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Hacer accesible la educación a niños sordos – Charla TEDxKlagenfurt

Charla «Hacer accesible la educación a niños sordos» de TEDxKlagenfurt en español.

La comunicación es la base para tener éxito en la vida. ¿Pero qué ocurre cuando una discapacidad dificulta nuestra capacidad de comunicación? Millones de niños sordos alrededor del mundo carecen de una educación apropiada, lo que afecta su calidad de vida como adultos. Nyle creció siendo sordo, y ahora comparte su visión para mejorar la vida de los niños sordos alrededor del mundo. Él logra hacer llegar su mensaje alto y claro: la comunicación siempre es posible.
Nyle DiMarco es modelo, actor y activista. En 2014 se convirtió en el segundo hombre y en la primera persona sorda en ganar el concurso “America’s Next Top Model”. Solo dos años después añadió a su colección el premio Mirror Ball, después de triunfar en Bailando con las estrellas. Como modelo, desfiló por la pasarela para Giorgio Armani en la semana de la moda de Milán. Sin embargo, su mayor logro fue convertirse en el rostro de la comunidad sorda y de la gente discapacitada en el mundo entero.
Esta charla es de un evento TEDx, organizado de manera independiente a las conferencias TED. Más información en: https://www.ted.com/tedx

  • Autor/a de la charla: Nyle DiMarco
  • Fecha de grabación: 2018-06-16
  • Fecha de publicación: 2018-09-05
  • Duración de «Hacer accesible la educación a niños sordos»: 868 segundos

 

Traducción de «Hacer accesible la educación a niños sordos» en español.

Quiero contarles una historia.

Cuando tenía 24 años, me encontré viviendo en una pequeña ciudad costera llamada Naples, en Florida.

Buscaba algo nuevo.

Tenía 24 años.

Ahora tengo 29.

Y en esa pequeña ciudad costera yo era el único residente sordo.

De hecho, la persona sorda más cercana se encontraba a algunas horas en auto.

Y todos los amigos y conocidos que había hecho podían oír.

Pero no me importaba, quería algo nuevo.

Por suerte para mí, en Naples, Florida viven algunos jugadores del equipo olímpico de voleibol de EE.UU.

donde residen y entrenan durante el año.

Así que tuve la gran oportunidad de jugar con ellos siempre que podía.

E íbamos a la cancha todo el tiempo, ya fuera en el interior o en la playa; era genial.

Por suerte para ellos, yo era muy bueno en voleibol.

Así que, una noche, después de un gran partido, junto con un amigo ponemos unas sillas cerca del agua para ver el atardecer y charlar.

Y él me mira y me hace una pregunta que me sorprendió completamente.

Para ser sincero, en mis 24 años de vida nadie me lo había preguntado.

Y su pregunta fue sencilla: «¿Has deseado alguna vez poder oír?».

Lo miré por un segundo y pensé: «¿A qué viene esto?» Y me tomé un momento y me di cuenta de que, mientras estábamos sentados ahí, yo podía ver las olas que llegaban y chocaban contra la playa.

Él lo podía escuchar.

Obviamente, yo no podía.

Todo mi mundo es completamente silencioso.

A nuestra izquierda, la gente estaba en la cancha y jugaban al voleibol, alentándose entre sí.

A nuestra derecha, una madre jugaba y se reía con su bebé.

Y, detrás nuestro, los autos y los todoterrenos habían estado pasando durante todo el día sin que yo lo notara.

Así que le respondí rápido: «No, por supuesto que no.

Nunca deseé poder oír.

Nunca lo deseé porque amo la persona que soy».

Y Uds.

se deben estar preguntando cómo es que me puedo amar siendo un hombre sordo.

Bien, primero, nací sordo.

Mi sordera configuró mi infancia, y eso es todo lo que conozco.

Así que mi perspectiva de la vida y mi experiencia del mundo son muy diferentes.

Mi perspectiva y mi vida fueron afectados por experiencias que muchos de Uds.

nunca tuvieron como personas oyentes.

Mi cultura, algo que yo represento y valoro, siempre ha sido sorda.

Mi perspectiva de la vida es completamente diferente.

Las experiencias que tuve, algo que aprecio mucho, me enseñaron a amarme como un hombre sordo.

Para ilustrar este punto, si tuviera que ir a una entrevista de trabajo con un panel de colegas oyentes, y si abordara esa reunión deseando que pudiera oír, deseando que pudiera hablar como ellos, y concentrándome en esa desigualdad, ¿piensan que me iría bien? Obviamente no, ¿cierto? Porque en mi mente me estaría concentrando en lo negativo, creando así un resultado negativo, y estoy seguro de que no conseguiría ese trabajo.

Pero, en vez de eso, uso mi diferencia como una ventaja y un factor positivo, porque sé que como hombre sordo tengo mucho que ofrecer a su compañía.

