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Charla «La mejor manera de ayudar es a menudo simplemente escuchar» de TEDMED 2017 en español.
Una línea de ayuda de 24 horas en el Reino Unido conocida como Samaritanos ayudó a Sophie Andrews a convertirse en una sobreviviente de abuso en lugar de una víctima. Ahora ella le está devolviendo el favor como fundadora de Silver Line, una línea de apoyo que ayuda a personas mayores solitarias y aisladas. En una charla poderosa y personal, comparte cómo el simple acto de escuchar (en lugar de dar consejos) a menudo es la mejor manera de ayudar a alguien que lo necesita.
- Autor/a de la charla: Sophie Andrews
- Fecha de grabación: 2017-11-01
- Fecha de publicación: 2018-03-09
- Duración de «La mejor manera de ayudar es a menudo simplemente escuchar»: 863 segundos
Traducción de «La mejor manera de ayudar es a menudo simplemente escuchar» en español.
Después de cortarse el brazo con un cristal roto, ella cayó en un sueño agitado y agotado en la estación del ferrocarril.
Temprano en la mañana, cuando se abrieron los baños de la estación, se puso dolorosamente de pie y se dirigió hacia ellos.
Cuando vio su reflejo en el espejo, empezó a llorar.
Su cara estaba sucia y cubierta de lágrimas; su camisa estaba rasgada y cubierta de sangre.
Parecía que había estado en la calle durante tres meses, no tres días.
Se lavó lo mejor que pudo.
Le dolían mucho los brazos y el estómago.
Se trató de limpiar las heridas, pero cualquier presión hacía sangrar las heridas nuevamente.
Necesitaba sutura, pero no había forma de que fuera a un hospital.
La habrían enviado de regreso a casa otra vez.
De vuelta a él.
Ella se ajustó la chaqueta.
Se abrochó la chaqueta para cubrir la sangre.
Se miró al espejo.
Se veía un poco mejor que antes, pero ya no le importaba.
Solo se podía pensar en una cosa.
Salió de la estación y entro a una cabina telefónica cercana.
(Suena el teléfono) (Suena el teléfono) Mujer: Samaritanos,
¿puedo ayudarte?
Hola, Samaritanos.
¿Puedo ayudarte?
Chica: (Llorando) Yo.
No sé.
Mujer:
¿Qué pasó?
Pareces muy perturbada.
(La chica llora) Mujer:
¿Por qué no comienzas diciendo tu nombre?
Soy Pam.
¿Cómo puedo llamarte?
¿Desde dónde estás hablando?
¿Estás a salvo?
Chica: De una cabina telefónica en Londres.
Pam: Pareces muy joven.
¿Cuántos años tienes?
Chica: Catorce.
Pam:
¿Y qué te hace sentir mal?
Chica: Solo quiero morir.
Todos los días me levanto y quiero estar muerta.
Si él no me mata, entonces, creo, que quiero hacerlo yo misma.
Pam: Me alegro de que hayas llamado.
Empecemos desde el principio.
Sophie Andrews: Pam continuó preguntando amablemente a la niña.
Ella no dijo mucho.
Hubo muchos silencios Pero ella sabía que estaba allí, y tener a Pam al otro lado del teléfono era muy reconfortante.
La chica de 14 años que hizo esa llamada era yo.
Era yo en la cabina del teléfono.
Me estaba escapando de casa, durmiendo en las calles de Londres.
Estaba siendo abusada sexualmente por mi padre y sus amigos.
Me estaba haciendo daño todos los días.
Yo era suicida.
La primera vez que llamé a Samaritanos, tenía 12 años y estaba desesperada.
Fue unos meses después de que mi madre me abandonó, se marchó y me dejó en la casa familiar.
Y el abuso que estaba sufriendo a manos de mi padre y sus amigos me había dejado totalmente destrozada.
Me había escapado, faltaba a la escuela, me emborrachaba.
No tenía esperanza y quería morir.
Y ahí es donde entró Samaritanos.
Samaritanos existen desde 1953.
Es una línea de ayuda confidencial 24/7 en el Reino Unido para cualquiera que pueda sentirse desesperado o suicida, Lo que ciertamente aplicaba a mí.
Los voluntarios responden el teléfono todo el día todos los días del año, y las llamadas son confidenciales.
Durante mi adolescencia, cuando estaba más desesperada, Samaritanos se convirtió en mi salvavidas.
Me prometieron total confidencialidad.
Y eso me permitió confiar en ellos.
Inquietante porque sin duda sabían mi historia, pero nunca la mostraron.
Siempre estuvieron ahí para mí y escucharon sin juzgarme.
En general me alentaron gentilmente para que obtuviera ayuda; nunca me sentí fuera de control con ellos.
Un paralelismo interesante, pues me sentía tan fuera de control en todos los demás aspectos de mi vida.
Sentía que mi autolesión era probablemente lo único que parecía poder controlar.
Unos años más tarde, logré tener algo de control en mi vida.
Y tuve el apoyo apropiado para permitirme vivir con lo que sucedió.
Me convertí en una sobreviviente de abuso en lugar de una víctima.
Y a los 21, contacté a Samaritanos nuevamente.
