Contenidos
Charla «Iain Hutchison: salvando rostros» de TEDGlobal 2010 en español.
El cirujano facial Iain Hutchison trabaja con personas cuyos rostros se han visto gravemente desfigurados. Al presionar en busca de mejores técnicas quirúrgicas contribuye a mejorar sus vidas; y al encargar sus retratos está celebrando su humanidad. NOTA: Esta charla contiene imágenes de rostros desfigurados y mal heridos que pueden generar un impacto -y Hutchison nos ofrece respuestas reflexivas de por qué el rostro desfigurado puede chocarnos tan profundamente. ¿Eres aprensivo/a? Cubre el video desde 12:10 hasta 13:19, pero sigue escuchando/leyendo.
- Autor/a de la charla: Iain Hutchison
- Fecha de grabación: 2010-07-14
- Fecha de publicación: 2011-02-22
- Duración de «Iain Hutchison: salvando rostros»: 954 segundos
Traducción de «Iain Hutchison: salvando rostros» en español.
Nuestro rostro es de gran importancia porque es la parte visual externa que todo el mundo ve.
No olvidemos que es una entidad funcional.
Tenemos huesos fuertes en el cráneo que protegen al órgano más importante del cuerpo: el cerebro.
Allí están nuestros sentidos más especiales: la vista, el habla, el oído, el olfato, el gusto.
Y este hueso, como puede verse en el trasluz del cráneo, está salpicado de cavidades y sinuosidades que calientan y humedecen el aire que respiramos.
Pero imaginen que si estuvieran rellenas de hueso sólido la cabeza sería un peso muerto y no podríamos mantenerla erguida; no podríamos mirar el mundo que nos rodea.
Esta mujer está muriendo lentamente porque los tumores benignos de sus huesos faciales han destruido completamente su boca y nariz, por lo que no puede respirar ni comer.
Junto a los huesos faciales que definen la estructura facial están los músculos que producen la expresión facial nuestro lenguaje universal de expresión nuestro sistema social de señas.
Y cubriendo esto hay una capa de piel que es una estructura tridimensional muy compleja con curvas en ángulo recto aquí y allá con zonas delgadas como los párpados, zonas gruesas como las mejillas, de diferentes colores.
Y luego tenemos el factor sensual de la cara.
¿Dónde nos gusta besar a las personas? En los labios.
Mordisquear las orejas tal vez.
Es el rostro lo que nos atrae con eso.
Pero no olvidemos el cabello.
A su izquierda están viendo la imagen de mi hijo con sus pestañas.
Miren lo raro que se ve sin ellas.
Hay una diferencia indudable.
Imaginen si le brotara pelo desde la mitad de la nariz se vería más extraño aún.
La dismorfofobia es una versión extrema del hecho de no vernos como nos ven los demás.
Es una verdad impactante: sólo vemos imágenes en espejo de nosotros mismos y sólo nos vemos en imágenes fotográficas fijas que capturan una fracción nimia del tiempo que vivimos.
La dismorfofobia es una tergiversación de esto en la que la gente que quizá es bien parecida se ve a sí misma como horriblemente fea y está en constante búsqueda de la cirugía para corregir su apariencia facial.
No necesitan eso, necesitan ayuda psiquiátrica.
Max me ha donado amablemente su fotografía.
No tiene dismorfofobia, pero estoy usando su fotografía para ilustrar el hecho de que él se ve exactamente como un dismorfofóbico.
En otras palabras, se ve completamente normal.
La edad es otro factor cuando cambia nuestra actitud hacia nuestra apariencia.
Los niños se auto juzgan, aprenden a auto juzgarse por el comportamiento de los adultos que los rodean.
Ejemplo clásico: Rebbecca tiene un tumor benigno en los vasos sanguíneos que está creciendo en su cráneo, ha arrasado su nariz, y tiene dificultades de visión.
Como pueden ver, está obstruyendo su visión.
Además corre peligro, cuando se lastima allí, de sangrar profusamente.
Nuestra investigación muestra que los padres y seres queridos de estos niños los adoran.
Se han acostumbrado a su rostro y piensan que son especiales.
En realidad, a veces los padres discuten si debería eliminarse la lesión de estos niños.
Y en ocasiones sufren reacciones de intenso dolor porque el niño que han aprendido a amar ha cambiado tanto que no lo reconocen.
