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La Gran Migración y el poder de una sola decisión – Charla TEDWomen 2017

Charla «La Gran Migración y el poder de una sola decisión» de TEDWomen 2017 en español.

A veces, una sola decisión puede cambiar el curso de la historia. Únanse a la periodista y escritora Isabel Wilkerson mientras cuenta la historia de la Gran Migración, el desplazamiento de seis millones de afroestadounidenses desde el régimen Jim Crow en el sur hasta ciudades del norte y del oeste entre la Primera Guerra Mundial y la década de 1970. Esta fue la primera vez en la historia de EE.UU. que las personas de la casta más baja indicaron que tenían opciones y estaban dispuestas a tomarlas, y la primera vez que tuvieron la oportunidad de elegir por sí mismas lo que harían con sus talentos innatos, explica Wilkerson. «Estas personas, por sus acciones, fueron capaces de hacer lo que los poderes del norte y del sur no podían o no querían hacer», dice. «Se liberaron a sí mismos».

  • Autor/a de la charla: Isabel Wilkerson
  • Fecha de grabación: 2017-11-01
  • Fecha de publicación: 2018-03-15
  • Duración de «La Gran Migración y el poder de una sola decisión»: 1075 segundos

 

Traducción de «La Gran Migración y el poder de una sola decisión» en español.

Imaginen esta escena conmigo.

Es una escena que conocemos en casi todas las familias.

Es una escena en la que una persona joven, en algún lugar de nuestro árbol genealógico, en algún lugar de nuestro linaje tomó una decisión que le partió el corazón.

Fue la decisión de abandonar todo lo que conocía.

Y a todos los que amaba para irse a un lugar muy lejano al que nunca había visto en busca de una vida mejor.

La emigración suele ser el esfuerzo de una persona joven.

Es el tipo de cosa que uno hace estando en la cúspide de la vida.

Y así es que, en todas las familias, hay una persona joven en alguna parte de nuestra historia.

Esa persona está en un muelle, a punto de subirse al barco que atravesará el océano Atlántico o el Pacífico.

Esa persona está cargando un camión que atravesará el Río Grande.

O esa persona está esperando en el andén de un ferrocarril a punto de subirse a un tren que atravesará ríos y montañas desde el régimen Jim Crow del sur hasta lo que esperan sea la libertad en el norte.

Y con esa persona joven a punto de subirse a ese barco, ese bote, ese camión, ese tren, están todas las personas que la criaron.

Su madre, su padre, su tía, su tío, los abuelos, todos aquellos que le ayudaron a llegar a ese momento.

Esa gente mayor que no podían hacer la travesía con ellos.

Y al ver la mirada de los que los criaron, no había ninguna garantía de que se volverían a ver vivos.

Recuerden, no había Skype, ni email, ni móviles ni siquiera un servicio de teléfono de larga distancia confiable.

Y aunque lo hubiera habido, muchos de los que dejaban atrás ni siquiera tenían teléfono.

Iba a haber una ruptura total con todo lo que conocían y con la gente que querían.

Y la próxima vez que supieran algo de los que los criaron sería un telegrama avisando: «Tu padre falleció».

O, «tu madre está muy pero muy enferma.

Debes regresar a casa inmediatamente si quieres volver a verla viva».

Esa era la magnitud del sacrificio que tenía que ocurrir en casi todas nuestras familias para que estuviéramos aquí.

Una sola decisión que nos cambió el rumbo de la vida y el linaje y países y la historia hasta hoy.

Una de esas corrientes migratorias se destaca en formas que puede que no nos demos cuenta.

Fue la Gran Migración.

Fue un torrente de seis millones de afroestadounidenses del régimen Jim Crow al sur a las ciudades del norte y del oeste, desde la Primera Guerra Mundial hasta la década de 1970.

Se destaca porque fue la primera vez en la historia estadounidense en la que ciudadanos estadounidenses tuvieron que escaparse de su tierra natal para poder ser reconocidos como los ciudadanos que eran.

Ningún otro grupo de estadounidenses tuvo que actuar como inmigrantes para ser considerados ciudadanos.

Entonces esta gran migración no fue un cambio, fue una solicitud de asilo político dentro de la frontera de nuestro país.

Estaban desertando de un sistema de castas llamado Jim Crow.

Esa era una jerarquía artificial en la que todo lo que uno podía hacer o no se basaba en qué aspecto tenía.

Este sistema de castas era tan arcaico que en realidad estaba prohibido que una persona negra y una persona blanca jugaran a las damas en Birmingham.

Se podía ir preso si se encontraba a uno jugando a las damas con una persona de otro color.

Alguien debe haber visto a una persona blanca y una negra jugar a las damas en el centro de algún pueblo.