Esta vez porque quería ser voluntaria.
Quería dar algo a cambio a la organización que realmente me había salvado la vida.
Sabía que el simple acto de escuchar de manera empática podría tener un efecto profundo.
Sabía que alguien escuchando sin juzgar marcaría una gran diferencia.
Así que me puse al día con mi educación, encontré a alguien a quien convencí para que me diera un trabajo, y disfruté mi voluntariado en Samaritanos.
Y cuando digo «disfruté», es una palabra extraña de usar, porque nadie querría pensar que nadie estuviera angustiado o herido.
Pero sabía de ese profundo impacto de ese oído que escucha y de ese alguien a mi lado en ese momento desesperado que tuvo un gran impacto.
Por eso sentí una gran sensación de plenitud de poder ayudar a la gente como samaritana.
En mis años de voluntaria en Samaritanos, me pidieron que desempeñara muchos roles.
Pero creo que el pico llegó en 2008, cuando me pidieron presidir la organización durante tres años.
Así que en realidad había pasado de esa llamada vulnerable en la cabina del teléfono, desesperada por ayuda, a ser la líder nacional de la organización y responsable de 22 000 voluntarios.
De hecho, solía bromear en ese momento y decir que si realmente llamabas como una persona acabada, podrías terminar dirigiendo la organización.
(Risas)
Lo cual hice.
Pero en un mundo dominado por la profesionalización de todo lo que hacemos, realmente entendí que, ese simple acto de escuchar, podría tener un efecto que cambiara la vida.
Supongo que es un concepto simple aplicable en todas las áreas de la vida.
En la década de 1980, cuando llamé a Samaritanos, el abuso infantil era un tema del que nadie quería hablar.
A menudo se culpaba a las víctimas, a menudo se juzgaba a las víctimas.
Y era un tema vergonzoso y nadie realmente quería hablar de eso.
Hoy, el juicio y la vergüenza rodean un tema diferente.
Hay un estigma diferente.
Y el estigma que está ahí hoy es hablar sobre la soledad.
La soledad y el aislamiento tienen un profundo impacto en la salud.
Estar solo puede tener un impacto significativo en su propio bienestar.
La revisión sistemática reciente de la investigación, en realidad, muestra que aumentaron las tasas de mortalidad, o tasas de mortalidad prematura, hasta en un 30 %.
Puede llevar a una presión sanguínea más alta, niveles más altos de depresión, y, en realidad, está alineado con las tasas de mortalidad que podrían estar más vinculadas a la dependencia de alcohol o nicotina.
La soledad es en realidad más dañina que fumar 15 cigarrillos diarios.
No en tu vida, en tu día.
También está asociado con niveles más altos de demencia.
Así que un estudio reciente también encontró que las personas solitarias corren el doble de riesgo de contraer Alzheimer.
Por supuesto, hay muchas personas que viven solas que no están solas.
Pero ser cuidador de un compañero que tal vez tiene demencia puede ser un lugar muy solitario.
Y un reciente estudio histórico nos dio una muy buena y clara definición de lo que es la soledad.
Y dijo que es una sensación subjetiva, no bienvenida, de una falta o pérdida de compañerismo.
Y sucede cuando hay un desajuste entre la calidad y la cantidad de relaciones que tenemos y aquellos que queremos.
En mi vida la mejor ayuda que he recibido ha sido a partir de esas conexiones personales y ser escuchada de manera empática.
Los profesionales, y soy consciente de que hablo en una sala de profesionales, tienen un lugar muy importante.
Pero para mí, un voluntario que renunció a su tiempo y me escuchó sin juzgarme de manera confidencial, tuvo un efecto tan grande que me cambió la vida.
Y eso fue algo que realmente se quedó conmigo.
Así que como habrán deducido, en mi adolescencia estaba descarrilada, todos los días me preguntaba si viviría al día siguiente.
Pero ese impacto profundo del voluntario escuchándome, se quedó conmigo.
Cuando finalmente llegué a un punto en mi vida donde sentí que podía vivir con lo que había pasado, quería devolver algo.
Y en mi experiencia, las personas que han sido ayudadas de manera transformadora siempre quieren devolver esto.
Así que comencé devolver con mis 25 años de voluntariado con Samaritanos.
Y luego, en 2013, retomando todo este asunto y el nuevo estigma de la soledad, lancé una nueva línea de ayuda nacional en el Reino Unido para personas mayores, llamada The Silver Line, que está para apoyar a personas mayores solitarias y aisladas.
En nuestra corta historia, hemos contestado a 1,5 millones de llamadas.
Y sé que tenemos un gran impacto, basada en comentarios que recibimos cada día.
Algunas personas llaman para tener una conversación amistosa, o para informarse sobre servicios locales.
Algunos llaman porque son suicidas.
Algunos porque están denunciando abusos.
Y algunos simplemente, como yo hice, puede que hayan renunciado a la vida.
Es una idea realmente simple, la creación de una línea de ayuda.
Y miro hacia atrás en esos primeros días cuando tenía el noble título, todavía lo tengo, de jefa ejecutiva, pero en los primeros días, yo era la jefa ejecutiva de mí misma.