Pero otros adultos dicen cosas dolorosísimas.
Dicen: «¿Cómo se atreven a sacar a este niño de la casa y atemorizar a otra gente? ¿No deberían hacer algo al respecto? ¿Por qué no se lo han hecho quitar?» Y otros niños por curiosidad vienen y tocan la lesión por una curiosidad natural.
Y eso obviamente alerta a los niños de su carácter inusual.
Después de la cirugía todo se normaliza.
Los adultos se comportan de forma más natural y los niños juegan más fácilmente con otros niños.
De adolescentes -sólo piensen en su adolescencia- experimentamos un cambio muy dramático y a menudo desproporcionado de nuestra apariencia facial.
Estamos tratando de encontrar nuestra identidad.
Anhelamos la aprobación de nuestros pares.
Por eso nuestra apariencia facial es vital dado que tratamos de proyectarnos al mundo.
Sólo recuerden esa manchita de acné que nos paralizaba durante días.
¿Cuánto tiempo pasaban mirándose al espejo cada día, practicando la mirada sardónica o la mirada seria tratando de verse como Sean Connery, como hacía yo, tratando de levantar una ceja.
Es un momento agobiante.
He elegido mostrar este perfil de Sue porque muestra su mandíbula inferior que sobresale y con ella lo hace su labio inferior.
Me gustaría que todos en la audiencia empujaran la mandíbula inferior hacia adelante, giren hacia la persona que tienen al lado, empujen la mandíbula inferior hacia adelante, miren al lado, mírense, parecen unos infelices.
Eso es exactamente lo que solían decirle a Sue.
Ella no era infeliz en absoluto.
Pero la gente solía decirle: «¿Por qué eres tan infeliz?» Las personas se equivocaban constantemente sobre su estado de ánimo.
Profesores y compañeros la subestimaban y era objeto de burlas en la escuela.
Por eso eligió hacerse una cirugía facial.
Luego de la cirugía dijo: «ahora mi cara refleja mi personalidad.
Ahora la gente sabe que soy entusiasta, que soy una persona feliz».
Ese es el cambio que puede lograrse en adolescentes.
¿Pero este cambio es algo real o es producto de la imaginación de los propios pacientes? Bueno, estudiamos las actitudes adolescentes hacia fotografías de pacientes con cirugías faciales correctivas.
Y hallamos que, aún mezclando las fotografías para que no pudieran reconocer el antes y el después, hallamos que los pacientes fueron considerados más atractivos después de la cirugía.
Bueno, no sorprende.
Pero también les pedimos que los juzguen en honestidad, inteligencia, amistad, violencia.
La percepción fue que eran menos de lo normal en todas las características: más violentos, etc., antes de la cirugía.
Después de la cirugía eran percibidos como más inteligentes, más amistosos, más honestos, menos violentos y sin embargo no se había operado su intelecto o su carácter.
Cuando las personas envejecen no necesariamente optan por este tipo de cirugía.
Su presencia en la sala de consulta es el resultado de las adversidades de la vida.
Lo que les sucede es que puede que hayan sufrido cáncer o trauma.
Esta es una foto de Henry dos semanas después que le quitaron un cáncer maligno del lado izquierdo del rostro, del pómulo, manidíbula superior, cuenca ocular.
En esta etapa se lo ve bastante bien pero en el transcurso de los 15 días siguientes tuvo 14 operaciones más a medida que la enfermedad avanzaba destruyendo mi reconstrucción con regularidad.
Aprendí mucho de Henry.
Henry me enseñó que uno puede seguir trabajando.
Trabajaba como abogado.
Continuó jugando al críquet.
Disfrutaba la vida al máximo.
Y esto se debía quizá a que tenía un trabajo exitoso, gratificante, una familia que lo contenía y podía participar socialmente.
Mantuvo una indiferencia calma.
No digo que lo superó; no lo superó.
Fue algo más que eso.
Lo ignoró.
Hizo caso omiso a la desfiguración de ocurría en su vida y continuó ajeno a ella.
Y eso es lo que puede hacer esta gente.
Henriapi ilustra este fenómeno también.
Este es un hombre de unos 20 años que vino de Nigeria a la primer consulta con este cáncer maligno; había venido al Reino Unido a operarse.
Fue mi operación más larga.
Me llevó 23 horas.
La realicé con mi neurocirujano.
