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La increíble y entrañable ciencia de tus intestinos – Charla TEDxDanubia

Charla «La increíble y entrañable ciencia de tus intestinos» de TEDxDanubia en español.

¿Alguna vez te has preguntado como hacemos caca? Aprende más sobre el intestino, ese el sistema donde se produce la digestión ¡y mucho más! con la la doctora y autora Giulia Enders quien nos adentra en la compleja y fascinante ciencia que hay detrás de la digestión y su conexión con la salud mental. Resulta que al mirar de cerca algo de lo que huimos, podemos sentirnos más valientes y estimarnos más a nosotros mismos.

  • Autor/a de la charla: Giulia Enders
  • Fecha de grabación: 2017-05-04
  • Fecha de publicación: 2017-11-02
  • Duración de «La increíble y entrañable ciencia de tus intestinos»: 843 segundos

 

Traducción de «La increíble y entrañable ciencia de tus intestinos» en español.

Hace unos pocos años, siempre me pasaba algo, especialmente en reuniones familiares como comidas familiares o similares.

Cuando la gente se acercaba, y me preguntaba, «

¿Y, qué estás haciendo?

«, yo tenía esta respuesta mágica con una palabra, que hacía felices a todos: «Medicina.

Voy a ser médica».

Muy fácil, eso era todo, todos estaban felices y satisfechos.

Y podía ser muy fácil, pero ese efecto realmente solo duraba unos 30 segundos, porque ese era el momento en que uno de ellos preguntaba, «Y,

¿en qué especialidad de medicina?

¿En qué quieres especializarte?

«.

Y luego debía ser sincera y decir con toda honestidad, «Bueno, estoy fascinada con el colon.

Todo comenzó con el ano, y ahora me interesa básicamente todo el tracto intestinal «.


(Risas)
Y ese era el momento en que el entusiasmo desaparecía, y también se creaba un silencio incomodo en el cuarto, y pensaba que era terriblemente triste porque yo sí creo que nuestros intestinos son muy entrañables.


(Risas)
Y mientras vivimos en un tiempo en el que muchas personas piensan lo que hace un superalimento batido o si el gluten es quizás malo para ellos, en realidad, a casi nadie parece importarle el órgano donde sucede esto, la anatomía concreta y los mecanismos detrás de esto.

Y a veces me parece como si todos intentamos descubrir este truco de magia, pero nadie se fija en el mago, solo porque él tiene, como, un peinado vergonzoso o algo así.

Y en realidad, hay razones por las cuales la ciencia ha detestado el intestino tanto tiempo; tengo que decirlo.

Si, es complejo.

Tiene mucha superficie, unas 40 veces el área de nuestra piel.

En una tubería tan apretada, hay tantas células inmunes que están siendo entrenadas allí.

Tenemos 100 billones de bacterias haciendo todo tipo de cosas, produciendo pequeñas moléculas.

Y hay unas 20 hormonas diferentes, así que estamos a un nivel muy diferente de nuestros genitales, por ejemplo.

Y el sistema nervioso de nuestro intestino es tan complejo que cuando cortamos una pieza, es lo suficientemente independiente que cuando la golpeamos, nos murmura amistosamente.


(Risas)
Al menos esas razones son las razones por las que es tan fascinante e importante.

Di tres pasos para estar encantada con el intestino.

Así que hoy, los invito a que me sigan en esos tres pasos.

El primero fue solo mirarlo y hacerme preguntas como, «

¿Cómo funciona?

» y «

¿Por qué tiene esa apariencia tan rara a veces?

«.

Y, en realidad, no era yo quien hacía ese tipo de preguntas, sino mi compañero de apartamento.

Después de una noche de fiesta, entró en la cocina que compartíamos, y dijo, «Giulia, estudias medicina.

¿Cómo funciona el trasero?

«.


(Risas)
Y yo si estudiaba medicina, pero no tenía idea, así que tuve que ir a mi habitación y buscarlo en diferentes libros.

Y encontré algo interesante, pensé en ese momento.

Resulta que no solo tenemos este esfínter externo, también tenemos un esfínter interno.

El esfínter externo que todos conocemos, que podemos controlar, sabemos lo que pasa allí; pero no sabemos lo que pasa en el interno.

Lo que pasa es que cuando hay sobras de la digestión, se llevan al músculo interno primero.

Este músculo interno se abrirá por reflejo y dejará pasar un poco para exarminarlo.


(Risas)
Y hay células sensoriales que analizarán lo que se ha entregado:

¿Es gaseoso o es sólido?

Y luego enviarán esta información a nuestro cerebro, y este es el momento en que nuestro cerebro dice, «Oh, tengo que ir al baño».


(Risas)
Entonces el cerebro hará lo que sabe hacer con su asombrosa conciencia.

Mediará con nuestros alrededores, y dirá algo como, «Sí, lo revisé.

Estamos en esta conferencia de TEDx».


(Risas)

(Aplausos)

¿Gaseoso?

Tal vez, si estás sentado de lado, y sabes que puedes dejarlo ir en silencio.


(Risas)
Pero sólido, quizás después.


(Risas)
Ya que el esfínter externo y el cerebro están conectados con células nerviosas, se coordinan, cooperan y lo ponen nuevamente en una línea de espera.


(Risas)
En otras ocasiones, como, por ejemplo, cuando estamos en casa sentados en el sofá, y no tenemos nada mejor que hacer, somos libres de dejarnos ir.


(Risas)
Los humanos somos en realidad uno de los pocos animales que hacen esto de una manera tan avanzada y limpia.

Para ser sincera, tengo un poco de respeto recién descubierto por ese tipo agradable del esfínter interno, que no está conectado a los nervios, que no se preocupa tanto por el mundo exterior o el tiempo, sino que solo se preocupa por mí.

Pensé que era lindo.

Y no solía ser una gran aficionada de los baños públicos, pero ahora puedo ir a cualquier parte, porque lo pienso más, cuando ese músculo interno me sugiere en mi agenda diaria.


(Risas)
Y también aprendí algo más: observar de cerca algo de lo que podría haber huido, tal vez la parte más extraña de mí, me hace sentir más valiente, también me aprecio más.

Y creo que esto sucede muchas veces cuando de veras miras el intestino.

Como esos divertidos ruidos que suceden cuando estas con un grupo de amigos o en la mesa de conferencias de la oficina, haciendo «burg, burg…».

Esto no es porque tengamos hambre, sino porque el intestino delgado es un gran fanático de la limpieza, y se toma un tiempo después de la digestión para limpiar todo, dejando esos ocho metros de intestino, bueno, siete en realidad, realmente limpios y sin ningún olor.

Para lograrlo, creará una fuerte onda muscular que moverá todo lo que ha quedado después de la digestión.

Esto a veces crea sonidos, pero no siempre.

Y, lo que nos avergüenza, es, en realidad, una señal de algo que mantiene nuestros intestinos sanos y limpios.

O esta forma extraña y torcida de nuestro estómago, un tanto encorvada.

Esto realmente nos permite ejercer presión sobre nuestro estómago sin vomitar, como cuando reímos y cuando hacemos ejercicio, porque la presión subirá y no se irá tanto hacia los lados.

Esto también crea esta burbuja de aire que siempre suele ser muy visible en los rayos X, por ejemplo, y puede algunas veces, en algunas personas, cuando se vuelve demasiado grande, creando incomodidad o incluso sensaciones de dolor.

Pero a la mayoría de las personas, les parece que es más fácil eructar estando acostadas sobre su lado izquierdo y no sobre su lado derecho.

Y pronto avancé y comencé a tener una visión completa de nuestro cuerpo y salud.

Esto fue tras escuchar que alguien que yo medio conocía se había suicidado.

Yo había estado sentada al lado de esa persona un día antes y me di cuenta que tenía mal aliento.

Y cuando supe del suicidio al día siguiente, pensé: «

¿Pudieron sus intestinos haber tenido algo que ver con eso?

Y empecé frenéticamente a buscar si había artículos científicos sobre la conexión entre el intestino y el cerebro.

Y para mi sorpresa, encontré muchos.

Sucede que no es tan simple como a veces creemos.

Y solemos creer que nuestro cerebro da estas ordenes.

Y luego las envía a los otros órganos, y todos tienen que obedecer.

Pero, en realidad, el 10 % de los nervios que conectan el cerebro y el intestino envían información del cerebro al intestino.

Y sabemos esto porque, por ejemplo, en situaciones estresantes, cuando hay transmisores del cerebro detectados por nuestro intestino, nuestro intestino disminuye el trabajo, y no trabaja ni usa sangre y energía para ahorrar energía y así resolver el problema.

Esto puede crear vómitos nerviosos o diarrea nerviosa para eliminar la comida que no quiere procesar.

Quizás lo más interesante es que, el 90 % de las fibras nerviosas que conectan cerebro e intestino transmiten información del intestino al cerebro.

Y cuando piensas en eso un poco, tiene sentido, porque nuestro cerebro está muy aislado.

Está dentro de un cráneo huesudo rodeado de piel gruesa, y necesita información para contestar la pregunta:

¿Cómo está todo mi cuerpo?

.

Y nuestros intestinos, que tal vez son los mejores asesores del cerebro porque son nuestro órgano sensorial mas grande, recogen información, no solo de la calidad de nuestros nutrientes, sino también de cómo les va a nuestras células inmunes, o de las hormonas que están en nuestra sangre.

Y empaqueta esta información, y la envía al cerebro.

