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Charla «FBI, ¡aquí estoy!» de TEDGlobal 2011 en español.
Después de caer accidentalmente en una lista de vigilancia, a Hasan Elahi le recomendaron agentes locales del FBI que les informara de sus viajes. Él decidió no sólo hacer eso… sino mucho más.
- Autor/a de la charla: Hasan Elahi
- Fecha de grabación: 2011-07-14
- Fecha de publicación: 2011-10-31
- Duración de «FBI, ¡aquí estoy!»: 870 segundos
Traducción de «FBI, ¡aquí estoy!» en español.
Hola.
Soy Hasan.
Soy artista.
A menudo cuando digo que soy artista, me miran y dicen: "
¿Acaso pintas?
" o, «
¿Con qué clase de medio trabajas?
» Bueno, la mayor parte del trabajo que hago tiene que ver más bien sobre metodologías que en una disciplina en especial o una técnica específica.
Lo que realmente me interesa es la creatividad en resolver problemas.
Hace unos años tuve un pequeño problema.
Voy a contarles algo sobre eso.
Por aquí comenzó, Este es el aeropuerto de Detroit el 19 de junio del 2002.
Volvía a los Estados Unidos de una exposición en el exterior.
Estaba regresando cuando un agente del FBI me abordó, me llevó a una pequeña sala y me hizo toda clase de preguntas: «
¿De dónde viene?
¿Qué estaba haciendo?
¿Con quién habló?
¿Por qué estaba allá?
¿Quién paga sus viajes?
» Todos esos detalles.
Y luego, literalmente de la nada, el tipo me preguntó: «
¿Dónde estuvo el 12 de septiembre?
» Cuando a la mayoría nos preguntan: «
¿Dónde estuvo el 12 de septiembre?
» o cualquier otra fecha, es como: «No recuerdo exactamente, pero déjeme consultarlo».
Saqué mi pequeño asistente digital y le dije: «Bueno, veamos mis citas del 12 de septiembre».
Ese día, de 10:00 a.m.
a 10:30 a.m., pagué el alquiler de mi bodega.
De 10:30 a.m.
a 12:00 p.m., me reuní con Judith que era una de mis estudiantes de postgrado.
De 12.00 p.m.
a 3:00 p.m., estuve dictando mi clase introductoria, 3:00 p.m.
a 6:00 p.m., dicté la clase avanzada.
«
¿Dónde estuvo el día 11?
¿Dónde estuvo el día 10?
» «
¿Dónde estuvo el 29?
¿Y el 30?
» «
¿Dónde estuvo el 5 de octubre?
» Le leí como unos 6 meses de mi calendario.
No creo que él esperara que yo tuviera un registro tan detallado de lo que había hecho.
Fue bueno tenerlo, porque el naranja-prisión no me queda bien.
(Risas)
Me preguntó…
(Aplausos)
«… esta bodega que alquila,
¿qué guarda ahí?
» Esto fue en Tampa, Florida y le dije: «Ropa de invierno que no me sirve de nada en la Florida, muebles que no me caben en mi apartamento; sólo cosas como para una venta de garaje, porque yo tiendo a guardar todo".
Entonces me miró bastante confundido y me dijo: «
¿Nada de explosivos?
»
(Risas)
Y le dije: «No, no.
Estoy seguro de que no había explosivos.
Si los hubiera me acordaría".
Él seguía confundido, pero pienso que cualquiera que hable conmigo por un par de minutos se daría cuenta que no soy precisamente una amenaza terrorista.
Sentados ahí como por una hora, o una y media, volvía siempre a lo mismo, finalmente me dijo: «Bueno, ya tengo suficiente información, voy a pasar esto a la oficina de Tampa, que fueron los que empezaron con esto; ellos le darán seguimiento y nosotros nos ocuparemos de esto».
Le dije: "Perfecto".
Me fui a casa y sonó el teléfono; un señor se presentó.
En breve, era la oficina del FBI en Tampa donde pasé 6 meses de mi vida yendo y viniendo ocasionalmente.
