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Historias de ciencia ficción que imaginan una África futura – Charla TEDGlobal 2017

Charla «Historias de ciencia ficción que imaginan una África futura» de TEDGlobal 2017 en español.

«Mi ciencia ficción tiene diferentes antepasados, los africanos», dice la escritora Nnedi Okorafor. En el libro «Binti» y su novela «Lagoon», Okorafor analiza la inspiración y las raíces de su trabajo.

  • Autor/a de la charla: Nnedi Okorafor
  • Fecha de grabación: 2017-08-27
  • Fecha de publicación: 2017-11-01
  • Duración de «Historias de ciencia ficción que imaginan una África futura»: 560 segundos

 

Traducción de «Historias de ciencia ficción que imaginan una África futura» en español.

¿Qué pasa si una niña africana de una familia tradicional en una parte de la futura África es aceptada en la mejor universidad de la galaxia, a planetas de distancia? ¿Qué pasa si ella decide ir? Este es un extracto de la trilogía de mi novela «Binti»: Encendí el transportador y dije una oración silenciosa.

No tenía idea de qué iba a hacer si no funcionaba.

Mi transportador era barato, incluso una gota de humedad o, más probablemente, un grano de arena, podría ocasionar un cortocircuito.

Era defectuoso y la mayoría de las veces tenía que reiniciarlo una y otra vez antes de que funcionara.

«Por favor, no ahora, por favor, no ahora», pensé.

El transportador se estremeció en la arena y contuve la respiración.

Diminuto, plano y negro como una piedra de oración, zumbó suavemente y luego se izó lentamente de la arena.

Finalmente, produjo la fuerza elevadora de equipaje.

Sonreí.

Ahora podría llegar a la lanzadera a tiempo.

Me quité otjize de la frente con mi dedo índice y me arrodillé luego toqué el dedo con la arena, encallándolo en la arcilla roja de olor dulce.

«Gracias», susurré.

Era un paseo de media milla por el oscuro camino del desierto.

Con el transportador funcionando, llegaría a tiempo.

Enderezando, me detuve y cerré los ojos.

Ahora, el peso de toda mi vida estaba presionando mis hombros.

Estaba desafiando la parte más tradicional de mí por primera vez en toda mi vida.

Me estaba yendo en la oscuridad de la noche, y ellos no tenían ni idea.

Mis nueve hermanos, todos mayores que yo, excepto mi hermana menor y mi hermano, nunca habían visto venir esto.

Mis padres nunca imaginarían que haría tal cosa en un millón de años.

Para cuando todos se dieran cuenta de lo que había hecho y hacia dónde iba, me habría ido ya del planeta.

En mi ausencia, mis padres se gruñirían el uno al otro que yo nunca más volvería a poner un pie en su casa.

Mis cuatro tías y dos tíos que vivían en el camino gritarían y chismorrearían entre sí sobre cómo había escandalizado a toda la línea de sangre.

Iba a ser un paria.

«Vamos», susurré suavemente al transportador, pateando mi pie.

Los delgados anillos de metal alrededor de cada tobillo tintineaban ruidosamente, pero volví a patear mi pie.

Una vez encendido, el transportador funcionó mejor cuando no lo toqué.

«Vamos», dije de nuevo, el sudor se concentraba en mi frente.

Al no moverse nada, pensé dar un empujón a dos maletas grandes que estaban sobre el campo de fuerza.

Se movieron suavemente y suspiré aliviada.

Al menos algo de suerte estaba de mi lado.

Y en una futura lejana parte de África, Binti es una genio matemática del grupo étnico Himba.

Ella había sido aceptada en una universidad en otro planeta, y ella decidió ir.

Llevando la sangre de su gente en sus venas, adornada con las enseñanzas, formas, incluso con la tierra en su propia piel, Binti deja la Tierra.

A medida que avanza la historia, ella no se vuelve otra, sino más.

Esta idea de irse pero trayendo y luego volverse más está en uno de los corazones del afrofuturismo, o simplemente puede llamarse un tipo diferente de ciencia ficción.

Puedo explicar mejor la diferencia entre la ciencia ficción clásica y el afrofuturismo si utilizo la analogía del pulpo.

Como los humanos, los pulpos son unas de las criaturas más inteligentes del planeta.

Pero la inteligencia del pulpo evolucionó a partir de una línea evolutiva diferente, a la de los seres humanos, así que la base es diferente.

Lo mismo se puede decir sobre las bases de las diversas formas de ciencia ficción.

Gran parte de la ciencia ficción especula sobre tecnologías, sociedades, asuntos sociales, que hay más allá de nuestro planeta, y que hay dentro de nuestro planeta.

