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Charla «Karen Armstrong: Resucitemos la Regla de Oro» de TEDGlobal 2009 en español.
A semanas del lanzamiento de la «Carta de la Compasión», Karen Armstrong revisa el papel de la religión en el siglo XXI. ¿Nos dividirán sus dogmas? ¿O nos unirá para el bien común? Ella revisa los factores que llevarán a las religiones del mundo a redescubrir la Regla de Oro.
- Autor/a de la charla: Karen Armstrong
- Fecha de grabación: 2009-07-24
- Fecha de publicación: 2009-09-29
- Duración de «Karen Armstrong: Resucitemos la Regla de Oro»: 594 segundos
Traducción de «Karen Armstrong: Resucitemos la Regla de Oro» en español.
Me he sentido frustrada durante años porque en mi papel de historiadora de la religión, me he dado cuenta del papel protagónico de la compasión en las principales religiones del mundo.
Todas y cada una de ellas ha desarrollado su propia versión de lo que llamamos la Regla de Oro.
Algunas veces nace en una versión positiva: «Trata a otros como desearías que ellos te trataran a ti.» E igualmente importante la versión negativa: «No hagas a otros lo que no quisieras que te hicieran a ti.» Observa tu propio corazón y descubre aquello que te causa dolor.
Y rechaza, bajo cualquier circunstancia, provocarle ese dolor a cualquier persona.
Y la gente ha puesto énfasis en la importancia de la compasión, no sólo porque suena bien, sino porque funciona.
La gente ha encontrado que cuando utilizan la Regla de Oro tal como Confucio decía: «Todo los días y todo el día», no es sólo cuestión de hacer la buena acción del día y después regresar a una vida de codicia y egoísmo.
Sino hacerlo diariamente y todo el tiempo, quitarte del centro de tu mundo, poner a otro allí, y trascenderte a ti mismo.
Y eso te lleva a la presencia de aquello que llaman Dios, Nirvana, Rama, Tao.
Algo que va más allá de lo que conocemos en nuestro mundo egoísta.
Pero bueno, la mayor parte del tiempo no sabrías que esto ha sido tan central en la vida religiosa.
Porque salvo pocas excepciones maravillosas, con mucha frecuencia cuando se reúnen personas religiosas, cuando se reúnen líderes religiosos, se la pasan discutiendo complejas doctrinas o profiriendo amenazas contra otros o hablando contra la homosexualidad o algo similar.
Es común que la gente no quiera ser compasiva.
Yo veo en ocasiones cuando hablo ante una congregación de personas religiosas, una expresión de rebeldía en sus rostros porque la gente prefiere tener razón.
Y claro, ése no es el propósito del ejercicio.
Ahora, ¿por qué estoy tan agradecida con TED? Porque ellos me tomaron suavemente desde mi estudio centrado en libros y me trajeron al siglo XXI, permitiéndome hablar a una audiencia mucho más grande de lo que jamás hubiera imaginado.
Y siento una gran urgencia acerca de esto.
Si no podemos implementar la Regla de Oro de manera global, de manera que tratemos a todos, donde sea y quien quiera que sea, como si fueran tan importantes como nosotros mismos, dudo que tengamos un mundo viable para dejarle a la siguiente generación.
La tarea de nuestro tiempo, una de las grandes tareas de nuestro tiempo, es construir una sociedad global, como dije donde las personas puedan vivir juntas y en paz.
Y las religiones, que deberían estar haciendo las mayores contribuciones, son vistas como parte del problema.
Y, claro, no son sólo las personas religiosas las que creen en la Regla de Oro.
Esta es la fuente de toda la moral.
Este acto imaginativo de empatía, ponerse uno mismo en el lugar del otro.
Así que tenemos elección, creo yo.
Podemos sacar, o poner énfasis, en los aspectos dogmáticos e intolerantes de nuestra fe; o podemos volver a los rabinos, al Rabino Hillel, el antiguo contemporáneo de Jesús, que, cuando un pagano le pidió que resumiera las enseñanzas judías mientras se sostenía en un solo pie, dijo, «No le hagas a tu vecino lo que es malo para ti.