A propósito, ustedes saben que en los Estados Unidos no se pueden tomar fotos de edificios federales, pero Google sí que puede hacerlo por ti, así que amigos de Google, gracias.
(Aplausos)
Pasé mucho tiempo en este edificio.
Preguntas como: «
¿Ha visto o ha participado usted en algún acto que pudiera dañar a los Estados Unidos, o a una nación extranjera?
» Pueden imaginarse el estado emocional en que está uno cuando le pasa esto.
En esencia estás cara a cara con alguien que puede decidir sobre la vida o la muerte.
Con preguntas como…
en verdad, con el polígrafo, que fue a lo que finalmente llegamos, después de nueve sesiones consecutivas…
una de las preguntas fue… bueno, la primera, fue: «
¿Su nombre es Hasan?
» «Sí».
¿Estamos en la Florida?
«Sí» «
¿Hoy es martes?
» «Sí».
Todo es a punta de sí o no.
Luego la siguiente es, naturalmente: «
¿Pertenece usted a algún grupo que desea hacer daño a los Estados Unidos?
» Trabajo para una universidad.
(Risas)
Contesté: «Tal vez usted quisiera preguntarle esto directamente a mis colegas».
Luego me dijeron: «Bueno, aparte de lo dicho,
¿pertenece usted a algún grupo que quiere dañar a los Estado Unidos?
» Y dije: "No".
Al final de seis meses de esto y nueve sesiones consecutivas de polígrafo, me dijeron: "Oye todo está bien".
Entonces dije: «Ya lo sabía.
Eso es lo que les he tratado de decir todo el tiempo.
Yo sé que todo está bien».
Me miraron con extrañeza.
Era como decir: «Oigan, yo viajo mucho».
Así es con el FBI.
Era como, «Sólo nos falta Alaska y no hallar el último memorando para comenzar de nuevo todo, otra vez».
Había una sincera preocupación.
Me dijeron: «Ya sabe, si se mete en problemas, denos una llamada…
nosotros nos encargamos».
Desde entonces, antes de cada viaje yo llamaba al FBI.
Y les decía: «Amigos, me voy a tal parte.
Este es mi vuelo.
Es el Northwest vuelo siete que llega de Seattle el 12 de marzo», o lo que fuera.
Un par de semanas más tarde, llamaría de nuevo y les informaría.
No es que tuviera que hacerlo, pero así lo decidí.
Sólo quería decir: «Amigos, no quiero que piensen que estoy haciendo movimientos súbitos,
(Risas)
no quiero que piensen que estoy a punto de huir, sólo los estoy enterando.
Atentos".
Seguí haciendo esto una y otra y otra vez.
Luego las llamadas se convirtieron en correos, y estos eran cada vez más largos…
con fotos, con datos del viaje.
Después hice una página web y más tarde construí esto.
Volvamos aquí.
De hecho la diseñé en el 2003.
Con esto me pueden seguir en cualquier momento.
Escribí un programa para mi celular.
En el fondo lo que decidí es: bueno, me quieren observar, perfecto.
Yo mismo me vigilaré, está bien.
No necesitan malgastar su energía y sus recursos.
Les voy a ayudar.
Mientras tanto, pensé,
¿qué más podrán saber de mí?
Probablemente tienen todo sobre mis vuelos, entonces decidí ponerlos todos desde que nací.
Como pueden ver Delta 1252 de Kansas City a Atlanta.
Aquí ven algunas de las comidas que sirven en los viajes.
Este fue el Delta 719 de Nueva York a San Francisco.
¿Ven esto?
No me dejan llevarlo conmigo pero me lo entregan dentro del avión.
(Risas)
Estos son los aeropuertos a donde voy porque me fascinan.
Este es el Kennedy, martes 19 de mayo, Esto es en Varsovia.
Singapur.
Vean, están casi vacíos.
Estas fotos son en efecto anónimas porque cualquiera las pudo haber tomado.
Pero si se cotejan estos datos con los demás, en esencia estás haciendo el papel de un agente del FBI, al ponerlos todos juntos.