La ciencia ficción es una de las mejores y más efectivas formas de escritura política.

Se trata de la pregunta: «¿Y si?» Aún así, no toda la ciencia ficción tiene el mismo linaje ancestral, esa línea es ciencia ficción occidental, que es principalmente blanca y masculina.

Hablamos de Isaac Asimov, Julio Verne, HG Wells, George Orwell, Robert Heinlein, etc.

Y, ¿qué pasa si una nigeriana- estadounidense escribiera ciencia ficción? Al crecer, no leí mucha ciencia ficción.

No podía relacionarme con estas historias preocupada por la xenofobia, la colonización y viendo extraterrestres como otros.

Y no veía ningún reflejo de alguien que se pareciera a mí en esas narraciones.

En la trilogía de novela «Binti», Binti deja el planeta para buscar educación de los extraterrestres.

Ella se va como es, mirando la forma como ella se ve, llevando su cultura, siendo quien es ella Me inspiré a escribir esta historia no porque siguiera una línea de narrativas de obras clásicas espaciales, sino debido a la sangre que corre profundamente por la familia, el conflicto cultural y la necesidad de ver a una niña africana abandonar el planeta por su cuenta.

Mi ciencia ficción tenía antepasados ​​diferentes, africanos.

Así que soy nigeriana-estadounidense.

Nací de padres inmigrantes de Nigeria y me crié en EE.UU., uno de los lugares de nacimiento de la ciencia ficción clásica.

Pero fue mi herencia nigeriana lo que me llevó a escribir ciencia ficción.

Específicamente cito esos viajes familiares a Nigeria a fines de los ’90.

Viajaba a Nigeria con mi familia desde que era muy pequeña.

Estos primeros viajes me inspiraron.

De ahí que la primera historia que escribí sucedía en Nigeria.

Escribí principalmente realismo mágico y fantasía inspirada por mi amor por Igbo y otras cosmologías y espiritualidades tradicionales del oeste de África.

Sin embargo, a finales de los 90, empecé a notar el papel de la tecnología en Nigeria: TV por cable y teléfonos celulares en el pueblo, 419 estafadores ocupando los cibercafés, el pequeño generador conectado a la computadora de escritorio de mi primo porque la electricidad siempre se iba y venía.

Y ser estadounidense me hacía extraña, estaba intrigada por cosas que la mayoría de los nigerianos veían como normales.

Mi intriga finalmente dio a luz a historias.

Empecé a abrir puertas extrañas.

¿Qué pasa si los extraterrestres llegan a Lagos, Nigeria? Este es un extracto de mi novela, «Lagoon».

Todos lo vieron, por todo el mundo.

Esa fue una verdadera introducción al gran desastre que sucedía en Lagos, Nigeria, oeste de África, África, aquí.

Debido a que mucha gente en Lagos tenía portátiles, cargables, dispositivos conectados, que vibran, pían, gorjean, comunican, prácticamente todo era grabado y publicado en línea de alguna manera, de algun modo, con rapidez.

El mundo humano moderno está conectado como una telaraña.

El mundo estaba mirando.

Miraba con horror fascinado para informarse, pero principalmente para entretenerse.

Las imágenes de lo que sucedía dominaban todas las fuentes de noticias internacionales, webs de intercambio de videos, redes sociales, círculos, pirámides y trapecios.

Pero la historia es más profunda.

Está en el barro, en la suciedad, en la tierra, en el cálido recuerdo del cosmos gris.

Está en el pasado siempre presente, el presente y el futuro.

Está en el agua.

En los poderosos espíritus y antepasados ​​que moraron en Lagos.

Está en los corazones y las mentes de la gente de Lagos.

El cambio genera cambio.

El alienígena Ayodele lo sabía.

Toda su gente lo sabe.

Y, esta es una voz de Udide, el artista supremo de la araña, quien es más anciano que la suciedad y vive en la tierra debajo de la ciudad de Lagos, escuchando y comentando y tejiendo la historia de los extraterrestres que llegan a Lagos.

Al final, la gran araña con el tamaño de una casa y responsable de tejer el pasado, presente y futuro decide venir y ser parte de la historia.

Como Udide, el artista araña, la sangre de la ciencia ficción africana corre profundamente y es antigua, y está lista para salir, y cuando lo hace, imagina las nuevas tecnologías, ideas y cambios sociopolíticos que inspirarán.

Para los africanos la ciencia ficción de cosecha propia es una voluntad de poder.

¿Y si? Es una pregunta poderosa.

Gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/nnedi_okorafor_sci_fi_stories_that_imagine_a_future_africa/

 

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