No llega a las áreas como el córtex visual o de formación de palabras, de lo contrario, cuando digiriéramos, veríamos colores divertidos o haríamos ruidos extraños.

Pero puede llegar a áreas para cosas como la moral, miedo, procesamiento emocional o áreas de la autoconciencia.

Así que tiene sentido que cuando nuestro cuerpo y cerebro hacen la pregunta: «

¿Cómo está todo mi cuerpo?

«, los intestinos tienen algo que contribuir en este proceso.

Y también tiene sentido que las personas que tienen el sindrome del intestino sensible o la enfermedad inflamatoria del intestino tienen un mayor riesgo de sufrir ansiedad o depresión.

Creo que es bueno compartir esto, porque muchos piensan, «Tengo este problema con mis intestinos y tal vez tengo este problema mental».

Y tal vez , ya que la ciencia no sabe en este momento, es solo que el cerebro siente simpatía por los intestinos.

Debe haber más evidencia para que se pueda llegar a la práctica.

Pero solo saber acerca de este tipo de investigaciones que están disponibles ahora, me ayuda en mi vida diaria.

Y me ayuda a pensar de manera diferente en cuanto a mi estado de ánimo y a no exteriorizar tanto todo el tiempo.

Y a menudo siento durante el día que somos un cerebro y una pantalla.

y solemos buscar las respuestas allí mismo; pensamos que nuestro trabajo es tonto o que nuestro vecino lo es, pero los estados de ánimo pueden surgir de dentro.

Y el solo hecho de saber esto me ha ayudado, por ejemplo, cuando me levanto temprano y comienzo a preocuparme y a pensar mucho.

Luego pienso, «Alto.

¿Qué comí ayer?

¿Me estresé demasiado?

¿Comí demasiado tarde o algo así?

«.

Entonces me levanto y me preparo una taza de té, algo liviano para digerir.

Y tan simple como suena, creo que ha sido sorprendentemente bueno para mí.

El tercer paso me alejó del cuerpo, y realmente entendí las bacterias de manera diferente.

La investigación que tenemos hoy está creando una nueva definición de lo que es la limpieza real.

Y no es la hipótesis de la higiene, que muchos tal vez conocen.

Tener muy pocos microbios en el entorno, porque uno se lava todo el tiempo, no es realmente bueno, porque las personas llegan a tener más alergias o enfermedades autoinmunes.

Yo sabía esta hipótesis, y pensé que no aprendería mucho de examinar la limpieza en los intestinos.

Pero estaba equivocada.

Sucede que la verdadera limpieza no es matar las bacterias de inmediato.

La verdadera limpieza es diferente.

Cuando analizamos los hechos, vemos que el 95 % de las bacterias en este planeta no nos hacen daño.

No pueden.

No tienen los genes para hacerlo.

De hecho, muchas nos ayudan, y, en este momento, los científicos plantean cosas como:

¿Algunas bacterias nos ayudan a limpiar el intestino?

¿Nos ayudan a digerir?

¿Nos hacen subir de peso o tener una figura delgada aunque estemos comiendo mucho?

¿Nos ayudan a ser más valientes o incluso más resistentes al estrés?

Así que como ven, hay muchas preguntas en cuanto a la limpieza.

Y, en realidad, creo que se trata de un equilibrio saludable.

No se puede evitar lo malo todo el tiempo.

Simplemente no es posible.

Siempre hay algo malo alrededor de nosotros.

Así que un intestino realmente limpio es uno que tenga suficientes bacterias buenas, y también malas.

Nuestro sistema inmune necesita las malas también, para que sepa de lo que debe cuidarse.

Así que comencé a tener esta perspectiva diferente sobre la limpieza Y unas semanas después, di una charla en mi universidad, y cometí un gran error.

Me fui a casa y en ese momento me di cuenta de que pensaba, «¡Ay! Cometí un gran error.

¡Ay Dios! Es mucho y tan vergonzoso».

Y comencé a pensar en esto.

Me sentía mal.

Después de rato me dije, «Sí, cometí un error, pero también dije muchas cosas buenas y correctas, así que esta bien.

¿Sabes?

Es algo bueno».

Y luego pensé.

«Espera.

Tal vez llevé mi perspectiva sobre la limpieza más allá».

Y esta es mi teoría en este momento, que tal vez todos tenemos.

Hagamos algo más que solo limpiar nuestra sala, hagamos algo así como una higiene de nuestra vida.

Saber que esto es acerca de fomentar el bien tanto como protegernos a nosotros mismos de lo malo tuvo un efecto muy tranquilizador en mí.

Entonces en ese sentido, espero haberles dicho cosas buenas y útiles hoy, y gracias por su tiempo, por escucharme.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/giulia_enders_the_surprisingly_charming_science_of_your_gut/

 

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