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Las estadísticas detrás del sexismo de Hollywood – Charla TEDWomen 2016

Charla «Las estadísticas detrás del sexismo de Hollywood» de TEDWomen 2016 en español.

¿Dónde están todas las mujeres y niñas en los filmes? La científica social Stacy Smith analiza cómo los medios de comunicación infrarrepresentan y retratan a las mujeres, y los efectos potencialmente destructivos que esto tiene en los espectadores. Ella comparte información fidedigna sobre prejuicios sexistas en Hollywood, donde los actores varones en pantalla superan en número a las mujeres por tres a uno (y la proporción es aún peor para los trabajadores detrás de cámaras).

  • Autor/a de la charla: Stacy Smith
  • Fecha de grabación: 2016-10-26
  • Fecha de publicación: 2017-02-24
  • Duración de «Las estadísticas detrás del sexismo de Hollywood»: 944 segundos

 

Traducción de «Las estadísticas detrás del sexismo de Hollywood» en español.

Hoy quiero hablarles de un problema social urgente.

No es sobre armas nucleares, no es sobre inmigración y tampoco sobre malaria.

Estoy aquí para hablarles de películas.

Con toda seriedad, las películas son muy importantes.

Nos entretienen incontrolablemente, y nos transportan a través de sus narrativas.

La narrativa es importante.

Las historias nos dicen lo que las sociedades valoran, nos ofrecen lecciones y comparten y preservan nuestra historia.

Las historias son asombrosas.

Pero estas no les dan a todos la misma oportunidad de aparecer en ellas, en particular, no en las historias categorizadas en la forma de películas estadounidenses.

En las películas, curiosamente, las mujeres aún son suprimidas y marginalizadas en muchas de nuestras historias.

Aprendí esto por primera vez hace unos 10 años cuando hice mi primer estudio sobre rol de género en filmes para todas las edades.

Desde entonces, he realizado más de 30 investigaciones.

Mi equipo está cansado.

Y he dedicado mi vida como investigadora y activista a luchar contra la crisis de inclusión en Hollywood.

Hoy me gustaría hablarles de dicha crisis.

Quiero hablar sobre la inequidad de género en filmes.

Quiero hablarles de cómo es perpetuada, y luego les diré cómo podemos solucionarla.

Una advertencia antes de empezar: mis estadísticas son verdaderamente deprimentes.

Quiero disculparme por adelantado, porque los voy a poner de un verdadero mal humor.

Pero al final se los mejoraré, y les voy a presentar un lado positivo para arreglar este desastre en que hemos estado por mucho, mucho tiempo.

Comencemos por la gravedad de la situación.

Cada año, mi equipo de investigación examina los 100 filmes con más recaudación en los EE.

UU.

Miramos cada personaje que habla o es nombrado en pantalla.

Para ser contabilizado en alguna de mis investigaciones, el personaje solo debe decir una palabra.

No se pide mucho.


(Risas)
Hasta el momento, hemos visto 800 películas, desde el 2007 hasta el 2015, catalogando a cada personaje parlante por su género, raza, etnicidad, LGBT y personajes con alguna discapacidad.

Veamos algunas tendencias problemáticas.

Primero, las mujeres aún están notoriamente ausentes en pantalla.

En 800 películas y 32 205 personajes parlantes menos de un tercio de todos los roles son de niñas y mujeres.

¡Menos de un tercio! No ha habido cambio desde el 2007 hasta el 2015, y si comparan nuestros resultados con una pequeña porción de filmes de 1946 a 1955, no ha habido cambio en más de medio siglo.

¡Más de medio siglo! Y somos la mitad de la población.

Si analizamos esta información de manera interseccional, cuyo enfoque ha sido el de hoy, el panorama se vuelve aún más problemático.

En los 100 filmes principales del año pasado, en 48 no figuraba ningún personaje parlante negro o afroamericano, ni uno.

En 70 filmes no había personajes asiáticos ni asiático-americanos que fuesen niñas o mujeres.

Ninguna.

En 84 filmes no había ninguna mujer con discapacidad.

Y 93 no tenían a ninguna lesbiana, bisexual o transgénero.

Esto no es infrarrepresentación.