Mis experiencias al crecer son muy diferentes de las suyas.

Y saber eso me permite abordar la entrevista en forma positiva.

Puedo ir a esa reunión y decirles con confianza cómo se beneficiarán al contratar a un hombre sordo por muchas razones.

Y puedo recibir ese trabajo porque todo reside en el modo de pensar.

Así que lo que digo es que primero y sobre todo se amen a sí mismos.

Así que, como ya mencioné, la primera razón por la que me amo es mi crianza.

Muchos de Uds.

quizá no saben que vengo de una familia bastante grande.

Tengo dos hermanos también sordos, junto con mis padres, mis abuelos, y, sí, incluso también mis bisabuelos.

Soy la cuarta generación en una hermosa familia con más de 25 sordos.

Nací de padres sordos que entendían la experiencia de ser sordo, ellos sabían exactamente cómo criarme.

Sabían cómo brindarme las mejores oportunidades y apoyarme.

Desde el primer día de mi existencia, mis padres me dieron la lengua, el acceso a la educación, y amor.

A medida que crecía, mi vida era perfecta.

Imaginen, como muchos de Uds.

nacidos de padres oyentes, nunca noté las barreras que simplemente no estaban ahí.

Estoy seguro que muchos de Uds.

sintieron que su vida era normal, del mismo modo que yo.

Al venir de una familia sorda, mi mundo, en todas sus formas, era una utopía.

Cuando llegó el momento de que mis padres me anotaran en la escuela, ya sabían que yo iría a la escuela para sordos.

Aprendería en un entorno diseñado para mí.

En esa época, todos mis compañeros, todos mis maestros, e incluso el director era sordo.

Así que yo todavía estaba en mi mundo perfecto.

Estaba en un ambiente donde podría crecer y desarrollarme.

Y no tuve problemas; era perfecto para mí.

Y mucha gente no lo cree, pero es verdad.

Para mí, la comunidad sorda, nuestro mundo, era el mundo perfecto.

Y recuerdo que en el verano antes de 5º ya estaba por volver a la escuela y pedí a mi mamá que me enviara a la escuela pública.

Ella pensó que estaba loco.

Me dijo: «¡¿Qué?! ¡No! En la escuela pública todos los chicos oyen.

La escuela para sordos es la solución perfecta».

Y le dije: «No, quiero aprender lo que aprenden esos estudiantes.

Quiero ver como son sus aulas, cómo son los maestros de las escuelas públicas».

Así que, ante mi insistencia, me anotó.

Y después de dos semanas de frustraciones, volví a casa pidiendo volver a la escuela para sordos.

Ella me escuchó de un modo muy comprensivo y me dijo: «No, lo siento».

Me sentí desconcertado.

Me dijo que yo necesitaba aguantar un año porque tenía que aprender cómo interactuar con mis compañeros oyentes, y que si tenía un poco de paciencia, aprendería mucho sobre el mundo a mi alrededor.

Porque la realidad es que este es un mundo oyente.

Yo era el único niño sordo en toda la escuela.

Claro que siempre había tenido amigos oyentes, pero ellos usaban la lengua de señas.

Así que ese año aprendí mucho.

No pude participar en ninguna de las organizaciones escolares.

Mis amigos nunca aprendieron suficiente lengua de señas.

Y cada vez que intenté hacer algún deporte, me enviaron al banco.

El entrenador de básquetbol me dijo que un chico sordo nunca podría ayudar a ganar.

Y yo era atlético.

Así que, después de un año, volví a la escuela para sordos dónde me di cuenta que ese era mi hogar.

Esa es mi comunidad.

Y mi comunidad es dónde yo me puedo desarrollar.

Me involucré de nuevo en la clase, me uní a varias organizaciones escolares, y volví al equipo de básquetbol, en el que ayudé a ganar muchos partidos.

Así que puedo afirmar sin duda alguna que la comunidad sorda es mi hogar.

Al terminar la secundaria, fui aceptado en la única universidad para sordos del mundo: la universidad Gallaudet en Washington D.C.

Allí obtuve mi título en matemáticas con la intención de ser un mejor maestro de los que tuve mientras crecía.

Como muchos de Uds., tuve muchos maestros de matemáticas que eran desastrosos.


(Risas)
Quería ser un buen maestro de matemáticas.

Pero también quería ser un buen ejemplo para esos alumnos.

Y cuando se acercó el momento de la graduación, estuve nervioso, por supuesto.

Me empecé a preguntar si había tomado la decisión correcta.

Y decidí salirme…

salir de mi zona de confort, y viajar alrededor del mundo.

Desde entonces he estado en más de 43 países.

Y lo más gracioso es que cuando viajo constantemente encuentro personas oyentes que me dicen: «Nyle, eres muy valiente.

