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Jeff Hancock: 3 tipos de mentiras (digitales) – Charla TEDxWinnipeg

Charla «Jeff Hancock: 3 tipos de mentiras (digitales)» de TEDxWinnipeg en español.

¿Quién no ha enviado un mensaje de texto diciendo “estoy en camino” cuando no era cierto o falseado un poco los datos de su perfil en línea? Pero Jeff Hancock no cree que el anonimato en Internet aliente la deshonestidad. De hecho, dice que la facilidad de búsqueda y la permanencia de la información en línea puede mantenernos honestos.

  • Autor/a de la charla: Jeff Hancock
  • Fecha de grabación: 2012-09-13
  • Fecha de publicación: 2012-11-09
  • Duración de «Jeff Hancock: 3 tipos de mentiras (digitales)»: 1111 segundos

 

Traducción de «Jeff Hancock: 3 tipos de mentiras (digitales)» en español.

Permítanme decirles que ha sido un fantástico mes para el engaño.

Y ni siquiera estoy hablando de la campaña a la presidencia de los EE.UU.


(Risas)
Tenemos a un eminente periodista arrestado por plagio, a un joven escritor famoso cuyo libro contiene tantas citas ficticias que lo retiraron de la venta; un artículo del New York Times denuncia falsas críticas literarias.

Ha sido fantástico.

Pero por supuesto, no todo el engaño llega a la prensa.

Mayormente el engaño es cotidiano.

De hecho, muchos estudios muestran que todos mentimos una o dos veces al día, como Dave sugirió.

O sea que siendo ahora las 18:30, podemos pensar que la mayoría de nosotros debe haber mentido.

Veamos qué pasa con Winnipeg.

¿Cuántos de Uds., en las últimas 24 horas —recuerden— han dicho una mentirita, o una grande?

¿Cuántos aquí han dicho una pequeña mentira?

Bien.

Estos son todos los mentirosos.

Asegúrense de ponerles atención.


(Risas)
No, se vio bien, fueron alrededor de dos tercios de Uds.

El otro tercio no mintió, o tal vez se le olvidó, o me está mintiendo sobre su mentira, lo cual es muy, muy enrevesado
(Risas)
.

Esto concuerda con muchos estudios, que sugieren que mentir es bastante común.

Esta omnipresencia, combinada con la importancia de lo que significa ser un ser humano, el hecho de que podamos decir la verdad o inventar algo, ha fascinado a la gente a lo largo de la historia.

Aquí tenemos a Diógenes con su linterna.

¿Alguien sabe lo que estaba buscando?

Un hombre honesto que murió sin encontrar uno solo allá en Grecia.

Y tenemos a Confucio en el Oriente que estaba realmente interesado en la sinceridad, no solo en los hechos o en las palabras, sino en creer en lo que se estaba haciendo.

Creer en los principios.

Mi primer encuentro profesional con el engaño se dio algo después que el de esta gente, hace un par de miles de años.

Yo era un funcionario de aduanas de Canadá allá por la mitad de los 90.

Sí.

Defendía las fronteras de Canadá.

Podrían pensar que tenía un arma allí.

En realidad tenía un sello.

Usaba un sello para defender las fronteras del Canadá.


(Risas)
Muy canadiense de mi parte.

Aprendí mucho sobre el engaño cuando trabajaba en la aduana, como que gran parte de lo que creía saber sobre el engaño era erróneo, les hablaré algo sobre eso esta noche.

Pero desde 1995, 96, la manera en que nos comunicamos se ha transformado totalmente.

Utilizamos correo electrónico, mensajes de texto, Skype, Facebook.

Es una locura.

Casi todos los aspectos de la comunicación humana han cambiado, y por supuesto hay un impacto sobre el engaño.

Quiero hablarles algo sobre nuevos tipos de engaño que hemos seguido y documentado.

Los denominamos: «el mayordomo», «el títere de media» y «el ejército chino de agua».

Suenan parecido a libros raros, pero en realidad son nuevos tipos de mentiras.

Vamos a empezar con «el mayordomo».

Aquí tenemos un ejemplo: «Estoy en camino».

¿Alguna vez han escrito, «Estoy en camino»?

Entonces, también han mentido.


(Risas)
Nunca estamos en camino.

