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Charla «Gregory Stock: mejorarnos es humano» de TED2003 en español.
En esta profética charla del 2003, justo unos días antes de que la oveja Dolly fuera embalsamada, el ético en biotecnología Gregory Stock dio una mirada al futuro de las más trascendentes y controvertidas nuevas tecnologías, como la de hacer bebés a la medida, cuya aceptación podría impulsar la evolución humana.
- Autor/a de la charla: Gregory Stock
- Fecha de grabación: 2003-02-02
- Fecha de publicación: 2009-04-14
- Duración de «Gregory Stock: mejorarnos es humano»: 1071 segundos
Traducción de «Gregory Stock: mejorarnos es humano» en español.
El futuro de la vida y a dónde… al desentrañar nuestra biología…
pongan la luz, no traje diapositivas, sólo voy a hablar sobre….
a dónde probablemente nos conducirá.
Saben, vi todas las visiones de las primeras sesiones; y me hicieron sentir un poco culpable por tener una charla alentadora acerca del futuro.
En cierta forma me hicieron sentir mal pero en realidad no creo que esté mal porque a fin de cuentas, es esta trayectoria más amplia lo que en realidad va a permanecer, lo que la gente en el futuro va a recordar de este época.
Les quiero hablar un poco acerca del por qué las visiones de gente como Jeremy Rifkin, que quisieran prohibir este tipo de tecnologías, o de quienes, como Bill Joy, quisieran renunciar a ellas, son en realidad caminos que nos llevarían a una tragedia.
Me estoy enfocando en la biología, las ciencias biológicas.
La razón de hacerlo es porque esas serán las áreas más transcendentes para nosotros.
Y la razón es en verdad muy simple: es porque somos de carne y hueso.
Somos criaturas biológicas y lo que podamos hacer con nuestra biología va a moldear nuestro futuro, el de nuestros hijos y el de sus hijos, ya sea que logremos controlar el envejecimiento, o que aprendamos a protegernos contra el Alzheimer y las enfermedades del corazón y el cáncer.
Pienso que Shakespeare lo escribió bien, es más, voy a usar las palabras en el mismo orden que él.
(Risas)
Dijo: «Y así de hora en hora maduramos y maduramos; y luego de hora en hora nos pudrimos y pudrimos, y eso encierra una lección.» La vida es corta, saben, y necesitamos pensar un poco en la planificación.
Con el tiempo, incluso en el mundo desarrollado, todos vamos a tener que perder algo que amamos.
Cuando empiecen a pudrirse un poco, todos los videos se les amontonaran en la cabeza, todas las extensiones que amplían sus diversas capacidades empezarán a parecer un poco secundarias.
Y bueno, ya me estoy poniendo canoso, también Ray Kurzweil, también Eric Drexler.
Eso es lo que realmente es central en nuestras vidas.
Ahora bien, sé que se ha hablado mucho acerca de nuestra capacidad para controlar la biología.
Sólo hay que pensar en el Proyecto del Genoma Humano.
Apenas hace dos años que todos estaban hablando de que habíamos encontrado el Santo Grial de la biología.
Estamos descifrando el código de los códigos.
Estamos leyendo el libro de la vida.
Recuerda un poco a 1969 cuando Neil Armstrong caminó en la luna y todos íbamos a salir corriendo hacia las estrellas.
Todos hemos visto 2001: Odisea del Espacio.
Pero estamos en 2003 y HAL no existe, y no hemos emprendido una odisea hacia nuestra luna, menos aún a las de Júpiter; todavía estamos recogiendo pedazos del Challenger.
No es sorpresa que algunas personas se pregunten si quizás en 30 ó 40 años a partir de ahora, miraremos atrás a este instante del tiempo Y todos esos discursos acerca del Proyecto del Genoma Humano y lo que todo esto va a significar para nosotros…
En realidad su trascendencia será mínima.
Sólo quiero decir que de ninguna manera eso es lo que sucederá.
Porque cuando hablamos de nuestra genética y nuestra biología de su modificación, alteración y ajuste, estamos hablando de modificarnos a nosotros mismos, y esto es algo decisivo.
Si tienen dudas acerca de cómo la tecnología afecta nuestras vidas, simplemente vayan a una ciudad grande.
Ya no son el lugar favorito de nuestros ancestros del Pleistoceno.