Tengo que decir que tuve las mejores reuniones de mi carrera:
(Risas)
como jefa ejecutiva de mí misma.
Pero las cosas han cambiado, y ahora en 2017, tenemos más de 200 personas escuchando a personas mayores todos los días del año, 24/7.
También tenemos más de 3000 voluntarios haciendo llamadas semanales de amistad desde su propio hogar.
También, para las personas a las que les gusta la palabra escrita, ofrecemos Silver Letters, y escribimos cartas de amistad a las personas mayores que todavía disfrutan de recibir una carta.
Y también hemos iniciado algo llamado Silver Circles.
Notarán que soy dueña de la palabra «Silver» (plata).
Pongan «plata» delante y ya es nuestro.
Silver Circles son conferencias grupales donde la gente realmente habla de intereses compartidos.
Mi grupo favorito es el grupo de música, donde las personas, cada semana tocan instrumentos musicales por el teléfono el uno al otro.
No siempre la misma canción al mismo tiempo.
(Risas)
Pero se divierten.
Y «diversión» es una palabra interesante, porque he hablado mucho sobre desesperación, soledad y aislamiento.
Pero si usan nuestra línea de ayuda en el Reino Unido, también oirán risas.
Porque en Silver Line, queremos apreciar las vidas maravillosas de las personas mayores y todas las experiencias que traen.
Aquí hay un ejemplo, solo un fragmento, de una de nuestras llamadas.
(Audio) Buenos días, está en conexión con Silver Line.
Mi nombre es Alan,
¿cómo puedo ayudar?
Mujer: Hola, Alan.
Buenos días.
Alan: Hola.
Mujer: ¡Hola! Alan: Oh,
¿cómo estás esta mañana?
Mujer: Estoy bien, gracias.
Alan: Estoy contento de escucharla.
Mujer: Qué cosa tan maravillosa es el teléfono,
¿no?
Alan: Es una invención notable.
Mujer: Recuerdo que cuando era una niña pequeña, hace una burrada de años, si se quería hacer una llamada telefónica a alguien, había que ir a una tienda y usar el teléfono de la tienda y pagarle a la tienda por usar el teléfono y recibir una llamada.
No hacíamos llamadas telefónicas cuando queríamos.
Alan: Oh, no.
Mujer: (Tos) Oh, lo siento.
(Toses) Discúlpame.
Había que, ya sabes, limitar las llamadas telefónicas a lo absolutamente esencial.
Y ahora, aquí estoy, sentada en mi propia casa todavía en bata, usando el teléfono,
¿no es maravilloso?
Alan: Lo es.
(Risas)
SA: Y esa no es atípica dentro de las llamadas que recibimos en nuestra línea de ayuda.
Es alguien que realmente nos ve como parte de la familia.
Así que Silver Line ahora ayuda a las personas mayores de la misma manera que Samaritanos me ayudaron.
Están allí las 24 horas, todos los días, escuchan confidencialmente y a menudo sin dar consejos.
¿Con qué frecuencia realmente escuchamos sin dar consejos?
En realidad, es bastante difícil.
Muy a menudo en las llamadas, una persona mayor dice: «
¿Podrías darme algún consejo, por favor?
«.
Y 20 minutos después, dicen: «Gracias por tu consejo».
Y nos damos cuenta de que no hemos dado ninguno.
(Risas)
Hemos escuchado y no hemos interrumpido.
Pero a esa persona, tal vez le hemos dado consejos.
Recientemente realizamos una encuesta en The Silver Line a 3000 personas mayores, para preguntarles qué pensaban del servicio.
Y una persona simplemente volvió y dijo que por primera vez en su vida, tenía lo que llamaríamos en el cricket deportivo un wicketkeeper, y lo que llamarías en béisbol, un receptor.
Llevo aquí 48 horas y estoy hablando estadounidense.
No me reconocerán cuando llegue a casa.
(Risas)
Pero por primera vez en su vida, ella tenía ese receptor, que es realmente muy importante.
Y ahora se ha cerrado el círculo, porque en realidad, personas que están llamando a Silver Line y necesitan un receptor ahora se convierten en receptores ellos mismos poniendo algo de nuevo y convirtiéndose en voluntarios y formando parte de nuestra familia.
Así que finalizo mi charla, donde comencé, hablando sobre mi propia experiencia personal.
Porque cuando hablo de mi vida, a menudo digo que he tenido suerte.
Y la gente en general me pregunta por qué.
Y es porque, en cada etapa de mi vida, he tenido la suerte de tener a alguien a mi lado en el momento adecuado quien tal vez ha creído en mí, que a su vez me ha ayudado solo para creer un poco más en mí misma, lo que ha sido muy importante.
Y todos necesitan un receptor en algún momento de sus vidas.
Este es mi receptor.
Así que esa es Pam.
Ella me respondió la llamada cuando tenía 14 años en la cabina del teléfono, hace más de 30 años.
Nunca, nunca subestimen el poder de una simple conexión humana.
Porque puede ser, y muy a menudo lo es, el poder de salvar una vida.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/sophie_andrews_the_best_way_to_help_is_often_just_to_listen/