Saltar al contenido
Deberes escolares » Charlas educativas » Kristina Gjerde: Haciendo ley en alta mar – Charla Mission Blue Voyage

Kristina Gjerde: Haciendo ley en alta mar – Charla Mission Blue Voyage

Charla «Kristina Gjerde: Haciendo ley en alta mar» de Mission Blue Voyage en español.

Kristina Gjerde estudia la ley de el alta mar; el 64% de nuestro océano que no está protegido por ninguna ley nacional del todo. Espléndidas fotos muestran los mundos ocultos que Gjerde y otros abogados trabajan para proteger de la pesca de arrastre y el vertido de basura, mediante una formulación inteligente de políticas y una buena dosis de relaciones públicas.

  • Autor/a de la charla: Kristina Gjerde
  • Fecha de grabación: 2010-04-16
  • Fecha de publicación: 2010-11-19
  • Duración de «Kristina Gjerde: Haciendo ley en alta mar»: 946 segundos

 

Traducción de «Kristina Gjerde: Haciendo ley en alta mar» en español.

Hoy los voy a llevar en un viaje a un lugar tan profundo, tan oscuro, tan inexplorado, que sabemos menos sobre ello que lo que sabemos del lado oscuro de la luna.

Es un lugar de mito y leyenda.

Es un lugar marcado en mapas antiguos como «Aquí hay monstruos».

Es un lugar donde cada nuevo viaje de exploración trae nuevos descubrimientos de criaturas tan maravillosas y extrañas que nuestros antepasados las hubiesen considerado monstruos de verdad.

En vez de eso, me hace palidecer de envidia que mis colegas de la UICN pudieran ir en este viaje al sur de los montes marinos de Madagascar a realmente tomar fotografías y ver estas maravillosas criaturas de las profundidades.

Estamos hablando sobre alta mar.

El ‘alta mar’ es un término legal, que, de hecho, cubre el 50% del planeta.

Con una profundidad media de los océanos de 4.000 metros, el alta mar cubre y provee cerca del 90% del hábitat para la vida en la Tierra.

Son, en teoría, los bienes comunes que nos pertenecen a todos.

Pero en realidad, es gestionado por y para quienes cuentan con los recursos para ir y explotarlos.

Así que hoy voy a llevarlos en un viaje para echar luz sobre algunos mitos obsoletos, leyendas y asunciones que nos han mantenido a nosotros -los verdaderamente interesados en el alta mar- en la oscuridad.

Vamos a viajar a algunos de estos lugares especiales que hemos estado descubriendo en los últimos años para mostrar por qué realmente necesitamos preocuparnos.

Y entonces finalmente vamos a tratar de desarrollar y promover una nueva perspectiva sobre la gobernanza en alta mar que esté arraigada en la conservación del océano en toda la cuenca, pero enmarcada en un escenario de normas mundiales de precaución y respeto.

Esta es una foto del alta mar como se ve desde arriba; ese área en azul más oscuro.

Para mí, como abogada internacional, esto me asustó mucho más que cualquier criatura o monstruo que podamos haber visto, porque desmiente la noción de que en realidad se puede proteger el océano, el océano mundial, que nos proporciona a todos con el almacenamiento del carbono, el almacenamiento del calor, de oxígeno, si tan solo pudieras proteger el 36%.

Este es el verdadero corazón del planeta.

Uno de los problemas que tenemos que enfrentar es que las leyes internacionales vigentes -por ejemplo, la de transporte marítimo- proporcionan más protección en las áreas cercanas a la costa.

Por ejemplo, la descarga de basura, algo que pensarías simplemente desaparece, pero las leyes que regulan la descarga de basura de los buques se debilitan cuanto más lejos se está de la orilla.

Como resultado, tenemos parches de basura del doble del tamaño de Texas.

Es increíble.

Solíamos pensar que la solución a la contaminación era la dilución pero se ha demostrado que ese ya no es el caso.

Así que lo que hemos aprendido de científicos sociales y economistas como Elinor Ostrom, que están estudiando el fenómeno de la gestión de los bienes comunes a escala local, es que hay ciertos pre-requisitos que puedes poner en vigor que te habilitan a manejar y acceder a espacios abiertos para el bien de todos y cada uno.

