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La ciencia del picante – Rose Eveleth – Charla TED-Ed

Charla «La ciencia del picante – Rose Eveleth» de TED-Ed en español.

Ver la lección completa en: http://ed.ted.com/lessons/the-science-of-spiciness-rose-eveleth

Cuando muerdes un pimiento picante, tu cuerpo actúa como si la boca se estuviera quemando, ¡porque básicamente es lo que le dijiste a tu cerebro! Rose Eveleth nos habla de la historia y la ciencia que hay detrás de las comidas picantes, nos explica por qué algunas personas siguen arriesgándose al dolor por un poco de picante.

Lección de Rose Eveleth, animación de Flaming Medusa Studios Inc.

  • Autor/a de la charla: Rose Eveleth
  • Fecha de grabación: 2014-03-10
  • Fecha de publicación: 2019-02-15
  • Duración de «La ciencia del picante – Rose Eveleth»: 219 segundos

 

Traducción de «La ciencia del picante – Rose Eveleth» en español.

¿Por qué cuando comemos un pimiento picante sentimos como si se nos incendiara la boca? ¿Cómo se alivia la sensación? ¿Por qué el wasabi nos hace llorar? ¿Y qué tan picante puede ser una especia? Vamos a empezar desde cero.

Primero, ¿qué es el picante? A menudo decimos que algo «sabe» picante pero no es un sabor, como lo dulce, lo salado o lo amargo.

Lo que en verdad sucede es que ciertos químicos de las comidas picantes activan unas neuronas sensoriales llamadas nocioceptores polimodales.

Estos se encuentran en todo el cuerpo, incluso en la boca y nariz, y son los mismos receptores que se activan con un calor muy alto.

Cuando comemos un chile sentimos fuego en la boca porque es justo lo que cree nuestro cerebro.

Sucede lo contrario cuando comemos algo que contiene mentol.

El compuesto mentolado activa los receptores fríos.

Cuando se activan los receptores de calor el cuerpo cree que está en contacto con una fuente peligrosa de calor e intenta defenderse.

Por eso empezamos a sudar, y nuestro corazón late más rápido.

Los pimientos provocan la respuesta de «pelear o huir» con la que el cuerpo responde a muchos peligros.

Tal vez has notado que las comidas picantes no pican del mismo modo.

La diferencia es que tienen compuestos distintos.

La capsaicina y la piperina, que se encuentran en la pimienta negra y los chiles están compuestas de moléculas más grandes y pesadas llamadas alquilamidas, que se quedan largo tiempo en la boca.

La mostaza, el rábano y el wasabi están compuestos de moléculas más pequeñas llamadas isotiocianatos que flotan fácilmente a la nariz.

Es por esto que los chiles queman la boca y el wasabi quema la nariz.

La medida estándar de picante de una comida es su posición en la escala Scoville que mide el contenido de capsaicina que puede diluirse antes de que el calor no sea detectable para un humano.

Un pimiento morrón tiene 0 unidades Scoville y la salsa Tabasco tiene entre 1200 y 2400 unidades.

La carrera por crear el chile más picante es una batalla constante, pero, por lo general, dos chiles son los más picantes: El «Trinidad Moruga Scorpion» y el «Carolina Reaper».

Estos chiles obtienen entre 1,5 y 2 millones de unidades Scoville, que es la mitad de las unidades que contiene un aerosol de pimienta.

¿Por qué alguien querría comer algo que causa tanto dolor? Nadie sabe cuándo o por qué los humanos comenzaron a comer picantes.

Los arqueólogos han encontrado especias como la mostaza en artefactos humanos de hace 23 000 años.

Pero no saben si las especias se usaban para comida, medicina o solo decoración.

Una cacerola de hace 6000 años llena con carne y pescados asados también contenía mostaza.

Una teoría dice que los humanos empezaron a usar especias en la comida para eliminar bacterias.

Estudios demuestran que los picantes se desarrollaron principalmente en climas cálidos en donde las bacterias también son más frecuentes.

Pero el por qué seguimos comiendo comidas picantes sigue siendo un misterio.

Para algunos, comer picante es como una montaña rusa; disfrutan la emoción, aunque la sensación inmediata sea desagradable.

Algunos estudios han mostrado que los amantes de lo picante son más propensos a disfrutar de otras actividades excitantes como apostar.

El gusto por lo picante incluso puede ser genético.

Y si estás pensando en entrenarte para aguantar el picante lee esto: Según estudios, el dolor no disminuye.

Tú te vuelves más duro.

De hecho, se ha encontrado que la gente a la que le gusta lo picante tienen la misma sensación que los que no les gusta.

Solo parece que les gusta más el dolor.

Tormenta tus receptores de calor todo lo que quieras pero recuerda: cuando de picante se trata te vas a quemar.

https://www.ted.com/talks/rose_eveleth_the_science_of_spiciness/

 

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