Estamos pensando en tomar el camino.

Aquí hay otro: «Lamento no haberle respondido antes».

«Mi batería estaba descargada».

La batería no estaba descargada.

No estaban en una zona sin cobertura.

Simplemente no querían contestarle a esa persona en aquel momento.

Esta es la última: están hablando con alguien, y dicen: «Lo siento, tengo trabajo, me tengo que ir».

Pero en realidad, están aburridos.

Quieren hablar con otra persona.

Cada uno de estos casos trata de una relación, y este es un mundo conectado las 24 horas.

Ni bien consigues mi número de teléfono celular, literalmente puedes estar en contacto conmigo las 24 horas del día.

La gente utiliza estas mentiras para crear un intermediario, como lo era el mayordomo, entre nosotros y el vínculo con los demás.

Pero se hace de manera muy especial.

Se utiliza la ambigüedad que proviene del uso de tecnología.

No sabes dónde estoy, lo que hago, ni con quién estoy.

Y el objetivo es proteger las relaciones.

La gente no quiere ser chocante.

Lo que estas personas dicen es: «Mira, no quiero hablar contigo ahora», o «No quise hablarte en ese momento, pero todavía me interesas.

Nuestra relación es todavía importante».

Ahora, el «títere de media», por el contrario, es un animal totalmente diferente.

El «títere de media» no apunta a la ambigüedad, por sí mismo.

Se refiere a la identidad.

Permítanme darles un ejemplo muy reciente, tanto, como de la semana pasada.

Tenemos a R.J.

Ellory, un autor «best seller» en Gran Bretaña.

Aquí está uno de sus libros más vendidos.

Y aquí hay comentarios en línea, en Amazon.

Mi favorito, el de Nicodemus Jones dice: «En cualquier caso, te tocará el alma».

Y por supuesto, se podría sospechar que Nicodemus Jones es R.J.

Ellory.

Él escribió críticas muy, muy positivas sobre sí mismo.

Sorpresa, sorpresa.

Apelar al «títere de media» realmente no es novedoso.

Walt Whitman también lo hizo en su momento, antes de que existiera Internet.

El «títere de media» se torna interesante cuando lo llevamos a gran escala, entrando en el dominio del «ejército chino de agua».

Se refiere a miles de personas en China a las que se les paga muy poco para producir contenidos.

Podrían ser comentarios, podría ser propaganda.

El gobierno contrata a estas personas, las empresas las contratan, por todos lados.

En Norteamérica, lo llamamos «astroturfing» [césped artificial].

El «astroturfing» es ahora bastante común.

Hay mucha preocupación por él.

Lo vemos especialmente en comentarios sobre productos, reseñas de libros, en todo, desde hoteles hasta si tal tostadora es buena o no.

Al repasar estos tres tipos de engaño, se podría pensar, que Internet realmente nos está convirtiendo en una especie que engaña, especialmente cuando se piensa en el «astroturfing», donde podemos ver el engaño llevado a gran escala.

Pero en realidad, lo que he encontrado es muy distinto.

Dejemos de lado las salas de charla de sexo anónimo en línea, en las que estoy seguro que ninguno de Uds.

ha estado.

Les puedo asegurar que allí hay engaño.

Y dejemos de lado al príncipe nigeriano que les envió un email sobre cómo sacar 43 millones del país.


(Risas)
Olvidémonos de ese tipo, también.

Concentrémonos en las conversaciones con nuestros amigos, nuestra familia, nuestros compañeros de trabajo y nuestros seres queridos.

Esas son las conversaciones que realmente importan.

¿Qué hace la tecnología para mentirle a esas personas?

Aquí tenemos algunos estudios.

En uno de los que realizamos, llamados estudios diarios, le pedimos a la gente que registre todas sus conversaciones y todas sus mentiras durante siete días, y luego calculamos cuántas mentiras dijeron en cada conversación por cada medio de comunicación y encontramos que lo más sorprendente es que el correo electrónico es el más honesto de esos tres medios.

Y realmente es sorprendente porque pensamos, bueno, al no haber señales no verbales,

¿por qué no se miente más?

En el teléfono, por el contrario, es donde se miente más.

