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Charla «La resistencia de Standing Rock y nuestra lucha por los derechos indígenas» de TEDWomen 2017 en español.
Todavía invisibles y, a menudo, una idea de último momento, los pueblos indígenas se están uniendo para proteger el agua, las tierras y la historia del mundo, mientras tratan de recuperarse del genocidio y la desigualdad en curso. La abogada tribal y ciudadana de First Nation de Couchiching, Tara Houska, narra la historia de los intentos del gobierno y la industria por erradicar la legitimidad de los pueblos indígenas.
- Autor/a de la charla: Tara Houska
- Fecha de grabación: 2017-11-01
- Fecha de publicación: 2018-04-09
- Duración de «La resistencia de Standing Rock y nuestra lucha por los derechos indígenas»: 663 segundos
Traducción de «La resistencia de Standing Rock y nuestra lucha por los derechos indígenas» en español.
[Habla en Ojibwe Hola.
Mi nombre en inglés es Tara; mi nombre nativo es Zhaabowekwe.
Soy de la Primera Nación de Couchiching; mi clan es el oso Nací bajo la luna del Maple Sapping.] Mi nombre es Tara Houska, Soy del clan del oso de Couchiching First Nation, Nací bajo la luna de Maple Sapping en International Falls, Minnesota, y estoy feliz de estar aquí con todos Uds.
(Aplausos) El trauma de los pueblos indígenas se ha filtrado a través de generaciones.
Siglos de opresión, de aislamiento, de invisibilidad, han llevado a una comprensión confusa de quiénes somos hoy.
En 2017 enfrentamos esta mezcla de indios en tocados pasando por las llanuras, pero también el borracho sentado en un porche en algún lugar del que nunca has oído hablar, viviendo de limosnas del gobierno y dinero del casino.
(Suspira) Es realmente muy difícil.
Es muy, muy difícil estar en esta piel, estar aquí como producto de la supervivencia del genocidio.
Nos enfrentamos a este constante aluvión de desatender la narrativa aceptada.
El 87 % de las referencias en libros de texto para niños, sobre los nativos americanos son de antes del 1900.
Solo la mitad de los estados de EE.
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mencionan a más de una sola tribu, y solo cuatro estados mencionan la era del internado, la era que fue responsable de mi abuela y de sus hermanos y hermanas a quienes les quitaron su idioma y cultura a golpes.
Cuando uno no es considerado persona real, es mucho más fácil atropellar sus derechos.
Hace cuatro años, me mudé a Washington, DC.
Terminé la escuela y estuve allí para convertirme en abogada tribal y representar a las tribus en toda la nación y vi de inmediato por qué las imágenes racistas son importantes.
Me mudé allí durante la temporada de fútbol, de todos los tiempos.
Y así viví la cantidad diaria de cabezas indias y este insulto de «piel roja» en todas partes, mientras subía por la colina intentando crear un lobby para lograr financiar hospitales, escuelas, para servicios gubernamentales básicos, y para que me dijeran una y otra vez que los indios eran incapaces de manejar sus propios asuntos.
Cuando no eres visto como gente real, es mucho más fácil atropellar tus derechos.
Y en agosto pasado, salí a Standing Rock Sioux Reservation.
Vi la resistencia.
Estábamos de pie.
Hubo jóvenes que corrieron 3000 km desde Cannonball, Dakota del Norte todo el camino a Washington, DC, con un mensaje para el presidente Obama: «Por favor, intervenga.
Por favor, haga algo.
Ayúdenos».
Y salí, y escuché la llamada, y también lo hicieron miles de personas en todo el mundo.
¿Por qué esto sensibiliza a tanta gente? Los pueblos indígenas se ven afectados primero y peor por el cambio climático.
La industria de combustibles fósiles nos impacta primero y peor.
Aquí en Louisiana, existen los primeros refugiados de cambio climático en EE.
UU.
Ellos son nativos expulsados de sus tierras natales por el aumento del nivel del mar.
Esa es nuestra realidad, eso es lo que vivimos.
Y con estos proyectos viene una gran cantidad de costos humanos en que la gente no piensa: miles de trabajadores que influyen para construir estos oleoductos, y extraer de la tierra, trayendo crimen, tráfico sexual y la violencia con ellos.
Mujeres indígenas desaparecidas y asesinadas en Canadá se ha vuelto tan significativo que ha engendrado un movimiento y una investigación nacional.
Miles de mujeres nativas que han desaparecido, que han sido asesinadas.
Y aquí en EE.
UU.
ni siquiera se investiga eso.
En cambio, nos quedamos con un entendimiento que nuestro Tribunal Supremo, el Tribunal Supremo de EE.
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en 1978 nos despojó del derecho a enjuiciar a la misma velocidad como en cualquier otro lugar en EE.
UU.
Y, como persona no nativa, puede caminar hacia una reserva y violar a alguien y esa tribu no tiene el mismo nivel de capacidad fiscal como en cualquier otro lugar, y el gobierno federal declina estos casos en el 40 % de los casos.
Solía ser el 76 % de los casos.
Una de cada tres mujeres nativas es violada en su vida.
Una de tres, una de tres.
Pero en Standing Rock, se puede sentir la energía en el aire.
Se siente que la resistencia está surgiendo.
La gente estaba parada diciendo: «No más».
Basta ya.
Pondremos nuestros cuerpos frente a las máquinas para detener este proyecto.
Nuestras vidas importan.
Las vidas de nuestros hijos son importantes».
Y miles de aliados vinieron a apoyarnos de todo el mundo.
Fue increíble estar juntos, unidos como si fuéramos uno.
(Aplausos) En mi tiempo allí, vi a nativos siendo perseguidos a caballo por policías que les disparaban, la historia revelada ante mis ojos.
A mí misma me pusieron en una perrera cuando me arrestaron.
Pero una historia divertida, en realidad, al encerrarme en una perrera.
Así que estando en esta gran perrera con todas estas personas, con los policías allí comenzamos a aullar como perros.
¿Nos tratan como perros? Vamos a actuar como perros.
Pero esa es la capacidad de recuperación que tenemos.
Todas estas imágenes horribles reveladas ante nosotros, siendo una indígena expulsada de tierras nativas de nuevo en 2017.
Pero había mucha belleza.
En uno de los días que enfrentamos a una fila de cientos de policías empujándonos hacia atrás fuera de las tierras indígenas, estaban esos adolescentes a caballo por las llanuras.
Estaban arreando cientos de búfalos hacia nosotros, y estábamos gritando, diciendo, «Por favor, giren, por favor giren».
Y vimos el búfalo venir hacia nosotros, y, por un momento, todo se detuvo.
La policía se detuvo, nos detuvimos, y acabamos de ver este hermoso y sorprendente momento de recuerdo.
Y fuimos empoderados.
Estábamos tan empoderados.
Entrevisté a una mujer que, en un día, el 2 de septiembre, cuya Reserva Standing Rock Sioux había dicho a los tribunales —hay una demanda en curso ahora mismo— dijeron a los tribunales, «Aquí hay un sitio sagrado que está en el camino directo de la tubería».
El 3 de septiembre, al día siguiente, Dakota Access, LLC avanzó 40 km en su construcción, para destruir ese sitio.
Y al suceder esto, la gente en el campamento se apresuró a detener esto, y se encontraron con perros de ataque, personas, oficiales de seguridad privada, empuñando perros de ataque en 2016.
Pero entrevisté a una de las mujeres, a quien uno de estos perros había mordido en el pecho, y la ferocidad y fuerza de ella fue increíble, y ella está ahora en otro campo de resistencia, el mismo campo de resistencia del que soy parte, luchando contra el proyecto Línea 3, otro oleoducto en la tierra natal de mi pueblo, que extrae 900 000 barriles de arenas bituminosas por día en el nacimiento del Mississippi hasta la orilla del lago Superior y a través de todos los territorios del Tratado en el camino.
Pero esta mujer está afuera y todos estamos juntos, porque somos resilientes, somos feroces, y estamos enseñando a la gente a reconectarse con la tierra, recordando de dónde venimos.
Gran parte de la sociedad lo ha olvidado.
(Aplausos) Esa comida que comes viene de algún lado.
El agua del grifo que bebes viene de algún lado.
Estamos tratando de recordar, enseñar, porque lo sabemos, todavía lo recordamos.
Está en nuestras plantas, en nuestras medicinas, en nuestras vidas, Todos los días.
Traje esto para mostrar.
(Cascabeleo) Esto es supervivencia cultural.
Esto es de una época en que era ilegal practicar las culturas indígenas en EE.
UU.
Esta era la supervivencia cultural escondida a plena vista.
Este era un sonajero de bebé.
Eso es lo que dijeron a los agentes indios cuando llegaron.
Era un sonajero de bebé.
Y es increíble lo que se puede hacer cuando nos levantamos juntos.
Es increíble, el poder que tenemos cuando nos unimos, resistencia humana, personas que tienen este poder, algunas de las personas más oprimidas que puedas imaginar le cuesta a esta compañía cientos de millones de dólares, y nuestros esfuerzos de desinversión se centran en los bancos tras esos proyectos, que cuestan miles de millones de dólares.
Cinco mil millones de dólares que les hemos costado hasta ahora, pasando el rato con los bancos.
(Aplausos) ¿Y qué se puedes hacer? ¿Cómo puedes ayudar? ¿Cómo cambiar la historia para personas extremadamente oprimidas y olvidadas? La educación es fundamental.
La educación da forma a nuestros hijos.
Da forma a la forma cómo enseñamos.
Da forma a la forma como aprendemos.
En el estado de Washington, han hecho la enseñanza de tratados y personas nativas modernas obligatorio en el plan de estudios de la escuela.
Eso es un cambio de sistema.
(Aplausos) Cuando sus funcionarios electos se apropian de sus presupuestos, pregúnteles: ¿Están cumpliendo las obligaciones del tratado? Los tratados se han roto desde el día en que se firmaron.
¿Cumple con esos requisitos? Eso cambiaría nuestras vidas, si los tratados se respetarán de verdad.
Esos documentos fueron firmados.
De alguna manera, vivimos en este mundo donde en 2017 la Constitución de EE.
UU.
se mantiene como la ley suprema de la tierra.
Pero cuando hablo de los derechos de los tratados, estoy loca.
Eso es una locura Los tratados son la ley suprema de la tierra, y eso cambiaría tanto, si realmente preguntara a sus representantes que se apropiaran de esos presupuestos.
y sacaran su dinero de los bancos.
Eso es enorme.
Se marca una gran diferencia.
Únanse a nosotros, empaticen, aprendan, crezcan, cambien la historia.
El 40 % de los nativos tienen menos de 24 años.
Somos el grupo demográfico de más rápido crecimiento en EE.
UU.
Somos médicos, somos abogados, somos profesores, somos científicos, somos ingenieros.
Somos curanderos, somos curanderas, somos bailarines de sol, somos portadores de pipas, somos hablantes de la lengua tradicional.
Y todavía estamos aquí.
Miigwech.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/tara_houska_the_standing_rock_resistance_and_our_fight_for_indigenous_rights/