Y quizás estaba ganando la persona equivocada o lo estaban pasando muy bien, pero sea lo que fuere que vio esa persona cuando una persona negra y una blanca jugaban a las damas, se habría imaginado que los fundamentos de la civilización sureña estaban en peligro.

Y pensando que valía la pena redactarlo en forma de ley.

Este sistema de casta es tan arcaico que en los juzgados del sur hasta había una biblia negra y otra biblia distinta blanca para jurar decir la verdad en la corte.

La mismísima palabra de Dios se había segregado en el sistema de castas del régimen Jim Crow del sur.

El mismo objeto sagrado no podía ser tocado por manos de distintas razas.

Mantener esta jerarquía artificial, dado que va en contra de los deseos humanos de ser libre, requiere gran cantidad de violencia.

Tanto es así que cada 4 días, en algún lugar del sur estadounidense, se linchaba a un afroestadounidense, cada 4 días, por un incumplimiento del protocolo de ese sistema de castas en las décadas que preceden al comienzo de la Gran Migración.

Este sistema de castas fue establecido por muchas, muchas razones.

Pero una de ellas era mantener el orden económico del sur, lo que requería no solo un suministro de mano de obra barata sino un exceso de mano de obra barata para trabajar a voluntad la tierra.

Esta Gran Migración comenzó al faltar mano de obra en el norte.

La causa de esos problemas fue el haber dependido de mano de obra barata de Europa, de inmigrantes europeos, para el trabajo en fábricas, fundiciones y acerías.

Pero durante la Primera Guerra Mundial, la emigración desde Europa llegó a un punto muerto causando problemas laborales en el norte.

Así que el norte decidió ir a buscar la mano de obra más barata del país o sea los afroestadounidenses del sur, muchos de los cuales ni siquiera recibían paga por su duro trabajo.

Muchos que lucharon por el derecho a vivir en la tierra que cultivaban.

Eran aparceros y ni siquiera se les pagaba.

Así que estaban listos para ser reclutados.

Y resultó que al sur no le gustó que le robaran la mano de obra tan barata.

El sur hizo todo lo que pudo para evitar que la gente se fuera.

Detuvieron a la gente en los andenes de los ferrocarriles.

Recuerden que eran supuestamente ciudadanos estadounidenses libres.

Los detuvieron en sus asientos del tren.

Y cuando había muchos por detener, dejaban salir al tren y la gente que anhelaba y había ahorrado y rezado por tener la oportunidad de obtener la libertad tenía que pensar: ¿Cómo voy a lograr escaparme? Y mientras se abrían paso fuera del sur, lejos del régimen Jim Crow, siguieron tres corrientes maravillosamente predecibles tal como en cualquier migración a lo largo de la historia humana.

En este caso en particular, hubo tres corrientes migratorias.

Una fue la migración por la costa este desde Florida, Georgia, las Carolinas y Virginia hasta Washington DC y Filadelfia, Nueva Jersey, Nueva York y hasta la costa este.

Hubo una corriente del medio oeste, que llevó a gente desde Mississippi, Alabama Tennessee y Arkansas hasta Chicago, Detroit, Cleveland y todo el medio oeste.

Y por último la corriente de la costa oeste que llevó gente de Luisiana y Texas a California.

Y si realmente querían escaparse, se fueron a Seattle.

Y cuando querían escaparse de verdad, se fueron a Alaska, el punto más lejano posible dentro de la frontera de EE.UU.

desde el régimen Jim Crow del sur.

Antes de que comenzara la Gran Migración, el 90 % de los afroestadounidenses vivían en el sur.

Casi estando cautivos en el sur.

Y cuando terminó la Gran Migración, casi la mitad estaba viviendo en el resto del país.

Así que esto terminó siendo casi una redistribución completa de un grupo entero de gente.

Esta Gran Migración fue la primera vez en la historia estadounidense en la que la gente de la casta más baja indicó que tenía opciones y estaba dispuesta a tomarlas.

Eso no había sucedido en los tres siglos en el que los afroestadounidenses habían estado en ese suelo.

No había sucedido en 12 generaciones de esclavitud que precedieron a casi un siglo del régimen Jim Crow.

¿Cuántos «tatara» hay que añadir a la palabra «abuelos» para empezar a imaginar cuánto tiempo duró la esclavitud en EE.UU.? En segundo lugar, esta Gran Migración fue la primera vez en la historia estadounidense en la que la gente de la casta más baja tuvo la oportunidad de elegir por sí misma qué hacer con los talentos dados por Dios y cómo buscarlos.

Piensen en esos campos de algodón y esas plantaciones de arroz y campos de tabaco y plantaciones de azúcar.