Es supresión, y llamo a esto la epidemia de la invisibilidad.

Si hablamos de predominancia a protagonismo, la historia es aún problemática.

De cien filmes del año pasado, en solo 32 aparecían protagonistas mujeres o coprotagonistas.

Solo tres de cien filmes mostraban a una mujer protagonista infrarrepresentada, y solo una mujer de 45 o más años en el momento del estreno.

Ahora veamos la representación.

Aunados a los números que acaban de ver, las mujeres son más sexualizadas en los filmes que sus contrapartes masculinos.

De hecho, es tres veces más probable que se muestren con ropa sexualmente reveladora, parcialmente desnudas, y es mucho más probable que sean delgadas.

Algunas veces, en la animación, las mujeres son tan delgadas que el tamaño de su cintura se aproxima a la de su brazo.


(Risas)
Nos gusta decir que estas chicas no tienen espacio para un útero u otro órgano interno.


(Risas)
Dejando de lado las bromas, la teoría sugiere, la investigación confirma, exponer a ideales de delgadez y contenido cosificante puede conducir a insatisfacción corporal, internalización de ese ideal y autocosificación entre las espectadoras femeninas.

Obviamente, lo que vemos en pantalla y lo que vemos en el mundo, no coincide.

¡No coincide! De hecho, si viviéramos en el mundo de la pantalla, enfrentaríamos una crisis en la población.

Tan pronto como reconocí estos patrones, quise averiguar por qué, y resulta que hay dos causantes de desigualdad en la pantalla: el género del creador del contenido, e ideas erróneas de la audiencia.

Analicémoslas rápidamente.

Si quieren cambiar alguno de los patrones que mencioné, todo lo que deben hacer es contratar a directoras.

Resulta que las directoras, se relacionan, en cortometrajes y filmes indie, con más niñas y mujeres en pantalla, con más mujeres como centro de atención, con más historias con mujeres de 40 o más años, lo cual creo que son buenas noticias para Uds.

Más infrarrepresentación…


(Risas)
Lo siento.


(Risas)
Lo siento pero no lo siento.

Más personajes infrarrepresentados en cuestión de raza y etnicidad, y lo que es más importante, más mujeres trabajando detrás de cámaras en papeles importantes de producción.

Solución fácil a los problemas de los cuales hablamos.

¿O no?

De hecho, no.

800 filmes, 2007-2015, 886 directores.

Solo 4,1 por ciento son mujeres.

Solo tres son afro-americanas o de color, y solo una era asiática.

¿Por qué es tan difícil tener mujeres directoras si son parte de la solución?

Para responder a esta pregunta, realizamos un estudio.

Entrevistamos docenas de personas en la industria y les preguntamos sobre directores.

Resulta que, tanto hombres como mujeres ejecutivas, cuando piensan en un director, piensan en un varón.

Perciben los rasgos de liderazgo como masculinos por naturaleza.

Cuando van a contratar a un director para comandar una tripulación, liderar un barco, ser un visionario o ser el General Patton, todas cosas que escuchamos…

sus pensamientos e ideales apuntan a un varón.

La percepción del director o del líder es inconsistente con la percepción de una mujer.

Los roles son incongruentes, lo que es consistente con mucha investigación psicológica.

El segundo factor que contribuye a la inequidad en la pantalla son las percepciones erróneas de la audiencia.

No necesito decírselo: 50 % de la gente que va a la taquilla y compra boletos son niñas y mujeres en este país.

¿Cierto?

Pero no se les percibe como una audiencia lucrativa.

Es más, hay percepciones erróneas acerca de si las mujeres pueden hacer un film.

Hacer un film significa que si pones a una mujer protagonista, no tendrás la misma rentabilidad que si pones a un varón como protagonista.

Esta percepción errónea es costosa.

¿Cierto?

Especialmente en el auge de las franquicias como «Los juegos del hambre», «Notas perfectas» o ese pequeño film indie, «Star Wars: El despertar de la fuerza».

Nuestro análisis económico muestra que el género del protagonista no se relaciona con el éxito económico en EE.

UU.

¿Entonces, qué es?

