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Charla «Geoffrey Canada: Nuestras escuelas decadentes. ¡Basta ya!» de TED Talks Education en español.
¿Por qué, por qué, por qué nuestro sistema educativo parece tan similar al de hace 50 años? Millones de estudiantes estaban reprobando entonces, como ahora, y es porque estamos aferrados a un modelo que claramente no funciona. El defensor de la educación Geoffrey Canada reta al sistema a mirar los datos, a pensar en los niños y a hacer cambios sistemáticos con el fin de ayudar a que un mayor número de niños sobresalgan.
- Autor/a de la charla: Geoffrey Canada
- Fecha de grabación: 2013-05-07
- Fecha de publicación: 2013-05-08
- Duración de «Geoffrey Canada: Nuestras escuelas decadentes. ¡Basta ya!»: 1027 segundos
Traducción de «Geoffrey Canada: Nuestras escuelas decadentes. ¡Basta ya!» en español.
Estoy un poco nervioso porque mi esposa Yvonne me dijo, «Geoff, tú ves las charlas de TED».
Le dije, «Sí corazón, me gustan las charlas de TED».
Me dijo, «Sabes, ahí son, realmente inteligentes, talentosos…» Le dije, «Lo sé, lo sé».
(Risas)
Me dijo, «No quieren ver, bueno, al negro enojado».
(Risas)
Así que le dije, «No, seré bueno, corazón, Seré bueno.
Lo soy».
Pero estoy enojado.
(Risas)
Y la última vez que me fijé, sigo…
(Aplausos)
Es por esto por lo que estoy emocionado, pero sigo enojado.
Este año, habrá millones de nuestros niños que innecesariamente vamos a perder pero que podríamos salvarlos, a todos, ahora mismo.
Han visto la calidad de los educadores que han estado aquí.
No me digan que no pueden llegar a esos niños y salvarlos.
Sé que podrían.
Es absolutamente posible.
¿Por qué no lo hemos hecho?
Aquellos de nosotros que en educación nos atenemos a un plan en el que no nos importa cuántos millones de jóvenes reprueben, vamos a continuar haciendo algo que no funcionó, y nadie se enoja por ello,
¿cierto?
, basta con decir, «Basta ya».
Así que tenemos un plan que simplemente no tiene ningún sentido.
Saben, me crié en una zona marginal de la ciudad, y ahí había niños reprobando en las escuelas hace 56 años, cuando fui por primera vez a estudiar, y esas escuelas siguen malas hoy, 56 años después.
¿Y saben algo sobre una escuela mala?
No es como una botella de vino.
¿Cierto?
(Risas)
Donde uno diga algo como, el 87 fue un buen año,
¿verdad?
Así es ahora, quiero decir, cada año, se sigue el mismo enfoque,
¿cierto?
Una talla única para todos, si te queda, bien, y si no, mala suerte.
Solo mala suerte.
¿Por qué no permitimos innovación?
No me digan que no podemos hacer algo mejor que esto.
Miren, van a un lugar en que los niños reprueban durante 50 años, y preguntan, «Entonces,
¿cuál es el plan?
» Y les responden, «Vamos a hacer lo mismo que hicimos el año pasado».
¿Qué tipo de modelo es este?
Los bancos solían operar entre las 10 y las 3.
Funcionaban de 10 a 3.
Cerraban a mediodía.
¿Quién puede ir al banco entre las 10 y las 3?
Los desempleados.
Pero ellos no necesitan de los bancos.
No tienen dinero ahí.
¿Quién creó ese modelo?
Y así fue durante décadas.
¿Saben por qué?
Porque no les importaba.
No se trataba de sus clientes.
Se trataba de los banqueros.
Crearon algo que les funcionaba bien a ellos.
¿Cómo podías ir al banco cuando estabas trabajando?
No importaba.
Y no les importa que Geoff estuviera enojado porque no podía ir al Banco.
Pues ve a otro banco.
Todos eran iguales,
¿verdad?
Un día, un banquero loco tuvo una idea.
Tal vez deberíamos tener el banco abierto cuando la gente salga del trabajo.
Tal vez les guste.
¿Qué tal un sábado?
¿Y si ponemos algo de tecnología?
Bien, soy un fanático de la tecnología, pero tengo que admitir aquí, que estoy un poco viejo.