Una y otra vez vemos que el teléfono es el medio donde más se miente, tal vez por las ambigüedades de la mentira del «mayordomo» de las que hablé.

Tiende a ser muy diferente de lo que se espera.

¿Qué pasa con los currículos?

Hicimos un estudio en el que las personas se postulaban para un empleo y podían hacerlo mediante un currículo tradicional en papel o por LinkedIn, que es un sitio de redes sociales como Facebook, pero para profesionales —contiene la misma información que un currículo—.

Y lo que encontramos, para sorpresa de muchos, fue que los currículos de LinkedIn eran más honestos en lo que le importaba a los empleadores, como las responsabilidades y competencias en el trabajo anterior.

¿Y qué decir del propio Facebook?

Siempre pensamos que en estas versiones idealizadas, la gente muestra lo mejor que le ha pasado en su vida.

Muchas veces he pensado así.

Mis amigos, no pueden ser tan geniales y tener tan buena vida.

Bien, un estudio probó esto examinando las personalidades de la gente.

Cuatro buenos amigos del individuo debían juzgar su personalidad.

Luego muchos desconocidos, tenían que juzgar su personalidad a través de Facebook, y lo que se descubrió fue que los juicios de la personalidad eran prácticamente idénticos, altamente correlacionados, lo que significa que los perfiles de Facebook realmente reflejan nuestra verdadera personalidad.

Bien,

¿qué decir de las citas en línea?

Es decir, es un ambiente que se presta bastante para el engaño.

Estoy seguro de que todos Uds.

tienen «amigos» que han utilizado citas en línea.


(Risas)
Y te deben haber contado del tipo que no tenía pelo cuando se presentó, o de la mujer que no se parecía en absoluto a su foto.

Bien, esto nos interesaba realmente, así que trajimos personas que hacen citas en línea, al laboratorio, y luego los medimos.

Tomamos su altura contra la pared, los pusimos en una balanza, obtuvimos su peso —a las señoras les encantó— y les pedimos la licencia de conducir para saber su edad.

Y lo que descubrimos fue muy, muy interesante.

Aquí hay un ejemplo de los hombres y la altura.

En la parte inferior está la altura que ellos declararon en su perfil.

En el eje vertical, tenemos la altura real.

Esa línea diagonal es la línea de la verdad.

Si el punto está sobre ella decían exactamente la verdad.

Ahora, como pueden ver, la mayoría de los puntos está por debajo de la línea.

Lo cual significa que todos los hombres han mentido sobre su altura.

De hecho, mintieron sobre su altura en poco más de 2,3 cm, lo que en el laboratorio llamamos «fuerte redondeo hacia arriba».


(Risas)
Mides casi 1,73 m y ¡bum!, 1,75 m.

Pero lo que es realmente importante aquí es, miren todos esos puntos.

Se agrupan bastante cerca de la verdad.

Lo que descubrimos fue que el 80% de nuestros participantes mintió sobre una de esas dimensiones, pero siempre mentían por poco.

Una de las razones es bastante simple.

Si acudes a una cita, a tomar un café y eres completamente diferente a lo que dijiste ser, se terminó

¿no?

Entonces las personas mintieron con frecuencia, pero mintieron sutilmente, no demasiado.

Se contuvieron.

Bien,

¿qué explican todos estos estudios?

¿Cómo se explica el hecho de que a pesar de nuestra intuición, incluso la mía, mucha de la comunicación en línea, a través de un medio tecnológico, sea más honesta que la comunicación cara a cara?

Es realmente extraño.

¿Cómo podemos explicar esto?

Bueno, para ello, podemos observar la literatura de detección del engaño.

Es una literatura muy antigua, surgió hace 50 años.

Ha sido revisada varias veces.

Ha habido miles de ensayos, cientos de estudios, y hay algunos resultados realmente convincentes.

El primero es que somos bastante malos para la detección del engaño, realmente malos.

54% de exactitud, en promedio cuando se trata de decir si alguien que acaba de hacer una declaración está mintiendo o no.

Eso es muy malo.

¿Por qué es tan malo?

Bueno, tiene que ver con la nariz de Pinocho.

Si les preguntara a Uds.,

¿de qué fiarse cuando miran a alguien y quieren averiguar si está mintiendo?

¿A qué indicio deben prestar atención?

