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La calidez y la sabiduría de los edificios de barro – Charla TED2017

Charla «La calidez y la sabiduría de los edificios de barro» de TED2017 en español.

«La naturaleza nos ofrece una gran cantidad de recursos de forma gratuita. Solo necesitamos nuestra sensibilidad para verlos y nuestra creatividad para usarlos», dice la arquitecta Anna Heringer. Heringer usa materiales de baja tecnología, como el barro y el bambú, para construir estructuras a lo largo de China y Suiza, hasta Bangladesh y más allá. Adéntrate en esta maravillosa charla sobre un impresionante colegio, una elegante oficina y espacios sociales acogedores, todos construidos con materiales naturales.

  • Autor/a de la charla: Anna Heringer
  • Fecha de grabación: 2017-04-24
  • Fecha de publicación: 2017-09-28
  • Duración de «La calidez y la sabiduría de los edificios de barro»: 781 segundos

 

Traducción de «La calidez y la sabiduría de los edificios de barro» en español.

Era fin de octubre, en las montañas de Austria.

Era un viaje de estudios con mis estudiantes de arquitectura, de Zúrich.

Cuando llegamos a un valle situado en lo alto, les dije que no reservé ninguna cabaña ni ningún hotel para pasar la noche.

No es porque me equivocase.

Lo había hecho intencionadamente.

El reto: hacer un refugio con lo que sea.

Y todos sobrevivimos.

Hacía frío, era muy duro…

pero fue una experiencia que nos enseñó mucho, vimos que la naturaleza nos da muchos recursos gratis, y solo necesitamos poder verlos y nuestra creatividad para usarlos.

Yo estuve en una situación similar.

Cuando era estudiante de arquitectura, hace 13 años ya, Fui a Bangladesh, a un pueblo remoto llamado Rudrapur para diseñar y construir un colegio para mi tesis.

Ya había vivido en ese pueblo, a los 19 años y era voluntaria en Dipshikha, una ONG de Bangladesh para el desarrollo rural.

Y lo que aprendí con ellos fue que la estrategia más eficaz para un desarrollo sostenible es apreciar y usar tus propios recursos y potencial y no volverte dependiente de factores externos.

Y esto era lo que traté de hacer ver también a mis estudiantes.

Para los materiales sostenibles de edificación no tuve que indagar mucho.

Estaban debajo de mis pies: barro, tierra, arcilla, como prefieran, y el bambú que crecía por todas partes.

La electricidad en aquel lugar era inusual, pero no la necesitábamos.

Teníamos energía humana y la gente era feliz de tener un trabajo.

Las herramientas supusieron un problema, pero teníamos a estos animales, búfalos de agua.

También probamos con vacas, pero curiosamente, eran muy inteligentes.

Iban alrededor de los agujeros de la ronda anterior.

No mezclaban el barro, la paja….


(Risas)
la arena, que son los elementos que forman la pared.

Y excepto un pequeño grupo de ayudantes, como mi compañero en la puesta en marcha, Eike Roswag, y mi primo cesterista, Emmanuel todo se construyó gracias a los artesanos del pueblo.

Y esto es el colegio METI tras 6 meses de construcción.


(Aplausos)
Gracias.


(Aplausos)
Muros de tierra portantes, forman la base de la escuela, y grandes estructuras de bambú que dejan entrar la luz.

Esta aula está situada en la planta baja.

Junto al aula están las cuevas.

Se usan para leer, descansar y trabajar en solitario, para meditación, para jugar…

y el aula en la parte superior.

Los niños firmaron las puertas con sus nombres en bengalí y no solo firmaron, sino que ayudaron a construir el colegio.

Seguro que todos tuvieron alguna vez en sus manos barro y arcilla.

Es una sensación estupenda.

Me encanta.

A los niños les encanta.

Imaginen lo que siente un niño o una niña o un jornalero analfabeto que está frente al colegio sabiendo que se ha construido con el bambú de los alrededores y la tierra que hay bajo sus pies usando como herramientas las manos.

Eso genera un gran aumento de la confianza en uno mismo y en la comunidad.

Y en los materiales.

El barro tiene mala publicidad.

Si pensamos en el barro, vemos suciedad…

Es feo, no es perdurable…

y ese es el concepto que trato de cambiar.

De hecho, es la onceava temporada de lluvias ya, muy duras, lluvias monzónicas horizontales, y las paredes se mantienen fuertes.


(Aplausos)
Así que,

¿cómo funciona?

Primera regla, un buen cimiento que aisla a la pared del suelo, Segunda regla, un buen techo que protege la parte superior.

y tercera regla, control de la erosión.

Las paredes de barro necesitan reductores de velocidad para que el agua de lluvia no se deslice por las paredes y estos reductores de velocidad pueden ser palos de bambú o piedras o paja mezcladas en el lodo.

Igual que una montaña que necesita árboles o piedras para evitar la erosión.

Funciona de la misma manera.

Y la gente me pregunta si hay que echar cemento al barro y la respuesta es no.

No hay estabilizador, no hay revestimiento en estas paredes, solo en el cimiento.

Este es el primer plano de una pared después de diez estaciones lluviosas, y así como yo me voy haciendo un poco más mayor, la pared también tiene unas cuantas arrugas.

Los bordes ya no están robustos, pero aún se ven bastante bien.

Y si hay que repararlos, es bastante fácil hacerlo.

Se toma la parte que está quebrada, se humedece y se pone en la pared.

Y se verá igual que antes.

Ojalá funcionara para mí también.


