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En memoria de – Charla TEDxStormontWomen

Charla «En memoria de» de TEDxStormontWomen en español.

La lucha por la igualdad LGBT es una lucha por los corazones y las mentes. Lyra McKee argumenta que cambiar la enseñanza religiosa sobre las personas LGBT literalmente salvará vidas.
Lyra McKee es una periodista independiente con sede en Belfast, Irlanda del Norte. Ha escrito para publicaciones como BuzzFeed, The Atlantic y Private Eye. En 2006, fue nombrada Joven Periodista del Año de Sky News. En 2016, la revista Forbes la nombró una de sus 30 menores de 30 años en los medios de comunicación de Europa. Está representada por Janklow & Nesbit, una agencia literaria con sede en Londres y Nueva York, y actualmente está trabajando en su segundo libro, el primero de los cuales se publicará próximamente. También es editora de Mediagazer, un sitio de noticias para los medios con sede en Silicon Valley.

Esta charla se dio en un evento de TEDx que utilizó el formato de conferencia de TED pero fue organizada de forma independiente por una comunidad local. Obtenga más información en https://www.ted.com/tedx

  • Autor/a de la charla: Lyra McKee
  • Fecha de grabación: 2017-11-02
  • Fecha de publicación: 2017-11-28
  • Duración de «En memoria de»: 693 segundos

 

Traducción de «En memoria de» en español.

Hay gente en este mundo que cuando cuentan una historia tienen que contar antes otras 19 historias para hacerse entender.

Yo soy una de esas personas.

Quiero contarles una historia sobre una charla que presencié en una mezquita, que me cambió la vida.

Pero para contarles esa historia, primero tengo que contarles otra historia, y solo tengo 12 minutos.

Esa historia comienza una noche, a principios de junio, este año.

Tuve la oportunidad de viajar a EE.UU.

con una delegación del Reino Unido, yo era la única de Irlanda del Norte, íbamos a aprender sobre los ‘valores estadounidenses’.

Íbamos a viajar por Washington, Florida y Texas, para conocer desde a los que promulgan el derecho a portar armas a líderes religiosos y grupos LGBT, personas de todo el espectro de valores estadounidenses.

Lo que ocurre con estos viajes es que ofrecen incentivos.

Te ofrecen una zanahoria para convencerte cuando las cosas se ponen difíciles, cuando uno está en la 100ª reunión del día con alguien cuyos puntos de vista nos resultan totalmente repugnantes y nos resulta muy difícil aguantar.

En nuestro caso, nos llevaron a Disneylandia, que es sin ninguna duda uno de los lugares más felices del mundo.

Estaba en mi elemento.

Luego nos llevaron a la NASA, que, como obsesa de Star Wars, compitió en mi corazón por el título de «lugar más feliz de la Tierra».

Alguien muy bien intencionado me dijo – porque estaba publicando selfies en ese momento, corriendo por Florida en camiseta – alguien muy bien intencionado remarcó que yo parecía tener más camisetas que Rab C.

Nesbitt.


(Risas)
Sé que el tema de la conferencia eran ‘los puentes’: y me hubieran dado ganas de quemarlo a ese, de verdad.

Luego nos fuimos a ese hermoso resort llamado Cocoa Beach a tomar cócteles en la playa; fue absolutamente maravilloso.

Probablemente estén pensando: «

¿Dónde me apunto a un viaje así?

» «Suena increíble, una diversión gratuita!» Eso pensé cuando vi el itinerario.

Pero tuve que pasar por el infierno para obtener estos beneficios.

Me doy cuenta de que Disneyland y NASA eran las zanahorias para convencernos, cada vez que me encontraba a menos de 3 metros del jefe de los orangutanes de la Casa Blanca.


(Risas)
El Trump.

La gente me pregunta, «

¿Qué es lo más difícil de estar a 3 metros de Donald Trump?

Creo que fue ver lo mal que se había puesto ese bronceado falso.


(Risas)
Al llegar a Florida pude redimir mi conciencia al conocer a una gente maravillosa en la protesta, quienes, por si no ven, tenían un cartel que decía ‘Stop Trump’.