Era un poco lento, y no confiaba en la tecnología, y cuando salieron con los nuevos artilugios, estos cajeros en los que pones una tarjeta y te dan el dinero, yo pensaba, «De ninguna manera esa máquina va a contar bien el dinero.
Nunca lo voy a utilizar».
Así que la tecnología ha cambiado.
Las cosas han cambiado.
Sin embargo, no la educación.
¿Por qué?
¿Por qué cuando teníamos teléfonos de disco, cuando teníamos gente paralizada por la poliomielitis, estábamos enseñando del mismo modo que estamos haciéndolo ahora?
Y si uno viene con un plan para cambiar las cosas, la gente te considera radical».
Dicen las peores cosas.
Un día dije, pues mira, si la ciencia dice, —esto es ciencia, no soy yo— que nuestros niños más pobres pierden terreno en el verano…
Evalúas dónde están en junio y dices, bueno, ahí van.
Miras dónde están en septiembre, y se han ido abajo.
Dices, ¡Ay! De esto me enteré en el 75 cuando estaba en la facultad de educación de Harvard.
Dije, «Esto es un estudio importante».
Porque sugiere que debemos hacer algo.
(Risas)
Cada 10 años se reproduce el mismo estudio.
Dice exactamente lo mismo: Los niños pobres pierden terreno en el verano.
El sistema decide que no hay escuelas en el verano.
Saben, siempre me he preguntado,
¿quién hace las reglas?
Miren bien; durante años estuve en la facultad de educación de Harvard.
Pensé que sabía algo.
Dijeron que era por el calendario agrario, y que la gente tenía…
pero déjenme decirles por qué eso no tiene sentido.
No lo entiendo, nunca lo he entendido, porque todo el que tiene una granja sabe que no se siembra en julio y agosto.
Se siembra en primavera.
¿Así que quién vino con esta idea?
¿De quién es?
¿Por qué lo hacemos así?
Bien, resulta que en la década de 1840 teníamos escuelas abiertas todo el año.
Estaban abiertas todo el tiempo, porque muchos tenían que trabajar todo el día.
No tenían ningún lugar para dejar a sus hijos.
Era perfecto tener escuelas.
Así que esto no es un mandato de los dioses de la educación.
Entonces,
¿por qué?
¿Por qué?
Porque nuestra profesión se niega a usar la ciencia.
Ciencia.
Tenemos a Bill Gates diciendo: «Miren, esto funciona.
Podemos hacerlo».
¿Cuántos lugares en EE.
UU.
van a cambiar?
Ninguno.
Ninguno.
Bueno, sí, hay dos.
Sí, habrá algún lugar, porque algunas personas harán lo correcto.
Como profesión, tenemos que detener esto.
La ciencia es clara.
Aquí está lo que sabemos.
Sabemos que el problema comienza inmediatamente.
Esta es la idea, de cero a tres.
Mi esposa Yvonne y yo, tenemos cuatro hijos, tres ya grandes y uno de 15 años.
Es una larga historia.
(Risas)
Con nuestros primeros hijos, no conocíamos la ciencia del desarrollo del cerebro.
No sabíamos lo críticos que eran los tres primeros años.
No sabíamos qué estaba sucediendo en esos cerebros jóvenes.
No sabíamos lo importante que era el papel cómo el lenguaje, el estímulo y reacción, la llamada y respuesta, inciden en el desarrollo de los niños.
Lo sabemos ahora.
¿Qué estamos haciendo al respecto?
Nada.
Lo sabe la gente adinerada.
Lo sabe la gente educada.
Y sus hijos tienen una ventaja.
La gente pobre no lo sabe, y no estamos haciendo nada para ayudarlos.
Pero sabemos que esto es fundamental.
Por ejemplo, el pre-kínder.
Sabemos que es importante para los niños.
Los niños pobres necesitan esa experiencia.
Pero no.
En muchos lugares, no existe.
Sabemos que los servicios de salud son importantes.
Ofrecemos servicios de salud y la gente siempre me está reclamando, porque yo me ocupo de las cuentas y los datos y todas esas cosas importantes.
Pero como prestamos servicios de salud, tengo que conseguir mucho dinero.
La gente solía decir cuando nos financiaba, «Geoff,
¿por qué das estos servicios de salud?
«.
Yo tenía que hacer esas cosas.
Y decía: «Bueno, saben, un niño que tiene una muela picada no va a ser capaz de estudiar».
