Saltar al contenido
Deberes escolares » Charlas educativas » La historia de ‘Oumuamua, el primer visitante de otro sistema estelar – Charla TED2018

La historia de ‘Oumuamua, el primer visitante de otro sistema estelar – Charla TED2018

Charla «La historia de ‘Oumuamua, el primer visitante de otro sistema estelar» de TED2018 en español.

En octubre de 2017, la astrobióloga Karen J. Meech recibió la llamada que todo astrónomo espera recibir: la NASA había descubierto el primer visitante de otro sistema estelar. El cometa interestelar, un objeto de casi 800 m de longitud que luego bautizarían como ‘Oumuamua, «explorador» o «mensajero» en hawaiano, generó preguntas intrigantes: ¿era acaso el resto rocoso de un nuevo sistema estelar, material que se desprendió con la explosión de una supernova, tecnología extraterrestre, o algo totalmente distinto? En esta fascinante charla, Meech nos cuenta la historia de cómo su equipo trabajó día y noche para encontrarle respuesta a este inesperado regalo proveniente de sitios remotos.

  • Autor/a de la charla: Karen J. Meech
  • Fecha de grabación: 2018-04-10
  • Fecha de publicación: 2018-06-27
  • Duración de «La historia de ‘Oumuamua, el primer visitante de otro sistema estelar»: 804 segundos

 

Traducción de «La historia de ‘Oumuamua, el primer visitante de otro sistema estelar» en español.

La NASA siempre está atenta a posibles colisiones con asteroides.

Para ello, el telescopio Pan-STARRS monitorea el cielo todas las noches.

Cada mañana, el personal examina los objetos detectados y por lo general descubren que no son gran cosa.

Pero el 19 de octubre de 2017, el Pan-STARRS identificó un objeto que se movía rápidamente entre las estrellas pero, esta vez, el habitual protocolo que medía su posición y velocidad mostró algo completamente distinto.

Ya para el 22 de octubre teníamos suficientes datos para concluir que el objeto no provenía de nuestro sistema solar.

¡Vaya sorpresa! Allí fue cuando recibí la llamada que todo astrónomo ansía recibir.

Les voy a contar lo emocionante que fue.


(Risas)
Desde la década del 70, la NASA ha querido observar un cometa interestelar que atravesara nuestro sistema solar pero, hasta ahora, no se había visto ninguno.

Nuestro sistema solar es gigantesco, por lo que recibir un simple paquete desde el sistema estelar más cercano a 4,4 años luz de distancia tardaría más de 50 000 años.

Así que esto es un gran evento.

El visitante interestelar entró en nuestro sistema solar por encima del plano que orbitan los planetas, procedente desde el lado de la constelación Lyra, y el 9 de septiembre fue cuando estuvo más cerca del Sol, al atravesar la órbita de Mercurio.

No es un acercamiento tan próximo ni una distancia inusual.

Solo que es más fácil observar objetos cercanos.

El 14 de octubre, antes de que lo descubriéramos, ya había pasado cerca de la Tierra, a unos 24 millones de kilómetros.

Muy cerca en términos astronómicos.

En vez de usar su difícil nombre de catálogo, le pusimos un nombre corto, «Rama», en alusión a la nave espacial cilíndrica que atravesó el sistema solar en la clásica historia de ciencia ficción escrita por Arthur C.

Clarke en 1973.

Pero tampoco era el nombre ideal, así que, en honor al telescopio que lo descubrió desde Hawái, consultamos a dos expertos en cultura hawaiana, un navegante hawaiano y un lingüista, para que propusieran un nombre.

Ellos sugirieron «‘Oumuamua», que significa «mensajero o explorador de un pasado distante que busca hacer contacto con nosotros».

Este descubrimiento fue importante por muchas razones, pero la más significativa es que ‘Oumuamua puede contarnos acerca del pasado de nuestro sistema solar.

El nacimiento de un nuevo sistema solar y la formación de los planetas puede ser un proceso violento y caótico, en el que restos de roca y hielo son expulsados del nuevo sistema solar mientras los planetas gigantes atraviesan el disco de polvo donde se originan.

¿Han sentido alguna vez ese escalofrío emocional, una sensación tan intensa que recorre todo el cuerpo?

¿O algo realmente emotivo que te toca la fibra?

Pues bien, esto lo fue para mí.

Fue un momento espectacular.

Teníamos restos de materia de otro sistema solar lo suficientemente cerca para poder observarla.

Ahora bien,

¿qué les gustaría saber sobre ‘Oumuamua, el primer visitante proveniente de otro sistema estelar?