Lo que sucede es que estamos usando esta tecnología, que se está volviendo más precisa, más potente y la estamos dirigiendo hacia nosotros.
Antes de que todo termine vamos a cambiarnos a nosotros mismos tanto como hemos cambiado el mundo que nos rodea.
Va a suceder mucho más rápido de lo que la gente imagina.
Y de paso va a revolucionar por completo la medicina y el cuidado de la salud, evidentemente.
Va a cambiar la manera en que tendremos hijos, va a cambiar la manera en que manejamos y alteramos nuestras emociones.
Probablemente va a cambiar la esperanza de vida humana.
En efecto nos hará cuestionarnos qué significa ser humanos.
El contexto más amplio de esto son las dos revoluciones sin precedentes que hoy están ocurriendo.
La primera de ellas es la obvia: la revolución del silicio, con la que están muy familiarizados; está cambiando nuestras vidas de tantas maneras y lo seguirá haciendo.
La esencia de esto es que estamos tomando la arena a nuestros pies, el silicio inerte a nuestros pies y le estamos inyectando un grado de complejidad que rivaliza con la de la vida misma e incluso podría superarla.
Como una extensión de esto, como hija de esa revolución está la revolución en la biología.
La revolución genómica, proteómica, metabolómica y todas esas «ómicas» que suenan fantásticas para las donaciones y los planes comerciales.
Lo que estamos haciendo es tomar el control sobre nuestro futuro evolutivo.
Me explico, en esencia estamos usando la tecnología para acelerar la evolución hacia delante.
No queda claro a dónde nos va a llevar, pero en cinco o diez años vamos a empezar a ver algunos cambios muy profundos.
Los cambios más inmediatos los veremos en áreas como la medicina.
Va a ver un enorme cambio hacia la medicina preventiva conforme empecemos a poder identificar todos los factores de riesgo que tenemos como individuos.
¿Pero quién va pagar por todo esto?
¿Cómo vamos a entender toda esta compleja información?
Ese va a ser el reto informático de la siguiente generación: comunicar toda esta información.
Tenemos la farmacogenómica, que es una combinación de farmacología y genética, que diseña drogas para nuestra complexión individual de las que Juan les habló un poco anteriormente.
Eso va a tener impactos sorprendentes.
Y también se van a usar en la dieta, y están los suplementos nutricionales y similares.
Y esto tendrá un gran impacto porque contaremos con drogas especializadas.
No vamos a poder sostener los tipos de gastos que tenemos para crear las drogas superventas de hoy.
De hecho el proceso de aprobación se va a desplomar, es demasiado lento; es demasiado averso a los riesgos y realmente no es idóneo para el futuro al que nos estamos acercando.
Otra cuestión es que vamos a tener que lidiar con este conocimiento.
Es en verdad maravilloso cuando escuchamos: «Oh, el 99.9% de la letras del código son las mismas, somos todos idénticos
¿no es maravilloso?
» Miramos a nuestro alrededor y lo que en realidad importa es esa pequeña diferencia.
Quizá nos vemos iguales para un visitante de otro planeta pero no entre nosotros porque todo el tiempo competimos entre nosotros.
Vamos a tener que lidiar con el hecho de que entre nosotros, en cuanto individuos, existen diferencias que llegaremos a conocer así como entre subgrupos de la población humana.
Negar que eso es así no representa un buen comienzo.
A una generación o dos de distancia, van a ocurrir cosas incluso más profundas de las que están sucediendo, es entonces cuando comenzaremos a usar este conocimiento para modificarnos.
Ahora bien, no me refiero a ponernos branquias o algo así… sino a cosas que nos importan, como envejecer.
Qué tal si pudiéramos desentrañar el envejecimiento y entender cómo retardar el proceso o incluso revertirlo.
Cambiaría absolutamente todo y para cualquiera es obvio que si podemos hacerlo, sin ninguna duda lo haremos independientemente de las consecuencias.
Lo segundo es modificar nuestras emociones, me refiero al Ritalin, al Viagra, cosas parecidas, Prozac; esos son solo pequeños y torpes pasos de bebé.
Qué tal si pudieran tomar un brebaje de fármacos que los hiciera sentir realmente contentos, simplemente felices de ser quienes son.
¿Podrían resistirse a probarlo si supieran que no tiene efectos secundarios?
Probablemente no,
¿y si no se resisten, en qué se convertirán?