En esas plantaciones de azúcar, en esos campos de tabaco, en esas plantaciones de arroz, y esos campos de algodón éramos cantantes de ópera, músicos de jazz, dramaturgos, novelistas, cirujanos, abogados, contables, profesores, reporteros.

¿Y cómo lo sabemos? Lo sabemos porque eso es lo que ellos y sus hijos y sus nietos y bisnietos han elegido ser cuando pudieron elegir por sí mismos qué hacer con esos talentos que les había dado Dios.

Sin la Gran Migración, podríamos no haber tenido a Toni Morrison tal como la conocemos ahora.

Sus padres eran de Alabama y de Georgia.

Emigraron a Ohio, donde su hija pudo llegar a hacer algo que todos damos por sentado, pero que era ilegal y contrario al protocolo de los afroestadounidenses al crecer en el sur, si se hubieran quedado.

Y estamos hablando de entrar a una biblioteca solamente y de sacar unos libros prestados.

Simplemente tomar esa sola decisión de irse, hizo que sus padres concedieran a su hija el derecho de acceder a esos libros.

Y si uno se va a convertir en un Premio Nobel, le vendría bien tomar prestado un libro de vez en cuando.

Eso ayuda, saben.

La música como la conocemos fue remodelada por la Gran Migración.

Al mudarse al norte, la llevaron con ellos, en su corazón y sus memorias, la música que había ayudado a sus ancestros, la música blues, los espirituales y la música góspel que los había ayudado por generaciones.

Y esa música se convirtió en nuevos géneros musicales.

Y pudieron grabar la música, y esa nueva música que estaban creando, para esparcirla por el mundo.

Sin la Gran Migración, no habría existido «Motown».

Los padres del fundador Berry Gordy eran de Georgia.

Emigraron a Detroit.

Y cuando llegó a ser un hombre adulto decidió dedicarse a la música.

Pero no tenía los medios para ir a buscar el mejor talento del país, y resulta que no tuvo que hacerlo.

Resulta que él estaba rodeado de los hijos de la Gran Migración cuyos padres habían llevado la música con ellos durante su viaje.

Y entre esos niños había tres chicas, estaba Mary Wilson, Florence Ballard y la tercera, Diana Ross.

Puede que no hubiéramos conocido a Diana Ross sin una Gran Migración.

Porque como muchos estadounidenses y muchos seres humanos en general, ella podría no haber existido si sus padres no se hubieran conocido.

Su madre era de Alabama, el padre de Virginia Occidental, emigraron a Detroit en distintos años, se conocieron, se casaron, la tuvieron a ella y sus hermanos, y así nació una leyenda.

El jazz fue una creación de la Gran Migración.

Y uno de los mejores regalos de la Gran Migración.

Primero tenemos a Louis Armstrong, nacido en Luisiana que emigró desde el Ferrocarril Central de Illinois hasta Chicago donde tuvo la oportunidad para desarrollar el talento que llevaba adentro.

Miles Davis.

Sus padres eran de Arkansas.

Habían emigrado al sur de Illinois donde tendría la oportunidad de desarrollar los talentos que llevaba en sí mismo pero que podrían haber quedado en desuso en Arkansas, la zona del algodón.

John Coltrane.

Emigró a los 16 años de Carolina del Norte a Filadelfia, donde, al llegar, consiguió su primer saxofón alto.

Y hay amantes del jazz que no pueden imaginar un mundo sin John Coltrane después de haber conseguido un saxofón.

Thelonious Monk.

Michael Jackson.

Jesse Owens.

Prince.

August Wilson.

Richard Wright.

Ralph Ellison.

Michelle Obama.

Estas son algunas de los millones de personas que fueron el producto de una sola decisión de emigrar La gente de la Gran Migración fue acogida con una tremenda resistencia en el norte.

Y no pudieron derrotar a todas las injusticias sociales.

Pero una persona sumada a otra, y otra, multiplicado por millones, pudieron convertirse en la vanguardia del movimiento de derechos civiles.

Una persona sumada a otra persona, sumada a otra, multiplicado por millones, con base en una sola decisión, pudieron cambiar el lugar del que fueron forzados a escapar.

Tuvieron más fuerza al irse que al quedarse.

Gracias a las acciones de esa gente que no tenía absolutamente nada pudieron hacer lo que el presidente de EE.UU.

Abraham Lincoln, no pudo hacer.

Esta gente, mediante sus acciones, pudo hacer lo que la Proclamación de Emancipación no había podido.

Esta gente, por sus acciones, pudo hacer lo que los que con poder no pudieron, norte y sur no pudieron o no quisieron.

Se liberaron solos.

Gracias.

(Aplausos) Gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/isabel_wilkerson_the_great_migration_and_the_power_of_a_single_decision/

 

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