Quitamos todos los huesos del lado derecho del rostro ojos, nariz, huesos del cráneo, piel de la cara, y lo reconstruimos con tejido de la espalda.
Continuó trabajando como enfermero psiquiátrico.
Se casó.
Tuvo un hijo llamado Jeremiah.
Y, otra vez, dijo: «Esta pintura con mi hijo Jeremías me muestra como el hombre exitoso que siento que soy».
Su desfiguración facial no lo afectó porque tenía el apoyo de su familia, tenía un trabajo exitoso, gratificante.
Hemos visto que podemos cambiar la cara de las personas.
¿Pero al cambiar las caras estamos cambiando su identidad para mejor o para peor? Por ejemplo, hay dos tipos diferentes de cirugía facial.
Podemos categorizarlas así: podemos decir que hay pacientes que eligen hacerse una cirugía facial como Sue.
Cuando se hacen la cirugía sienten que sus vidas cambian porque otras personas los perciben como mejores personas.
No se sienten diferente.
Sienten que en realidad han ganado lo que nunca tuvieron, que ahora sus caras reflejan sus personalidades.
Y esa probablemente es la diferencia entre la cirugía estética y este tipo de cirugía.
Podría decir: «Bueno, este tipo de cirugía podría considerarse como estética».
En las cirugías estéticas los pacientes a menudo son menos felices.
Intentan lograr diferencias en sus vidas.
Sue no intentaba lograr diferencias en su vida sino que estaba tratando de lograr el rostro que concuerde con su personalidad.
Pero luego tenemos otras personas que no eligen hacerse un cirugía facial.
Son personas que han recibido impactos en la cara.
La voy a quitar y pondré una diapositiva en blanco para quienes sean aprensivos entre Uds.
Están obligadas a hacerlo.
Otra vez, como les dije, con una familia que los contenga y buena vida laboral pueden llevar vidas normales y plenas.
Sus identidades no cambian.
¿Es este asunto de la apariencia y de la preocupación por eso un fenómeno occidental? La familia de Muzetta desmiente esto.
Esta es una niña bangladesí del extremo este de Londres que tenía un tumor maligno enorme en el lado derecho del rostro que casi la ha dejado ciega que estaba creciendo rápidamente y la iba a matar en breve.
Luego de la cirugía para quitar el tumor sus padres le pusieron este hermoso vestido de terciopelo verde una cinta rosa en el cabello y quisieron que la pintura sea exhibida en el mundo a pesar de que eran musulmanes ortodoxos y la madre llevaba burka integral.
Así que no es un fenómeno simplemente occidental.
Emitimos juicios acerca de los rostros todo el tiempo.
Ha estado sucediendo desde Lombrosso y su manera de definir los rostros criminales.
Él decía que uno podría identificar criminales con sólo observar fotografías donde aparecen.
La gente de buen aspecto es siempre considerada como más amistosa.
Si miramos a O.J.
es un tipo bien parecido.
Nos gustaría pasar tiempo con él.
Se ve amigable.
Ahora sabemos que fue condenado por golpear a su mujer y que en realidad no es un buen tipo.
La belleza no es igual a la bondad y ciertamente no equivale a la felicidad.
Hemos hablado del rostro estático y de emitir juicios sobre él, pero en realidad nos sentimos más cómodos juzgando los rostros en movimiento.
Creemos que podemos juzgar a las personas por sus expresiones.
Los jurados del sistema judicial del Reino Unido gustan de ver un testigo en vivo para ver si pueden detectar señales indicadoras de mendicidad: el parpadeo, la vacilación.
Por eso quieren ver el testimonio vivo.
Todorov nos dice que, en una décima de segundo, podemos emitir un juicio acerca de la cara de alguien.
¿Estamos incómodos con esta imagen? Sí lo estamos.
¿Estaríamos felices si la cara a nuestro médico, o de nuestro abogado, o asesor financiero estuviera cubierta? Estaríamos bastante incómodos.
Pero, ¿somos buenos emitiendo juicios sobre la apariencia facial y los movimientos? La realidad es que hay una regla de cinco minutos no de una décima de segundo como la de Todorov, sino de cinco minutos.
Si uno pasa cinco minutos con alguien empieza a ver debajo de la apariencia facial y las personas que inicialmente nos atraían pueden resultar aburridas o no tan interesantes y las personas a las que uno no buscaría de inmediato por no encontrarlas especialmente atractivas se vuelven atractivas por su personalidad.
