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Charla «Enseñemos para comprender, no para los exámenes» de TED Talks Live en español.
¿Construirías una casa sobre cimientos sin terminar? Por supuesto que no. Entonces, ¿por qué hacemos que los estudiantes se apresuren en su educación si no siempre han comprendido los conceptos básicos? Sí, es complicado, pero el educador Sal Khan nos comparte su plan para convertir a los estudiantes con problemas en buenos estudiantes al ayudarlos a dominar los conceptos a su propio ritmo.
- Autor/a de la charla: Sal Khan
- Fecha de grabación: 2015-11-02
- Fecha de publicación: 2016-09-06
- Duración de «Enseñemos para comprender, no para los exámenes»: 649 segundos
Traducción de «Enseñemos para comprender, no para los exámenes» en español.
Estoy aquí hoy para hablarles sobre las dos ideas que, al menos desde mi experiencia en la Khan Academy, son la clave o los puntos centrales para el aprendizaje.
Y es la idea de la comprensión y la idea de la mentalidad.
Vi esto los primeros días en que trabajaba con mis primos.
Muchos tenían problemas con las matemáticas, primero porque tenían muchas lagunas acumuladas en su aprendizaje.
Y debido a eso, en algún momento llegaron a una clase de álgebra y podrían haber estado algo inseguros en la preálgebra, y por eso, pensaron que no tenían el gen de las matemáticas.
O no querían hacer una clase de cálculo, y se sentían un poco inseguros en álgebra.
Lo vi en los primeros días cuando subí algunos videos en YouTube, me di cuenta que las personas que los veían no eran mis primos.
Y al principio, los comentarios eran simples agradecimientos.
Me pareció que era algo bueno.
No sé cuánto tiempo pasan en YouTube.
La mayoría de los comentarios no son «Gracias».
Son un poco más incisivos que eso.
Pero después los comentarios se pusieron un poco más intensos, uno tras otro comentaban que habían crecido odiando las matemáticas.
Se hacia más difícil a medida que tomaban matemáticas más avanzadas.
Cuando llegaban a álgebra, tenían tantas lagunas que no podían entenderla.
Pensaban que no tenían el gen matemáticas.
Pero al crecer, tomaron la iniciativa y decidieron que iban a aprender.
Encontraron recursos como Khan Academy y fueron capaces de llenar esas lagunas y dominar los conceptos y redefinieron su modo de pensar, en realidad eran capaces de aprender matemáticas.
Y en muchos sentidos, esta es la forma de dominar muchas cosas en la vida.
Así es como aprenden un arte marcial.
En un arte marcial, practican las habilidades del cinturón blanco el tiempo que sea necesario, y solo cuando lo han dominado pasan al cinturón amarillo.
Es la forma en que se aprende un instrumento musical: se practica una pieza básica una y otra vez, y solo cuando ya la tienen, se pasa a la más avanzada.
Pero lo que digo es que el modelo académico tradicional no está estructurado de esa forma, el tipo de modelo académico con el que la mayoría de nosotros crecimos.
En el modelo académico tradicional, agrupamos a los estudiantes, por lo general, por edad, y por ahí de la secundaria, por edad y capacidad percibida y los pastoreamos juntos al mismo ritmo.
Y lo que ocurre normalmente, digamos en una clase de pre-álgebra de la secundaria en donde el tema son los exponentes, el profesor da una conferencia sobre exponentes, luego nos vamos a casa, hacemos una cierta tarea.
A la mañana siguiente, revisamos la tarea, luego, otra conferencia, tarea, conferencia, tarea.
Eso continúa durante por como dos o tres semanas, y entonces tenemos un examen.
En ese examen, tal vez yo saque un 75 %, tal vez alguien un 90 % o tal vez otro saque un 95 %.
Y a pesar de que la prueba identifica lagunas en nuestro conocimiento, no conozco el 25 % del material.
Incluso para el estudiante de 95 %,
¿qué es el 5 % que no sabía?
A pesar de que hemos identificado las lagunas, la clase entera pasará al siguiente tema, probablemente un tema más avanzado que se cimienta sobre esas lagunas.
Podría ser logaritmos o exponentes negativos.
Y ese proceso continúa e inmediatamente empiezas a ver lo extraño que es esto.
No sé el 25% de lo más fundamental, y ahora me empujan a lo más avanzado.
Y esto va a continuar por meses y años hasta que en algún punto, tal vez en una clase de álgebra o de trigonometría me tope con una pared.
Y no es porque el álgebra sea fundamentalmente difícil o porque el estudiante no sea brillante.
Es porque estoy trabajando con una ecuación con exponentes y el 30% que no sé está apareciendo.
Y entonces empiezo a atrasarme.
Para apreciar lo absurdo de la situación, imaginen si hiciéramos otras cosas en nuestra vida de esa manera.
Por ejemplo, la construcción de viviendas.
Así que traemos al contratista y le decimos, «Tenemos dos semanas para construir los cimientos.
Haz lo que puedas».
(Risas)
Así que hacen lo que pueden.
Tal vez llueva.
Tal vez algunos materiales de construcción no lleguen.
Y dos semanas después el inspector llega, mira a su alrededor y dice: «Bien, el hormigón está todavía húmedo justo allí, esa parte no está del todo…
Voy a darle un 80%».
Y dicen: «¡Genial! Pasamos.
Vamos a construir la primera planta».
(Risas)
La misma cosa.
Hay dos semanas, haz lo que puedas el inspector llega y nos pone un 75%.
Muy bien, pasamos.
Segundo piso, tercer piso, y, de repente, mientras se está construyendo la tercera planta, toda la estructura se derrumba.
Y si reaccionan de la manera normal en la educación, o como mucha gente, podrían decir, tal vez tuvimos un contratista malo, o tal vez necesitamos una mejor inspección o que sea más frecuente.
Pero lo que realmente está mal es el proceso.
Limitamos artificialmente cuánto tiempo necesitamos para algo, para garantizar un resultado, y nos tomamos la molestia de inspeccionar e identificar las lagunas, pero luego construimos justo encima de ellas.
La idea de aprender para comprender hace exactamente lo contrario.
En lugar de limitar artificialmente cuánto tiempo se trabaja en algo, asegurar los resultados, las calificaciones, se hace al revés.
Lo que es variable es el cómo y cuánto tiempo un estudiante tiene que trabajar en algo, y lo que está fijo es comprender el material.
Y es importante tener en cuenta que esto no solo hace que el estudiante aprenda mejor los exponentes, sino que va a reforzar los músculos correctos para pensar.
Si se les hace ver que no comprenden un 20 %, no significa tener un gen de reprobado.
Solo significa que deben seguir trabajando en ello.
Deben tener determinación, paciencia, voluntad sobre su aprendizaje.
Muchos de los escépticos podrían decir, bueno, suena bien, filosóficamente, toda esta idea de aprendizaje basado en comprender y la forma de pensar, y ser responsables de su aprendizaje.
Tiene mucho sentido, pero parece poco práctico.
Para hacerlo realidad, todos estudiarían a su propio ritmo.
Tendría que ser personalizada, tener profesores particulares y hojas de trabajo para cada estudiante.
Y estas no son ideas nuevas, hubo experimentos en Winnetka, Illinois, hace 100 años, aplicaron este tipo de aprendizaje y tuvieron buenos resultados, pero dijeron que no se podía escalar porque era logísticamente difícil.
El maestro tenía que dar diferente material a cada estudiante, dar evaluaciones a la carta.
Pero ahora hoy en día, ya es práctico.
Tenemos las herramientas para hacerlo.
¿Ver una explicación a su propio ritmo y tiempo?
Hay vídeos bajo demanda para eso.
¿Necesitan practicar?
¿Necesitan retroalimentación?
Hay ejercicios a la medida fácilmente disponibles para los estudiantes.
Y cuando esto sucede, muchas cosas interesantes suceden.
Uno, los estudiantes realmente pueden dominar los conceptos, pero también construyen una mentalidad, construyen voluntad, perseverancia, toman la responsabilidad sobre su propio aprendizaje.
