Contenidos
Charla «La historia contra Augusto – Peta Greenfield y Alex Gendler» de TED-Ed en español.
Ver la lección completa en https://ed.ted.com/lessons/history-vs-augustus-alex-gendler-and-peta-greenfield
Su gobierno marcó el comienzo de uno de los imperios más grandes de la historia… y el fin de una de sus primeras repúblicas. ¿Fue el primer emperador de Roma un líder visionario que aseguró a su civilización un lugar en la historia, o un tirano que destruyó los valores fundamentales de ese imperio? Peta Greenfield y Alex Gendler ponen en tela de juicio a este polémico personaje en «La historia contra Augusto».
Lección de Peta Greenfield y Alex Gendler; animación de Brett Underhill.
- Autor/a de la charla: Alex Gendler
- Fecha de grabación: 2018-07-17
- Fecha de publicación: 2018-07-17
- Duración de «La historia contra Augusto – Peta Greenfield y Alex Gendler»: 305 segundos
Traducción de «La historia contra Augusto – Peta Greenfield y Alex Gendler» en español.
Su gobierno marcó el comienzo de unos de los imperios más grandes de la historia y el fin de una de las primeras repúblicas.
¿Fue el primer emperador de Roma un líder visionario que aseguró a su civilización un lugar en la historia o fue un tirano que destruyó sus valores fundamentales? Veamos la respuesta en «La historia contra Augusto».
Orden en la sala.
El acusado de hoy es…
¿Cayo Octavio? – Cayo Julio César.
– Augusto.
¿Es el hombre equivocado? No, Su Señoría.
Cayo Octavio, nacido el 63 a.C., fue sobrino nieto de Julio César.
Fue llamado Cayo Julio César luego de que su tío abuelo lo adoptara como hijo y lo designara su heredero.
Obtuvo el título de Augusto en 27 a.C.
cuando el Senado le confirió poderes especiales.
Es decir, cuando se proclamó como la máxima autoridad y se convirtió en emperador de Roma.
¿Es malo eso? ¿Acaso no eran comunes los reyes o emperadores en esa época? Su Señoría, a decir verdad, el pueblo romano había derrocado a sus reyes siglos antes para instaurar una república, un gobierno al servicio del pueblo y no de los privilegios de la familia gobernante.
Y fue Octavio quien puso fin a esta tradición.
Octavio fue un funcionario público modelo.
A los 16, formó parte del Colegio de los Pontífices, institución que controlaba los cultos religiosos.
Defendió a Roma luchando en Hispania junto a su tío abuelo César y asumió la responsabilidad de vengar la muerte de César cuando la oligarquía corrupta del Senado lo traicionó y lo asesinó.
César había sido un tirano ávido de poder que quiso proclamarse rey cuando fue amante de Cleopatra, reina de Egipto.
Luego de la muerte de su tío, Octavio se alió con el general Marco Antonio para iniciar una guerra civil que asoló la ciudad de Roma, y luego apuñaló a su aliado por la espalda para incrementar su poder.
Antonio fue un tonto.
Emprendió una desastrosa campaña en Partia y urdió un plan para convertir los territorios romanos en reinos y apropiárselos junto con Cleopatra.
¿No había sido César acusado de eso? Pues bien…
Entonces ¿Octavio destruyó a Antonio porque quería ser rey y luego él mismo se coronó? Exactamente.
Su megalomanía se manifiesta hasta en el título que adoptó: «el ilustre».
Era un título honorífico religioso.
Y Augusto no quería el poder para beneficio propio.
Como triunfador en la guerra civil y comandante de casi todas las tropas, era su deber restaurar la ley y el orden en Roma para que otras facciones no continuaran luchando.
No restauró la ley.
La subordinó a su poder.
No es verdad.
Augusto trabajó para restaurar el prestigio del Senado, mejoró la seguridad alimentaria de las clases bajas y delegó el control del ejército cuando renunció a su cargo de cónsul.
Cuestión de óptica.
Augusto usó su influencia militar y su fortuna personal para inclinar el Senado a su favor a la vez que retuvo los poderes de tribuno y el derecho a celebrar las victorias militares.
Mantuvo el control de las provincias con la mayor cantidad de legiones.
Y, por si no fuera suficiente, asumió el cargo de cónsul dos veces más para ascender a sus nietos.
Su clara intención fue fundar una dinastía.
Pero ¿qué hizo con tanto poder? Gracias por preguntar, Su Señoría.
Los logros de Augusto son tantos que no se pueden enumerar.
Aplicó impuestos sistemáticos a todas las provincias, poniendo fin a la explotación privada a manos de funcionarios locales.
Financió con fondos propios una red de caminos y contrató mensajeros para que las tropas y las noticias viajaran rápido por todo el territorio.
Y fue bajo su imperio cuando se construyeron muchos de los edificios públicos más famosos de Roma.
Los escritores de la época alabaron su gobierno de manera unánime.
¿Acaso tenían otra opción? Augusto exilió a muchas personas con acusaciones sin fundamento, como el caso de Ovidio, uno de los poetas más grandes de Roma.
Y no olvidemos las leyes que invadían la privacidad de los ciudadanos castigando el adulterio, impidiendo el casamiento entre clases sociales distintas y hasta sancionando a quienes no contraían matrimonio.
Augusto quería mejorar la ciudadanía e infundir disciplina.
Y lo logró.
Su legado habla por sí solo: 40 años de estabilidad interna, un ejército profesional que extendió las fronteras de Roma a otros territorios y un gobierno aún recordado como modelo de civismo.
Su legado fue un imperio en permanente expansión conquistadora hasta que se derrumbó, y fue una tradición de autocracia militar.
Si hubo dictadores que cometieron atrocidades detrás de su uniforme militar y al mismo tiempo decían hacerlo en representación del pueblo, se lo debemos a Augusto César.
¿De manera que para Ud.
Augusto fue un buen emperador, y para Ud.
no lo fue? Tenemos por costumbre admirar a los líderes históricos por sus logros y triunfos.
Pero preguntarnos si una sola persona debería concentrar el poder es poner a la historia misma en tela de juicio.
https://www.ted.com/talks/peta_greenfield_alex_gendler_history_vs_augustus/