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Charla «La ciencia del color de la piel – Angela Koine Flynn» de TED-Ed en español.
Ver la lección completa en: https://ed.ted.com/lessons/the-science-of-skin-color-angela-koine-flynn
Cuando los rayos ultravioleta entran en contacto con la piel, los efectos difieren de persona a persona. Dependiendo del tono, la piel se irrita en questión de minutos para algunos, mientras que a otros les hacen falta horas para el más pequeño cambio. Y para empezar, ¿por qué varían y se dan tantos tonos de piel diferentes?
Lección de Angela Koine Flynn, animación de Tomás Pichardo-Espaillat.
- Autor/a de la charla: Angela Koine Flynn
- Fecha de grabación: 2016-02-16
- Fecha de publicación: 2017-09-07
- Duración de «La ciencia del color de la piel – Angela Koine Flynn»: 293 segundos
Traducción de «La ciencia del color de la piel – Angela Koine Flynn» en español.
Cuando la luz solar ultravioleta entra en contacto con la piel, los efectos difieren de persona a persona.
Dependiendo del tono, para algunos, la piel se irrita en cuestión de minutos mientras que a otros les hacen falta horas para el más pequeño cambio.
Así que ¿por qué varían y se dan tantos tonos de piel diferentes? Sea cual fuere el color, nuestra piel cuenta la historia épica de la intrepidez y capacidad de adaptación humana y revela que estos contrastes son una función biológica.
Todo depende de la melanina, el pigmento que dicta el color de la piel y el cabello.
Este pigmento se encuentra en las células de la piel llamadas melanocitos que producen dos tipos básicos: la eumelanina, que da lugar a una gama de tonos de piel oscura así como al pelo negro, castaño y rubio, y la feomelanina, el pigmento rojo de las pecas y del cabello pelirrojo.
Pero la piel de los seres humanos no fue siempre así.
Los diferentes tonos de piel se deben a la adaptación evolutiva y a la radiación solar.
Este proceso comenzó hace unos 50 000 años, cuando nuestros antepasados que vivían en África migraron a Europa y Asia.
Estos primeros ancestros vivieron entre Ecuador y el Trópico de Capricornio, una región de mayor exposición a los rayos ultravioleta La sobre-exposición dérmica a los rayos UV durante largo tiempo puede causar daños en el ADN y quemaduras en la piel.
Si ese daño es muy grande, las mutaciones celulares predisponen al melanoma, un cáncer de piel mortal que aparece en los melanocitos.
La protección solar tal como la conocemos hoy en día no existía hace 50 000 años así que ¿cómo se protegían nuestros ancestros de los peligros de los rayos UV? La clave para sobrevivir era su proprio escudo natural contra el sol fabricado debajo de la piel: la melanina.
El tipo y la cantidad de melanina en la piel determina el grado de protección solar.
En resumen, la respuesta de la piel para manejar los niveles de radiación ultravioleta.
La exposición a una luz más débil desencadena la respuesta de los receptores llamados rodopsina, que estimulan la producción de melanina y protegen las células de daños en el ADN.
Para las personas de piel clara, la producción de melanina oscurece la piel y produce el bronceado.
Durante generaciones, los humanos que vivieron en las regiones ecuatoriales con altos niveles de rayos UV se adaptaron al aumento de la producción de melanina y a más eumelanina, que resultó en un tono de piel más oscuro.
Este escudo solar protector natural ayudó a protegerse del melanoma, lo que probablemente desde un punto de vista evolutivo significó una adaptación útil y digna de pasar a las nuevas generaciones.
Pero pronto, algunos de nuestros antepasados acostumbrados a la sobre-exposición emigraron de las regiones tropicales hacia el norte poblando el planeta.
Cuanto más viajaron al norte, menos luz solar directa recibieron.
Este fue un problema porque aunque la radiación solar puede dañar la piel, es beneficiosa a la vez.
Los rayos UV permiten la síntesis de la vitamina D, una sustancia que fortalece los huesos y nos permite absorber minerales vitales, como el calcio, el hierro, el magnesio, el fosfato y el zinc.
Sin ella, los humanos están expuestos a fatiga crónica y osteoporosis lo que puede causar la enfermedad conocida como raquitismo.
Para los seres humanos cuya piel oscura bloqueó eficazmente la luz solar natural la deficiencia de vitamina D hubiera planteado una seria amenaza en el norte.
Pero algunos lograron producir menos melanina.
Al estar expuestos a pequeñas cantidades de luz, el riesgo de padecer melanoma disminuyó mientras que su piel más clara absorbió mejor los rayos UV.
Por lo que se beneficiaron de la vitamina D, fortalecieron sus huesos, y sobrevivieron lo suficiente como para engendrar generaciones sanas.
La selección durante muchas generaciones marcó la aparición gradual de los tonos de piel más claros.
Como resultado de la capacidad de adaptación de nuestros antepasados, hoy el planeta está lleno de gente cuya piel luce un gran abanico de tonos, normalmente más oscura y rica en eumelanina rico en la zona ecuatorial y más y más clara, rica en feomelanina en latitudes altas donde la cantidad de luz solar disminuye.
Por lo tanto, el color de la piel no es más que una adaptación evolutiva para sobrevivir en este planeta que orbita alrededor del Sol.
La piel absorbe la luz, pero de ninguna manera es un rasgo que forma el carácter.
https://www.ted.com/talks/angela_koine_flynn_the_science_of_skin_color/