Si estás en la situación de tener que justificar cada momento de tu vida esto te hace reaccionar de una manera muy diferente.
Cuando esto sucedía, lo último en mi mente era un «proyecto artístico».
No pensaba que tenía ahí trabajo nuevo.
Pero al revisar todo esto, me di cuenta,
¿qué pasó?
Al ensamblar todo esto, con esto y con esto, esta manera de ver todo lo que me había sucedido, con el tiempo evolucionó y se convirtió en este proyecto.
Estas son las tiendas donde compro — algunas de ellas — porque necesitan saberlo.
Aquí estoy yo comprando paté de pato en el Ranch 99 en Daly City el domingo 15 de noviembre.
En el supermercado coreano estoy comprando kimchi, porque me encanta.
También compré unos cangrejos ahí cerca y algunas Chitlins en el Safeway de Emoryville.
Y también, detergente para lavadora en West Oakland, perdón, en East Oakland.
Y luego mis medusas marinadas en el supermercado de Hong Kong, en la Ruta 18, en East Brunswick.
Ahora, si vamos a mis registros bancarios, se verá algo ahí, como que el 9 de mayo compré $14,79 de combustible en el Safeway de Vallejo.
No es sólo que yo esté dando esta información de aquí y de allá, sino que hay un tercero independiente, mi banco, que está certificando que en verdad estuve allá en ese momento.
Ahí están esos puntos realmente cotejados y verificados.
Se están haciendo los controles.
Algunas veces son sólo pequeñas compras.
34 centavos de comisión de una transacción en el exterior.
Todo esto extraído de mis cuentas bancarias y todo aparece inmediatamente.
En ocasiones hay demasiada información.
Aquí estaba mi viejo apartamento en San Francisco Y a veces se obtiene esto.
Puede resultar así; un salón vacío en Salt Lake City.
El 22 de enero.
Puedo decir exactamente con quién estuve y en dónde, pues eso es lo que tenía que hacer con el FBI.
Debía decir cada detalle de cada cosa.
Paso mucho tiempo viajando.
Este es un aparcadero en Elko, Nevada, a la salida de la ruta 80, el 19 de agosto a las 8:01 p.m.
Paso mucho tiempo en estaciones de servicio, en estaciones vacías de tren.
Tengo muchas bases de datos y miles de miles de miles de fotos.
Ahora mismo tengo 46 000 imágenes en mi página y el FBI las ha examinado todas, al menos confío que las hayan visto.
A veces no tengo mucha información, como esta cama vacía.
O puede que tenga mucha información escrita sin nada visual.
Algo como esto.
A propósito, esta es la ubicación de mi local favorito de sándwiches en California; sándwich vietnamita.
Hay varias categorías de lugares dónde comer; estaciones de tren y estaciones de servicio vacíos.
Y estas son algunas de las comidas que he preparado en casa.
¿Cómo saber cuáles han sido tomadas en casa?
El mismo plato aparece muchas veces.
Entonces hay que hacer un trabajo de detective.
En ocasiones la base de datos se vuelve muy específica.
Estos son tacos consumidos en la ciudad de México cerca a una estación de tren.
del 5 al 6 de julio.
Éste fue a las 11:39 a.m.
Éste otro a la 1:56 p.m.
Y éste a las 4:59 p.m.
Anoto la hora cada rato.
A toda hora estoy tomando fotos.
Todo esto lo hago con mi iPhone; se va derecho al servidor, allí se hace el trabajo de archivo, clasificación y ensamble.
Ellos deben saber en donde hago mi trabajo porque lo quieren saber todo.
Así, el 4 de diciembre estuve aquí.
Y el sábado, 14 de junio del 2009, esto fue como a las dos de la tarde en Skowhegan, Maine, en mi departamento.
Lo que aparece aquí son partes y fragmentos de toda esa información.
En mi página hay cantidades de cosas, pero la interfaz no es muy amigable, más bien es hostil con el usuario.
