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La próxima revolución industrial está aquí – Charla TED@BCG Paris

Charla «La próxima revolución industrial está aquí» de TED@BCG Paris en español.

El crecimiento económico se ha desacelerado en los últimos 50 años, pero el alivio podría venir de un lugar inesperado: una nueva forma de fabricación que no es ni lo que se pensaba que era, ni está donde se pensaba que estaba. El pensador de sistemas industriales Olivier Scalabre detalla cómo una cuarta revolución fabril producirá un cambio macroeconómico e impulsará el empleo, la productividad y el crecimiento.

  • Autor/a de la charla: Olivier Scalabre
  • Fecha de grabación: 2016-05-20
  • Fecha de publicación: 2016-08-22
  • Duración de «La próxima revolución industrial está aquí»: 746 segundos

 

Traducción de «La próxima revolución industrial está aquí» en español.

Gente, tenemos un problema.


(Risas)
El crecimiento se está desvaneciendo, y eso es un gran problema.

Nuestra economía global deja de crecer.

Y no es algo nuevo.

El crecimiento ha disminuido durante los últimos 50 años.

Si seguimos así, tenemos que aprender a vivir en un mundo sin crecimiento en la próxima década.

Esto es aterrador, porque cuando la economía no crece, nuestros hijos no tienen una vida mejor.

Aún más aterrador es que cuando la tarta no crece, todos recibimos un pedazo más pequeño.

Así que estamos listos para luchar por una porción más grande.

Esto genera tensiones y conflictos graves.

El crecimiento importa mucho.

Si vemos la historia del crecimiento, momentos de gran crecimiento siempre se han alimentado de grandes revoluciones fabriles.

Ocurrió tres veces, cada 50-60 años.

El motor a vapor a mediados del siglo XIX, el modelo de producción en serie a principios del siglo XX, gracias, Sr.

Ford.

Y la primera ola de automatización en la década de 1970.

¿Por qué estas revoluciones fabriles generaron un enorme crecimiento en nuestras economías?

Porque inyectaron una mejora enorme de la productividad.

Es bastante simple: para crecer hay que producir más, debe ingresar más a nuestra economía.

Ya bien más mano de obra, más capital o más productividad.

En todos los casos, la productividad ha sido la palanca del crecimiento.

Hoy vine a decirles que estamos a las puertas de otro gran cambio, y que este cambio, sorprendentemente, vendrá nuevamente de la fabricación.

Nos sacará de la caída de crecimiento y cambiará drásticamente la forma de globalización modelada en la última década.

Vine a contarles sobre la cuarta revolución fabril que está actualmente en curso.

No es que no hayamos hecho nada con la fabricación desde la última revolución.

En realidad, hemos hecho algunos intentos bastante tímidos por revitalizarla.

Pero ninguno de ellos ha sido el gran adelanto necesario para crecer nuevamente.

Por ejemplo, hemos tratado de trasladar las fábricas al exterior para reducir costos y sacar ventaja de la mano de obra barata.

Esto no solo no genera productividad sino que solo ahorra dinero a corto plazo, porque la mano de obra barata no dura mucho.

Luego, tratamos de hacer fábricas más grandes y las especializamos por producto.

La idea era que podíamos producir mucho de un producto y almacenarlo para venderlo según la demanda.

Esto ayudó a la productividad durante un tiempo.

Pero introdujo mucha rigidez en la cadena de suministro.

Veamos la moda al por menor.

Las empresas de ropa tradicionales han construido cadenas de suministro en exterior, globales y rígidas.

Cuando los competidores de moda rápida como Zara empezaron a reponer existencias más rápido, de dos colecciones al año a una colección al mes, ninguno pudo mantenerse al día y seguir el ritmo.

La mayoría enfrenta grandes dificultades hoy.

Sin embargo, con todos sus inconvenientes, son las fábricas que conocemos hoy.

Puertas adentro tienen el mismo aspecto que hace 50 años.

Solo cambió la ubicación, el tamaño, la forma de operar.

¿Pueden nombrar alguna otra cosa que tenga el mismo aspecto que hace 50 años?

Es una locura.

Hemos hecho todos los ajustes al modelo que pudimos, y ahora llegamos a sus límites.

Tras los intentos por arreglar las fallas del modelo de fabricación, pensamos que el crecimiento podría venir de otra parte.

Apuntamos al sector tecnológico, ha habido mucha innovación allí.

Solo por nombrar una: Internet.

Esperábamos que produjese crecimiento.

Y, en efecto, cambió nuestras vidas.

Generó grandes olas en los medios, en el servicio y el entretenimiento.

Pero no aportó mucho a la productividad.

En realidad, lo que sorprende es que la productividad está en caída a pesar de todos los esfuerzos de innovación.

Imaginen que, sentarse en el trabajo a ver Facebook, a ver videos en YouTube, nos ha hecho menos productivos.

Extraño.


(Risas)
Por eso no estamos creciendo.

Fracasamos en la reinvención del espacio de fabricación, y las grandes innovaciones tecnológicas han jugado por fuera.

¿Y si pudiéramos combinar ambas fuerzas?

¿Y si la fabricación existente y la gran innovación tecnológica se juntaran para crear la próxima reinvención de la fabricación?

¡Bingo! Esta es la cuarta revolución industrial, y está ocurriendo ahora mismo.

Las principales tecnologías están entrando al espacio de fabricación, a lo grande.

Esto impulsará la productividad fabril en más de un tercio.