Y muchas cosas bellas pueden empezar a suceder en el salón de clases.
En lugar de centrarse en la conferencia, los estudiantes pueden interactuar entre sí.
Se puede lograr un dominio más profundo.
Pueden hacer simulaciones, diálogos socráticos.
Para apreciar de lo que estamos hablando y la tragedia de la pérdida de potencial, me gustaría que hiciéramos un experimento mental.
Si nos remontamos hace 400 años en Europa Occidental, que ya entonces, era una de las partes más alfabetizadas del planeta, se podría ver que alrededor del 15 % de la población sabía leer.
Y sospecho que si le pregunta a alguien que sabe leer, por ejemplo un miembro del clero, «
¿Qué porcentaje de la población creen que podrían llegar a leer?
» Dirían: «Bueno, con un buen sistema de educación, tal vez 20 % o 30 %».
Pero si regresamos al hoy, sabemos que esa predicción habría sido tremendamente pesimista, porque casi un 100 % de la población es capaz de leer.
Pero si hiciéramos una pregunta similar: «
¿Qué porcentaje de la población crees que es capaz de dominar el cálculo realmente o de comprender la química orgánica o de contribuir a la investigación contra cáncer?
» Muchos dirían: «Bueno, con un buen sistema de educación, tal vez 20 %, 30 %».
Pero
¿y si esa estimación solo se basa en su propia experiencia en un marco de no comprensión, su propia experiencia o en la observación de sus compañeros, que se empujan al mismo ritmo a través de clases, acumulando todas esas lagunas?
Incluso cuando se tiene que el 95 %
¿qué es el 5 % que no se domina?
Y se sigue acumulando, se llega a una clase avanzada, de repente te topa con una pared y dices, «No estoy destinado a ser un investigador contra el cáncer; ni un físico, ni un matemático».
Sospecho que esa es la realidad, pero si permitimos un marco de comprensión, si se deja tomar realmente la responsabilidad sobre su aprendizaje, y cuando algo salga mal, aceptarlo, ver el fracaso como un momento de aprendizaje, ese número, el porcentaje que realmente podría dominar el cálculo o entender la química orgánica, es en realidad mucho más cercano al 100 %.
Y esto ni siquiera es solo un buen deseo.
Creo que es un imperativo social.
Estamos saliendo de lo que llamamos la era industrial y nos dirigimos a esta revolución de la información.
Y está claro que algunas cosas están sucediendo.
En la era industrial, la sociedad era una pirámide.
En la base de la pirámide, se necesitaba mano de obra humana.
En el centro de la pirámide, había procesamiento de la información, una clase burocrática, y en la parte superior de la pirámide, los dueños del capital y empresarios y la clase creativa.
Pero sabemos lo que está sucediendo ya, a medida que estamos en esta era de la información.
En la parte inferior de la pirámide, la automatización va a entrar.
Incluso en el nivel medio, las computadoras son buenas.
Así que, como sociedad, tenemos una pregunta: Toda esta nueva productividad está sucediendo debido a esta tecnología, pero
¿quién participa en ella?
¿Solo los que están muy alto de la pirámide, en cuyo caso, qué hacen todos los demás?
¿Cómo trabajarán?
O
¿haremos algo más aspiracional?
¿Realmente intentamos invertir la pirámide, tener una gran clase creativa, y que casi todo el mundo pueda participar como empresarios, artistas, investigadores?
Y no creo que esto sea utópico.
Realmente creo que esto se basa en la idea de dejar que la gente aproveche su potencial al dominar los conceptos, al tomar responsabilidad su aprendizaje, que pueden llegar hasta allí.
Y cuando se piensa en ello como un ciudadano del mundo, es muy emocionante.
Quiero decir, piensen en el tipo de equidad que podríamos tener, y la velocidad a la que la civilización podría progresar.
Entonces, estoy bastante optimista al respecto.
Creo que va a ser un momento muy emocionante para estar vivo.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/sal_khan_let_s_teach_for_mastery_not_test_scores/