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Charla «Kim Gorgens: Proteger el cerebro de la conmoción» de TEDxDU 2010 en español.
La neuropsicóloga Kim Gorgens propone ideas para proteger mejor el cerebro del riesgo de conmoción… con el convincente argumento de poner casco a los niños.
- Autor/a de la charla: Kim Gorgens
- Fecha de grabación: 2010-05-13
- Fecha de publicación: 2010-11-22
- Duración de «Kim Gorgens: Proteger el cerebro de la conmoción»: 561 segundos
Traducción de «Kim Gorgens: Proteger el cerebro de la conmoción» en español.
Me sucedió algo curioso de camino a convertirme en una brillante neuropsicóloga a nivel mundial: Tuve un bebé.
Y con eso no quiero decir que alguna vez llegara a ser una brillante neuropsicóloga a nivel mundial.
Lo siento, TED.
Pero llegué a ser una aprensiva muy astuta posiblemente a nivel mundial.
Una amiga de la universidad, Marie, me dijo: «Kim, ya sé lo que pasa».
«No eres más neurótica que los demás, simplemente, eres más honesta acerca de lo neurótica que eres».
Así que, con intención de admitirlo todo, he traído algunas fotos para compartir.
¡Ohhh! Sólo diré: es julio.
(Risas)
Cierrrrre de seguridad.
Flotadores…
para 2,5 cm de agua.
Y finalmente, vestido para la ocasión, para un viaje de 90 min.
a Copper Mountain.
Así que podrán hacerse una idea de esto.
Mi bebé, Vander, ahora tiene ocho años, y a pesar de haber sido maldecido con mi incapacidad para el deporte, juega al fútbol.
Le interesa jugar al fútbol.
Quiere aprender a montar en monociclo.
¿Por qué me preocupo?
Porque es lo que hago.
Es lo que enseño.
Es lo que estudio.
Es a lo que me dedico.
Los niños sufren conmociones cada año.
Más de 4 millones de personas las sufren, y estos datos son de menores de 14 años atendidos en urgencias.
Cuando los niños sufren una conmoción, decimos que tuvieron una «leve conmoción», pero,
¿de qué estamos hablando realmente?
Echemos un vistazo.
Correcto.
«Starsky y Hutch», sin duda.
Sí.
Un accidente de coche.
A 64 km/h contra una valla de protección…
35 G.
Un peso pesado del boxeo te golpea directamente en la cara.
58 G.
Por si se lo han perdido, va de nuevo.
Ahora miren a la derecha de la pantalla.
¿Qué dirían?
¿Qué cantidad de G?
Cerca.
72.
Casi mejor no saberlo.
103 G.
El promedio del impacto de la conmoción es de 95 G.
Cuando el chico de la derecha no se levanta, sabemos que sufrió una conmoción cerebral.
Pero,
¿qué pasa con el chico de la izquierda o con el atleta que deja el campo de juego?
¿Cómo sabemos si ha sufrido una conmoción cerebral?
¿Cómo sabemos qué criterio aplicar para requerir que abandonen el juego o permitir que sigan jugando?
La definición de conmoción cerebral no siempre implica pérdida de conciencia, sólo implica una alteración de la conciencia, que puede estar entre uno o varios síntomas, incluyendo: confusión, sensación de mareo, zumbidos en los oídos, y ser más impulsivo u hostil de lo habitual.
Así que, dado esto y lo neurótica que soy,
¿cómo puedo conciliar el sueño?
Porque sé que nuestros cerebros son resistentes.
Están diseñados para recuperarse de una lesión.
Si, Dios no lo quiera, algunos de nosotros, al salir esta noche, sufriéramos una conmoción, la mayoría nos recuperaríamos por completo en un plazo de dos horas a dos semanas.
Pero los niños son más vulnerables a la lesión cerebral.
Es tres veces más probable que deportistas de secundaria sufran lesiones de consecuencias graves, respecto a sus compañeros universitarios, y tardan más tiempo en dejar de sufrir los síntomas.