Y estos incluyen un sentido de responsabilidad compartida, normas comunes que unan a las personas como una comunidad.

Acceso condicional: se puede invitar a la gente pero tienen que ser capaces de cumplir las reglas.

Y, por supuesto, si uno quiere que la gente cumpla las reglas se necesita un sistema eficaz de control y ejecución, porque hemos descubierto que se puede confiar pero también hay que verificar.

Lo que también me gustaría transmitir es que no todo es derrota y letargo en lo que vemos del alta mar.

Dado que un grupo de individuos muy dedicados -científicos, conservacionistas, fotógrafos y estados- fueron capaces de cambiar una trayectoria trágica que estaba destruyendo paisajes frágiles, como este jardín de coral que ven frente a ustedes.

Es decir, somos capaces de salvarlo de un destino de pesca de arrastre en mar profundo.

¿Y cómo hacemos esto? Bueno como ya he dicho, tuvimos un grupo de fotógrafos que iban a bordo de buques y fotografiaban las actividades en curso.

Pero también pasamos muchas horas en los sótanos de Naciones Unidas, tratando de trabajar con los gobiernos para hacerles entender lo que estaba pasando tan lejos de tierra firme que pocos de nosotros habíamos siquiera imaginado que existían estas criaturas.

Así que en tres años, de 2003 a 2006, pudimos poner en marcha la norma que realmente cambió el paradigma de pesca, de los pescadores en el lecho marino.

En vez de ir a cualquier parte y hacer lo que sea que te plazca, nosotros, de hecho, creamos un régimen que requería una evaluación previa del lugar de pesca y la obligación de prevenir daños significativos.

En 2009 cuando la ONU revisó los progresos, descubrieron que casi 100 millones de kilómetros del fondo marino habían sido protegidos.

Esto no significa que ésta sea la solución final, o que incluso ofrezca una protección permanente, pero lo que sí quiere decir es que un grupo de individuos pueden formar una comunidad para en realidad dar forma al modo en que se gobierna el alta mar, para crear un nuevo régimen.

Busco optimismo en estas oportunidades para crear una verdadera perspectiva azul para este hermoso planeta.

El deseo de Sylvia nos provee con empuje, ese acceso al corazón de los seres humanos, que podría decirse, rara vez han visto lugares más allá de los dedos de sus pies, pero que ahora con suerte se van a interesar en el ciclo de vida completo de criaturas como estas tortugas marinas, que, de hecho, pasan la mayor parte del tiempo en alta mar.

Hoy sólo vamos a viajar a una pequeña muestra de algunas de estas áreas especiales solo para darles una idea del tipo de riquezas y maravillas que contienen.

El Mar de los Sargazos, por ejemplo, no es un mar delimitado por líneas costeras, pero lo está por corrientes oceánicas que contienen y envuelven esta riqueza de sargazo que crece y se congrega allí.

Se la conoce también como zona de desove de anguilas por los ríos del Norte de Europa y América del Norte donde ahora ha mermado tanto la cantidad que en realidad han dejado de verse en Estocolmo.

Hace poco se vieron 5 en el Reino Unido.

Pero el Mar de los Sargazos, de la misma manera que congrega hierba de sargazos está atrayendo el plástico de toda la región.

Esta foto no muestra exactamente los plásticos que me gustaría que muestre porque no he estado allí en persona.

Pero hay un estudio que se publicó en febrero que muestra que hay 200.000 piezas de plástico por kilómetro cuadrado flotando en la superficie del Mar de los Sargazos, y eso está afectando el hábitat de las muchas especies en etapa juvenil que vienen al Mar de los Sargazos en busca de protección y alimento.

El Mar de los Sargazos es un lugar maravilloso por la congregación de estas especies únicas que se han desarrollado para imitar el hábitat del sargazo.

También proporciona un hábitat especial para que estos peces voladores depositen sus huevos.

Pero lo que me gustaría extraer de esta imagen es que nosotros verdaderamente tenemos una oportunidad para poner en marcha una iniciativa mundial de protección.

El gobierno de las Bermudas ha reconocido esta necesidad y su responsabilidad de tener parte del Mar de los Sargazos en su jurisdicción nacional -pero la vasta mayoría está más allá- para ayudar a difundir un movimiento para lograr la protección de esta zona vital.

