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Charla «La leyenda de Annapurna, la diosa hindú de la comida – Antara Raychaudhuri e Iseult Gillespie» de TED-Ed en español.
Mira la lección completa en https://ed.ted.com/lessons/the-legend-of-annapurna-hindu-goddess-of-nourishment-antara-raychaudhuri-and-iseult-gillespie
Desde tiempos inmemoriales, la unión de Shiva y Parvati se considera gloriosa: una combinación sagrada que simboliza fertilidad y conecta a todos los seres vivos. Sin embargo, se abrió una grieta entre estas dos formidables fuerzas. Decidida a demostrar la importancia de su trabajo, Parvati se ausentó del mundo, y la Tierra se sumió en la oscuridad. Antara Raychaudhuri e Iseult Gillespie nos cuentan la historia de la diosa Annapurna.
Lección de Antara Raychaudhuri e Iseult Gillespie, dirigida por Roxane Campoy.
- Autor/a de la charla: Antara Raychaudhuri
- Fecha de grabación: 2020-02-13
- Fecha de publicación: 2020-02-13
- Duración de «La leyenda de Annapurna, la diosa hindú de la comida – Antara Raychaudhuri e Iseult Gillespie»: 280 segundos
Traducción de «La leyenda de Annapurna, la diosa hindú de la comida – Antara Raychaudhuri e Iseult Gillespie» en español.
El dios Shiva –principal destructor de la maldad, exterminador de demonios, protector y observador omnisciente del universo– puso a prueba la paciencia de su esposa.
Desde tiempos inmemoriales, la unión de Shiva y Parvati se considera gloriosa.
Mantienen un equilibrio entre el pensamiento y la acción del que depende el bienestar de todo el mundo.
Sin el poder de Parvati de la energía, el crecimiento y la transformación de la Tierra, Shiva se volvería un observador indolente y el mundo permanecería estático.
Pero juntos forman una unión divina conocida como «Ardhanarishvara», una combinación sagrada que simboliza la fertilidad y conecta a todos los seres vivos.
Por estas razones, Parvati es adorada en muchos lugares como la madre del mundo natural y como la contraparte esencial a los poderes de creación de Shiva.
Ella se encarga de las comodidades materiales de la humanidad y de que todos los habitantes de la Tierra se relacionen entre sí física, emocional y espiritualmente.
Sin embargo, se abrió una grieta entre estas dos formidables fuerzas.
Mientras Parvati sustentaba el día a día con cuidado y pericia, Shiva había comenzado a subestimar el trabajo esencial de su esposa e insistía en discutir con ella sobre sus roles en el universo.
Él creía que Brahmā, el Creador del mundo, había concebido al mundo material puramente por antojo, y que, por lo tanto, todas las cosas materiales eran meras distracciones llamadas «māyā»: nada más que ilusiones cósmicas.
Durante milenios, Parvati se había limitado a sonreír cuando Shiva era despectivo con las cosas que ella nutría.
Pero tras su último reproche, sabía que debía demostrarle la importancia de su trabajo de una vez y por todas.
Decidió ausentarse del mundo, lo cual privó a la Tierra de la mitad de la energía cósmica que la sustentaba.
Tras su desaparición, una escasez repentina, aterradora y universal envolvió al mundo en un pavoroso silencio.
Sin Parvati, la tierra se volvió árida e infértil, los ríos se secaron y las cosechas en los campos se marchitaron.
La hambruna se cernió sobre la humanidad.
Los padres se esforzaban en consolar a sus hijos hambrientos, mientras ellos mismos pasaban hambre.
Sin nada que comer, la gente ya no se reunía alrededor de tazones repletos de arroz, sino que se aislaban y se distanciaban del mundo que se oscurecía.
Para su horror y sorpresa, Shiva también sintió el profundo vacío que dejó la ausencia de su esposa.
A pesar de su poder supremo, él también se dio cuenta de que no era inmune a la necesidad de sustento, y sentía que su nostalgia era eterna e intolerable.
Mientras Shiva se lamentaba por la desolada Tierra, comprendió que el mundo material no podía descartarse tan fácilmente.
Tras esta epifanía de su esposo, la compasiva Parvati no soportó más ver cómo sus seguidores languidecían.
Para caminar entre ellos y hacerles recobrar la salud, adoptó la forma de un nuevo avatar que lleva un tazón dorado de comida y un cucharón con joyas incrustadas.
A medida que se difundió la noticia de esta esperanzadora imagen, comenzó a ser adorada como Annapurna, la diosa de la comida.
Con la llegada de Annapurna, el mundo floreció una vez más.
La gente celebró por la fertilidad y la comida, y se reunieron para dar las gracias.
Algunos creen que Annapurna apareció por primera vez en la ciudad sagrada de Kashi, o «el lugar de la libertad», a orillas del río Ganges, donde abrió un comedor para alimentar a las personas hasta que se sintieran saciadas.
Pero los mortales no fueron los únicos que asistieron al festín.
Conmovido por la escena de satisfacción mundana que florecía a su alrededor, el mismísimo dios Shiva se acercó a la diosa con un tazón vacío y pidió comida y perdón.
Debido a esto, la deidad suprema es a veces representada como un mendigo a merced de Annapurna, quien sostiene un tazón dorado en la mano izquierda, mientras que con la derecha forma el «Abhayamudra», el gesto de seguridad y tranquilidad.
Con estos símbolos, este poderoso avatar deja claro que el mundo material no es una ilusión en lo más mínimo.
Es más bien un ciclo de vida que debe sustentarse: desde la alimentación de los hambrientos seres humanos hasta el equilibrio de la Tierra.
https://www.ted.com/talks/antara_raychaudhuri_and_iseult_gillespie_the_legend_of_annapurna_hindu_goddess_of_nourishment/