Una de las razones de la hostilidad es porque aunque ahí está todo cuesta trabajo buscarlo Al poner toda esa información ahí, simplemente estoy dejando constancia de todo.
Pero entre todo ese ruido que pongo, en realidad tengo una vida completamente privada y anónima.
En realidad, Uds.
saben muy poco de mí.
He llegado a la conclusión de que la manera de proteger la privacidad, particularmente en esta época en que todo está catalogado, archivado y registrado, es que ya no es necesario borrar información.
¿Qué hacer si todo está a la vista?
Uno tiene que tomar el control.
Si les diera toda esta información directamente, verían un tipo de identidad muy diferente al que revisarían y examinarían parte por parte.
Otro aspecto interesante que observamos es que las agencias de inteligencia — no importa cuáles — todas ellas funcionan como fábricas, cuya mercancía es la información, o la información de acceso restringido.
La razón por la que esa información tiene un valor es porque nadie más tiene acceso a ella.
Al eliminar al intermediario y entregarla directamente, la información que tiene el FBI ya no vale nada y se devalúa su moneda.
Yo entiendo que a nivel individual, esto es simplemente simbólico.
Pero si 300 millones de personas en Estados Unidos empezáramos a hacer lo mismo, habría que revisar todo el sistema de inteligencia desde la base.
Si todo el mundo compartiera todo, pues ya no funcionaría.
Y a eso estamos llegando.
Cuando comencé este proyecto la gente me miraba y me preguntaba: «
¿Por qué quieres decirle a todo el mundo lo que haces, a dónde vas?
¿Por qué subes todas esas fotos?
» Esto era antes de que Twitter estuviera en todas partes y de que 750 millones de personas estuvieran publicando su posición o husmeando a los demás.
En cierta forma, me alegra ser completamente obsoleto.
Sigo en el proyecto aunque esté en desuso, porque todo el mundo lo está haciendo.
Todos lo hacemos diariamente, consciente o inconscientemente.
Estamos creando nuestros propios archivos.
Algunos de mis amigos me dicen: «Oye, estás paranoico.
¿Por qué lo haces?
Si nadie te está observando.
Nadie te está molestando".
Algo que hago es mirar con cuidado los registros del servidor.
Porque se trata de vigilancia.
Miro quién me está observando.
Y me encuentro con esto.
Estos son algunos de los registros.
Son muestras de lo que pueden ver Yo limpié parte de la lista para que se vea bien.
Para que se note lo que al Homeland Security le gusta pasar…
Departamento de Seguridad Nacional Pueden ver que a la Agencia de Seguridad le gusta visitarme.
Me mudé físicamente muy cerca a ellos.
Ahora vivo en la misma calle.
La Agencia Central de Inteligencia (CIA).
El Despacho Ejecutivo del Presidente No estoy muy seguro por qué se dejan ver, pero lo hacen.
Pienso que les gusta mirar el arte.
Me alegra que patrocinen esta forma de arte.
Muchas gracias.
Se los agradezco.
(Aplausos)
Bruno Giussani: Hasan, solo por curiosidad.
Dices que: «Ahora todo sale de mi iPhone, automáticamente», pero en realidad tomas las fotos y metes la información.
¿Cuántas horas al día te toma esto?
HE: Casi nada.
No es diferente de enviar un mensaje.
No es distinto de revisar el correo.
Es como tantas otras cosas que hacemos, sin saberlo nos acostumbramos bien.
Se vuelve rutinario.
Es decir, al actualizar la información, ni pensamos cuánto tiempo nos toma hacerlo.
Es simplemente teclear un par de veces el celular, se envía y listo.
Todo es automático del otro lado.
BG: Y cuando estás en un lugar donde no hay conexión,
¿El FBI se enloquece?
HE: Todo llega al último punto donde estaba.
Y se quedan en ese lugar.
Si voy en un vuelo de 12 horas, ven el último aeropuerto, de donde salí.
BG: Muchas gracias, Hasan.
(HE: Gracias)
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/hasan_elahi_fbi_here_i_am/