Rotando a un lugar un poco más frío que éste ahora mismo: el Mar de Ross en el Océano Sur.

En realidad es una bahía.

Se considera alta mar, porque el continente ha quedado fuera de los límites de reclamo territorial así que cualquier cosa en el agua es tratado como si fuese alta mar.

Pero lo que hace al Mar de Ross importante es el vasto mar de banco de hielo que en primavera y verano ofrece gran cantidad de fitoplancton y kril el cual sustenta lo que, hasta hace poco, ha sido un virtualmente intacto ecosistema costero Pero, por desgracia, CAMLAR, la comisión regional a cargo de conservar y manejar las reservas de peces y otros recursos marinos vivos, comienza, desafortunadamente, a ceder ante los intereses pesqueros y ha autorizado la ampliación de la pesca de la merluza negra en la región.

El capitán de un barco neozelandés, que justo estaba allí, informa una merma significativa en la cantidad de orcas del Mar de Ross, que dependen directamente de la merluza negra antártica como principal fuente de alimento.

Por eso tenemos que plantarnos con valentía, individual y colectivamente, para presionar a los gobiernos e instar a las organizaciones de manejo de pescadería regional a que declarar nuestros derechos, a declarar ciertas áreas fuera de los límites para la pesca en alta mar de modo que la libertad de pesca ya no signifique libertad para pescar en cualquier lugar y en cualquier momento.

Acercándonos hasta aquí, el Domo de Costa Rica -un área descubierta hace poco- es potencialmente hábitat durante todo el año de ballenas azules.

Allí hay comida suficiente para que pasen el verano y el invierno.

Pero lo inusual del Domo de Costa Rica es que, de hecho, no es un lugar permanente.

Es un fenómeno oceanográfico que se desplaza en tiempo y espacio por temporadas.

Por eso no está permanentemente en alta mar.

No está permanentemente en las zonas económicas exclusivas de estos cinco países de América Central, sino que cambia con las estaciones.

Como tal, supone un reto de protección, pero también tenemos un reto protegiendo las especies que se desplazan con ésta.

Podemos usar las mismas tecnologías que usan los pescadores para identificar dónde están las especies y cercar el área cuando sea más vulnerable; lo cual podría ser, en algunos casos, todo el año.

Acercándonos a la costa, donde estamos, de hecho, esta foto es de las Islas Galápagos, muchas especies se dirigen a esta zona, razón por la cual se presta mucha atención puesta en la conservación del Corredor Marino del Pacífico Tropical.

Esta es la iniciativa que está siendo coordinada por Conservation International con una variedad socios y gobiernos para tratar de traer un régimen de gestión integrada a través del área.

Esto provee un ejemplo maravilloso de lo que puede lograrse con una verdadera iniciativa regional.

Es la protección de 5 sitios del Patrimonio Mundial.

Lamentablemente la Convención del Patrimonio Mundial no reconoce la necesidad de proteger las zonas fuera de la jurisdicción nacional, por el momento.

Así, un lugar como el Domo de Costa Rica técnicamente no podría calificar desde el momento que está en alta mar.

Por eso hemos sugerido modificar la Convención del Patrimonio Mundial, para que pueda abarcar a estos sitios e instar a la protección universal del patrimonio mundial, o necesitaríamos cambiarle el nombre y llamarle Convención del Patrimonio «Semi» Mundial.

Pero también sabemos que especies como estas tortugas marinas no se quedan en el Corredor Marino del Pacífico Tropical.

Da la casualidad que bajan a un vasto giro del Pacífico Sur, donde pasan la mayor parte del tiempo y a veces terminan enganchadas de este modo o por captura incidental.

Así que lo que realmente me gustaría sugerir es que necesitamos aumentar la escala.

Tenemos que trabajar a nivel local, pero también en toda la cuenca del océano.

Hoy tenemos las herramientas y tecnologías que nos permiten plantear una iniciativa más amplia en toda la cuenca oceánica.

Hemos oído del Censo de los Predadores del Pacífico uno de los 17 proyectos del Censo de la Vida Marina.

Nos ha proporcionado datos como este, de pequeñas pardelas que hacen de toda la cuenca del océano su hogar.