(Risas)
Y lo bueno es que si ya no se necesita más esa pared de tierra puede volver a donde pertenecía, al suelo, convertirla en un jardín o reciclarla sin perder calidad.

No existe ningún otro material que pueda hacer eso.

El barro es una gran opción para el medioambiente.

¿Qué pasa con la sostenibilidad económica?

Cuando construimos el colegio, yo vivía en ese lugar y por la noche iba con los trabajadores al mercado y pude ver cómo gastaban su dinero.

Compraban las verduras de sus vecinos, iban al peluquero o al sastre por una nueva camisa.

Y como la parte principal del presupuesto del edificio se dedicaba a la artesanía, la escuela no solo era un edificio era también un catalizador para el desarrollo local, y eso me hizo muy feliz.

Si lo hubiese hecho de cemento y acero, este dinero nunca habría llegado a sus manos.


(Aplausos)
El presupuesto para el edificio era de 35 000 euros.

Probablemente es el doble ahora, y eso es mucho dinero para esa región, porque este dinero está funcionando dentro de la comunidad y moviéndose rápido, y no en el mercado de valores.

Para la sostenibilidad económica del proyecto, mi primera pregunta es,

¿quién se beneficia?

¿Cuántos de aquí han vivido en una casa de barro?

Chris Anderson,

¿dónde está tu mano?


(Risas)

¿Eres tú?

Sí.

Parece algo impensable.

pero unos 3 millones de personas en todo el mundo viven en casas de tierra y constituye un material de edificación tradicional en Europa, tanto como lo es en África.

Curiosamente, el barro no es objeto de estudio en las universidades.

Así que yo llevé el lodo a Harvard,
(Risas)
en concreto 60 toneladas, en frente de la fachada de la Escuela Superior de Diseño.

Estudiantes y profesores se pusieron manos a la obra con el lodo, y la fachada se convirtió en un lugar para reuniones.

Los niños escalaban las estructuras, los patinadores montaban la rampa, los estudiantes tenían el recreo del almuerzo y fue increíble ver cuánta gente tocaba la pared, y no solemos ir por las ciudades acariciando fachadas,

¿verdad?


(Risas)

(Risas)
Por supuesto, era un proyecto a escala pequeña, pero en términos de sensibilización y de educación, era como un punto de activación de la acupuntura.

Y, de hecho, cada vez en más países no permiten las estructuras de tierra portantes aunque son tradicionales y perduraron durante muchos años.

Y no porque el material sea débil, sino porque no hay arquitectos e ingenieros que sepan trabajar ese material.

Por eso la educación en todos los niveles para artesanos, ingenieros y arquitectos es de suma necesidad.

Igual de importante es el desarrollo tecnológico, como la prefabricación desarrollada por mi colega Martin Rauch, un artista austríaco y experto en estructuras de tierra.

Él ha creado tecnologías para elementos de tierra apisonada, para la prefabricación de elementos de tierra apisonada que incluyen aislamiento, calentamiento de pared y enfriamiento y toda clase de accesorios eléctricos que se pueden superponer a edificios de varios pisos, y esto es importante para ampliar la escala y agilizar los procesos como en el Ricola Herb Center, en Suiza.

Y finalmente, necesitamos buenos proyectos de construcción que demuestren que se puede construir con materiales antiguos de una forma muy moderna.

No se trata cuán viejo es el material, se trata de nuestra habilidad creativa para usarlo hoy.

Estos, por ejemplo, son tres hostales que creé en China en el pueblo de Baoxi, a unas 6 horas en autobús desde Shangái.

La forma exterior es de bambú tejido y el núcleo interior son piedras y tierra apisonada.

Y es un material de construcción tradicional.

Incluso grandes partes de la Gran Muralla de China están construidas con tierra apisonada, pero se están supliendo por cemento.

Y esta moda está sucediendo muy rápido.

En solo un par de años, China ha consumido más cemento que EE.UU.

en todo el siglo XX.

Y la tendencia de renovar materiales de construcción naturales por materiales que necesitan de mucha energía, que consumen energía intensiva, y que emiten CO2, está contribuyendo al cambio climático.

Y nosotros tenemos alternativas, como barro, piedras, madera, bambú, tierra, que son opciones efectivas para toda clase de propósitos.

Esta, por ejemplo, es un edificio de oficinas que hicimos para Omicron Electronics en Austria.

El barro es saludable para el planeta, y también para el cuerpo humano.

Y aunque el material es de baja tecnología, el rendimiento es de alta tecnología.

Las paredes de tierra aseguran las sofisticadas herramientas gracias a la regulación natural de la humedad.

Y esta pared es de mi propia casa, es mi humidificador.

Nos encanta nuestras 6 toneladas de tierra en casa, no solo porque es saludable y sostenible.

Su calor arcaico toca la fibra íntima.

Mi sueño es construir un rascacielos de barro justo en Manhattan.


(Risas)
Sí.


(Aplausos)
Y este sueño no es un disparate.

Piensen en la ciudad de barro que hay en Shibam, en Yemen, fue construida en el siglo XVI y ha durado hasta ahora 500 años.

Lo que fue posible hace ya tanto tiempo, es posible hoy también.

Y podemos aplicar todo nuestro saber técnico a estos materiales antiguos para que satisfaga nuestras necesidades y sueños.

Todo lo que nos rodea y lo que tenemos bajo nuestros pies son estupendos materiales de construcción naturales.

Usémoslos.

Y creo firmemente que nuestras casas, espacios de trabajo y ciudades serían más saludables y sostenibles y más humanas y bonitas.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/anna_heringer_the_warmth_and_wisdom_of_mud_buildings/

 

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