Y tenía que hacerlo porque había que reunir el dinero.
Pero ahora soy mayor,
¿y saben lo que les digo ahora?
¿Saben por qué ofrezco a los niños esos beneficios para la salud y el deporte y la recreación y las artes?
Porque me gustan los niños.
Realmente me gustan los niños.
(Risas)
(Aplausos)
Pero cuando son realmente agresivos, personas realmente avasalladoras, les digo «Lo hago porque tú lo haces para tu hijo».
Y nunca se ha publicado un estudio del MIT que diga que darle a tu hijo clases de baile va a ayudarles con el álgebra pero les dan esas clases de baile a los niños, y se emocionan cuando el niño quiere clases de baile, y les hace el día.
¿Y por qué los niños pobres no tienen la misma oportunidad?
Es lo mínimo para estos niños.
(Aplausos)
Hay otra cosa.
Soy alguien que prueba.
Creo que se necesitan datos, información, porque trabajas en algo, que crees que funciona, y te das cuenta de que en realidad no sirve.
O sea, somos educadores.
Trabajas, hablas, y piensas que entienden, genial,
¿no?
Y descubres que no.
Pero también está el problema con las pruebas.
Los exámenes que hacemos, —vamos a tener la prueba en Nueva York la semana que viene, es en abril—.
¿Sabes cuándo vamos a tener los resultados?
Tal vez julio, o en junio.
Y los resultados tienen importantes datos.
Te dirán que a Raheem le cuesta trabajo, que no podía hacer multiplicaciones de dos dígitos, —importante—, pero los dan después de que la escuela ha terminado.
Y por lo tanto,
¿qué hacer?
Irse de vacaciones.
(Risas)
Regresan de vacaciones.
Ahora tienen todos estos datos de la prueba del año pasado.
No los miran.
¿Para qué mirarlos?
Se trata ahora de enseñar este año.
Así que,
¿cuánto dinero gastamos en todo eso?
Miles y miles de millones de dólares por datos ya demasiado tarde para usarlos.
Necesito esos datos en septiembre.
Me servirían en noviembre.
Debería saber a quién le cuesta trabajo y si lo que hice fue efectivo.
Necesito saberlo esta misma semana.
No sirve saberlo al final del año cuando ya es demasiado tarde.
Porque conforme me hago viejo, me he vuelto un poco clarividente.
Puedo predecir los resultados de las escuelas.
Llévenme a cualquier escuela.
Soy realmente bueno en las escuelas de barrios que están luchando.
Si me dicen que el año pasado el 48% de esos niños estaban en nivel apropiado al grado, contesto, «Bueno,
¿cuál es el plan, qué hicimos del año pasado a este año?
» Y me dicen: «Estamos haciendo lo mismo».
Voy a hacer una predicción.
(Risas)
Este año, entre el 44% y el 52% de esos niños estarán en un nivel apropiado al grado.
Y siempre voy a acertar.
Así que estamos gastando todo este dinero, pero,
¿qué ganamos con eso?
Los maestros necesitan información real ahora mismo sobre lo que está sucediendo a nuestros hijos.
Es importante hoy, porque así pueden hacer algo al respecto.
Esta es la otra cuestión de la que creo que tenemos que ocuparnos.
No podemos reprimir la innovación en nuestra profesión.
Tenemos que innovar.
Pero la gente en nuestra profesión se molesta con la innovación.
Se enfadan si haces algo diferente.
Si intentas algo nuevo, te dirán, «Ah, escuelas por concesión».
Bueno, lo intentamos.
Veamos.
Esto no ha funcionado durante 55 años.
Vamos a intentar algo diferente.
Y aquí está el problema.
Algo no va a funcionar.
Saben, la gente me dice, «Sí, muchas de las escuelas por concesión no funcionan».
Muchas de ellas no.
Deberían cerrarse.
En serio, realmente creo que deberían cerrarse.
Pero no podemos confundir entre «entender la ciencia», y por otra parte, «como hay cosas que no funcionan es mejor no hacer nada».
Porque esta no es la manera como funciona el mundo.
Pensemos en la tecnología; imaginen si así fuera con la tecnología.
Cada vez que algo no funcionara, simplemente tiramos la toalla y decimos, «Olvídalo».
Ya entendí.
Estoy seguro de que algunos de Uds.
eran como yo; lo último y más grande, la PalmPilot.