¿Por qué hacen lo que hacen?
Estamos más o menos obviando los programas evolutivos que guían nuestro comportamiento.
Va a ser todo un reto lidiar con esto.
La tercer área es la reproducción, la idea de que vamos a escoger los genes de nuestros hijos conforme empecemos a entender qué dicen los genes sobre quiénes somos.
Ese es el tema de mi libro «Rediseñando a los humanos».
Allí hablo acerca de los tipos de opciones que elegiremos y de los retos que la sociedad tendrá que enfrentar.
Hay tres maneras obvias de hacerlo.
La primera es la clonación.
Que no sucedió, fue un total circo mediático, pero ocurrirá en cinco o diez años y cuando ocurra no será la gran cosa.
El nacimiento postergado de un gemelo idéntico no sacudirá a la civilización occidental.
Sin embargo, hay cosas más importantes que ya están pasando: la selección embrionaria.
Se toma un embrión de seis a ocho células, se saca una de las células, se le hace una prueba genética y dependiendo de los resultados de la prueba el embrión se implanta o se desecha; esto ya se hace hoy para evitar enfermedades raras.
Muy pronto será posible evitar virtualmente todas las enfermedades genéticas de esa manera.
Conforme esto se vuelva posible esto va a pasar de ser algo que usan quienes tienes problemas de infertilidad y que ya usan la fertilización in Vitro, a los ricos que quieren proteger a sus hijos, y luego a casi todas las demás personas.
Este proceso se va a ir transformando de ser sólo para enfermedades, luego para vulnerabilidades menores, como el riesgo de tener trastorno bipolar o algo así, a escoger personalidades, temperamentos, rasgos y cosas parecidas.
Por supuesto que va a haber ingeniería genética.
Estamos un poco lejos, aunque no demasiado, de entrar directamente en la primera célula de un embrión y modificar sus genes.
La forma en que sospecho que ocurrirá será usando cromosomas artificiales y cromosomas extra, de modo que pasaremos de 46 a 47 o 48.
Y uno que no se heredará porque
¿quién querría pasarles a sus hijos módulos de mejoras arcaicos obtenidos 25 años atrás de sus padres?
No es una broma, por supuesto que no querrían hacerlo.
Todos querrán tener la última versión.
Este tipo de analogías imprecisas con
(Risas)
las computadoras y la programación son en realidad mucho más profundas.
Y de hecho llegarán a tener sentido en este ámbito.
Ahora bien, no todo lo que sea posible hacer, se debe hacer.
Y no se hará.
Pero cuando algo es realizable en miles de laboratorios en todo el mundo, y eso será lo que sucederá con estas tecnologías, cuando un gran número de personas lo consideren beneficioso, lo cual ya está ocurriendo, y cuando sea casi imposible de vigilar, ya no es cuestión de si va a suceder o no, sino de cuándo, dónde y cómo va a suceder.
La humanidad va a recorrer ese camino y lo va a hacer por dos razones.
La primera es que todas estas tecnologías son una ramificación de la investigación médica principal que todos quieren que ocurra, y que está siendo financiada de una manera muy muy fuerte.
La segunda es que somos humanos, esto es lo que hacemos.
Intentamos usar nuestra tecnología para mejorar nuestras vidas de una forma u otra.
Imaginar que no vamos a usar estas tecnologías cuando estén disponibles es negar lo que somos, tanto como sería imaginar que usaremos estas tecnologías y que no nos preocuparemos mucho al respecto.
Las fronteras se harán borrosas.
Ya lo son entre terapia y mejoramiento, entre tratamiento y prevención, entre necesidad y deseo.
Creo que este es en realidad el meollo.
La gente puede intentar prohibir estas cosas, seguramente lo harán, y ya lo han hecho.
Pero al final lo que lograrán con eso será desplazar el desarrollo a otros lugares.
Alejarán estas cosas de la vista de todos, reservarán la tecnología para los ricos porque ellos están en una posición ventajosa para evadir este tipo de leyes.
Y nos negará el acceso a la información que necesitamos para tomar decisiones sabias acerca de cómo usar estas tecnologías.
Claro que necesitamos debatir estas cosas, y pienso que es fantástico que lo hagamos, pero no debemos engañarnos pensando que vamos a alcanzar un consenso sobre estas cosas; eso simplemente no va a ocurrir.