Eso es enorme, y contribuirá mucho a la generación de crecimiento.

Les hablaré de algunas de ellas.

¿Ya conocen los robots avanzados de fabricación?

Tienen el tamaño de un ser humano, y en realidad colaboran con ellos, y pueden programarse para hacer tareas complejas, no repetitivas.

Hoy en nuestras fábricas, solo el 8 % de las tareas están automatizadas.

Las menos complejas, las más repetitivas.

Será el 25 % en 10 años.

Esto significa que para el 2025, los robots avanzados complementarán a los trabajadores para ser, juntos, un 20 % más productivos, para fabricar 20 % más, para lograr 20 % de crecimiento adicional.

Esta no es una idea futurista.

Estos robots están trabajando para nosotros en este momento.

El año pasado en EE.UU., ayudaron a Amazon a preparar y enviar los productos requeridos para el Cyber Monday, el pico anual de venta al por menor en línea.

El año pasado en EE.UU.

fue el mayor día de compras en línea, del año y de la historia.

Los consumidores gastaron USD 3000 millones en electrónica ese día.

Eso es un crecimiento económico real.

Luego está la fabricación aditiva, la impresión 3D.

La impresión 3D ya ha mejorado la fabricación con plástico y se abre camino con el metal.

Esas no son las pequeñas industrias.

El plástico y el metal representan el 25 % de la fabricación mundial.

Veamos un ejemplo real.

En la industria aeroespacial, los inyectores de combustible son de las piezas más complejas de fabricar, por una razón: tienen 20 partes diferentes que se deben producir por separado y luego montar con cuidado.

Las compañías aeroespaciales ahora usan impresión 3D, lo que les permite convertir esas 20 partes diferentes en una sola.

¿Los resultados?

Un 40 % más de productividad, 40 % más productos, 40 % más crecimiento para esta industria específica.

Pero, en realidad, lo más emocionante de esta revolución de la fabricación va mucho más allá de la productividad.

Y es que se produce mejor, son productos inteligentes.

Es una personalización a escala.

Imaginen un mundo en el que pueden comprar los productos exactos que quieren con la funcionalidad que necesitan, con el diseño que quieren, con el mismo costo y plazo de ejecución que un producto producido en masa, como el auto, la ropa o el móvil.

La nueva revolución industrial lo hace posible.

Los robots avanzados pueden programarse para hacer cualquier configuración del producto sin tiempo de preparación ni demora adicional.

Las impresoras 3D producen al instante cualquier diseño personalizado.

Ahora podemos producir un lote de un producto, su producto, al mismo costo y tiempo de espera que un lote de muchos.

Esos son solo ejemplos de la revolución de la fabricación en juego.

No solo la fabricación se volvió más productiva, también será más flexible, y son los elementos de crecimiento que nos estamos perdiendo.

Pero, en realidad, hay incluso algunas consecuencias más grandes porque al fabricar volveremos a la palestra.

Se producirá un gran cambio macroeconómico.

En primer lugar, las fábricas serán reubicadas en los mercados locales.

En el mundo de la personalización a escala, la cercanía al consumidor es la nueva norma.

Entonces, nuestras fábricas serán más pequeñas, ágiles.

La escala ya no importa, la flexibilidad sí.

Operarán con base en el multi-producto, hecho a medida.

El cambio será drástico.

La globalización entrará en una nueva era.

Los flujos de comercio Oriente-Occidente serán reemplazados por los flujos comerciales regionales.

Oriente a Oriente, Occidente a Occidente.

Si lo piensan, el viejo modelo era una locura.

Acumular existencias, hacer viajar los productos por todo el mundo antes de llegar a los consumidores finales.

El nuevo modelo, producir al lado del mercado de consumo, será mucho más ecológico, mucho mejor para el medioambiente.

En las economías maduras, la fabricación regresará a casa, creando más puestos de trabajo, más productividad y más crecimiento.

Buenas noticias,

¿verdad?

Pero ahí está el quid del crecimiento…

no viene en forma automática.

Las economías maduras tendrán que aprovecharlo.

Tendremos que reentrenar masivamente la fuerza laboral.

En la mayoría de los países, como en mi país, Francia, dijimos a nuestros hijos que la fabricación no tenía futuro.

Que era algo que ocurría muy lejos.

Tenemos que revertir eso, y enseñar a fabricar de nuevo en la universidad.

Solo los países que se transformen con audacia podrán aprovechar este crecimiento.

Es también una oportunidad para las economías en desarrollo.

Por supuesto, China y otras economías emergentes ya no serán la fábrica del mundo.

En realidad, no era un modelo sustentable a largo plazo, conforme esos países son cada vez más ricos.

El año pasado, era ya tan costoso producir en Brasil como producir en Francia.

En 2018 los costos de fabricación en China serán iguales a los de EE.UU.

La nueva revolución industrial acelerará la transición de esas economías emergentes hacia un modelo impulsado por el consumo interno.

Y esto es bueno, porque allí se creará crecimiento.

En los próximos cinco años, los próximos mil millones de consumidores de China inyectarán más crecimiento en nuestras economías que los cinco primeros mercados europeos juntos.

Esta cuarta revolución es una oportunidad para todos nosotros.

Si jugamos bien, veremos un crecimiento sustentable en todas nuestras economías.

Esto significa más riqueza distribuida entre todos y un futuro mejor para nuestros hijos.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/olivier_scalabre_the_next_manufacturing_revolution_is_here/

 

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