La mayoría de Uds.

diría que una señal a tener en cuenta son los ojos.

Los ojos son la ventana del alma.

Y Uds.

no serían los únicos.

En todo el mundo, en casi todas las culturas, una de las claves principales son los ojos.

Pero la investigación durante los últimos 50 años, dice que no hay realmente ninguna señal confiable para detectar el engaño, lo que me ha sorprendido, y es una de las duras lecciones que aprendí cuando era funcionario de aduana.

Los ojos no nos dicen si alguien está mintiendo o no.

En algunas situaciones, sí, cuando el riesgo es alto, tal vez las pupilas se dilaten, el tono de voz sube y los movimientos corporales cambien un poco, pero no siempre, ni para todos.

No es algo confiable.

Extraño.

Además solo porque no puedas verme no significa que voy a mentir.

Es de sentido común, pero un hallazgo importante es que mentimos por alguna razón.

Mentimos para protegernos, en nuestro propio beneficio o en el de alguien más.

Hay mentirosos patológicos, pero representan una pequeña parte de la población.

Mentimos por alguna razón.

El hecho de que la gente no pueda vernos no significa necesariamente que vayamos a mentir.

Pero creo que en realidad hay algo mucho más interesante y fundamental que pasa aquí.

La próxima gran idea, podemos encontrarla yendo atrás en la historia hasta los orígenes del lenguaje.

La mayoría de los lingüistas coincide en que empezamos a hablar en alguna parte entre 50 000 y 100 000 años atrás.

Eso es mucho tiempo.

Gran cantidad de seres humanos ha vivido desde entonces.

Hemos estado hablando, me imagino, sobre fuegos, cuevas y tigres dientes de sable.

No sé de qué hablaban, pero hablaban mucho, y como he dicho, fue enorme la cantidad de seres humanos que hizo evolucionar el habla, alrededor de 100 mil millones de personas.

Lo importante sin embargo es que la escritura solo surgió hace unos 5000 años.

Lo cual significa que todas las personas anteriores a la aparición de la escritura, cada palabra que hayan dicho, toda expresión, desapareció.

Sin rastro.

Se evanesció.

Se fue.

Así que hemos evolucionado para hablar de una manera en la que no hay registro.

De hecho, el siguiente gran cambio a la escritura se produjo hace solo 500 años, con la imprenta, que es bastante reciente en nuestro pasado, y las tasas de alfabetización permanecieron muy bajas hasta la Segunda Guerra Mundial, por lo que incluso la gente de los dos últimos milenios, la mayoría de las palabras que han dicho – ¡puf! – desaparecieron.

Pasemos al presente, la era de Internet.

¿Cuántos de Uds.

han grabado algo hoy?

¿Alguien ha escrito algo hoy?

¿Alguien escribió alguna palabra?

Parece que casi todos aquí han grabado algo.

En esta sala, ahora mismo, probablemente hemos registrado más que casi toda la prehistoria de la humanidad.

Es una locura.

Estamos entrando en un período increíble de cambio continuo en la evolución humana por el que hemos pasado de hablar de una manera en que nuestras palabras desaparecen, a un entorno en el que estamos grabando todo.

De hecho, creo que en un futuro muy próximo, no solo se grabará lo que escribimos, todo lo que hacemos será registrado.

¿Qué significa eso?

¿Cuál es la próxima gran idea?

Bien, como científico social, esto es lo más asombroso que ni siquiera he soñado.

Ahora, puedo mirar a todas estas palabras que durante milenios desaparecieron.

Puedo observar las mentiras que primero fueron dichas y luego desaparecieron.

¿Recuerdan esos comentarios de «astroturfing» de los que hablamos antes?

Bueno, cuando se escribe una reseña falsa, tiene que publicarse en algún lugar, quedando a nuestra disposición.

Algo que hicimos y les daré un ejemplo en relación con el habla, es que le pagamos a la gente para escribir algunas opiniones falsas.

Uno de estos comentarios es falso.

La persona nunca estuvo en el Hotel James.

El otro comentario es real.

La persona estuvo allí.

Ahora, la tarea de Uds.

es decidir cuál de ellos es falso.

Les daré un momento para leerlos.

Pero quiero que levanten la mano en determinado momento.