Vuelan 65.000 km en menos de un año.

El Censo de la Vida Marina nos brinda herramientas invaluables.

Y es un año decisivo; que va a ser lanzado en octubre.

Así que manténganse en sintonía para más información.

Lo que me parece apasionante es que el Censo de la Vida Marina abarque más que el Censo de los Predadores del Pacífico, también contempla las aguas medias, algo que no se ha explorado, donde criaturas como éste pepino de mar volador se han encontrado.

Afortunadamente, como parte de la UICN, pudimos colaborar con el Censo de la Vida Marina y con muchos de los científicos que allí trabajan para tratar de traducir mucha de esta información a los responsables políticos.

Ahora contamos con el apoyo de los gobiernos.

Hemos estado difundiendo esta información mediante talleres técnicos.

Y lo interesante es que tenemos suficiente información para avanzar en la protección de estos sitios de esperanza, estos puntos álgidos.

Al mismo tiempo estamos diciendo: «Sí, necesitamos más.

Tenemos que seguir adelante».

Pero muchos de Uds han dicho, si tienen estas áreas marinas protegidas, o un régimen razonable de gestión de pesca de alta mar en el lugar, ¿cómo van a hacer que se cumpla? Esto me lleva a mi segunda pasión, además de las ciencias del mar, que es la tecnología espacial.

Yo quería ser astronauta así que eh constantemente seguido cuales son las herramientas disponibles para monitorear la Tierra desde el espacio exterior…

y tenemos herramientas increíbles, como hemos estado aprendiendo, para poder hacer un seguimiento de especies marcadas a lo largo de su ciclo de vida en el océano abierto.

También podemos etiquetar y rastrear a los buques pesqueros.

Muchos ya tienen transpondedores a bordo que nos permiten saber dónde están e incluso qué están haciendo.

Pero no todos los buques lo tienen hoy en día.

No hace falta ser demasiado genio para tratar de crear nuevas leyes que lo regulen; si vas a tener el privilegio de acceder a nuestros recursos de alta mar tenemos que saber, alguien tiene que saberlo, dónde estás y qué estás haciendo.

El mensaje que quiero que se lleven a casa es que podemos evitar una tragedia de los recursos compartidos.

Podemos detener el curso de la colisión del 50% del planeta con el alta mar.

Pero tenemos que pensar a gran escala, a nivel mundial.

Tenemos que cambiar la forma de gestionar estos recursos.

Tenemos que implantar el nuevo paradigma de precaución y respeto.

Al mismo tiempo tenemos que pensar a nivel local, ese deseo maravilloso de los sitios de esperanza de Sylvia de abrigar una luz de esperanza en muchos de estos lugares antes desconocidos y de sentar a la gente en la mesa, si se quiere, para que, de verdad, se sientan parte de esta comunidad; que verdaderamente apuesta en su futura gestión.

Y, en tercer lugar, tenemos que gestionar los océanos en toda la cuenca.

Nuestras especies están en todo el océano.

Muchas de las comunidades de aguas profundas tienen una distribución genética que abarca toda la cuenca oceánica.

Tenemos que comprender, pero también que comenzar a gestionar y proteger.

Y para hacerlo se necesitan regímenes de gestión de la cuenca oceánica.

Es decir, hay regímenes regionales de manejo dentro de la zona económica exclusiva, pero tenemos que expandirlo, tenemos que crear la capacidad para hacer como en el Océano Sur donde organizan tanto los caladeros como la conservación.

Dicho eso, me gustaría agradecer sinceramente y honrar a Sylvia Earle por su deseo, porque nos está ayudando a ponerle una cara al alta mar y a las aguas profundas fuera de la jurisdicción nacional.

Eso ayuda a congregar a un grupo increíble de gente talentosa para tratar de resolver realmente estos problemas que nos han obstaculizado la gestión y el uso racional de esta zona que una vez fue tan lejana y remota.

Espero en este recorrido haber facilitado una nueva perspectiva del alta mar: que también es nuestro hogar y que tenemos que trabajar juntos si vamos a hacer de éste un futuro sostenible de los océanos para todos.

Gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/kristina_gjerde_making_law_on_the_high_seas/

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *