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Charla «La razón oculta de la pobreza que el mundo necesita abordar ya» de TED2015 en español.
La compasión colectiva ha significado una disminución global de la pobreza mundial desde la década de los 80, dice el abogado de derechos civiles Gary Haugen. A pesar de todas las ayudas económicas a nivel mundial, hay un problema oculto que persiste y mantiene la pobreza con vida. Haugen revela la fundamental y oscura causa que debemos reconocer y sobre la que debemos actuar hoy.
- Autor/a de la charla: Gary Haugen
- Fecha de grabación: 2015-03-17
- Fecha de publicación: 2015-04-20
- Duración de «La razón oculta de la pobreza que el mundo necesita abordar ya»: 1328 segundos
Traducción de «La razón oculta de la pobreza que el mundo necesita abordar ya» en español.
Para serles honesto, por personalidad, no soy muy llorón.
Pero creo que por mi profesión, ha sido bueno.
Soy abogado de derechos civiles, y he visto algunas cosas horribles en el mundo.
Comencé mi carrera trabajando en casos de abuso policial en los EE.
UU.
Y en 1994, fui enviado a Ruanda como director de investigación de genocidios de la ONU.
Resulta que las lágrimas no son de mucha ayuda cuando se intenta investigar un genocidio.
Las cosas que tuve que ver, y sentir y tocar fueron completamente inexplicables.
Lo que puedo decirles es esto: que el genocidio de Ruanda fue uno de los mayores fracasos del mundo en simple compasión.
Esa palabra, compasión, de hecho viene de dos palabras latinas: cum passio, que simplemente significan «sufrir con».
Y las cosas que vi y experimenté en Ruanda según me acercaba al sufrimiento humano, me hicieron, en algunos momentos, llorar.
Pero solo habría deseado que yo, y el resto del mundo, hubiéramos llorado antes.
Y no solo llorado, sino también haber detenido el genocidio.
En contraste, también he estado involucrado en uno de los mayores triunfos mundiales de la compasión.
Y es la lucha contra la pobreza global.
Es una causa que probablemente nos implica a todos.
No sé si su primer contacto fueron los coros de «We are the World», o quizá la foto de un niño apadrinado en la puerta de su nevera, o quizá el regalo que donaron para agua limpia.
No recuerdo cuál fue mi primer contacto con la pobreza, pero sí recuerdo que fue la más desapacible.
Fue cuando conocí a Venus…
es una madre de Zambia, tiene 3 hijos y es viuda.
Cuando la conocí, había caminado 26 km con el único vestido que poseía, para venir a la capital y contar su historia.
Se sentó conmigo durante horas, y me introdujo en el mundo de la pobreza.
Describió cómo era cuando el carbón del fuego para cocinar se enfriaba completamente.
Cuando la última gota de aceite de cocinar se agotaba.
Cuando la última comida, a pesar de sus esfuerzos, se acababa.
Tuvo que ver cómo su hijo más pequeño, Peter, sufría de malnutrición, y sus piernas se doblaban y se volvían inútiles.
Cómo sus ojos se nublaban y oscurecían.
Y cómo finalmente Peter languideció.
Durante más de 50 años, historias así nos han estado conmoviendo.
A nosotros cuyos hijos tienen comida de sobra.
Y estamos actuando no solo por la pobreza global, sino por intentar poner de nuestra parte para parar el sufrimiento.
Hay mucho espacio para criticar que no hemos hecho suficiente, y que lo que sea que hemos hecho no ha sido lo suficientemente efectivo, pero la verdad es esta: La lucha contra la pobreza global es probablemente la más amplia y larga manifestación del fenómeno humano de la compasión en la historia de nuestra especie.
Así que me gustaría compartir una visión bastante demoledora que podría cambiar para siempre la manera en que piensan sobre esta lucha.
Pero primero, empezaré con lo que probablemente ya saben.
Hace 35 años, cuando me estaba graduando de secundaria, nos dijeron que 40 000 niños morían cada día por la pobreza.
Ese número, hoy, ha disminuido a 17 000, Todavía son muchos, por supuesto, pero significa que, cada año, hay 8 millones de niños que no tienen que morir a causa de la pobreza.
Es más, el número de gente en nuestro mundo que vive en extrema pobreza, definido como vivir con 1.25 dólares al día, ha disminuido de un 50 %, a solo un 15 %.
Este es un progreso enorme, y supera las expectativas de todo el mundo acerca de lo que es posible.
Y creo que Uds.
y yo, creo, sinceramente, que nos podemos sentir orgullosos y alentados de ver cómo la compasión tiene el poder de triunfar en detener el sufrimiento de millones.
Pero aquí va la parte que puede que no hayan oído tanto.
Si mueven esa línea de la pobreza a 2 dólares al día, resulta que virtualmente esos mismos 2 mil millones de personas atrapados en esa cruel pobreza cuando yo iba a la escuela, siguen atrapados ahí.
35 años más tarde.
Así que, ¿por qué hay todavía tantos miles de millones atrapados en esa dura pobreza? Bueno, pensemos en Venus por un momento.
Durante décadas, mi esposa y yo hemos estado movidos por una compasión común ayudando a niños, financiando microcréditos, apoyando generosos niveles de ayuda externa.
Pero hasta que hablé con Venus, realmente no tenía ni idea de que ninguno de esos enfoques se dirigía al porqué ella tenía que ver morir a su hijo.
«Estábamos bien», decía Venus, «hasta que Brutus comenzó a causar problemas».
Brutus es el vecino de Venus y generador de problemas, es lo que ocurrió el día después de que el marido de Venus falleciera, cuando Brutus llegó y echó a Venus y a sus hijos fuera de la casa, les robó su tierra, y su puesto del mercado.
Como ven, Venus fue empujada a la indigencia con violencia.
Y se me ocurrió, por supuesto, que ninguno de mis niños apadrinados, ninguno de los microcréditos, ninguno de los programas tradicionales de lucha contra la pobreza iban a detener a Brutus porque no estaban destinados a ello.
Esto se hizo incluso más evidente para mí al conocer a Griselda.
Es una joven maravillosa que vive en una comunidad muy pobre en Guatemala.
Y una de las cosas que he aprendido con los años es que quizá la cosa más poderosa que Griselda y su familia pueden hacer para sacar a Griselda y su familia de la pobreza es asegurarse de que ella vaya a la escuela.
Los expertos lo llaman el «Efecto chica».
Pero cuando conocí a Griselda, ella no iba a la escuela.
De hecho, casi nunca salía de su casa.
Días antes de conocerla, mientras iba a casa desde la iglesia con su familia, en plena luz del día, unos hombres de su comunidad la raptaron en la calle, y la violaron brutalmente.
Griselda tenía la oportunidad de ir a la escuela, pero no era seguro para ella llegar hasta allí.
Y Griselda no es la única.
Alrededor del mundo, mujeres y niñas pobres de entre 15 y 44 años, son víctimas de violencia diaria de abuso doméstico y violencia sexual, esas dos formas de violencia, causan más muertes y discapacidad que la malaria, que los accidentes de auto y que la guerra, combinados.
La verdad es, que los pobres de este mundo están atrapados en círculos de violencia.
En Asia del Sur, por ejemplo, pude conducir cerca de este molino de arroz y ver a este hombre cargándose esos sacos de 45 kg de arroz a sus espaldas.
Pero no supe, hasta más tarde, que, de hecho, era un esclavo, retenido con violencia en ese molino de arroz desde que yo iba a la escuela.
Décadas de programas de lucha contra la pobreza en su comunidad nunca pudieron rescatarle, ni a ninguno de los otros cientos de esclavos, de los golpes, de las violaciones y de las torturas, de la violencia en ese molino de arroz.
De hecho, medio siglo de programas de lucha contra la pobreza han dejado más pobres en la esclavitud que en ningún otro tiempo de la historia humana.
Los expertos nos dicen que hoy hay unos 35 millones de personas en esclavitud.
Equivalente a la población entera de Canadá, donde estamos hoy.
Por ello, con el tiempo, he llamado a esta epidemia de violencia el efecto langosta.
Porque en las vidas de los pobres, desciende como una plaga y lo destruye todo.
De hecho, cuando estudias comunidades muy, muy pobres, los residentes te dicen que su mayor temor es la violencia.
Pero piensen que la violencia a la que ellos temen no es la violencia de los genocidios o las guerras, es la violencia cotidiana.
Así que para mí, como abogado, mi primera reacción fue pensar, claro que tenemos que cambiar todas las leyes.
Tenemos que declarar ilegal toda esta violencia contra los pobres.
Pero entonces encontré, que ya lo es.
El problema no es que los pobres no tengan leyes, sino que no se aplica la ley.
En el mundo en desarrollo, los sistemas básicos de aplicación de la ley están tan dañados, recientemente la ONU publicó un estudio que decía que «la mayoría de la gente pobre vive fuera de la protección de la ley».
Sinceramente, ni Uds.
ni yo tenemos idea de lo que eso significa porque no hemos tenido una experiencia de primera mano.
El funcionamiento de la aplicación de la ley se da por supuesto.
De hecho, nada describe esa suposición más claramente que estos 3 simples números: 9-1-1, que, por supuesto, es el número del operador de emergencias policial, aquí en Canadá y en los EE.
UU., donde el tiempo medio de respuesta a una llamada de emergencia al 911 es de unos 10 minutos.
Así que lo damos completamente por hecho.
Pero ¿qué pasaría si no hubiera aplicación de la ley para protegernos? Una mujer en Oregon recientemente sintió lo que esto significaba.
Estaba sola en su casa a oscuras un sábado por la noche, cuando un hombre intentó entrar en su casa.
Esta era su peor pesadilla, porque ese hombre la había enviado al hospital por otro ataque tan solo dos semanas antes.
Muy asustada, tomó el teléfono e hizo lo que nosotros habríamos hecho: Llamó al 911, para enterarse de que debido a los recortes de presupuesto en su condado, la aplicación de la ley no estaba disponible los fines de semana.
Escuchen.
Operadora: No tengo a nadie para enviar allí.
Mujer: Bien.
Operadora: Um, obviamente si él entra en su casa y le ataca, ¿puede pedirle que se vaya? ¿O sabe si está drogado o algo? Mujer: Ya se lo he pedido.
Él ya entró antes, rompió mi puerta, me atacó.
Operador: A-há.
Mujer: Sí…
¿entonces? Operadora: ¿Hay alguna manera segura de que se vaya de la casa? Mujer: No, no puedo, porque él está bloqueando la salida completamente.
Operadora: Bueno, lo único que puedo hacer es darle un consejo, que llame a la oficina del alguacil mañana.
Obviamente, si entra y desafortunadamente lleva un arma o intenta hacerle daño, sería un caso diferente.
Ya sabe, la oficina del alguacil no lleva esos casos.
No tengo a nadie a quien enviar».
Trágicamente, la mujer de esa casa fue violentamente atacada; ahogada y violada porque eso es lo que significa vivir fuera de las reglas de la ley.
Y esto es lo que miles de millones de pobres viven.
¿Cómo se refleja eso? En Bolivia, por ejemplo, si un hombre asalta sexualmente a un niño pobre, estadísticamente, correrá mayor riesgo de caerse en la ducha y morir de que vaya a la cárcel por ese crimen.
In Asia del Sur, si esclavizas a un pobre, tendrás mayor riesgo de que te parta un rayo de que te envíen a la cárcel por ese crimen.
Y la epidemia de la violencia diaria continúa.
Y devasta nuestros esfuerzos de intentar ayudar a miles de millones de personas a salir de su infierno de 2 dólares al día.
Porque los datos simplemente no mienten.
Resulta que puedes dar todo tipo de bienes y servicios a los pobres, pero si no se controlan a los matones violentos de robárselo, uno estará muy decepcionado del impacto a largo plazo.
Así uno pensará que la desintegración de la aplicación básica de la ley en el mundo en desarrollo sería de alta prioridad para la lucha global contra la pobreza.
Pero no lo es.
Recientemente auditores de asistencia internacional no pudieron encontrar ni un 1 % de ayuda destinada a proteger a los pobres del caos sin ley de la violencia diaria.
Y sinceramente, cuando hablamos de violencia contra los pobres, a veces es de las formas más extrañas.
Una organización proveedora de agua limpia cuenta una historia de unas niñas que fueron violadas de camino a buscar agua, y entonces se celebra la solución de un nuevo pozo que acorta en gran parte su camino.
Fin de la historia.
Pero ni una palabra sobre el violador que todavía está por ahí en la comunidad.
Si una joven en uno de los campus universitarios fuera violada de camino a la biblioteca, nunca celebraríamos la solución de trasladar la biblioteca cerca de la residencia.
Y aún así, por alguna razón, esto está bien para la gente pobre.
Pero la verdad es que los expertos tradicionales en desarrollo económico y alivio de la pobreza, no saben cómo solucionar este problema.
¿Entonces qué ocurre? No hablan sobre ello.
Pero la razón fundamental de que la aplicación de la ley en el mundo en desarrollo esté tan abandonada, es porque la gente del mundo en desarrollo, con dinero, no la necesita.
Estuve en el Foro de Desarrollo Económico no hace mucho hablando con los directores de grandes negocios en el mundo en desarrollo y les pregunté, «¿Cómo protegen su gente y propiedades de toda la violencia?» Y se miraron unos a otros, y dijeron, prácticamente al unísono, «Lo compramos».
De hecho, las fuerzas de seguridad privada en el mundo en desarrollo es ahora, 4, 5 y 7 veces mayor que la fuerza de policía pública.
África es el mayor empleador del continente es la seguridad privada.
Como ven, los ricos pueden pagar por su seguridad y continuar haciéndose ricos, pero los pobres no pueden pagarla y se quedan completamente desprotegidos y siguen siendo arrojados al suelo.
Esta es una indignación masiva y escandalosa.
Y no tiene por qué ser así.
La aplicación defectuosa de la ley se puede solucionar.
La violencia puede parar.
Casi todos los sistemas de justicia criminal, comienzan deficientes y corruptos, pero pueden transformarse con gran esfuerzo y compromiso.
El paso adelante es realmente bastante claro.
Número 1: Tenemos que empezar a hacer parar la violencia, indispensable para luchar contra la pobreza.
De hecho, cualquier conversación de pobreza global que no incluya el problema de la violencia no debe tomarse en serio.
Y número 2.
tenemos que empezar a invertir recursos seriamente y compartir habilidades para apoyar el mundo en desarrollo como una moda nueva, de sistemas públicos de justicia, no seguridad privada, para dar a todos la oportunidad de estar a salvo.
Estas transformaciones son posibles realmente y están ocurriendo hoy.
Hace poco, la Fundación Gates inauguró un proyecto en la segunda ciudad más grande de Filipinas, en la que los abogados locales y la aplicación de la ley local pudieron transformar a la policía y los juzgados corruptos tan drásticamente que, en solo 4 años, fueron capaces de reducir considerablemente la violencia sexual comercial contra niños pobres en un 79 %.
Desde la retrospectiva de la historia, lo que siempre es más inexplicable e inexcusable son los simples fracasos de la compasión.
Porque creo que la historia convoca a un tribunal a nuestros nietos y nos preguntan, «Abuela, abuelo, ¿dónde estaban Uds.?».
¿Dónde estabas, abuelo, cuando los judíos huían de la Alemania nazi y eran rechazados en nuestras costas? ¿Dónde estabas? Y abuelo, ¿dónde estabas cuando llevaban a nuestros vecinos japoneses-americanos a los campos de concentración? Y abuelo, ¿dónde estabas cuando pegaban a nuestros vecinos afroamericanos solo porque intentaban registrarse para votar? Igualmente, cuando nuestros nietos nos pregunten, «Abuela, abuelo, ¿dónde estaban cuando 2 mil millones de los más pobres del mundo se ahogaban en un caos sin ley de violencia diaria?».
Espero que podamos decir que teníamos compasión, que levantamos nuestras voces, y que, como generación, nos movimos para parar la violencia.
Muchas gracias.
(Aplausos) Chris Anderson: Realmente muy bien argumentado.
Háblanos un poco sobre algunas de las cosas que han ocurrido con, por ejemplo, el impulso del entrenamiento policial.
¿Cómo de difícil es ese proceso? GH: Bueno, una de las cosas gloriosas que han comenzado a ocurrir ahora es el colapso de esos sistemas y las consecuencias se han vuelto obvias.
En realidad hay, ahora, voluntad política de hacerlo.
Pero requiere una inversión de recursos y transferencia de habilidades.
Hay una lucha de la voluntad política que también tendrá lugar, pero esas luchas se pueden ganar, porque tenemos ejemplos alrededor del mundo en la Misión de Justicia Internacional que son muy alentadores.
CA: Dinos en un país, cuánto cuesta hacer un cambio considerable en la policía, por ejemplo…
sé que esa es solo una parte de ello.
GH: En Guatemala, por ejemplo, hemos comenzado un proyecto allí con la policía local y el sistema de justicia, fiscales, para entrenarlos de manera que puedan llevar estos casos efectivamente.
Y hemos visto cómo las demandas en contra de autores de violencia sexual aumentaban en más de 1000 %.
Este proyecto ha sido modestamente financiado con 1 millón de dólares al año, y el tipo de efecto que puedes hacer con tu dinero en términos del aprovechamiento de un sistema de justicia penal que podría funcionar si estuviera entrenado y motivado y guiado, y estos países, especialmente la clase media que está viendo que no hay futuro con esta inestabilidad total y privatización total de la seguridad creo que hay una oportunidad, una ventana al cambio.
CA: Pero para que esto ocurra, hay que mirar a cada parte de la cadena…
la policía, ¿quién más? GH: Ese es el punto con la aplicación de la ley, comienza con la policía, son los que están al frente del conducto de la justicia, pero se lo pasan a los demandantes, y los demandantes a los juzgados, y los sobrevivientes de la violencia tienen que estar apoyados por servicios sociales todo el tiempo.
Por eso tienes que tener un enfoque que junte todo eso.
En el pasado, hubo un poco de entrenamiento en los juzgados, pero obtuvieron poca evidencia de la policía, o escasa intervención policial que tiene que atender narcóticos o terrorismo pero nada con tratar a pobres con excelentes leyes, así que se trata de juntar todo eso, y puedes tener gente en comunidades muy pobres viviendo la aplicación de la ley como nosotros, la cuál es imperfecta en nuestra experiencia, está claro, pero hombre, es muy importante saber que puedes llamar al 911 y quizá alguien te protegerá.
CA: Gary, un trabajo espectacular llamando a todos a poner atención a esto en tu libro y aquí hoy.
Muchas gracias.
Gary Haugen.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/gary_haugen_the_hidden_reason_for_poverty_the_world_needs_to_address_now/