Podríamos pensar en un millón de cosas, pero una cosa es lo que quieres y otra cosa lo que puedes tener, y ‘Oumuamua se alejaba y se desvanecía rápidamente.

En el curso de una semana su luminosidad disminuyó a un factor de [10].

Era todo el tiempo que nos quedaba para estudiarlo con facilidad.

Teníamos que acelerar el proceso para solicitar el permiso de uso de los telescopios, que suele ser un proceso de propuestas, revisado por pares, muy competitivo, y puede tardar hasta meses, pero solo teníamos unos pocos días.

Comenzamos a competir «cordialmente» por recursos.

No, mejor dicho, comenzamos una feroz batalla.

Nos dedicamos de lleno, trabajamos día y noche, redactamos propuestas cuidadosamente pensadas para enviar a los directores de los observatorios.

Buena noticia.

Nos concedieron el permiso.

Ahora bien, desde una perspectiva absolutamente egoísta, lo primero que quisimos saber era cuán grande era ‘Oumuamua.

Porque, en definitiva, pasó muy cerca de la Tierra, y solo lo supimos después de que pasó.

¿Cuán terrible habría sido si hubiera impactado en la Tierra?

La energía del impacto depende del cuadrado de su velocidad multiplicado por su masa, y la masa depende de su tamaño y de su composición.

¿Cuán grande es ‘Oumuamua y cuál es su forma?

Eso se puede determinar a partir de su luminosidad.

Imaginen si comparan la luminosidad de una luciérnaga en su jardín con las luces de navegación de un aeroplano distante.

Un aeroplano es mucho más luminoso, pero sus luces se ven tenues porque están lejos.

También queríamos saber cuán reflectante era la superficie del ‘Oumuamua.

No teníamos ni una pista, pero era razonable asumir que era muy similar a la de asteroides pequeños y cometas de nuestro sistema solar o, en términos técnicos, algo así como la reflectancia entre el carbón y la arena húmeda.

Hoy en día, la mayoría de los grandes telescopios funcionan en modo de servicio, es decir que tenemos que preparar cuidadosamente todas las instrucciones, enviarlas al operador del telescopio y luego esperar ansiosamente que nos lleguen los datos, mientras rezamos a los dioses del clima.

Apuesto a que la mayoría de Uds.

no tienen profesiones que dependan estrechamente de una noche nublada o despejada.

Aquí no tendríamos una segunda oportunidad.

El tiempo estuvo a nuestro favor, pero ‘Oumuamua decidió no estarlo.

Su luminosidad no era constante.

Aquí vemos a ‘Oumuamua desplazándose entre las estrellas.

Está ubicado en el medio.

Las estrellas dejan un trazo porque el telescopio sigue su movimiento.

Se desvanecía y se iluminaba de forma intermitente, como cuando la luz solar se refleja en los cuatro lados de un objeto oblongo.

Los notables cambios en su luminosidad nos llevaron a una conclusión increíble sobre su forma.

Tal como se muestra en esta impresión artística, ‘Oumuamua es aparentemente muy largo y estrecho, con una relación axial aproximada de 10 a 1.

Asumiendo que es oscuro, significa que tiene unos 800 m de longitud.

No hay nada en nuestro sistema solar que se le asemeje.

Incluso son muy pocos los objetos con una relación axial mayor de 5 a 1.

No sabemos cómo se formó, pero pudo ser parte del proceso de origen de su propio sistema solar.

‘Oumuamua variaba su luminosidad cada 7,34 horas, o al menos eso creíamos.

A medida que recibíamos más datos de diferentes equipos, obteníamos números diferentes.

¿Por qué será que mientras más conocemos algo, más difícil se nos hace interpretarlo?

Pues bien, resulta que ‘Oumuamua no rota de una manera simple.

Se tambalea como una tapa.

Así que mientras rota sobre su eje más corto, también rota sobre su eje más largo y se balancea de un lado a otro.

Este movimiento tan energético y dinámico es casi seguro el resultado de haber sido expulsado violentamente de su sistema solar.

Interpretar su forma a partir de su luminosidad depende fundamentalmente de la forma en que rota, así que debemos replantearnos su apariencia, y tal como se ve en esta bella pintura del artista espacial Bill Hartmann, pensamos que ‘Oumuamua puede ser más como un óvalo plano.

Volvamos a la energética.

¿De qué está compuesto?

Lo ideal sería tener un fragmento de ‘Oumuamua en el laboratorio para poder estudiarlo en detalle.