Me dijeron, «Geoff, si consigues esta PalmPilot nunca necesitarás nada más».
Eso duró solo 3 semanas.
Se acabó.
Tenía rabia de haber gastado mi dinero en esa cosa.
¿Alguien dejó de innovar?
Ni una persona.
Ni un alma.
La gente siguió.
Siguieron inventando.
El hecho de que fallen no debe detenernos en propiciar el avance de la ciencia.
Nuestra tarea, como educadores…
hay cosas que sabemos que podemos hacer.
Y tenemos que hacerlo mejor.
La evaluación, tenemos que empezar antes, tenemos que asegurarnos de proporcionar el apoyo a los jóvenes.
Tenemos que darles todas las oportunidades.
Es lo que tenemos que hacer.
Esto de la innovación, esta idea de que hay que seguir innovando hasta que realmente entendamos la ciencia, es algo absolutamente crítico.
Y esto es algo, por cierto, que creo va a ser un reto para toda nuestra profesión.
Los EE.
UU.
no pueden esperar otros 50 años para llegar a esto.
Se ha agotado el tiempo.
No sé nada de abismos fiscales, pero sí sé que hay un acantilado educativo al que nos dirigimos en este preciso momento, si dejamos que la gente siga con esta tontería de que no podemos costearnos esto.
Bill Gates dice que va a costar 5 mil millones de dólares.
¿Qué son 5 mil millones de dólares para los EE.
UU.?
¿Cuánto gastamos en Afganistán este año?
¿Cuántos billones?
(Aplausos)
Cuando el país se preocupa por algo, gastamos billones de dólares sin pestañear.
Cuando se ve amenazada la seguridad de EE.
UU., gastamos cualquier cantidad de dinero.
La verdadera seguridad de nuestra nación es preparar la siguiente generación para que pueda tomar nuestro lugar y ser los líderes del mundo cuando se trate de pensar en la tecnología y la democracia y todas esas cosas que nos importan.
Me atrevo a decir que es una miseria, lo que se requeriría para poder realmente comenzar a resolver algunos de estos problemas.
Y una vez que lo hagamos, ya no estaré enojado.
(Risas)
Por lo tanto, amigos, ayúdenme a conseguirlo.
Les agradezco mucho.
Gracias.
(Aplausos)
John Legend:
¿Cuál es la tasa de deserción de la preparatoria en Harlem Children’s Zone?
Geoffrey Canada: Bueno, ya sabes, John, el 100% de nuestros niños se graduaron de la preparatoria el año pasado en mi escuela.
El 100% de ellos fueron a la Universidad.
Este año el 100% de los que están en último año, se graduará .
Lo último que oí fue que teníamos un 93% aceptado en la Universidad.
Ojalá alcancemos ese otro 7%.
Así es como vamos.
(Aplausos)
JL:
¿Cómo mantienen el contacto con ellos después de que dejan la preparatoria?
GC: Bueno, uno de los problemas que tenemos en este país es que estos niños, los mismos niños, estos mismos niños vulnerables, cuando alcanzan a ir a la escuela, desertan en cifras récord.
Y hemos llegado a la conclusión de que hay que diseñar una red de apoyo para estos niños en muchos sentidos que imite lo que hace un buen padre.
Te acosa,
¿correcto?
Te llama, te dice, «Quiero ver tus calificaciones.
¿Cómo te fue en el último examen?
¿Cómo así que quieres dejar la escuela?
No vas a regresar aquí».
Así que un montón de mis niños saben que no pueden volver a Harlem porque Geoff los está buscando.
Piensan, «realmente no puedo regresar».
No.
Mejor sigo en la escuela.
Pero no estoy bromeando acerca de esto, se requiere un poco para entender el problema.
Si los niños saben que te niegas a dejarlos fracasar, sienten una presión distinta, y no se rendirán tan fácilmente.
A veces no lo sienten, y piensan, «Es que yo no quiero hacerlo, pero sé que mi madre se enojaría».
Bueno, eso le importa a los niños, y les ayuda a seguir.
Intentamos crear un conjunto de estrategias de tutoría y de ayuda y apoyo, pero también un conjunto de estímulos que les dicen, «Tú puedes.
Va a ser difícil, pero no vamos a dejarte fallar».
JL: Bien, gracias Dr.
Canada.
Por favor denle un aplauso una vez más.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/geoffrey_canada_our_failing_schools_enough_is_enough/