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Charla «Harvey Fineberg: ¿estamos listos para la neo-evolución?» de TED2011 en español.
El médico especialista en ética Harvey Fineberg nos muestra tres caminos a seguir como especie humana en constante evolución: detener la evolución por completo, evolucionar naturalmente …o controlar las próximas etapas de la evolución humana mediante modificación genética para hacernos más inteligentes, más rápidos, mejores. La neo-evolución está a nuestro alcance. ¿Qué vamos a hacer con ella?
- Autor/a de la charla: Harvey Fineberg
- Fecha de grabación: 2011-03-02
- Fecha de publicación: 2011-04-25
- Duración de «Harvey Fineberg: ¿estamos listos para la neo-evolución?»: 1041 segundos
Traducción de «Harvey Fineberg: ¿estamos listos para la neo-evolución?» en español.
¿Les gustaría ser mejor de lo que son?
Supongan que les dijera que, con sólo unos cambios en sus genes, podrían mejorar la memoria…
por una más precisa, más exacta y más rápida.
O quizá les gustaría estar en mejor forma, ser más fuertes, tener más resistencia.
¿Les gustaría ser más atractivos y seguros de sí mismos?
¿Qué tal vivir más con buena salud?
O tal vez sean de esas personas que siempre quisieron ser más creativos.
¿Qué es lo que más les gustaría?
¿Qué les gustaría, si pudieran elegir algo?
(Miembro de la Audiencia: Creatividad) Creatividad.
¿Cuánta gente elegiría la creatividad?
Levanten la mano.
Déjenme ver.
Pocos.
Probablemente se deba a la cantidad de gente creativa presente.
Eso es muy bueno.
¿Cuántos elegirían la memoria?
Unos cuantos más.
¿Y el estado físico?
Un poco menos.
¿Qué tal la longevidad?
Ah, la mayoría.
Eso me hace sentir muy bien como médico.
Si pudieran tener algo de esto el mundo sería muy diferente.
¿Es sólo imaginación?
¿O tal vez sea posible?
La evolución ha sido un tema perenne aquí en la Conferencia TED pero hoy quiero darles la mirada de un médico sobre el tema.
El gran genetista del siglo XX, T.G.
Dobzhansky, que además comulgaba en la Iglesia Ortodoxa Rusa, escribió un ensayo titulado «Nada en biología tiene sentido salvo a la luz de la Evolución».
Ahora bien, si son de esas personas que no aceptan la evidencia de la evolución biológica éste sería un buen momento para apagar los audífonos, apartar los dispositivos de comunicación personal -les doy permiso- y, tal vez, releer el libro de Kathryn Schultz sobre estar equivocados porque, sino, nada del resto de esta charla va a tener el mínimo sentido para ustedes.
(Risas)
Pero si efectivamente aceptan la evolución biológica consideren esto:
¿se trata sólo del pasado, o del futuro?
¿Se refiere a los otros o a nosotros?
Esta es otra mirada al árbol de la vida.
En esa imagen puse un arbusto cuyo centro se ramifica en todas direcciones porque si nos fijamos en los bordes del árbol de la vida cada especie existente en las puntas de esas ramas ha tenido éxito en términos evolutivos: ha sobrevivido; ha demostrado una adaptación a su entorno.
La parte humana de esta rama, bien en un extremo, es, claro, la que más nos interesa.
Derivamos de un ancestro común con los chimpancés modernos hace unos 6 u 8 millones de años.
En el intervalo ha habido tal vez 20 ó 25 especies diferentes de homínidos.
Algunas han ido y vuelto.
Nosotros hemos estado aquí unos 130.000 años.
Podría parecer que estamos muy lejos de otras partes de este árbol de la vida pero, en realidad, en su mayoría la maquinaria básica de nuestras células es más o menos la misma.
¿Se dan cuenta que podemos aprovechar y controlar la maquinaria de una bacteria común para producir la proteína de la insulina humana que se usa para tratar la diabetes?
Esto no es como la insulina humana; pero es la misma proteína, químicamente indistinguible, de la que sale del páncreas.
Y hablando de bacterias …
¿se dan cuenta que todos llevamos en el intestino más bacterias que las células que tenemos en el resto del cuerpo?
Quizá 10 veces más.
Digo, piensen …
cuando Antonio Damasio les plantea lo de la auto-imagen…
¿piensan en las bacterias?
El intestino es un entorno maravillosamente hospitalario para esas bacterias.
Es cálido, oscuro, húmedo, es muy acogedor.
Y les vamos a proporcionar todos los nutrientes que puedan querer sin esfuerzo de su parte.
Realmente es como una vía rápida para las bacterias con la interrupción ocasional de algún apuro forzoso hacia la salida.
Pero, por lo demás, somos un entorno maravilloso para esas bacterias del mismo modo que ellas son esenciales para nuestra vida.
Ayudan a digerir nutrientes esenciales, y nos protegen de ciertas enfermedades.