Nos afectan en lo más profundo y dependen demasiado de la historia, la filosofía, la religión, la cultura, la política.
Algunas personas lo considerarán como una abominación, lo peor, algo simplemente horrible.
Otras personas dirán: «Esto es grandioso, es el fruto del esfuerzo humano.» Pero lo único realmente peligroso de estos tipos de tecnologías es lo fácil que es dejarse seducir por ellas.
Enfocarse demasiado en todas las posibilidades de alta tecnología que existen y perder el contacto con los ritmos básicos de nuestra biología y nuestra salud.
Demasiadas personas creen que la medicina de alta tecnología va a impedirles, va a salvarlos de la sobrealimentación, de comer demasiada comida rápida o de no hacer ejercicio.
Eso no va a ocurrir.
En medio de toda esta fascinante tecnología y de todas estas cosas que están ocurriendo, es interesante que parece estar dándose una especie de contrarrevolución: un resurgimiento del interés por los remedios del pasado.
En los nutracéuticos, en todas estas clases de cosas que a algunas personas, particularmente en la industria farmacéutica, les gusta calificar como no-ciencia.
Pero todo este esfuerzo es generado, es impulsado a su vez por la informática, porque así es como estamos reuniendo toda esta información y relacionándola e integrándola entre sí.
Buena parte de esta rica biota nos va a prestar un gran servicio.
De allí proviene cerca de la mitad de nuestras drogas.
Así que no debemos desecharlo pues es una enorme oportunidad para usar este tipo de resultados, estos ensayos más o menos azarosos de los últimos mil años acerca de lo que impacta nuestra salud.
Y usar nuestras más avanzadas tecnologías para sacar lo que sea beneficioso de este mar de ruido.
De hecho, esto no es mera abstracción, yo acabo de formar una compañía de biotecnología que está usando este tipo de enfoque para desarrollar terapias contra el Alzheimer y otras enfermedades de la vejez.
Y estamos logrando un progreso real.
Así que aquí estamos, en el inicio de un nuevo milenio.
Miremos hacia delante hacia los humanos del futuro, mucho antes del final de este milenio, en unos cientos de años, ellos van a mirar atrás a este momento.
Y si nos basáramos en las charlas de hoy podríamos pensar que ellos verán esta época como una época horrible, difícil y dolorosa por la que pasamos a duras penas.
Pues yo no creo que eso sea lo que va a pasar.
Ellos harán lo que hace todo el mundo.
Van a olvidarse de todo eso.
De hecho van a imaginar esta época de forma romántica.
Van a imaginar este momento como el glorioso instante en el que sentamos los fundamentos mismos de sus vidas, de su sociedad, de su futuro.
Saben, es un poco como un nacimiento en donde todo es un desorden sangriento y terrible.
¿Pero luego que se obtiene de ello?
Vida nueva.
En realidad, como indiqué anteriormente, olvidamos todas las dificultades que enfrentamos en el camino.
Para mí, pues, está claro que uno de los fundamentos de ese futuro será la revisión y puesta al día de nuestra biología.
Al principio va a ocurrir gradualmente, pero luego acelerará.
Vamos a cometer muchos errores, así es como funcionan estas cosas.
Para mí es un privilegio increíble estar vivo en este momento y poder ser testigo de todo esto.
Es un instante único en la historia de la totalidad de la vida.
Será recordado por siempre.
Y lo extraordinario es que no sólo lo estamos observando sino que somos sus arquitectos.
Creo que debemos estar orgullosos de eso.
Lo que resulta difícil y retador es que también somos los objetos de estos cambios.
Nuestra salud, nuestras vidas, nuestro futuro, nuestros hijos.
Por eso son tan perturbadores para muchas personas, que por miedo darán un paso atrás.
Creo que nuestra elección, al elegir la vida, no es si vamos a recorrer o no este camino.
Definitivamente lo haremos.
Es cómo vamos a albergarlo en nuestros corazones, cómo vamos a mirarlo.
Creo que Tucídides nos lo dijo muy claramente en el 430 a.C.
Lo formuló muy bien.
Otra vez, diré las palabras en el mismo orden que él usó.
«Los más valientes son aquellos que tienen la visión más clara de lo que les espera, gloria y peligro por igual, y aún así avanzan y lo enfrentan.» Gracias
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/gregory_stock_to_upgrade_is_human/