Esa es la Torá y todo lo demás son comentarios.» Y los rabinos y los primeros padres de la iglesia que decían que cualquier interpretación de la escritura que provocara odio y desdén era ilegítima.
Necesitamos revitalizar ese espíritu.
Y esto no sucederá simplemente porque la ráfaga del espíritu del amor pase junto a nosotros.
Necesitamos hacer que suceda, y podemos hacerlo con las comunicaciones modernas que TED ha utilizado.
Estoy increíblemente entusiasmada por la respuesta de todos nuestros compañeros.
En Singapur tenemos un grupo que utilizará la Carta para sanar las divisiones que recientemente han surgido en la sociedad de Singapur, y algunos miembros del parlamento desean implementarla políticamente.
En Malasia va a haber una exposición de arte en la que los protagonistas se dirigirán a la gente, gente joven, y les mostrarán que la compasión también es la raíz de todo arte.
Por toda Europa, las comunidades musulmanas están organizando eventos y discusiones acerca del papel central de la compasión en el Islam y en todas las religiones.
Pero no puede quedarse ahí.
No puede acabar con el lanzamiento.
Las enseñanzas religiosas, y aquí es lo que hemos hecho mal, se concentraban en creer doctrinas complicadas.
Las enseñanzas religiosas deben llevar a la acción.
Y yo pretendo seguir con este trabajo hasta el día de mi muerte.
Y quiero seguir con nuestros compañeros haciendo dos cosas: educar y estimular el pensamiento compasivo.
Educar, porque hemos dejado de lado la compasión.
La gente con frecuencia cree que significa sentirse triste por el dolor de otros.
Pero está claro que no entendemos lo que es la compasión si sólo nos dedicamos a pensar en ella.
Tenemos que vivirla.
Quiero que los medios se involucren porque los medios de comunicación son cruciales para ayudar a eliminar algunos de los estereotipos que tenemos acerca de los demás, y que nos dividen a unos de otros.
Lo mismo se aplica a los maestros.
Me gustaría que los jóvenes comprendieran el dinamismo, la dinámica y el reto de un estilo de vida compasivo.
Y que vieran que requiere una aguda inteligencia, que no es sólo un sentimiento bonito.
Me gustaría pedirle a los académicos que exploraran el tema de la compasión dentro de sus tradiciones y en las de otros.
Y quizá sobre todo, promover que seamos sensibles acerca del hablar no compasivo.
Y que al tener esta carta, la gente, sin importar sus creencias o la falta de ellas, se sienta más capaz de enfrentar discursos no compasivos, o expresiones de desdén de sus líderes religiosos, sus líderes políticos, de los capitanes de la industria.
Porque podemos cambiar el mundo; tenemos la capacidad.
Nunca hubiera pensando en poner la Carta en internet.
Yo estaba estancada en el viejo mundo donde un montón de cerebritos se reúnen en un salón y publican una declaración críptica más.
TED me ha llevado a una nueva forma de pensar y presentar ideas.
Porque esto es lo maravilloso de TED.
En este salón, todo este conocimiento, si lo juntáramos todo podríamos cambiar el mundo.
Y claro que los problemas a veces parecen insuperables.
Pero me gustaría citar, para terminar con una referencia a un autor Británico, un escritor de Oxford a quien no cito con frecuencia, C.S.
Lewis.
Escribió una frase que se me quedó en la mente desde que la leí cuando era una colegiala.
Esta en su libro «Los Cuatro Amores.» Él decía que…
distinguía entre amor erótico, cuando dos personas se miran, anonadadas, a los ojos; y después lo comparaba con la amistad, cuando dos personas se sientan juntas, como si estuvieran hombro con hombro, con los ojos puestos en una meta común.
No tenemos que enamorarnos unos de otros, pero podemos ser amigos.
Estoy convencida.
Me convencí por completo durante nuestras deliberaciones en Vevey, que cuando gente de muy diversas opiniones se reúne, trabajando codo con codo por un objetivo común, las diferencias desaparecen.
Y aprendemos a ser amigos.
Y aprendemos a vivir juntos y llegamos a conocernos unos a otros.
Muchísimas gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/karen_armstrong_let_s_revive_the_golden_rule/