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Charla «La ciencia del pánico escénico (y cómo superarlo) – Mikael Cho» de TED-Ed en español.
Ver la lección completa en: http://ed.ted.com/lessons/the-science-of-stage-fright-and-how-to-overcome-it-mikael-cho
¿Sientes fuertes latidos, las manos sudorosas, respiras con dificultad? No, no es un ataque cardíaco, ¡es pánico escénico! Si hablar en público te hace sentir como si estuvieras luchando por tu vida, no estás solo. Pero mientras mejor entiendas la reacción de tu cuerpo, más posibilidades tendrás de superarlo. Mikael Cho nos enseña a engañar a nuestro cerebro y robarnos el show.
Lección de Mikael Cho, animación de KAWPA Studioworks.
- Autor/a de la charla: Mikael Cho
- Fecha de grabación: 2013-10-08
- Fecha de publicación: 2017-09-07
- Duración de «La ciencia del pánico escénico (y cómo superarlo) – Mikael Cho»: 233 segundos
Traducción de «La ciencia del pánico escénico (y cómo superarlo) – Mikael Cho» en español.
Palmas sudorosas, fuertes latidos nudos en el estómago.
No puedes gritar y pedir ayuda.
No solo tu garganta está tan cerrada que no puedes respirar sino que sería vergonzoso.
No, no te ataca un monstruo, vas a hablar en público, un destino peor que la muerte.
Cuando estás muerto no sientes nada; pero en el podio sientes pánico escénico.
Pero en algún momento todos tenemos que hablar en público, así que tenemos que intentar superarlo.
Para empezar, entendamos qué es el pánico escénico.
Los humanos, como animales sociales que somos estamos programados para preocuparnos por nuestra reputación.
Hablar en público la pone en peligro.
Antes de una presentación, te preocupas: «¿Y si la gente piensa que soy horrible e idiota?» Ese miedo de ser visto como un terrible idiota es una reacción de amenaza que surge de la parte primitiva del cerebro, algo muy difícil de controlar.
Es la respuesta de «ir a la lucha» o «echarse a correr», un proceso de autoprotección que sienten algunos animales, la mayoría de los cuales no dan discursos.
Pero tenemos un compañero sabio en el estudio de los nervios.
Charles Darwin experimentó «luchar» o «correr» en la exhibición de serpientes del zoo de Londres.
Escribió en su diario: «Mi deseo y mi razón se vuelven impotentes ante un peligro imaginario que nunca antes había sentido».
Concluyó que su respuesta era una reacción ancestral que no cambió con las realidades de la civilización moderna.
Así que para la conciencia de la mente moderna eso es un discurso.
Para el resto del cerebro diseñado para lidiar con la ley de la selva cuando percibes las posibles consecuencias de dar un pésimo discurso, es momento de correr por tu vida o luchar hasta la muerte.
El hipotálamo, común en todos los vertebrados estimula la glándula pituitaria para que secrete la hormona ACTH y eso hace que la glándula suprarrenal le envíe adrenalina a la sangre.
Cuello y espalda se tensan, te encorvas.
Piernas y manos tiemblan y los músculos se preparan para atacar.
Sudas.
Tu presión arterial se dispara.
Tu digestión se paraliza para maximizar el envío de nutrientes y oxígeno a los músculos y los órganos vitales, tu boca se seca, sientes mariposas en el estómago.
Tus pupilas se dilatan, es difícil leer de cerca los apuntes, pero es fácil leer de lejos.
Así funciona el pánico escénico.
¿Cómo luchamos contra él? Primero, perspectiva.
Esto no solo ocurre en la cabeza.
Es natural, hormonal, la reacción de todo el cuerpo activado por un sistema nervioso autónomo en piloto automático.
Y la genética juega un papel tremendo dentro de la ansiedad social.
Jonh Lennon cantó en vivo miles de veces.
Y todas las veces vomitaba antes de comenzar.
Algunos simplemente están diseñados para sentir más temor a la hora de presentarse en público.
Como el pánico escénico es natural e inevitable, enfócate en lo que sí puedes controlar.
Pratica bastante, empezando mucho antes en un escenario similar al que darás la presentación.
Practicar cualquier tarea aumenta tu familiaridad y reduce la ansiedad, así que cuando sea hora de hablar en público tendrás confianza en ti mismo y en la tarea en cuestión.
Steve Jobs practicaba sus discursos épicos cientos de horas, empezaba muchas semanas antes.
Si sabes lo que dices sentirás la energía de la audiencia en vez de permitir que tu hipotálamo convenza a tu cuerpo de que vas a ser el alimento de un grupo de depredadores.
Pero entiende, el hipotálamo del vertebrado ha practicado durante millones de años.
Justo antes de subirte al escenario es momento de jugar sucio y engañar a tu cerebro.
Estira los brazos y respira profundo.
Esto hará que el hipotálamo active una respuesta de relajación.
El pánico escénico usualmente nos pega más duro justo antes de la presentación, así que estírate y respira en el último minuto.
Te acercas al micrófono con una voz clara, el cuerpo relajado.
Tu discurso bien preparado convence a la audiencia salvaje de que eres un genio carismático.
¿Cómo? No es que hayas superado el pánico escénico, te adaptaste a él.
Y al hecho de que sin importar lo civilizado que parezcas, para parte de tu cerebro aún eres un animal salvaje, un animal salvaje profundo, y bastante coherente.
https://www.ted.com/talks/mikael_cho_the_science_of_stage_fright_and_how_to_overcome_it/