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La preocupante razón de por qué las vacunas se hacen demasiado tarde… si se hacen – Charla TED2015

Charla «La preocupante razón de por qué las vacunas se hacen demasiado tarde… si se hacen» de TED2015 en español.

Parece que esperáramos el brote de una enfermedad desastrosa antes de plantearnos seriamente diseñar una vacuna contra ella. Seth Berkley expone las realidades del mercado y los riesgos desproporcionados que hay detrás de la falta del desarrollo de vacunas para las enfermedades más graves en el mundo.

  • Autor/a de la charla: Seth Berkley
  • Fecha de grabación: 2015-03-18
  • Fecha de publicación: 2015-08-25
  • Duración de «La preocupante razón de por qué las vacunas se hacen demasiado tarde… si se hacen»: 437 segundos

 

Traducción de «La preocupante razón de por qué las vacunas se hacen demasiado tarde… si se hacen» en español.

En niños, los síntomas empiezan con poca fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, seguidos de vómitos y diarrea y luego sangrado de boca, nariz y encías.

Causa de la muerte inminente: fallo multiorgánico debido a la presión arterial baja.

¿Suena familiar? Si piensan que es Ébola, en realidad, en este caso no lo es.

Es una forma extrema de dengue, una enfermedad transmitida por mosquitos, intratable y sin una vacuna eficaz, y mata a 22 000 personas al año.

Esto corresponde al doble del número de personas fallecidas a causa del Ébola en las casi cuatro décadas desde su descubrimiento.

En cuanto al sarampión, tan presente en las noticias recientemente, el número de muertos es en realidad 10 veces superior.

Sin embargo, en el último año, fue el Ébola quien robó los titulares e infundió el miedo.

Es evidente que tiene algo que nos afecta profundamente, algo que nos asusta y nos fascina a la vez más que otras enfermedades, ¿pero qué es exactamente? Bueno, es difícil contraer Ébola, pero de hacerlo, el riesgo de una muerte horrible es alto.

¿Por qué? Porque en este momento, no contamos con terapia ni vacuna eficaz.

Esa es la cuestión.

Podemos tenerla algún día.

Le tememos al Ébola, y con razón; y no porque mate tantas personas como otras enfermedades.

De hecho, es mucho menos transmisible que un virus como el de la gripe o del sarampión.

Le tememos al Ébola porque nos mata y no podemos curarla.

Tememos esta inevitabilidad que viene con el Ébola.

El Ébola tiene una inevitabilidad que desafía a la ciencia médica moderna.

Pero un momento, ¿a qué se debe? Conocemos al Ébola desde 1976.

Sabemos de lo que es capaz.

Tuvimos muchas oportunidades de estudiarla en los 24 brotes que se han producido.

Y de hecho, hemos tenido algunas vacunas como candidatas, disponibles desde hace más de una década.

Entonces, ¿por qué los ensayos clínicos están diseñándose solo ahora? Esto demuestra el problema fundamental que tenemos con el desarrollo de vacunas para las enfermedades infecciosas.

En resumen, las personas con mayor riesgo de contraer estas enfermedades son también quienes menos pueden pagar por las vacunas.

Esto se traduce en poco interés en el mercado y a los ojos de los fabricantes para el desarrollo de las vacunas, a menos que un gran número de personas esté en situación de riesgo en los países ricos.

Sencillamente es un riesgo comercial demasiado alto.

Y para el Ébola no hay mercado en absoluto, y por eso, la única razón por la que hay dos vacunas en las últimas fases del ensayo clínico, tiene en realidad como causa un miedo relativamente sin fundamento.

El Ébola fue relativamente ignorado hasta el 11-S y los ataques con ántrax cuando, de repente, el Ébola fue percibida por la población como una posible arma bioterrorista.

¿Por qué no se desarrolló la vacuna del Ébola en este momento? Bueno, en parte, porque que era muy difícil o se pensaba que era difícil convertir el virus en arma, pero, sobre todo, por el riesgo financiero de su desarrollo.

Y este es el detalle clave.

La triste realidad es que desarrollamos vacunas no de acuerdo a los riesgos asociados al patógeno para las personas sino teniendo en cuenta el riesgo económico asociado al desarrollo de estas vacunas.

El desarrollo de vacunas es caro y complicado.

Puede costar cientos de millones de dólares tomar incluso un antígeno conocido y convertirlo en una vacuna viable.

Afortunadamente, para enfermedades como el Ébola, hay cosas que podemos hacer para superar estas limitaciones.

La primera es reconocer cuando hay una falla total de mercado.

En ese caso, si queremos vacunas, debemos ofrecer incentivos o algún tipo de subsidio.

También debemos mejorar la forma de identificar de manera más eficaz cuáles son las enfermedades más peligrosas.

Al proporcionar recursos a los países afectados, se les ofrece a esos países la posibilidad de crear su propias redes de laboratorios y epidemiológicas capaces de recolectar y categorizar estos patógenos.

Esos datos luego pueden usarse para entender la diversidad geográfica y genética que luego nos permitirá entender qué cambios inmunológicos implican y qué tipo de reacciones promueven.

Estas son las medidas que se pueden tomar, pero para hacerlo, si queremos abordar la total falla de mercado, tenemos que cambiar el modo de ver y prevenir las enfermedades infecciosas.

Tenemos que dejar de esperar hasta tener las pruebas de una enfermedad que se vuelve amenaza mundial antes de considerarla como tal.

En el caso del Ébola, el miedo paranoico a una enfermedad infecciosa, seguido de unos pocos casos de infectados en los países ricos, hizo posible una colaboración global.

Y gracias a las empresas que desarrollan vacunas, la situación es la siguiente: dos vacunas contra el Ébola probadas en ensayos clínicos en países con Ébola…

(Aplausos) y seguidas de otras en camino.

Cada año, gastamos miles de millones de dólares, en una flota de submarinos nucleares que patrullan permanentemente los océanos para protegernos de amenazas que casi con certeza nunca sucederán.

Y, sin embargo, no gastamos prácticamente nada para prevenir algo tan tangible y claramente inevitable como las enfermedades infecciosas epidémicas.

Y no nos equivoquemos, no es cuestión de «si ocurrirá», sino de «cuándo».

Estos bichos seguirán evolucionando y amenazarán al mundo.

Y las vacunas son nuestra mejor defensa.

De modo que si queremos poder prevenir epidemias como el Ébola, debemos asumir el riesgo de invertir en el desarrollo de vacunas y la producción de cantidades suficientes.

Y tenemos que ver esto, entonces, como la medida disuasoria definitiva…

algo que nos aseguramos de que está disponible, pero al mismo tiempo, rogamos para que nunca tengamos que usarla.

Gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/seth_berkley_the_troubling_reason_why_vaccines_are_made_too_late_if_they_re_made_at_all/

 

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