¿Pero qué nos depara el futuro?
¿Estamos en una especie de equilibrio evolutivo como especie?
¿O destinados a convertirnos en algo diferente, algo quizá mejor adaptado al entorno?
Demos un paso atrás en el tiempo, al Big Bang, hace 14 mil millones de años…
la Tierra, el sistema solar, unos 4.500 millones de años…
-los primeros signos de proto-vida quizá hace 3 a 4 mil millones de años en la Tierra- los primeros organismos multicelulares, tal vez hace unos 800 ó 1000 millones de años- y luego la especie humana que aparece finalmente en los últimos 130 mil años.
En esta vasta sinfonía inconclusa del Universo, la vida en la Tierra es como un breve compás; el reino animal, como un solo y único compas; y la vida humana, una pequeña nota de gracia.
Eso era nosotros.
Y también fue la parte entretenida de esta charla así que espero que la hayan disfrutado.
(Risas)
Cuando recién ingresaba a la universidad tuve mi primer clase de biología.
Estaba fascinado por la elegancia y la belleza de la biología.
Me enamoré del poder de la evolución y me di cuenta de algo fundamental: en la mayoría de la existencia de la vida, en los organismos unicelulares, cada célula sencillamente se divide y toda la energía genética de esa célula se transmite a las dos células hijas.
Pero cuando aparecen los organismos multicelulares las cosas empiezan a cambiar.
Entra en escena la reproducción sexual.
Y algo muy importante: con la aparición de la reproducción sexual que pasa el genoma, el resto del cuerpo se vuelve prescindible.
De hecho, uno podría decir que la inevitabilidad de la muerte del cuerpo entra en evolución en el mismo momento de la reproducción sexual.
Tengo que confesarles que cuando era estudiante universitario pensaba, bueno, sexo/muerte, sexo/muerte, muerte por sexo; parecía bastante razonable en ese momento, pero con cada año que pasaba, cada vez tenía más dudas.
Llegué a comprender los sentimientos de George Burns, que aún actuaba en Las Vegas bien entrado en sus 90 años.
Y una noche alguien golpea a su puerta de hotel.
Él abre la puerta.
Frente a él se encuentra una magnífica bailarina ligera de ropa.
Lo mira y le dice: «Vine en busca de una «sopa de sexo».
«Está bien», dice George, «yo elijo la sopa».
(Risas)
Me di cuenta, como médico, que estaba trabajando por un objetivo diferente al objetivo de la evolución; no necesariamente contradictorio, sólo diferente.
Estaba tratando de preservar el cuerpo.
Quería que nos mantuviésemos saludables.
Quería recuperar la salud en la enfermedad.
Quería que viviéramos más y de manera más saludable.
La evolución consiste en pasar el genoma a la próxima generación; adaptándose y superviviendo generación tras generación.
Desde un punto de vista evolutivo Uds y yo somos como cohetes de refuerzo diseñados para enviar la carga genética al siguiente nivel orbital y luego dejarnos caer al mar.
Creo que todos entenderíamos el sentimiento que expresó Woody Allen cuando dijo: «No quiero lograr la inmortalidad a través de mi trabajo.
Quiero lograrla no muriendo».
(Risas)
La evolución no necesariamente favorece a la longevidad.
No necesariamente favorece al más grande o al más fuerte o al más rápido y ni siquiera al más inteligente.
La evolución favorece a las criaturas mejor adaptadas a su entorno.
Esa es la única prueba de supervivencia y éxito.
En el fondo del océano las bacterias termófilas que pueden sobrevivir al calor de las fumarolas que produciría, si hubiese peces allí, pescado cocido al vacío, sin embargo, han logrado hacer de eso un entorno acogedor.
Entonces, qué significa esto, cuando miramos lo que está sucediendo en la evolución y si volvemos a pensar en el lugar de los humanos en la evolución y, en particular, si miramos para adelante, a la fase siguiente…?
Yo diría que hay muchas posibilidades.
La primera es que no evolucionemos.
Hemos alcanzado una especie de equilibrio.
Y el razonamiento subyacente sería que mediante la medicina, en primer lugar, hemos sabido preservar gran cantidad de genes que de otro modo habrían sido descartados y eliminados de la población.
Y en segundo lugar, como especie, hemos configurado nuestro medio ambiente para que se adapte a nosotros así como nosotros nos adaptamos a él.
Y, por cierto, migramos, circulamos, y nos entremezclamos tanto que ya no es posible tener el aislamiento necesario para que ocurra la evolución.
Una segunda posibilidad es que se produzca una evolución del tipo tradicional, natural, impuesta por las fuerzas de la Naturaleza.
Y el argumento aquí sería: que los engranajes de la evolución ruedan despacio, pero son inexorables.
Y en cuanto al aislamiento: cuando como especie colonicemos planetas distantes van a existir el aislamiento y los cambios ambientales que puedan producir la evolución de manera natural.
