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La agonía de intentar cancelar una suscripción – Charla TEDSummit

Charla «La agonía de intentar cancelar una suscripción» de TEDSummit en español.

Nos pasa a todos: nos damos de baja de un correo electrónico de marketing no deseado, y unos días más tarde, otro mensaje de la misma empresa aparece en la bandeja de entrada. El comediante James Veitch convirtió esa frustración en algo banal, cuando un supermercado local se negó a aceptar un no por respuesta. Luego, sobrevino el catalizador lúdico.

  • Autor/a de la charla: James Veitch
  • Fecha de grabación: 2016-06-29
  • Fecha de publicación: 2016-09-02
  • Duración de «La agonía de intentar cancelar una suscripción»: 460 segundos

 

Traducción de «La agonía de intentar cancelar una suscripción» en español.

Es curioso las cosas que uno olvida.

Fui a ver a mi madre el otro día, y me contó esta historia que yo había olvidado por completo de cómo, al ir juntos en el auto, ella paró el auto, y cuando había salido, y dio la vuelta alrededor del auto para que bajara, yo ya había salido y fingía haber muerto.


(Risas)

(Aplausos)
Porque uno muere así.


(Risas)
Y recuerdo que era un juego al que jugaba para entretenerme cuando estaba aburrido o frustrado.


(Risas)
Me establecí.


(Risas)
Se dice que vivimos en una época de sobrecarga de información,

¿no?

No sé de eso, solo sé que recibo demasiados emails de marketing.

Recibí uno de un supermercado que no mencionaré por razones eminentemente legales, pero que voy a llamar «SafeMart».


(Risas)
Recibí un email de ellos que decía: «¡Faltan solo tres semanas para la apertura de SafeMart en King Cross!» Y esto me molestó, porque no solo no recordaba haberme suscrito a eso, sino que me molestaba que pensaran que debía estar entusiasmado por la apertura de una tienda.

Así que me desplacé hasta el final del email, y presioné «Cancelar suscripción».

Pensé que eso sería todo.

Pero una semana después, recibí otro email que decía: «¡Faltan solo dos semanas para la apertura de SafeMart en King Cross!» Y pensé, obviamente, no le di clic con suficiente fuerza.

Y probé de nuevo,

¿no?

Y he aquí que pasa una semana, y adivinen: «¡Falta solo una semana para la apertura de SafeMart en King Cross!» Y este es el problema: Internet nos da acceso a todo; pero también todos acceden a nosotros.

Es difícil discriminar las cosas que realmente importan en este mundo de las minucias de la vida, sin recibir emails de cadenas de supermercados y la Saga de Candy Crush.

Y me enojé mucho con ellos, y pensé en escribirles un email muy extenso, algo que hago bastante bien.


(Risas)
Y pensé, no, vamos a jugar.

Así que les respondí: «¡No veo la hora!»
(Risas)
«

¿Qué necesitan de mí?

» Me respondió un tal Dan: «Hola James.

Le pedí a un colega que me ayude con su consulta».


(Risas)
Necesita ayuda.

Y le dije: «

¿Cuál es el plan, Dan?

Se me ocurren fuegos artificiales, castillos inflables…»
(Risas)
«No estoy seguro de a qué te refieres».


(Risas)
Dije: «¡Es que estoy muy entusiasmado con la apertura del local!»
(Risas)
«

¿Quieres reservar el castillo inflable o lo hago yo?

» El dijo: «Creo que Ud.

ha entendido mal».


(Risas)
«Abre una nueva tienda, pero no hay festejos planificados».

Dije: «Pero

¿y los emails de faltan tres semanas, dos semanas…?

» Yo estaba ilusionado».


(Risas)
«Siento que esté decepcionado».


(Risas)
Dije: «No te preocupes.

¡Hagamos algo de todos modos! Aparte, el depósito del castillo no era reembolsable».


(Risas)
«Si no lo usamos, perderemos cientos de libras, Dan».


(Risas)
Dijo: «Señor Veitch, no soy responsable de lo que haya pedido».

Dije: «No entremos en quién hizo qué.

En síntesis: tú y yo estamos juntos en esto».


(Risas)

(Aplausos)
«Pregunta:

¿Estarás allí para asegurarte de que se quitan los zapatos?

»
(Risas)
Seré honesto, luego mi relación con Dan empeoró levemente, porque el siguiente correo que recibí decía: «Gracias por su email.

Su Número de caso es…»
(Risas)
Eso es indignante.

Dije: «

¿Dan?

»
(Risas)
Me dijo…

me dije…

pensé…

Le dije: «

¿Danny?

» Y pensé, esto es terrible.

Solo recibo números de casos.

Dije: «

¿D-Dog?

»
(Risas)
«La tienda está abierta, Dan».


(Risas)
Dije: «Dan, deben haberse preguntado por qué no había castillo inflable».

Y luego volvimos a esto.

Y podría haber sido el fin de la historia, pero recordé que todo, cualquier cosa, incluso algo tan mundano como bajar de un auto, puede ser divertido si se encuentra el juego correcto.

Así que…

le respondí esto: [Gracias por tu email.

Tu número de caso es #0000001.]
(Risas)

(Aplausos)
Y empezamos, uh…


(Risas)
Fue como estar bailando.

Fue una relación hermosa.

Así seguimos.

Fue maravilloso.

Pero para ser honesto, muchachos, esto exigía bastante trabajo manual, y tenía otras cosas que hacer, lo crean o no.

Por eso hice un programita automático para responder emails.

Y lo configuré para que cada vez que recibía un email de SafeMart, respondiera con otro mensaje.

Lo configuré y dice: «Gracias por tu email.

Tu número de caso es…» Y le puse una formulita para sumar de a uno cada vez.

Lo puse en el servidor y lo dejé correr.


(Risas)
Seré honesto, muchachos, luego me olvidé.


(Risas)
El otro día miré, y parece que hubo algunos mails de ida y vuelta.

Vamos por el 21 439.


(Aplausos)
Me da una inmensa satisfacción saber que estos programas informáticos mantendrán correspondencia por la eternidad.

Y como va el legado, no creo que sea malo.

Así que recuerden: si alguna vez se sienten abrumados por la burocracia y, a menudo, por la mundanidad de la vida moderna, no luchen contra la frustración.

Que ese sea el catalizador de la fantasía.


(Risas)
Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/james_veitch_the_agony_of_trying_to_unsubscribe/

 

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