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La búsqueda de la ignorancia – Charla TED2013

Charla «La búsqueda de la ignorancia» de TED2013 en español.

¿Cómo es realmente el trabajo de un científico? Como neurocientífico Stuart Firestein bromea: se parece mucho menos al método científico y mucho más a «tirarse pedos por ahí… en la oscuridad». En esta charla ingeniosa, Firestein llega al corazón de la ciencia como realmente se practica y sugiere que debemos valorar lo que no sabemos —o «la ignorancia de alta calidad»— tanto como lo que sabemos.

  • Autor/a de la charla: Stuart Firestein
  • Fecha de grabación: 2013-02-28
  • Fecha de publicación: 2013-09-24
  • Duración de «La búsqueda de la ignorancia»: 1113 segundos

 

Traducción de «La búsqueda de la ignorancia» en español.

Hay un antiguo proverbio que dice: es muy difícil encontrar un gato negro en una habitación oscura, especialmente cuando no hay ningún gato.

Me parece una descripción particularmente acertada de la ciencia y de cómo trabaja, dando vueltas alrededor en un cuarto oscuro, chocando con las cosas, tratando de averiguar qué forma podría tener esto, lo que podría ser, hay informes de un gato por ahí, que pueden ser o no ser fiables, y así sucesivamente.

Ahora sé que esto es diferente a la forma en que la mayoría de las personas piensan acerca de la ciencia.

La ciencia, se nos dice generalmente, es un mecanismo muy bien ordenado para entender el mundo, de conseguir hechos, de obtener datos, que está basada en normas, que los científicos utilizan esa cosa llamada el método científico y que hemos estado haciendo esto durante más o menos 14 generaciones hasta ahora, y que el método científico es un conjunto de reglas para conseguir hechos sólidos y objetivos a partir de los datos.

Me gustaría decirles que este no es el caso.

Así que está el método científico, pero lo que realmente sucede es lo siguiente.


(Risas)
[El Método Científico vs.

Tirarse Pedos Alrededor] Y está pasando un poco así.

[…

en la oscuridad]
(Risas)
Así que,

¿cuál es la diferencia, entonces, entre la manera en que creo que la ciencia es perseguida y la forma en la que parece ser percibida?

Esta diferencia se me presentó de varias maneras en mi doble papel en la Universidad de Columbia, donde soy profesor y además dirijo un laboratorio de neurociencias donde tratamos de averiguar cómo funciona el cerebro.

Hacemos esto mediante el estudio del olfato, del sentido del olfato, y en el laboratorio, es un gran placer y un trabajo fascinante y es emocionante trabajar con estudiantes graduados y postdoctorados y pensar en experimentos interesantes para entender cómo este sentido del olfato funciona y cómo el cerebro podría estar trabajando, y, bueno, francamente, es una especie de estimulante.

Pero al mismo tiempo, es mi responsabilidad enseñar un curso muy extenso a estudiantes universitarios sobre el cerebro, y es un gran tema, y se tarda bastante tiempo organizarlo, y es muy difícil y muy interesante, pero tengo que decir que no es tan emocionante.

Entonces,

¿cuál era la diferencia?

Pues bien, el curso que estaba y estoy enseñando se llama Neurociencia Celular y Molecular – I.


(Risas)
Son 25 conferencias llenas de todo tipo de hechos, se utiliza este libro gigante llamado «Principios de Neurociencia» escrito por tres neurólogos famosos.

Este libro tiene 1.414 páginas, pesa unos imponentes 3,4 kg.

Solo para poner esto en perspectiva, ese es el peso normal de 2 cerebros humanos.


(Risas)
Así que empecé a darme cuenta, al final de este curso, de que los estudiantes quizás estaban recibiendo la idea de que debemos conocer todo lo que hay para saber sobre el cerebro.

Eso claramente no es cierto.

Y también deben tener la idea, supongo, de que lo que hacen los científicos es recopilar datos y reunir hechos y pegarlos en esos grandes libros.

Y ese tampoco es realmente el caso.

Cuando voy a una reunión, después de que ha terminado el día de trabajo y los colegas nos reunimos en el bar con un par de cervezas, nunca hablamos de lo que sabemos.

Hablamos de lo que no sabemos.

Hablamos de lo que todavía se tiene que hacer, de lo que es crítico que hagamos en el laboratorio.

De hecho, esto fue, creo, mejor dicho por Marie Curie quien dijo que nunca nos damos cuenta de lo que se ha hecho sino de lo que queda por hacer.

Esto lo escribió en una carta a su hermano después de obtener su segundo título de grado, debo decir.

Tengo que señalar que esta siempre ha sido una de mis fotos favoritas de Marie Curie, porque estoy convencido de que ese resplandor detrás de ella no es un efecto fotográfico.


(Risas)
Esa es la verdad.

Es cierto que sus papeles están, al día de hoy, almacenados en un sótano en la Biblioteca Francesa en un cuarto de hormigón que está forrado de plomo, y si eres un erudito y quieres acceder a estas notas, tienes que ponerte un traje antiradiación, es una actividad que da miedo.

Sin embargo, creo que esto es lo que estábamos dejando fuera de nuestros cursos y dejando afuera de la interacción que tenemos con el público como científicos, el «lo que queda por hacer».

Esto es lo que es emocionante e interesante.

Es, si quieren, la ignorancia.

Eso es lo que le faltaba.

Así que pensé, bueno, tal vez debería dar un curso sobre la ignorancia, algo en lo que por fin, tal vez, pueda sobresalir, por ejemplo.

Así que he empezado a enseñar este curso sobre la ignorancia, y ha sido muy interesante y me gustaría decir que visiten la página web.

Pueden encontrar todo tipo de información ahí.

Es muy accesible.

Y ha sido realmente un momento muy interesante para mí para reunirnos con otros científicos que vienen y hablan acerca de qué es lo que no saben.

Ahora uso la palabra «ignorancia», por supuesto, para ser al menos en parte intencionalmente provocativo, porque la ignorancia tiene un montón de malas connotaciones y yo claramente no me refiero a nada de eso.

Así que no me refiero a la estupidez, no me refiero a una indiferencia inmadura hacia los hechos, la razón o los datos.

Los ignorantes son claramente poco ilustrados, inconscientes, desinformados, y exceptuando a la compañía de hoy, a menudo ocupan cargos políticos, me parece a mí.

Esa, tal vez, es otra historia.

Me refiero a una clase diferente de ignorancia.

Me refiero a una clase de ignorancia que es menos peyorativa, un tipo de ignorancia que proviene de un vacío común en nuestro conocimiento, algo que no está ahí para ser conocido, no se conoce suficientemente bien todavía o que no permite hacer predicciones, la clase de ignorancia que está quizá mejor resumida en una declaración de James Clerk Maxwell, tal vez el físico más grande entre Newton y Einstein, quien dijo: «La ignorancia completamente consciente es el preludio de cada avance real en la ciencia».

Creo que es una idea maravillosa: la ignorancia completamente consciente.

Así que esa es de la clase de ignorancia de la que quiero hablar hoy, pero por supuesto que lo primero que tenemos que aclarar es

¿qué es lo que vamos a hacer con todos esos hechos?

Así que es cierto que la ciencia se acumula a un ritmo alarmante.

Todos tenemos la sensación de que la ciencia es esta montaña de datos, este modelo de acumulación de la ciencia, como muchos lo han llamado, y parece inexpugnable, parece imposible.

¿Cómo puedes saber todo esto algún día?

Y, en efecto, la literatura científica crece a un ritmo alarmante.

En 2006, había 1,3 millones de artículos publicados.

Tiene una tasa de crecimiento de aproximadamente un 2,5% anual, y así el año pasado se publicaron más de un millón y medio de artículos.

Dividan eso por el número de minutos en un año, y obtienes tres nuevos artículos por minuto.

Así que, yo que he estado aquí un poco más de 10 minutos, ya me he perdido tres artículos.

Tengo que salir de aquí en realidad.

Tengo que ir a leer.

Entonces,

¿qué hacemos al respecto?

Bueno, lo cierto es que lo que hacen los científicos es una especie de abandono controlado, por llamarlo así.

Simplemente no nos preocupamos por eso, en cierto modo.

Los hechos son importantes.

Tienes que saber un montón de cosas para ser un científico.

Eso es cierto.

Pero saber un montón de cosas no te hace un científico.

Necesitas saber un montón de cosas para ser un abogado o un contable o un electricista o un carpintero.

Pero en la ciencia, saber un montón de cosas no es la clave.

El conocimiento de un montón de cosas está ahí para ayudarte a obtener más ignorancia.

Así que el conocimiento es un gran tema, pero yo diría que la ignorancia es uno más grande.

Así que esto nos lleva tal vez a pensar, un poco acerca de algunos de los modelos de ciencia que tendemos a usar, y me gustaría desengañarles de algunos de ellos.

Uno de ellos, muy popular, es que los científicos están poniendo con paciencia las piezas de un rompecabezas para revelar algún gran esquema o algo parecido.

Esto claramente no es cierto.

