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Charla «La ganadora del TED Prize 2009, Sylvia Earle, desea proteger nuestros océanos.» de TED2009 en español.
La legendaria oceanográfa Sylvia Earle comparte impresionantes imágenes del océano -así como también impactantes resultados estadísticos de su rápido deterioro- mientras pide su deseo para el TED Prize: Que todos nos unamos a a ella en la protección del vital corazón azul del planeta.
- Autor/a de la charla: Sylvia Earle
- Fecha de grabación: 2009-02-05
- Fecha de publicación: 2009-02-19
- Duración de «La ganadora del TED Prize 2009, Sylvia Earle, desea proteger nuestros océanos.»: 1096 segundos
Traducción de «La ganadora del TED Prize 2009, Sylvia Earle, desea proteger nuestros océanos.» en español.
Hace cincuenta años, cuando comencé a explorar el océano, nadie – ni Jacques Perrin, ni Jacques Cousteau o Rachel Carson se imaginó que podríamos hacer algo para dañar al océano por lo que poníamos en él o por lo que sacábamos de él.
Parecía, en aquel tiempo, que era el mar del Edén.
Pero ahora lo sabemos, y ahora enfrentamos la pérdida del paraíso.
Quiero compartir con ustedes mi visión personal de los cambios que ocurren en el mar y que nos afectan a todos, y considerar por qué importa lo que hemos perdido en 50 años – en realidad, lo que hemos tomado de él, lo que hemos comido – más del 90 por ciento de los peces grandes en el mar.
Por qué les debe importar que cerca de la mitad de los bancos de coral hayan desaparecido, por qué hay una misteriosa baja del oxígeno en grandes áreas del Pacífico que no sólo debería importarle a las criaturas que están muriendo sino que debería preocuparlos a ustedes.
También tiene que ver con ustedes.
Me asusta la idea de lo que Ray Anderson llama «el niño del mañana», preguntando por qué no hicimos nada cuando fue nuestro turno, para salvar a los tiburones y al atún de aleta azul, a los calamares, los bancos de coral y el océano viviente, cuando todavía teníamos tiempo.
Bueno, ahora es ese momento.
Espero que me ayuden a explorar y proteger al océano silvestre de maneras que puedan restaurar su salud y, al hacerlo, asegurar la esperanza para la humanidad.
Salud para el océano significa salud para nosotros.
Y espero que el deseo de Jill Tarter de involucrar a los terrestres incluya a los delfines, ballenas y otras criaturas del mar en esta cruzada de encontrar vida inteligente en otros lados del universo.
Y espero, Jill, que algún día encontremos evidencia de que hay vida inteligente entre los humanos de este planeta.
(Risas)
¿Yo dije eso?
Creo que lo hice.
Para mí, como científico, todo comenzó en el año 1953 cuando probé por primera vez el buceo.
Fue cuando conocí a los peces, por primera vez, nadando en algo diferente a tajadas de limón y mantequilla.
En verdad amo bucear de noche, pueden ver gran cantidad de peces que no se ven durante el día.
Bucear de día y de noche fue muy fácil para mí en 1970, cuando dirigí un equipo de submarinistas, viviendo bajo el agua por semanas al mismo tiempo que los astronautas estaban dejando sus huellas en la Luna.
En 1979 tuve la oportunidad de dejar mis huellas en el fondo del mar mientras usaba este sumergible personal llamado Jim.
Estaba a seis millas de la costa y a 1.250 pies (380 m.) de profundidad.
Es uno de mis trajes de baño favoritos.
Desde entonces, he usado cerca de 30 tipos de submarinos, y he iniciado tres compañías y una fundación sin ánimo de lucro llamada Deep Search para diseñar y construir sistemas para llegar al mar profundo.
Conduje una expedición de cinco años para National Geographic, las Expediciones Sustainable Seas, usando estos pequeños submarinos, que son tan simples de conducir que hasta un científico lo puede hacer.
Soy prueba viviente de ello.
Astronautas y submarinistas, por igual, saben apreciar realmente la importancia que tienen el aire, la comida, el agua, la temperatura, todas las cosas que se necesitan para mantenerse vivo en el espacio o debajo del agua.
Escuché al astronauta Joe Allen explicar cómo tuvo que aprender todo lo que pudo sobre su sistema de soporte de vida y luego hizo todo lo que pudo para cuidar su sistema de soporte de vida, y luego apuntó a esto y dijo: «Sistema de soporte de vida», necesitamos aprender todo lo que podamos acerca de él y hacer todo lo que podamos para cuidarlo.
