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¿Existió realmente la antigua Troya? – Einav Zamir Dembin – Charla TED-Ed

Charla «¿Existió realmente la antigua Troya? – Einav Zamir Dembin» de TED-Ed en español.

Para ver la lección completa: https://ed.ted.com/lessons/did-ancient-troy-really-exist-einav-zamir-dembin

Cuando la Ilíada de Homero fue escrita por primera vez en el siglo VIII a. C, la historia de la guerra de Troya ya era antigua. De la tradición oral existente, el público conocía las historias del largo asedio, los duelos fuera de las murallas de la ciudad y el truco que finalmente ganó la guerra. Al final, la ciudad fue quemada hasta el suelo, para nunca volver a levantarse. Pero ¿alguna vez existió? Einav Zamir Dembin investiga.

Lección por Einav Zamir Dembin, dirigida por Cabong Studios.

  • Autor/a de la charla: Einav Zamir Dembin
  • Fecha de grabación: 2018-07-26
  • Fecha de publicación: 2018-07-31
  • Duración de «¿Existió realmente la antigua Troya? – Einav Zamir Dembin»: 257 segundos

 

Traducción de «¿Existió realmente la antigua Troya? – Einav Zamir Dembin» en español.

Cuando la Ilíada de Homero se escribió por primera vez en el siglo VIII a.

C, la historia de la guerra de Troya ya era antigua.

De la tradición oral existente, el público conocía los cuentos del largo asedio, los duelos épicos fuera de las murallas de la ciudad, y el astuto truco que finalmente ganó la guerra.

Al final, la magnífica ciudad fue incendiada, para nunca volver a levantarse.

Pero ¿alguna vez existió? Para cuando el campo de la arqueología comenzó a tomar forma en el siglo XIX, muchos eran escépticos, y consideraban que la epopeya era pura ficción, un mito fundador que imagina una era heroica pasada.

Pero algunos eruditos creyeron que detrás de las hazañas sobrehumanas y los milagros divinos debía haber habido un grano de verdad histórica una guerra que realmente se luchó, y un lugar donde sucedió.

Frank Calvert era uno de esos creyentes.

Había pasado su juventud viajando y aprendiendo sobre civilizaciones antiguas antes de acompañar a su hermano Federico en una misión diplomática en la región de Anatolia noroccidental de Çanakkale.

Fue aquí donde Homero describió el campamento griego en la desembocadura del río Scamander.

Y fue aquí donde el destino puso a Frank en contacto con un periodista y geólogo llamado Charles Maclaren.

Lugareños y viajeros habían especulado mucho que Troya podría haber estado erigida en una de las colinas circundantes.

Pero Maclaren había sido uno de los primeros en publicar un estudio topográfico detallado del área.

Él creía que había encontrado el sitio, un montículo de 32 metros conocido con el nombre Hisarlık, derivado de la palabra turca para «fortaleza».

Poco después de reunirse con él en 1847, los Calverts compraron 810 ha de tierras de cultivo que incluía parte de la colina.

Antes de que pudieran explorar más, estalló la guerra de Crimea e impidió sus ambiciones arqueológicas durante varios años.

Después de la guerra, Frank Calvert comenzó a inspeccionar el sitio, pero carecía de los fondos para una excavación completa.

Aquí fue donde el rico empresario alemán y el arqueólogo aficionado Heinrich Schliemann apareció.

Invitado por Calvert, Schliemann visitó los terrenos en 1868 y decidió excavar.

Ansioso por encontrar la ciudad antigua, Schliemann hizo profundas excavaciones hasta la base de la colina.

Allí, descubrió un tesoro de artefactos preciosos, joyería, y metalistería, incluyendo dos diademas y un escudo de cobre.

Schliemann tomó todo el crédito por el descubrimiento, anunciando que había encontrado Troya y el tesoro de su rey Príamo.

Pero el verdadero tesoro estaba en otro lado.

Cuando más tarde los arqueólogos estudiaron el sitio, se dieron cuenta de que el montículo consistía en no menos de nueve ciudades, cada uno construido encima de las ruinas de los últimos.

La capa que Schliemann había descubierto databa de la edad micénica, demasiado antiguos para Homero en por lo menos 1000 años.

Pero dentro del montículo había evidencia de una ciudad que había prosperado durante la Edad del Bronce, con piedra carbonizada puntas de flecha rotas y esqueletos humanos dañados que sugieren un final violento.

Era Troy VII, entre las capas medias y ahora devastada por segunda vez por la descuidada excavación de Schliemann.

El asentamiento, que abarca unos 200 000 m cuadrados, hogar de hasta 10 000 personas, prosperó alrededor de 1180 a.

C.

Su posición en la entrada sur del estrecho de los Dardanelos habría hecho una ubicación estratégica formidable para defensa y comercio.

Lo más importante es que hay restos de un muro de fortificación masivo, quizás el mismo en donde Priamo y Héctor una vez vieron acercarse a los griegos.

Por supuesto, es difícil estar seguro que estas ruinas sean los verdaderos restos de la antigua Troya, y los eruditos aún disputan si alguna vez sucedió la Guerra de Troya descrita por Homero.

Sin embargo, la evidencia es lo suficientemente fuerte para que la UNESCO haya etiquetado Hisarlık el sitio arqueológico de Troya.

Con independencia de su identidad, gracias a la persistencia, un poco de fe y mucha investigación, los arqueólogos están trayendo los secretos enterrados desde hace mucho tiempo de una antigua ciudad perdida a la luz.

https://www.ted.com/talks/einav_zamir_dembin_did_ancient_troy_really_exist/

 

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