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La valiente y peligrosa carrera por conquistar el Polo Sur – Elizabeth Leane – Charla TED-Ed

Charla «La valiente y peligrosa carrera por conquistar el Polo Sur – Elizabeth Leane» de TED-Ed en español.

Mira la lección completa en https://ed.ted.com/lessons/the-dangerous-and-daring-race-for-the-south-pole-elizabeth-leane

A principios del siglo XX, casi todas las regiones del mundo ya habían sido visitadas y mapeadas. Solamente restaban dos lugares clave: el Polo Norte y el Polo Sur. Después de que dos estadounidenses se adjudicaran la conquista del Polo Norte, un explorador noruego y un oficial británico de marina partieron separadamente hacia la última región restante por explorar, en lo que los periódicos denominaron «la carrera al Polo». Elizabeth Leane nos cuenta cómo fueron estas travesías hacia el sur.

Lección de Elizabeth Leane, dirigida por WOW-HOW Studio.

  • Autor/a de la charla: Elizabeth Leane
  • Fecha de grabación: 2018-12-10
  • Fecha de publicación: 2018-12-10
  • Duración de «La valiente y peligrosa carrera por conquistar el Polo Sur – Elizabeth Leane»: 270 segundos

 

Traducción de «La valiente y peligrosa carrera por conquistar el Polo Sur – Elizabeth Leane» en español.

Roald Amundsen dedicó casi dos años a prepararse para su exploración ártica.

Consiguió fondos de la Corona noruega y seleccionó personalmente a su tripulación.

Incluso recibió la bendición del famoso explorador Fridtjof Nansen, así como su buque, Fram, construido especialmente para resistir el hielo.

Al momento de partir, hizo un último anuncio a los miembros de su tripulación: partirían en la dirección opuesta.

A principios del siglo XX, casi todas las regiones del mundo ya habían sido visitadas y mapeadas.

Solamente restaban dos lugares clave: el Polo Norte, ubicado en las profundas y gélidas aguas del Ártico; y el Polo Sur, ubicado en el continente helado recientemente descubierto, en el vasto océano Antártico.

Puesto que era un explorador veterano, Amundsen siempre había soñado con llegar al Polo Norte.

Pero en 1909, cuando se preparaba para el viaje, escuchó la noticia de que los exploradores estadounidenses Frederick Cook y Robert Peary afirmaban, por separado, haber llegado al Polo Norte.

En vez de abandonar la empresa, Amundsen decidió alterar el curso hacia lo que denominó «el último gran problema».

Pero los tripulantes de Amundsen no eran los únicos que desconocían estos planes.

El oficial británico de marina Robert F.

Scott ya había visitado la región antártica y estaba a cargo de su propia exploración al Polo Sur.

Cuando Scott llegó a Melbourne en 1910 a bordo del Terra Nova, fue recibido con la noticia de que Amundsen también se dirigía al sur.

Scott se vio involuntariamente enfrentado al noruego en lo que los periódicos denominaron «la carrera al Polo».

Si fue una carrera, fue bastante extraña.

Las expediciones partieron de diferentes lugares y en diferentes momentos, y tenían planes muy distintos para el viaje.

A Amundsen le interesaba únicamente llegar al Polo.

Gracias a sus expediciones árticas, contaba con la experiencia de esquimales y noruegos, y llegó a destino con un equipo de pocos hombres y más de cien perros.

Sus exploradores vestían pieles de foca, y llevaban esquís y botas especiales.

Pero la gesta de Scott era más complicada.

Scott pretendía realizar una profunda expedición científica, por lo que viajó con el triple de hombres que Amundsen, junto con más de 30 perros, 19 ponis siberianos y tres modernos trineos a motor.

Pero este peso adicional ralentizó el barco, que debió enfrentarse a las tormentas del océano Antártico.

Y, cuando finalmente llegaron, descubrieron que sus ponis y trineos no servían en estas temperaturas extremas.

En la primavera de 1911, una vez terminada la larga noche polar, las dos expediciones comenzaron su travesía al sur.

El equipo de Scott cruzó el glaciar Beadmore, por la ruta que siguió Ernest Shackleton en su anterior intento de llegar al Polo.

Pero si bien esta ruta estaba documentada, resultó ser lenta y ardua.

Mientras tanto, a pesar de un primer inicio frustrado, el equipo de 5 hombres de Amundsen ahorró tiempo cruzando una ruta inexplorada, por las mismas montañas Transantárticas.

Se mantuvieron a la delantera del equipo de Scott y, el 14 de diciembre, fueron los primeros en llegar a su desolado destino.

Para evitar las dudas que surgieron con la supuesta llegada de Cook y Peary al Polo Norte, el equipo de Amundsen ideó una grilla del área para asegurarse de incluir la ubicación del Polo.

Junto a banderas y una carpa de referencia, dejaron también una carta para Scott, que no sería encontrada sino un mes más tarde.

Pero cuando el equipo de Scott finalmente llegó al Polo, haber perdido la carrera fue el menor de sus problemas.

Mientras regresaban al campamento, dos de los cinco hombres murieron por congelamiento, hambre y cansancio.

Los exploradores restantes esperaban que el equipo en el campamento enviara un grupo de rescate.

Pero debido a varios contratiempos, malos cálculos y comunicaciones deficientes, el grupo de rescate nunca llegó.

Sus restos, junto con el diario de Scott, serían encontrados recién en la primavera.

Actualmente, científicos de varios países viven y trabajan en estaciones de investigación en la Antártida.

Pero las travesías de estos primeros exploradores aún se recuerdan.

A pesar de sus destinos divergentes, se encuentran para siempre juntos en los registros históricos, y en los nombres de las bases de investigación del Polo Sur.

https://www.ted.com/talks/elizabeth_leane_the_dangerous_race_for_the_south_pole/

 

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