El poeta Auden dijo: «Muchos han vivido sin amor.
Ninguno sin agua».
El 97 por ciento del agua de la Tierra es océano; si no hay azul, no hay verde.
Si ustedes creen que el océano no es importante, imagínense a la Tierra sin él.
Marte viene a la mente…
Si no hay océano, no hay sistema de soporte de vida.
No hace mucho tiempo di una charla para el Banco Mundial y mostré esta maravillosa imagen de la Tierra, y dije, ¡Aquí está! ¡El Banco Mundial! ¡Allí es donde están todos los bienes! y los hemos estado pescando mucho más rápido de lo que sus sistemas naturales los pueden reponer.
Tim Worth dice que la economía es una subsidiaria que le pertenece completamente al ambiente.
Con cada gota de agua que beben, cada respiro que toman, están conectados con el mar, no importa en dónde vivan en la Tierra.
La mayoria del oxígeno producido en la atmósfera se genera en el mar.
Con el tiempo, la mayoría del carbono orgánico del planeta ha sido absorbido y guardado allí, principalmente por microbios.
El océano dirige el clima y la temperatura, estabiliza la temperatura, le da forma a la química de la Tierra.
El agua del mar forma las nubes que regresan a la tierra y al mar como lluvia, granizo y nieve, y provee de hogar a cerca del 97 por ciento de la vida en el mundo.
Quizás, en el universo, si no hay agua, no hay vida.
Si no hay azul, no hay verde.
Sin embargo, nosotros los humanos tenemos esta idea, de que la Tierra – toda ella: los océanos, los cielos – son tan vastos y tan fuertes que no importa lo que les hagamos.
Eso pudo haber sido verdad hace 10.000 años atrás, y quizás hace 1.000 años atrás pero en los últimos 100 años, especialmente en los últimos 50 hemos sacados los bienes, el aire, el agua, la vida salvaje que hacen nuestras vidas posibles.
Las nuevas tecnologías nos ayudan a entender la naturaleza de la naturaleza, la naturaleza de lo que está pasando, mostrándonos nuestro impacto en la Tierra.
Quiero decir, primero tienes que reconocer que tienes un problema.
Y afortunadamente, en nuestros tiempos, hemos aprendido más acerca de nuestros problemas que en toda la historia.
y con el saber viene el interés, y con el interés, viene la esperanza de que podemos encontrar un lugar permanente para nosotros, dentro de un sistema natural que nos soporte a nosotros.
Pero primero, tenemos que saber.
Hace tres años, conocí a John Hanke, quien es el líder de Google Earth, Y le conté lo mucho que amaba tener el mundo en la palma de mi mano y explorarlo de manera directa.
Pero le pregunté: «
¿Cuándo vas a terminarlo?
Hiciste un gran trabajo con el suelo
¿Y qué pasa con el agua?
» Desde entonces, he tenido el gran placer de trabajar con Google con DOER Marine, con National Geographic, con docenas de las mejores instituciones y científicos del mundo, a quienes podríamos poner en una lista, para poner el oceano en Google Earth.
Y justo en esta semana, el lunes pasado, Google Earth está ahora completo.
Consideren esto: Comenzando aqui mismo en el Centro de Convenciones, podemos encontrar el acuario cercano, podemos ver dónde estamos ubicados, y luego podemos ir por la costa hasta el gran acuario, el océano, y a los cuatro santuarios marinos de California y la nueva red estatal de reservas marinas en los que se están comenzando a proteger y restaurar algunos de los bienes.
Podemos viajar a Hawaii, y ver las verdaderas Islas Hawaianas.
No sólo el fragmento que se ve fuera del agua, sino también lo que está debajo.
Para ver —- esperen un momento, podemos zambullirnos aquí mismo, ja — bajo el mar, ver lo que las ballenas ven.
Podemos explorar el otro lado de las Islas Hawaianas.
Realmente podemos ir y nadar por el mundo con Google Earth y visitar a las ballenas jorobadas.
Estos son los gigantes amables que he tenido el placer de conocer cara a cara muchas veces debajo del agua.
No hay nada como ser inspeccionado personalmente por una ballena.
Podemos seleccionar y volar a los lugares más profundos: 7 millas de profundidad, la Fosa de las Marianas donde sólo han podido llegar dos personas.