Por un lado, con los rompecabezas, el fabricante ha asegurado que hay una solución.

Nosotros no tenemos ninguna garantía.

De hecho, hay muchos de nosotros que no estamos tan seguros sobre el fabricante.


(Risas)
Así que creo que el modelo del rompecabezas no funciona.

Otro modelo popular es que la ciencia está ocupada en desentrañar cosas, de la misma forma que se deshacen las hojas de una cebolla.

Así, hoja a hoja, le quitas las capas a la cebolla para llegar a algún núcleo fundamental de la verdad.

Tampoco creo que esa sea la forma en la que funciona.

Otra idea, una muy popular, es la idea del iceberg, que afirma que solo vemos la punta del iceberg, pero en el fondo es donde la mayor parte del iceberg está oculta.

Pero todos estos modelos se basan en la idea de un gran cuerpo de hechos que podemos completar de alguna u otra manera.

Podemos poco a poco averiguar lo que es este iceberg, o podemos simplemente, en estos días, esperar a que se derrita, supongo, pero de una manera u otra hemos podido abarcar al iceberg como un todo.

¿Cierto?

O hacerlo manejable.

Pero no creo que ese sea el caso.

Creo que lo que realmente sucede en la ciencia es un modelo más parecido a la magia, donde no importa cuántos cubos sacas, siempre hay otro cubo de agua por sacar, o particularmente mi preferida, con el efecto y todo, las ondas en un estanque.

Así que si piensan que el conocimiento es la onda cada vez mayor en un estanque, lo importante es darse cuenta de que nuestra ignorancia, la circunferencia de este conocimiento, también crece con el conocimiento.

Así que el conocimiento genera ignorancia.

Esto está muy bien explicado, pensé, por George Bernard Shaw.

Es en realidad parte de un brindis que pronunció para homenajear a Einstein en una cena de celebración de su trabajo, en el que afirma que la ciencia simplemente crea más preguntas que respuestas.

[«La ciencia es siempre mala.

Nunca resuelve un problema sin crear 10 más».] Lo encuentro glorioso, y creo que está en lo cierto, además de que es una especie de seguro de trabajo.

Resulta ser, que él más o menos plagió eso del filósofo Immanuel Kant a quien 100 años antes se le había ocurrido la idea de la propagación de preguntas, que cada respuesta genera más preguntas.

Me encanta ese término, «la propagación de preguntas», esta idea de que las preguntas se propagan por ahí.

Así que yo diría que el modelo que deseamos tomar no está en que comencemos como ignorantes y juntemos algunos datos y luego ganemos conocimiento.

Es más bien lo contrario, la verdad.

¿Para qué utilizamos este conocimiento?

¿Para qué estamos utilizando este conjunto de hechos?

Lo estamos usando para mejorar la ignorancia, para llegar, si quieren, a una ignorancia de mejor calidad.

Porque, como Uds.

saben, hay ignorancia de baja calidad y hay ignorancia de alta calidad.

No todo es lo mismo.

Los científicos discuten sobre esto todo el tiempo.

Algunas veces las llamamos tertulias.

Otras veces las llamamos propuestas de subvención.

Pero, sin embargo, es de lo que se trata el argumento.

Es la ignorancia.

Es lo que no sabemos.

Es lo que hace una buena pregunta.

Entonces,

¿cómo pensamos acerca de estas preguntas?

Les voy a mostrar un gráfico que aparece bastante en posters «happy hour» en varios departamentos de ciencias.

En este gráfico se pregunta la relación entre lo que sabes y de qué tanto sabes sobre eso.

Así que de lo que sabes, puedes saber desde nada a todo, por supuesto, y de qué tanto sabes de algo puede estar en cualquier lugar desde un poco a mucho.

Así que vamos a poner un punto en el gráfico.

Tenemos un universitario.

No sabe mucho, pero tiene un gran interés.

Está interesado en casi todo.

Ahora nos fijamos en un estudiante de postgrado, un poco más adelante en su educación, y ves que sabe un poco más, pero se ha reducido en cierta medida.

Y por último obtienes tu doctorado, donde resulta que sabes muchísimo acerca de casi nada.


(Risas)
Lo que es realmente preocupante es la línea de tendencia porque, por supuesto, cuando se hunde por debajo del eje cero, allí, se mete en una zona negativa.

Ahí es donde se encuentra gente como yo, me temo.

Así que lo importante aquí es que todo esto se puede cambiar.

Toda esta vista se puede cambiar con solo cambiar la etiqueta en el eje x.

Así que en lugar de lo mucho que sabes sobre algo, podríamos decir, «

¿Qué puedes preguntar sobre esto?

» Así que sí, necesitas saber un montón de cosas como científico, pero el propósito de conocer un montón de cosas no es solo saber un montón de cosas.

Eso solo te hace un «geek»,

¿verdad?

El propósito de conocer un montón de cosas es ser capaz de hacer muchas preguntas, poder formular preguntas interesantes, reflexivas, porque ahí es donde está el trabajo real.

Les voy a dar una idea rápida de un par de este tipo de preguntas.

Soy un neurocientífico, así que,

¿cómo íbamos a llegar a una pregunta sobre la neurociencia?

Debido a que no siempre es tan sencillo.

Así, por ejemplo, se podría decir, bueno

¿qué es lo que hace el cerebro?

Bueno, una cosa que hace el cerebro, es que nos mueve.

Caminamos sobre dos piernas.

Eso parece un poco simple, de alguna manera u otra.

Es decir, prácticamente todo el mundo de más de 10 meses de edad anda sobre dos piernas,

¿verdad?

A lo mejor no es tan interesante.

Así que tal vez queremos elegir algo un poco más complicado de ver.

¿Qué les parece el sistema visual?

Ahí está, el sistema visual.

Quiero decir, amamos nuestros sistemas visuales.

Hacemos todo tipo de cosas interesantes.

De hecho, hay más de 12.000 neurólogos que trabajan sobre el sistema visual, desde la retina a la corteza visual, en un intento de entender no solamente el sistema visual sino también entender cómo los principios generales, o cómo el cerebro, pueden funcionar.

Pero aquí está la cosa: nuestra tecnología ha sido bastante buena en replicar lo que hace el sistema visual.

Tenemos televisión, tenemos películas, tenemos animación, tenemos fotografía, tenemos el reconocimiento de patrones, todo este tipo de cosas.

Funcionan de manera diferente que nuestros sistemas visuales en algunos casos, pero sin embargo, hemos sido muy buenos en hacer que la tecnología trabaje como nuestro sistema visual.

De alguna manera u otra, en cien años de la robótica, nunca vieron un robot caminando a dos patas, porque los robots no caminan a dos patas porque no es una cosa tan fácil de hacer.

100 años de robótica, y no podemos conseguir que un robot pueda moverse más de un par de pasos de una manera u otra.

Les pides que suban un plano inclinado, y se caen.

Se dan la vuelta y se caen.

Es un problema serio.

Entonces,

¿qué es lo más difícil de hacer para el cerebro?

¿Que deberíamos estar estudiando?

Tal vez debería ser caminar sobre dos piernas, o el sistema motor.

Les voy a dar un ejemplo de mi propio laboratorio, mi propia pregunta maloliente, ya que trabajamos en el sentido del olfato.

Esto es un diagrama de cinco moléculas y un tipo de anotación química.

Estas son solo viejas moléculas simples, pero si las inhalan por esos dos pequeños agujeros en la parte delantera de su cara, tendrán en su mente la clara impresión de una rosa.

Si hay una verdadera rosa allí, serán esas moléculas, pero incluso si no hay rosa allí, tendrán el recuerdo de una molécula.

¿Cómo convertimos moléculas en percepciones?

¿Cuál es el proceso mediante el cual eso podría pasar?

He aquí otro ejemplo: dos moléculas muy simples, una vez más en este tipo de notación química.

Puede que sea más fácil visualizarlas de esta manera, los círculos grises son átomos de carbono, los blancos son átomos de hidrógeno y los rojos átomos de oxígeno.

Ahora bien, estas dos moléculas difieren en solo un átomo de carbono y dos pequeños átomos de hidrógeno que se desplazan junto con él, y sin embargo uno de ellos, el acetato de heptilo, tiene el olor característico de una pera, mientras que el acetato de hexilo es inconfundiblemente un plátano.

Así que hay dos preguntas muy interesantes aquí, me parece a mí.

Una de ellas es,

¿cómo puede una pequeña molécula tan simple como esta crear una percepción en el cerebro que es tan clara como una pera o un plátano?

Y en segundo lugar,

¿cómo demonios podemos saber la diferencia entre dos moléculas que difieren en un solo átomo de carbono?

Quiero decir, eso es extraordinario para mí, claramente el mejor detector de químicos en la superficie del planeta.

Y ni siquiera piensas en ello,

¿cierto?

Así que esta es una de mis citas favoritas que nos lleva de regreso a la ignorancia y a la idea de las preguntas.

Me gusta citar porque creo que las personas fallecidas no deben ser excluidas de la conversación.

Y también creo que es importante tener en cuenta que la conversación lleva teniendo lugar desde hace un tiempo, por cierto.