Pero hay una tercera posibilidad, una posibilidad atractiva, intrigante y aterradora.
La denomino «neo-evolución», la nueva evolución, que no es simplemente natural…
sino guiada y elegida por nosotros como individuos en las decisiones que tomaremos.
Ahora,
¿cómo podría suceder esto?
¿Cómo podríamos llegar a hacer esto?
Primero consideremos la realidad de que muchas personas hoy, en algunas culturas, están tomando decisiones respecto de su descendencia.
En algunas culturas, están eligiendo tener más varones que mujeres.
No es algo necesariamente bueno para la sociedad pero es lo que se elige a nivel individual y familiar.
Piensen también que si acaso fuera posible poder elegir no sólo el sexo de su descendencia, sino, en su propio cuerpo hacer los ajustes genéticos para curar o prevenir enfermedades.
¿Y si pudiéramos hacer los cambios genéticos para eliminar la diabetes o el Alzheimer o reducir el riesgo de cáncer o eliminar la apoplejía?
¿No querrían hacer esos cambios en sus genes?
Si miramos al futuro ese tipo de cambios va a ser cada vez más posible.
El Proyecto Genoma Humano comenzó en 1990 y demandó 13 años.
Costó 2.700 millones de dólares.
Al año siguiente de haber terminado, en 2004, podía hacerse el mismo trabajo por 20 millones de dólares en 3 ó 4 meses.
Hoy, se puede obtener una secuencia completa de los 3.000 millones de pares bases del genoma humano a un costo cercano a los $ 20.000 y en cosa de una semana.
No faltará mucho para que se haga realidad el genoma humano por $1.000 y estará cada vez más al alcance de todos.
Hace apenas una semana la Academia Nacional de Ingeniería otorgó su Premio Draper a Francis Arnold y Willem Stemmer, dos científicos que desarrollaron técnicas en forma independiente para hacer que el proceso evolutivo natural funcione más rápido y conduzca a proteínas deseables de manera más eficiente; lo que Frances Arnold llama «evolución dirigida».
Hace un par de años, el Premio Lasker fue otorgado al científico Shinya Yamanaka por su investigación en la que tomó una célula adulta de la piel, un fibroblasto, y manipulándole sólo cuatro genes indujo a esa célula a que se vuelva una célula madre pluripotencial: una célula capaz, en potencia, de volverse cualquier célula del cuerpo.
Se vienen esos cambios.
La misma tecnología que ha producido la insulina humana en bacterias puede hacer virus que no sólo nos van a proteger de ellos mismos sino que van a inducir inmunidad contra otros virus.
Créase o no hay un ensayo experimental en curso con la vacuna contra la influenza cultivada en células de una planta de tabaco.
¿Pueden imaginar algo bueno que salga del tabaco?
Eso es realidad hoy y en el futuro va a ser cada vez más posible.
Imaginen entonces sólo otros dos pequeños cambios: Pueden cambiar las células de sus cuerpos pero
¿y si pudieran cambiar las células de su descendencia?
¿Y si pudieran cambiar el esperma y los óvulos, o cambiar el óvulo recién fecundado, y darle a sus hijos una mejor oportunidad de una vida más sana, eliminar la diabetes, eliminar la hemofilia, reducir el riesgo de cáncer?
¿Quién no quiere hijos más sanos?
Y luego, esa misma tecnología analítica, ese mismo motor de la ciencia que puede producir los cambios para prevenir enfermedades nos va a permitir también adoptar súper-atributos hiper-capacidades…
una mejor memoria.
¿Por qué no tener el ingenio de un Ken Jennings sobre todo si uno pude aumentarlo con la próxima generación de la máquina Watson?
¿Por qué no tener un músculo de contracción más rápido que nos permita correr más rápido y más distancia?
¿Por qué no vivir más tiempo?
Esto va a ser irresistible.
Y cuando estemos en condiciones de pasarle esto a la próxima generación y podamos adoptar los atributos que queramos habremos convertido la evolución de antes en la neo-evolución.
Vamos a tomar un proceso que normalmente podría llevar 100 mil años y podemos comprimirlo a 1.000 años y tal vez ocurra dentro de los próximos 100 años.
Estas son elecciones que sus nietos, o los nietos de sus nietos, van a tener ante ellos.
¿Vamos a usar estas opciones en pos de una sociedad mejor, más exitosa, más considerada?
O,
¿vamos a elegir selectivamente diferentes atributos que queremos para algunos de nosotros pero no para los demás?
¿Vamos a construir una sociedad que sea más aburrida y más uniforme o más robusta y más versátil?
Éste es el tipo de pregunta que vamos a tener que enfrentar.
Y lo más profundo de todo:
¿vamos a ser capaces de desarrollar la sabiduría y de heredar la sabiduría necesaria para tomar estas decisiones sabiamente?
Para bien o para mal, y antes de lo que podría pensarse, estas opciones van a depender de nosotros.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/harvey_fineberg_are_we_ready_for_neo_evolution/