¡Imagínense eso! Son sólo 7 millas, pero apenas dos personas han estado allí, hace 49 años.
Los viajes de sólo ida son fáciles, necesitamos nuevos submarinos para sumergirse en lo profundo.
¿Qué tal algunos X-Prizes para la exploración oceánica?
Necesitamos ver fosas profundas, las montañas submarinas, y entender la vida en el mar profundo.
Ahora podemos ir al Ártico.
Apenas 10 años atrás, me paré en el hielo del Polo Norte.
Un mar ártico sin hielo podría ser posible en este siglo.
Es una mala noticia para los osos polares.
También es una mala noticia para nosotros.
El exceso de dióxido de carbono no sólo está causando el calentamiento global.
También está cambiando la química de los océanos, haciendo el mar mas ácido.
Eso es una mala noticia para los bancos de coral y para el plancton productor de oxigeno.
También es una mala noticia para nosotros.
Estamos lanzando al mar cientos de millones de toneladas de plástico y otros desperdicios.
Millones de toneladas de redes de pesca descartadas…
Equipo que continua matando.
estamos atascando el océano, envenenando el sistema circulatorio del planeta.
Y estamos tomando cientos de millones de toneladas de vida silvestre todas ellas, unidades basadas en el carbono.
De manera brutal, estamos matando tiburones sólo para hacer sopa de aleta de tiburón, debilitando la cadena alimenticia que le da forma a la química del planeta y que impulsa los ciclos del carbono, del nitrógeno del oxígeno y del agua…
nuestro sistema de soporte de vida.
Increíblemente, todavía estamos matando el atún de aleta azul, que se encuentra en peligro de extinción, y que es mucho más valioso vivo que muerto.
Todas estas partes son parte de nuestro sistema de soporte de vida.
Matamos usando hilos largos, con ganchos con carnadas separados por unos pocos pies de distancia y que se pueden extender por 50 millas o más.
Los pesqueros de arrastre industrial están raspando el mar como máquinas excavadoras, tomando todo lo que encuentran en su camino.
Utilizando Google Earth, pueden ver a los pesqueros de arrastre.
En China, el Mar del Norte, el Golfo de México, sacudiendo las bases de nuestro sistema de soporte de vida, dejando residuos de muerte a su paso.
La próxima vez que cenen sushi, o sashimi, o filete de pez espada, o cóctel de camarón, cualquier vida marina que le guste disfrutar, piensen en el costo real.
Por cada libra que va al mercado, diez libras más, hasta 100 libras son botadas como desperdicio.
Esta es la consecuencia de no saber que hay límites a lo que podemos tomar del mar.
Este cuadro nos muestra el declive de la vida marina, desde 1900 hasta el 2000.
Las grandes concentraciones se encuentran en rojo.
En mi tiempo de vida, imaginen, el 90 por ciento de los grandes peces han sido matados.
La mayoría de las tortugas, atunes y ballenas han bajado muchísimo en cantidad.
Pero, hay buenas noticias.
Todavía quedan 10 por ciento de los grandes peces Todavía hay algunas ballenas azules.
Todavía hay algo de Krill en el Antártico.
Todavía quedan algunas ostras en la Bahia Chesapeake.
La mitad de los bancos de coral todavía están en buena forma.
Un cinturón de joyas alrededor del mundo.
Todavía hay tiempo, pero no mucho, para darle vuelta a las cosas.
Pero si el negocio sigue como siempre, significa que en 50 años, podría no haber más bancos de corales, y por lo tanto no habría pesca comercial, porque simplemente los peces se habrán ido.
Imaginen el océano sin peces.
Imaginen lo que eso significa para nuestro sistema de soporte de vida.
Los sistemas naturales en tierra también estan en problemas, pero los problemas son más obvios, y se están tomando algunas acciones para proteger a los árboles, las reservas de agua y la vida salvaje.
Y en 1872, con el Parque Nacional Yellowstone en los Estados Unidos, se comenzó a establecer un sistema de parques que, algunos piensan, fue la mejor idea que Estados Unidos ha tenido.
Cerca del 12 por ciento de la tierra en el mundo está ahora protegida, salvaguardando la biodiversidad, proveyendo un sifón para el carbono, generando oxígeno, protegiendo las reservas naturales.
Y, en 1972, esta nación comenzó a establecer su contra parte en el mar.
Los Santuarios Marinos Nacionales.
Esa es otra gran idea.
La buena noticia es que hay ahora más de 4.000 lugares en el mar, alrededor del mundo, que tienen ese tipo de protección.
