágenes en tu presentación de diapositivas, que es representativa de las otras fotos,

¿acaso no son increíbles esas fotos?

¿Sí?

Audiencia: ¡Sí!
(Aplausos)
FS: Tengo que agradecer a los fotógrafos del equipo de La Venta, porque todas esas fotos son de ellos.

BG: Llevas fotógrafos contigo en la expedición.

Son profesionales, son espeleólogos y fotógrafos.

Pero cuando miro estas fotos, me pregunto, no hay luz ahí abajo, pero se ven muy bien expuestas.

¿Cómo toman estas fotos?

¿Cómo tus colegas, los fotógrafos, toman estas fotos?

FS: Sí.

Trabajan en un cuarto oscuro, básicamente, puedes abrir el obturador de la cámara y utilizar las luces para pintar el medio ambiente.

BG: Entonces tú haces…

FS: Sí.

Puedes mantener el obturador abierto por un minuto y luego pintar el ambiente.

El resultado final es lo que se quiere lograr.

BG: Se rocía el ambiente con la luz y eso es lo que obtienes.

Podemos intentarlo en casa algún día, no sé.


(Risas)
BG: Francesco, grazie.

FS: Grazie.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/francesco_sauro_deep_under_the_earth_s_surface_discovering_beauty_and_science/

 

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