Bueno, hemos hablado mucho de apariencia facial.
Ahora quiero compartir un poco de las cirugías que hacemos dónde estamos y hacia dónde vamos.
Esta es una foto de Ann a quien se le ha quitado su mandíbula derecha y la base del cráneo.
Y pueden ver en las fotos siguientes que hemos logrado reconstruirla con éxito.
Pero eso no es suficiente.
Lo que Ann quiere es salir con el kayak, salir a escalar montañas.
Y eso es lo logró, y eso es a lo que tenemos que llegar.
Esta es una imagen horrible, por eso estoy avisando ahora.
Esta es una fotografía de Adi, un gerente de banco nigeriano que recibió un disparo en el rostro en un robo a mano armada.
Y perdió la mandíbula inferior, el labio, la barbilla, la mandíbula superior y los dientes.
Y la barrera que nos puso fue: «Quiero tener este aspecto.
Así era yo era antes».
Así que con la tecnología moderna, usamos computadoras para modelar.
Hicimos un modelo de la mandíbula sin huesos.
Luego doblamos una placa con la forma.
La pusimos en el lugar para saber que era la posición adecuada.
Luego colocamos hueso y tejido de la espalda.
Aquí pueden ver la placa que lo sostiene y pueden verse los implantes colocados de modo que en una operación logramos esto y esto.
La vida del paciente se restableció.
Esa es la buena noticia.
Sin embargo la piel de la barbilla no tiene el mismo aspecto que tenía antes.
Es piel de su espalda.
Es más gruesa, más oscura, más áspera, no tiene los contornos.
Ahí es donde estamos fallando.
Es entonces cuando necesitamos el transplante de rostro.
El transplante de rostro entra en juego quizá en pacientes con quemaduras para reemplazar piel.
Podemos reemplazar la estructura ósea subyacente pero todavía no somos buenos en el reemplazo de piel del rostro.
Así que sería muy valioso tener esa herramienta en nuestro arsenal.
Pero los pacientes van a tener que tomar medicamentos para suprimir el sistema inmune por el resto de sus vidas.
¿Qué significa eso? Mayor riesgo de infección, aumento del riesgo de malignidad.
Este no es un transplante para salvar vidas -como el de corazón, hígado o pulmón- es para lograr calidad de vida y como resultado los pacientes nos van a decir, si tuvieran un cáncer maligno en 10 ó 15 años: «Ojalá me hubieran hecho cirugía reconstructiva convencional en vez de esto porque ahora estoy muriendo de un cáncer maligno».
Aún no sabemos.
Tampoco sabemos qué sienten respecto del reconocimiento y la identidad.
Bernard Devauchelle y Sylvie Testelin que hicieron la primera operación están estudiando eso.
Hay pocos donantes porque ¿cuánta gente quiere que a su ser querido le quiten el rostro al morir? Por eso va a haber problemas con los transplantes de rostro.
La mejor noticia es que el futuro está casi aquí y es la ingeniería de tejidos.
Sólo imaginen que pudiera hacer un molde biodegradable.
Podría colocarlo en el lugar donde se supone que irá.
Podría rociar unas células, células madre de la cadera del propio paciente, algunas proteínas modificadas genéticamente y, oh sorpresa, lo dejamos cuatro meses y se cultiva el rostro.
Es como una receta de Julia Child.
Pero todavía quedan problemas.
Tenemos que resolver el cáncer de boca.
Todavía no estamos curando suficientes pacientes; es el cáncer más desfigurador.
Tampoco estamos haciendo buenas reconstrucciones de eso.
En el R.U.
tenemos una epidemia de lesiones en la cara de los jóvenes.
Todavía no podemos eliminar las cicatrices.
Tenemos que investigar.
Y la mejor noticia de todas es que los cirujanos saben que tenemos que investigar.
Y hemos creado organizaciones benéficas que nos van a ayudar a financiar la investigación clínica para determinar las mejores prácticas de tratamiento ahora y los mejores tratamientos para el futuro por eso no tenemos que dormirnos en los laureles y decir: «Estamos bien.
Vamos a dejarlo como está».
De verdad muchas gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/iain_hutchison_saving_faces_a_facial_surgeon_s_craft/