Y los pueden encontrar en Gooogle Earth.
Las malas noticias son que tienen que buscarlos con mucho trabajo porque no son fáciles de encontrar.
En los ultimos tres años, por ejemplo, los Estados Unidos han protegido 340.000 millas cuadradas de océano como monumentos nacionales.
Pero eso sólo incrementó, de 0.6 del uno por ciento, al 0.8 del uno por ciento del océano protegido globalmente.
Las areas protegidas se regeneran, pero toma un largo tiempo para regenerar peces roca de 50 años de edad o peces monje, tiburones o corvinas, o un pargo naranja de 200 años.
No consumimos vacas ni pollos de 200 años de edad.
Las áreas protegidas nos dan esperanza que las criaturas del sueño de Ed Wilson de una enciclopedia de vida, o un censo de vida marina, no vivan sólo en una lista, una fotografía, o en un párrafo.
Con la ayuda de científicos del mundo, he estado mirando al 99 por ciento del océano que está abierto a la pesca, minería, perforación, botado de desperdicios y lo que se les ocurra, para buscar áreas de esperanza, y tratar de encontrar maneras de darles a ellos y a nosotros un futuro seguro.
Áreas tales como el Ártico — tenemos la oportunidad, ahora mismo, de hacerlo bien.
O en el Antártico, donde el continente está protegido, pero el océano circundante está siendo despojado de su krill, ballenas y peces.
El mar de los Sargazos, sus tres millones de millas cuadradas de bosque flotantes están siendo recogidos para alimentar a las vacas.
El 97 por ciento de la tierra de las islas Galápagos está protegido, pero su mar adyacente está siendo acabado por la pesca.
También es verdad que en Argentina, la plataforma continental de la Patagonia, está ahora en serios problemas.
La alta mar, a donde las ballenas, el atún y los delfines van, es el más grande, menos protegido ecosistema de la Tierra.
Lleno de criaturas luminosas, que viven en aguas oscuras de dos millas de profundidad.
Ellas brillan, con su propia luz vital.
Todavía hay lugares en el mar tan prístinos como cuando yo era una niña.
Los próximos 10 años, pueden ser los más importantes, y los próximos 10.000 años, la mejor oportunidad que nuestra especie tendrá para proteger lo que queda de los sistemas naturales que nos dan vida.
Para lidiar con el cambio climático, necesitamos nuevos medios de generar energía, necesitamos nuevos modos, mejores modos de manejar la pobreza, guerras y enfermedades.
Necesitamos muchas cosas para mantener el mundo como el mejor lugar.
Pero, nada más importará si fallamos en proteger el océano.
Nuestra suerte y la del océano son una.
Necesitamos hacer por el océano lo que Al Gore hizo por los cielos.
Un plan de acción global con un sindicato de conservación mundial, el IUCN, está tratando de proteger la biodiversdad, para mitigar y recuperarse de los impactos del cambio climático, en la alta mar y en las áreas costeras.
Donde sea que podamos identificar los lugares críticos, nuevas tecnologías son necesarias para mapear, fotografiar y explorar el 95 por ciento del océano que todavía tenemos por ver.
La meta es proteger la biodiversidad, para proveer estabilidad y fuerza.
Necesitamos submarinos que bajen a grandes profundidades, nuevas tecnologías para explorar el océano.
Necesitamos, quizás, una expedición – Un TED en el mar – que pueda ayudar a descubrir los siguientes pasos.
Y así, supongo que quieren oír cuál es mi deseo.
Yo deseo que usen todos los medios a su disposición – películas, expediciones, la web, nuevos submarinos – una campaña que encienda el apoyo público para lograr una red de áreas marinas protegidas, áreas de esperanza lo suficientemente grandes para salvar y restaurar el océano, el corazón azul del planeta.
¿Cuánto?
Algunos dicen 10 por ciento, otros dicen 30 por ciento.
Ustedes deciden cuánto de su corazón quieren proteger.
Lo que sea, una fracción de un uno por ciento no es suficiente.
Mi deseo es un gran deseo, pero si lo podemos hacer realidad, puede cambiar el mundo de verdad, para ayudar a asegurar la sobrevivencia de la que realmente resulta ser mi especie favorita, que seríamos nosotros.
Por los niños de hoy, para los de mañana, como nunca, de nuevo, ahora es el momento.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/sylvia_earle_my_wish_protect_our_oceans/