Eran de los míos; creí que eran fantásticos.

Nuestra siguiente visita fue a la Asociación Nacional del Rifle.

Allí van tras cada tiroteo en masa los que defienden el derecho de los estadounidenses a portar armas.

Para muchos del grupo esa fue la parte más difícil del viaje.

Les resultaba muy difícil sentarse a escuchar e intercambiar opiniones, que era de lo que se trataba en ese viaje.

Para mí, la parte más difícil del viaje fue cuando llegamos a Orlando y nos dijeron que íbamos a visitar una mezquita.

Ahora se preguntarán:

¿Por qué me resulta difícil visitar una mezquita?

Para aquellos de Uds.

que no tienen Gaydar, Soy gay, no se preocupen, pueden reírse, está bien.


(Risas)
Me odié a mí misma gran parte de mi vida por lo que la religión me enseñó sobre gente como yo.

Y cuando dejé de odiarme, empecé a odiar la religión.

Pero me intrigó esa mezquita porque estaba en Orlando, y esta semana hace un año que en Orlando, se masacró a 49 personas en un club nocturno gay llamado Pulse.

Esta mezquita había liderado la respuesta a esa tragedia y la había condenado.

Eso me intrigaba.

Esto fue en un momento en que las iglesias cristianas en Orlando se negaron a enterrar a algunos de los muertos por ser homosexuales.

Que una mezquita saliera y lo condenara fue significativo.

Una de las víctimas de Pulse que me quedó adentro fue Brenda Marquez-McCool.

Era una mujer que había ido a Pulse con su hijo gay esa noche, apoyándolo.

Cuando el asesino tiró sus balas, ella se tiró delante de su hijo.

Él sobrevivió pero ella no.

Así que decidí que iría a esa mezquita con la mente abierta.

Lo hice, y conocí a un hombre encantador llamado Bassem, uno de los líderes de la mezquita.

Hablamos de todo, Y eventualmente, Bassem y yo tuvimos una conversación sobre los derechos LGBT y lo que los musulmanes piensan de los homosexuales.

Tema difícil, espinoso, pero tuvimos una conversación muy agradable, pero ninguno de los dos sabía lo que iba a pasar a continuación.

Había un joven en nuestro viaje lo llamaré Mahmud, un joven musulmán.

Estaba escuchando el intercambio entre Bassem y yo, y cuando terminamos de hablar, él habló y se dirigió a Bassem.

Y dijo: «Mi mejor amigo era gay, era musulmán y se suicidó».

Y en ese momento, Mahmud se puso a llorar.

Dijo: «Hice todo lo que pude para salvarlo, pero no pude».

Y nos contó la historia de cómo ese joven musulmán no podía vivir con ser musulmán y ser gay; sintió que la única opción que tenía era suicidarse.

Creo que todos estábamos llorando en la mezquita en ese momento.

Todos estábamos de luto por ese joven musulmán que nunca habíamos conocido y que nunca tendríamos la oportunidad de conocer.

Saben, cuando dejé mi educación religiosa a los 16, juré que había terminado con la religión y que nunca volvería a ella.

Nunca iba a tener otra conversación si lo podía evitar con un religioso.

Cuando fui a esa mezquita ese día y había ido a aprender los valores estadounidenses, terminé siendo educada en mi propia cultura por un musulmán.

Porque me di cuenta de que ya no podía huir de la religión.

Dentro de la comunidad LGBT, hay un dicho que contamos a la gente.

Les decimos que ‘la cosa mejora’.

Lo que me di cuenta ese día fue que mejora para algunos de nosotros; mejora para los que vivimos suficiente para ver cómo mejora.

Me di cuenta de que ya no podía huir de la religión, porque la religión da forma a cómo se trata a las personas LGBT en el mundo.

Da forma a las leyes y cómo tratan a las personas LGBT, demostrado por la falta del matrimonio igualitario en este país.

Y esto determina lo que nosotros, la gente LGBT, sentimos sobre nosotros mismos.

La primera lección que aprendí de ser gay fue que era algo malo.

Y que iría al infierno por ello.

Eso me enseñó la Biblia.