Tras una primera lesión, el riesgo de una segunda es exponencialmente mayor.
A partir de ahí, el riesgo de una tercera es aún mayor, etc.
Y aquí está la parte realmente alarmante: no acabamos de conocer el impacto a largo plazo de lesiones múltiples.
Amigos, quizá conozcan la investigación realizada a la National Football League (NFL).
En pocas palabras, esta investigación sugiere que entre los jugadores retirados de la NFL con tres conmociones o más a en su carrera, los episodios de demencia precoz son mayores que en la población general.
Todos lo habrán visto en el New York Times.
Pero quizá no estén al tanto de que esta investigación la propiciaron esposas de jugadores de la NFL, que decían: «
¿No es raro que mi marido de 46 años…
…siempre pierda las llaves?
» «
¿No es raro que mi marido de 47 años…
…siempre pierda el coche?
» «
¿No es raro que mi marido de 48 años…
…siempre se pierda con el coche…
…de camino a casa por la carretera?
» Quizá olvidé mencionar que mi hijo es hijo único.
Así que es muy importante que pueda llevarme en coche algún día.
¿cómo garantizar la seguridad de los niños?
¿Cómo podemos garantizar al 100% la seguridad de nuestros hijos?
Déjenme contarles lo que pienso hacer.
(Risas)
Ojalá.
Mi pequeño está ahí, diciendo: «No bromea no está bromeando en absoluto».
Así que, con toda seriedad:
¿Debería mi hijo jugar al fútbol?
¿Y los suyos?
No lo sé.
Pero hay tres cosas que pueden hacer.
La primera es estudiar.
Tienen que familiarizarse con el tema de hoy.
Hay muy buenos recursos.
El CDC tiene un programa: «Heads Up», en la web «www.cdc.gov».
«Heads Up» se centra en conmoción en niños.
De lo segundo estoy personalmente orgullosa.
Lo lanzamos hace un par de meses…
«CO Kids With Brain Injury».
Es buen recurso para estudiantes deportistas, profesores, padres, profesionales, deportistas y entrenadores.
Es un buen lugar para empezar si uno tiene dudas.
La segundo que hay que hacer es hablar.
Hace sólo dos semanas, un proyecto de ley del Senador Kefalas, que habría exigido a deportistas y niños, menores de 18 llevar casco mientras van en bicicleta, no prosperó en la comisión.
No prosperó en gran medida por falta de aceptación de los electores, y falta de actuación de los interesados.
No estoy aquí para decirles qué leyes deberían apoyar o no, pero voy a decirles que, si les importa, sus legisladores tienen que saberlo.
Hablen también con los entrenadores.
Pregunten qué equipos de protección hay.
¿Cuál es el presupuesto para los mismos?
¿Cuál es la antigüedad de los mismos?
Ofrézcanse para un evento y recaudar fondos para comprar una equipación nueva.
Esto nos lleva a la indumentaria.
Usen casco.
La única manera de prevenir algo malo es evitar que ocurra el primer daño.
Hace poco, mi alumno de la universidad, Tom, me dijo: «Kim, voy a usar casco con la bicicleta para venir a clase».
Tom sabe que la poca gomaespuma del casco reduce a la mitad la fuerza G de impacto.
Y yo pensé que aquella revelación de Tom se debió a mi cruzada, totalmente convincente, a favor del uso del casco.
Pero Tom pensó que un casco de 20 dólares protegería bien 100 mil dólares en educación.
(Risas)
Entonces:
¿debería Vander jugar al fútbol?
No puedo decir que no.
Pero puedo asegurar que cada vez que sale de casa ese niño lleva puesto un casco.
ya sea en el coche, o en la escuela.
Ya sea deportista, estudiante, niño sobreprotegido, con mamá neurótica o lo que sea.
Ahí está mi bebé, Vander, recordándoles cuidar la materia.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/kim_gorgens_protecting_the_brain_against_concussion/