Recuerden, yo estudio el engaño.

Me daré cuenta si no levantan la mano.

Bien,

¿cuántos de Uds.

creen que «A» es el comentario falso?

Muy bien.

Muy bien.

Aproximadamente la mitad.

Y

¿cuántos de Uds.

piensan que «B» lo es?

Muy bien.

Un poco más para «B».

Excelente.

Aquí está la respuesta.

«B» es el falso.

Bien hecho segundo grupo.

Le ganaron al primer grupo.


(Risas)
En realidad es un poco inusual.

Cada vez que hacemos esta demostración, normalmente la división es de 50-50, lo cual concuerda con la investigación, 54%.

Tal vez la gente aquí en Winnipeg sea más suspicaz y más hábil para darse cuenta.

Esos inviernos fríos, rigurosos, me encantan.

Muy bien,

¿por qué me interesa esto?

Bueno, con mis colegas informáticos creamos algoritmos que analizan las huellas lingüísticas del engaño.

Permítanme destacar un par de cosas sobre el comentario falso.

La primera es que los mentirosos ponen el foco en la narrativa.

Inventan un relato:

¿Quién?

¿Y qué pasó?

Y eso fue lo que pasó aquí.

Nuestros falsos opinadores contaron con quién estaban y lo que estaban haciendo.

También utilizaban la primera persona del singular, «yo», en mayor medida que las personas que realmente estuvieron allí.

Fueron introduciéndose en los comentarios sobre el hotel, como tratando de convencerte de que estuvieron allí.

Por el contrario, la gente que dejó comentarios habiendo estado realmente allí, los que en realidad ingresaron en el espacio físico, dieron mucha más información referida al espacio.

Dijeron de qué tamaño era el baño, o la distancia a la que estaba el centro comercial.

Ahora, Uds.

lo hicieron bastante bien.

La mayoría prueban suerte con esta tarea.

Nuestro algoritmo es muy preciso, mucho más preciso que los seres humanos, pero no siempre lo será.

No se trata de un detector de mentiras que dice si tu novia te está mintiendo en los mensajes de texto.

Creemos que la mentira, cualquier tipo de mentira —opiniones falsas de hoteles, de calzados, de tu novia engañándote con mensajes de texto— son mentiras diferentes.

Van a tener diferentes patrones de lenguaje.

Pero como ahora todo queda registrado, podemos analizar esas mentiras.

Como he dicho, como científico social, esto es una maravilla.

Es transformacional.

Seremos capaces de aprender mucho más sobre el pensamiento humano y la expresión, sobre cualquier materia desde el amor a las actitudes, porque ahora todo se registra, pero,

¿qué significado tiene para el ciudadano común?

¿Qué significa en nuestras vidas?

Bueno, dejemos un poco de lado el engaño.

Una de las grandes ideas, creo, es que estamos dejando enormes rastros detrás nuestro.

Mi buzón de salida de correo electrónico es enorme, y nunca me fijo.

Escribo todo el tiempo, pero nunca me fijo en los rastros que quedan.

Y creo que vamos a ver mucho más de eso, en que podamos reflexionar sobre quiénes somos mirando lo que escribimos, lo que dijimos, lo que hicimos.

Ahora, volviendo al tema del engaño, hay un par de cosas para resaltar.

En primer lugar, mentir en línea puede ser muy peligroso,

¿verdad?

No solo queda un registro de ti mismo en tu máquina, también estás dejando un registro en la persona a quien le estabas mintiendo y además los estás dejando para que yo los analice con algunos algoritmos de computación.

Así que por supuesto, sigue adelante y hazlo, está bien.

Pero cuando se trata de la mentira y lo que queremos hacer con nuestras vidas, creo que podemos volver a Diógenes y Confucio.

Estaban menos preocupados sobre mentir o no mentir y más preocupados por el ser fiel a sí mismo, y creo que esto es realmente importante.

Ahora, cuando estén a punto de decir o hacer algo, podemos pensar, «

¿quiero que esto sea parte de mi legado, de mi expediente personal?

» Porque en la era digital que vivimos ahora, en la era de la red, todos estamos dejando un registro.

Muchas gracias por su tiempo, y buena suerte con su registro.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/jeff_hancock_the_future_of_lying/

 

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