¿Cómo puedes viajar así? ¿No es difícil ser un hombre sordo y viajar? Parece algo imposible».

Y déjenme que les diga, pienso que viajar siendo una persona sorda, es más fácil que lo que es viajar para una persona que oye.

Porque la lengua de señas es algo que me da acceso a un mundo más grande.

Les contaré una de mis historias favoritas.

Hace algunos años estaba en el sur de Sicilia, en un mercadillo y al entrar en una carnicería, había un turista estadounidense tratando de preguntarle al carnicero de dónde provenía la carne que estaba cortando.

Así que el siciliano, que no habla inglés, está gesticulando…

Y Uds.

saben que los italianos gesticulan.

Trataba de explicarle de dónde provenía la carne, y para el turista esto era muy difícil de entender.

Así que, veo esta cómica conversación fallida, y yo entiendo todo perfectamente, así que saco un papel y un lápiz, y traduzco lo que dice el carnicero, y se lo doy al turista, explicándole: «Esto es lo que trata de decirte».

Así que, aquí estoy, un sordo traduciendo entre dos personas que oyen.

Y, en esa situación, ellos son los discapacitados, no yo.


(Risas)
Esta historia es irónica, ocurre muchas veces cuando conozco a otras personas en otros países.

Siempre me asombra conocer a los locales de otros países y su capacidad de gesticular y comunicarse conmigo, muchas veces muy fácilmente.

Y siempre visito las escuelas locales para sordos y me hago tiempo para conocer a los sordos del lugar.

Pero con cada nueva escuela para sordos que vi, me entristeció ver que sus escuelas estaban en condiciones terribles, y su educación tenía grandes carencias.

Muchas veces, simplemente no podía creer lo que veía.

Al encontrarme con adultos sordos, pronto descubrí una historia en común: o no tenían el mismo nivel de educación que yo o su lenguaje era incompleto, lo que hacía difícil la comunicación.

A menudo se quejaban de que el sistema les había fallado, y ahora les costaba encontrar trabajo.

Y seguí preguntándome: ¿por qué pasa esto, y por qué pasa tan a menudo? ¿Por que yo soy, de algún modo, más afortunado? Al crecer, creía que cada persona sorda en el mundo era como yo y que tenían las mismas oportunidades que yo tenía.

Así que, al regresar a EE.UU.

decidí investigar el tema.

Y lo que encontré me impactó.

Actualmente hay más de 70 millones de personas sordas en el mundo y solo un 2 % de ellas tiene acceso a la educación en la lengua de señas.

Lo que significa que millones y millones de niños sordos no reciben la educación que necesitan, lo que también se conoce como penuria de educación.

También supe que más del 75 % de los padres oyentes no usan la lengua de señas para comunicarse con sus hijos sordos.

Lo que es asombroso.

Nuevamente, imaginen millones y millones de niños sordos sin una educación, sin una lengua.

Esos niños sin lengua y sin acceso a la educación exhiben señales de daño cerebral.

También encontré en mi investigación que soy parte de un grupo aún más pequeño.

Un 10 % de los niños sordos tienen padres sordos como los míos.

Solo un 10 %.

Tengo una gran suerte.

Tuve acceso al lenguaje, a la educación, y tuve padres que me amaron y me encaminaron a una senda hacia el éxito.

Yo no sería quien soy hoy sin ninguna de esas cosas.

Así que me quedó claro que algo debía hacerse.

Me puse manos a la obra para crear mi propia fundación —la fundación Nyle DiMarco— con el objetivo de mejorar las vidas de millones de personas sordas en el mundo.

Desde entonces nos asociamos con otra organización para sordos en EE.

UU.

para introducir una legislación: una ley que exige que todos los niños sordos tengan acceso a la lengua desde el nacimiento hasta los cinco años, estableciendo un criterio para su éxito.

Porque antes de los cinco años los niños tienen la capacidad de adquirir las bases de la lengua, lo que los prepara para la escuela y para una vida exitosa.

Después de los cinco años, ese período crítico para la adquisición de la lengua desaparece.

Estoy trabajando para dar un futuro a cada niño sordo en el mundo lleno de un lenguaje rico y de las oportunidades que tuve la suerte de recibir.

Pero la comunidad sorda no lo puede hacer sola; necesitamos que Uds.

sean nuestros aliados y se nos unan para hacer el mundo más informado.

Necesitamos que se nos unan para luchar con nosotros y por nosotros en la continua batalla de ofrecer a los niños lo que necesitan para desarrollarse.

Así que, antes de irme, les enseñaré dos signos simples pero importantes.

El primero es «amar».

Es segundo: «a ti mismo».

Síganme: Ámate a ti mismo.

¡Excelente! ¡Sobresaliente para todos! Gracias.


(Risas)

https://www.ted.com/talks/nyle_dimarco_why_we_need_to_make_education_more_accessible_to_the_deaf/

 

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