Pero como ni siquiera el sector privado es capaz de lanzar una nave espacial en una semana para estudiar algo así, los astrónomos se tienen que conformar con las observaciones remotas.

Así, observan cómo la luz interactúa con la superficie.

Algunos colores se absorben y dejan una huella química, mientras que otros colores no lo hacen.

Por otro parte, algunas sustancias reflejan más eficientemente la luz azul o roja.

En el caso de ‘Oumuamua, reflejaba más luz roja, asemejándolo a la superficie rica en componentes orgánicos del cometa que la nave espacial Rosetta visitó hace muy poco.

Pero no todo lo que se ve rojizo tiene la misma composición.

De hecho, los minerales con minipartículas de hierro en la superficie también pueden verse rojos, como el lado oscuro de la luna de Saturno, Jápeto, que vemos en estas imágenes tomadas desde la nave espacial Cassini.

Meteoritos de níquel y hierro, es decir, metal, también pueden verse rojos.

Así como ignoramos qué hay en la superficie, menos sabemos qué hay en su interior.

Lo que sabemos es que debe ser al menos lo suficientemente fuerte para no despedazarse a medida que rota, así que posiblemente tenga una densidad similar a la de los asteroides rocosos, o quizá sea más denso, como el metal.

Bien, al menos quisiera enseñarles una de las hermosas imágenes a color que obtuvimos con uno de los telescopios en tierra.

Lo admito, no es tan espectacular.


(Risas)
No tienen resolución.

Ni siquiera el telescopio espacial Hubble nos da una mejor imagen.

Pero la importancia de los datos del Hubble no son las imágenes, sino que extendió nuestras observaciones a dos meses y medio después del descubrimiento, es decir que tendremos más posiciones a lo largo de la órbita que quizá nos permitirán descubrir de dónde proviene ‘Oumuamua.

Ahora bien,

¿qué es ‘Oumuamua exactamente?

Creemos firmemente que es un remanente arqueológico del proceso de formación de otro sistema planetario, como material cósmico a la deriva.

Algunos científicos piensan que quizá ‘Oumuamua se formó muy cerca de una estrella mucho más densa que la nuestra, y que las fuerzas de marea de esa estrella despedazaron material planetario en los comienzos del sistema solar.

Otros sugieren que quizá se formó durante la agonía de una estrella, quizá durante la explosión de una supernova, causando desprendimiento de material planetario.

Sea lo que sea, creemos que es un objeto natural, aunque no podemos probar que no es artificial.

El color, la forma extraña, el movimiento bamboleante podrían tener otras explicaciones.

Si bien creemos que no es tecnología extraterrestre,

¿por qué no hacemos la típica prueba de buscar señales de radio?

Eso fue exactamente lo que hizo el proyecto «Breakthrough Listen» pero, hasta ahora, ‘Oumuamua no ha dado ninguna señal.

Ahora bien,

¿podríamos enviar una nave espacial hacia ‘Oumuamua y así responder a todas las preguntas?

Sí, tenemos la tecnología pero sería un viaje largo y costoso, y estaríamos tan lejos del Sol que el trayecto final de acercamiento sería muy difícil.

Pienso que ‘Oumuamua aún tiene mucho que enseñarnos e incluso podría haber más sorpresas mientras más científicos seguimos trabajando con los datos.

Lo más importante es que este visitante lejano nos demostró que nuestro sistema solar no está aislado.

Somos parte de un universo mucho más grande e incluso podríamos estar rodeados de visitante interestelares sin saberlo.

Este regalo inesperado quizá haya generado más preguntas que respuestas, pero fuimos los primeros en decirle «hola» al primer visitante de otro sistema solar.

Gracias.


(Aplausos)
Jedidah Isler: Gracias, Karen.

Disfruté mucho de tu charla.

Gracias.

Según recuerdo, lo descubrimos ya tarde en su viaje hacia la Tierra.

¿Será posible que tecnologías futuras como el Gran Telescopio para Sondeos puedan detectar estos objetos con más anticipación?

Karen Meech: Sí, esperamos ver más objetos como estos e, idealmente, nos gustaría descubrirlos en su camino al Sol porque queremos tener tiempo para poder estudiarlos, e incluso mejor sería tener una nave espacial lista para despegar, estacionarla en las posiciones L4 o L5, cerca de la Tierra, de modo que cuando algún objeto se acerque podamos perseguirlo.

JL: Fantástico, muchas gracias.

Una vez más, gracias a Karen.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/karen_j_meech_the_story_of_oumuamua_the_first_visitor_from_another_star_system/

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *