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Ingeniería épica: la construcción del puente de Brooklyn – Alex Gendler – Charla TED-Ed

Charla «Ingeniería épica: la construcción del puente de Brooklyn – Alex Gendler» de TED-Ed en español.

Ver la lección completa en https://ed.ted.com/lessons/epic-engineering-building-the-brooklyn-bridge-alex-gendler

A mediados del siglo XIX, los puentes colgantes colapsaban en toda Europa. Sus cables industriales se desgastaban durante el mal tiempo y se rompían con el peso de sus tableros. Por eso, cuando un ingeniero germano-estadounidense llamado John Roebling propuso construir el puente colgante más largo y más costoso jamás concebido sobre el Río este de Nueva York, las autoridades municipales se mostraron escépticas. Alex Gendler da una explicación detallada de la construcción del icónico puente de Brooklyn.

Lección de Alex Gendler; dirigida por Jeremiah Dickey.

  • Autor/a de la charla: Alex Gendler
  • Fecha de grabación: 2020-02-11
  • Fecha de publicación: 2020-02-11
  • Duración de «Ingeniería épica: la construcción del puente de Brooklyn – Alex Gendler»: 292 segundos

 

Traducción de «Ingeniería épica: la construcción del puente de Brooklyn – Alex Gendler» en español.

A mediados del siglo XIX, los puentes colgantes colapsaban en toda Europa.

Sus cables industriales se desgastaban durante el mal tiempo y se rompían con el peso de sus tableros.

Por eso, cuando un ingeniero germano-estadounidense llamado John Roebling propuso construir el puente colgante más largo y más costoso jamás concebido sobre el río Este de Nueva York, las autoridades municipales se mostraron escépticas, y con razón.

Pero Manhattan estaba cada día más congestionada, y los trabajadores que iban allí desde Brooklyn obstruían el río.

En febrero de 1867, el gobierno aprobó la propuesta de Roebling.

Para evitar los fracasos de los puentes europeos, Roebling diseñó un modelo de puente híbrido.

De los puentes colgantes, el diseño incorporaba extensos cables sostenidos por pilones centrales y anclados a cada orilla.

Este diseño era ideal para sostener tableros largos, que colgaban de cables verticales más cortos.

Pero el modelo también se inspiraba en los puentes atirantados.

Estas estructuras más cortas sostenían sus tableros con cables diagonales anclados directamente en las torres de soporte.

Al añadir estos cables adicionales, Roebling mejoraba la estabilidad del puente y también reducía el peso sobre los cables principales.

Se habían usado diseños similares para otros puentes, pero la magnitud del plan de Roebling los eclipsaba a todos.

El tablero de su nuevo puente medía más de 480 m de largo, 1,5 veces más que cualquier otro puente colgante construido hasta entonces.

Dado que la cuerda común de cáñamo no resistiría el peso de las 14 680 toneladas del tablero, su propuesta requería más de 5600 km de alambre metálico para fabricar los cables del puente.

Para sostener todo este peso, las torres tendrían que elevarse más de 90 metros por encima del agua, y así se convertirían en las estructuras más altas del hemisferio occidental.

Roebling estaba seguro de que su diseño funcionaría, pero en 1869, mientras supervisaba la obra, un barco entrante le aplastó el pie contra el muelle.

Al cabo de un mes, murió a causa de tétano.

Por suerte, su hijo Washington también era un ingeniero experimentado y asumió el rol de su padre.

El año siguiente comenzó la construcción de los cimientos de las torres.

Esta primera etapa en la construcción también fue la más difícil.

Construir en el lecho rocoso del río implicaba usar tecnología que no se había probado: los cajones neumáticos.

Los obreros hundían estos cajones herméticos de madera en el río donde un sistema de tuberías bombeaba aire a presión y sacaba agua.

Se instalaron cámaras de aire para que los obreros entraran y excavaran el fondo del río.

A medida que cavaban, colocaban capas de piedras sobre los cajones.

Cuando finalmente llegaban al lecho, llenaban los cajones de concreto, y de este modo cimentaban las bases permanentes de la torre.

Las condiciones de trabajo en los cajones eran deplorables y peligrosas.

Debido a que alumbraban solo con velas y lámparas de gas, las cámaras se incendiaron varias veces, por lo cual debieron ser evacuadas e inundadas.

Aún más peligrosa era la misteriosa “enfermedad de los buzos”.

Hoy sabemos que era el síndrome de descompresión, pero en esa época, se manifestaba como dolor inexplicable o mareo que llegó a matar a varios obreros.

En 1872, casi se cobró la vida del ingeniero en jefe.

Washington sobrevivió, pero quedó paralítico y postrado en cama.

Pero, una vez más, los Roebling se mostraron indomables.

Emily, la esposa de Washington, no solo se encargó de las comunicaciones entre su esposo y los ingenieros, sino que llegó a ser responsable de la gestión cotidiana del proyecto.

Desafortunadamente, los problemas no habían acabado aún.

Para 1877, la construcción estaba atrasada y excedía el presupuesto.

Peor aún, resultó que el contratista encargado de los cables les había vendido cables defectuosos.

Esto habría sido una falla fatal de no ser por las numerosas medidas de seguridad en el diseño de John Roebling.

Después de reforzar los cables con alambres adicionales, colgaron el tablero pieza por pieza.

Tomó 14 años, el equivalente a USD 400 millones actuales, y el trabajo de toda una vida de tres de los Roebling, pero el 24 de mayo de 1883, cuando se inauguró el puente de Brooklyn, su esplendor era innegable.

Actualmente, el puente de Brooklyn aún permanece sobre sus cajones antiguos, que sostienen las torres góticas y los cables entrecruzados que enmarcan un portal a la ciudad de Nueva York.

https://www.ted.com/talks/alex_gendler_epic_engineering_building_the_brooklyn_bridge/

 

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