Durante mi adolescencia pasé momentos llorando en mi habitación, negociando con Dios para que no me mandara al infierno, porque estaba tan convencida de que lo haría.

Este texto, esta Biblia, según dice tanta gente, les ofrece esperanza, les ofrece la salvación, pero a mí me ofrecía una pena de prisión.

Creo que es lo mismo para muchos otros jóvenes LGBT.

Las tasas de suicidio LGBT están por las nubes.

Este es el porcentaje de jóvenes trans del Reino Unido que han intentado suicidarse el año pasado.

También vemos estos números en Irlanda del Norte, y esto lo sabemos de los servicios trans juveniles, que dicen que lo ven entre sus jóvenes.

¿Qué podemos hacer al respecto?

Siento que la única respuesta es cambiar la enseñanza religiosa sobre la homosexualidad y las cuestiones LGBT.

No quiero decir que debemos reprochar a los cristianos y criticarlos o reprochar a los musulmanes y criticarlos.

Necesitamos hacer lo único que no quería hacer cuando terminé la escuela a los 16: necesitamos tener conversaciones, conversaciones difíciles, y luchar por los corazones y las mentes de los que se oponen a nosotros.

He estudiado esto, y cuando le preguntan a personas como Megan Phelps-Roper, que fue miembro de la Iglesia Bautista de Westboro, un grupo de odio en América, cuando le preguntan a gente así, cuando le preguntan a ex neonazis, las personas mas extremas, «

¿Qué cambió tu opinión?

¿Qué te hizo dejar tus puntos de vista?

» Ellos dirán lo mismo: fue una conversación.

Alguien a quien se oponían, entabló una conversación, y aprendieron que esa persona no era quien pensaban que era, y llegaron a un punto en el que ya no podían mantener esas opiniones.

La gente me dice que esto no va a suceder; no hay forma de que las iglesias cambien lo que enseñan.

o de que las mezquitas cambien lo que enseñan.

«Estás loca.» Y habría estado de acuerdo con ellos.

Pero hace seis semanas, estaba en un bar gay – no en este – con mi amigo Jordan.

Él es de una familia presbiteriana libre que apoya al Partido Unionista Democrático del «Condado LegenDerry».

Evito esa cosa de Londonderry-Derry, Odio eso.

Estabamos allí con su madre, que es una presbiteriana libre escocesa que va a la iglesia todos los domingos, y ella estaba en ese bar, apoyando a su hijo gay, al igual que Brenda Marquez-McCool esa noche en Pulse, apoyando a su hijo gay.

No me digan que no hay esperanza porque para demasiados jóvenes LGBT, eso es lo único que tienen que los mantiene vivos.

Y, por cierto, esa madre presbiteriana libre fue al trabajo al día siguiente y les contó a todos que había visto una cosa increíble, un «show de drag».


(Risas)
Ahora si me hubiesen dicho que estaría sentada en un bar gay con uno de los discípulos de Ian Paisley bebiendo cócteles, viendo un show de drag, les hubiera dicho que estaban locos.


(Risas)

¿Y Uds.

qué pueden hacer?

Si pensaban venir a escucharme pasivamente mientras yo vociferaba: No.

Tengo una tarea para todos Uds.

Si alguno de Uds.

se siente incómodo al pensar en alguien como yo, por favor, vengan a verme después de este evento.

No les arrancaré la cabeza, no los llamaré homófobos.

Solo tendremos una conversación, y les mostraré que soy tan humana como Uds.

Si se sienten cómodos con alguien como yo, conversen con alguien que no lo está y traten de cambiar su opinión.

Uds.

podrían salvar una vida.

Finalmente, me gustaría enviar un mensaje a todos los jóvenes LGBT que están luchando, especialmente los de familias religiosas.

«Porque yo sé que planes tengo para Uds.», declara el Señor, «son planes para prosperar y no hacerles daño, para darles esperanza y un futuro».

Jeremías 29:11 Esta charla es para los 49 muertos de Pulse y la gente LGBT muerta por suicidio.

Muchas gracias, amigos.


(Aplausos)
(Saludos)

https://www.ted.com/talks/lyra_mckee_how_uncomfortable_conversations_can_save_lives/

 

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