Así Erwin Schrodinger, un gran físico cuántico y, creo, filósofo, señala cómo hay que «acatar la ignorancia por un período indefinido» de tiempo.

Y es este acatar la ignorancia lo que yo creo que tenemos que aprender a hacer.

Es una cosa difícil.

No es un asunto tan fácil.

Supongo que todo se reduce a nuestro sistema educativo, así que voy a hablar un poco acerca de la ignorancia y la educación, porque creo que ahí es donde realmente tiene que tener lugar.

Así que por una vez, enfrentémoslo, en la era de Google y Wikipedia, el modelo de negocio de la universidad y, probablemente, de las escuelas secundarias, simplemente va a tener que cambiar.

No podemos más, vender hechos para vivir.

Están disponibles con un clic del ratón, o si quieren, probablemente podrían simplemente preguntar al muro uno de estos días, donde sea que vayan a ocultar las cosas que nos dicen todo.

Entonces,

¿qué tenemos que hacer?

Tenemos que dar a nuestros estudiantes el gusto por las fronteras, por lo que está fuera de esa circunferencia, por lo que está fuera de los hechos, lo que está más allá de los hechos.

¿Cómo lo hacemos?

Pues bien, uno de los problemas, por supuesto, resultan ser los exámenes.

Actualmente contamos con un sistema educativo que es muy eficiente, pero es muy eficiente en una cosa bastante mala.

En segundo grado, todos los niños están interesados ​​en la ciencia, las niñas y los niños.

Les gusta desarmar cosas.

Tienen una gran curiosidad.

Les gusta investigar las cosas.

Van a los museos de ciencia.

Les gusta jugar por ahí.

Están en segundo grado.

Están interesados​​.

Pero para el 11 o 12 grado, menos del 10 % tienen algún interés en la ciencia, y mucho menos el deseo de seguir una carrera en ciencias.

Así que tenemos este sistema muy eficiente para ahuyentar cualquier interés en la ciencia de la cabeza de todos.

¿Es esto lo que queremos?

Creo que esto viene de lo que un profesor colega mío llama «el método bulímico de la educación».

Ya saben.

Pueden imaginar lo que es.

Atascamos sus gargantas con un montón de hechos y luego ellos los vomitan para ponerlos en un examen y todo el mundo se va a casa sin peso intelectual añadido alguno.

Esto no puede continuar.

Entonces,

¿qué hacemos?

Bueno, los genetistas, tengo que decir, tienen una máxima interesante según la cual viven.

Los genetistas siempre dicen, que siempre obtienes lo que seleccionas.

Y eso se entiende como una advertencia.

Así que siempre vamos a conseguir lo que seleccionamos, y parte de lo que seleccionamos está en nuestros métodos de evaluación.

Bueno, se habla mucho acerca de las pruebas y la evaluación, y tenemos que pensar cuidadosamente cuando estamos examinando cuando estamos evaluando o cuando estamos escardando, si estamos escardando gente, si estamos haciendo algún corte.

La evaluación es una cosa.

Se oye hablar mucho acerca de la evaluación en la literatura de estos días, en la literatura educativa, pero evaluación realmente equivale a retroalimentación y asciende a una oportunidad para el ensayo y error.

Viene a ser la oportunidad de trabajar durante un período de tiempo más largo con este tipo de retroalimentación.

Eso es diferente de desherbar, y por lo general, hay que decir, cuando la gente habla acerca de la evaluación, de evaluar estudiantes, evaluar profesores, evaluar escuelas, evaluar programas, de lo que realmente están hablando es de desherbar.

Y eso es malo, porque entonces conseguirás lo que seleccionas, que es lo que hemos conseguido hasta ahora.

Así que yo diría que lo que necesitamos es un examen que diga: «

¿Qué es x?

» y las respuestas sean «No lo sé, porque nadie lo sabe», o «

¿Cuál es la pregunta?

» Incluso mejor.

O, «

¿Sabes qué, voy a buscar, voy a preguntar a alguien, voy a llamar a alguien.

Voy a averiguarlo».

Porque eso es lo que queremos que haga la gente, y así es como los evalúas.

Y tal vez para las clases avanzadas, podría ser: «Aquí está la respuesta.

¿Cuál es la próxima pregunta?

» Esa es la que más me gusta en particular.

Así que permítanme terminar con una cita de William Butler Yeats, quien dijo: «La educación no se trata de llenar baldes; se trata de encender fuegos».

Así que yo diría, saquemos las cerillas.

Gracias.


(Aplausos)
Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/stuart_firestein_the_pursuit_of_ignorance/

 

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