Son los costos de producción únicamente o en conjunto con cuán amplia es la distribución de un film.

No es el género del protagonista.

En este punto, deberíamos estar lo suficientemente deprimidos.

Sin cambios en 50 años, pocas directoras trabajando detrás de cámaras y la industria del entretenimiento no confía en nosotros como audiencia.

Les dije que habría un lado positivo, y lo hay.

Hay soluciones simples y tangibles para arreglar este problema que involucra a creadores de contenido, ejecutivos y consumidores como individuos en esta audiencia.

Hablemos de unos cuantos.

La primera es lo que llamo «agrega cinco».

¿Sabían que si nos fijamos en los próximos 100 filmes principales y les agregamos cinco personajes parlantes femeninos en pantalla a cada uno de esos filmes, se crearía una nueva norma?

Si hiciéramos esto por tres años consecutivos, estaríamos en paridad de género por primera vez en más de medio siglo.

Este enfoque es ventajoso por varias razones.

Una, no le quita empleos a actores masculinos.

El Cielo lo impida.


(Risas)
Dos, es rentable.

No cuesta tanto.

Tres, canaliza talentos.

Y cuatro, humaniza el proceso de producción.

¿Por qué?

Porque asegura que haya una mujer en el escenario.

La segunda solución es la lista de mejores talentos.

Los mejores talentos, como sabemos, pueden hacer peticiones en su contrato, en especial los que trabajan para grandes filmes en Hollywood.

¿Qué pasaría si todos esos talentos simplemente agregaran una cláusula de equidad o de inclusión en sus contratos?

¿Qué significa eso?

Probablemente no lo sepan pero el film típico tiene alrededor de 40 a 45 personajes parlantes.

Argumentaría que solo de 8 a 10 de esos personajes son realmente relevantes en la historia.

Excepto quizá los «Avengers».

¿Cierto?

Unos cuantos más en «Avengers».

Los 30 restantes, no hay razón para que esos papeles menores no coincidan o reflejen la demografía del lugar donde la historia ocurre.

Una cláusula de equidad de un famoso en su contrato puede estipular que esos papeles reflejen el mundo en el que en realidad vivimos.

No hay razón para que una cadena, un estudio o una compañía de producción no pueda adoptar el mismo lenguaje contractual en sus procesos de negociación.

La tercera solución: sería que la industria del entretenimiento, en particular Hollywood, adoptara la regla Rooney en prácticas de contratación respecto a los directores.

En la NFL, la regla Rooney estipula que si un equipo quiere contratar un entrenador fuera de la organización, deben entrevistar a un candidato infrarrepresentado.

Ese mismo principio puede aplicarse a los filmes de Hollywood.

¿Cómo?

En los filmes más importantes, los ejecutivos y agentes pueden asegurarse de que mujeres y gente de color estén en la lista de consideración, y sean entrevistados para el trabajo.

Uno podría decir,

¿por qué es importante?

Porque da a conocer a los ejecutivos a mujeres directoras quienes de otra manera son presa de prácticas excluyentes de contratación.

La cuarta solución es para consumidores como Uds.

y yo.

Si queremos ver más filmes por, para y acerca de mujeres, tenemos que apoyarlas.

Quizá eso signifique ir a cines independientes en lugar de los múltiplex.

O quizá signifique buscar un poco más en línea para encontrar un film de una directora.

O quizá escribir un cheque para financiar un film, de una directora de un contexto infrarrepresentado.

¿Cierto?

Necesitamos escribir, llamar y enviar correos a compañías que hacen y distribuyen filmes, y necesitamos postearlo en nuestras redes sociales si queremos ver representación inclusiva, mujeres en la pantalla, y, sobre todo, mujeres detrás de cámaras.

Necesitamos hacer que nuestras voces y nuestro dinero cuenten.

Tenemos la habilidad de cambiar el mundo en esto.

Los EE.

UU.

y su contenido, de filmes en particular, han cautivado la imaginación de audiencias en todo el mundo.

En todo el mundo.

Eso significa que la industria del cine tiene acceso sin precedentes para distribuir historias sobre equidad alrededor del mundo.

Imaginen lo que pasaría si la industria del cine alineara sus valores con lo que muestra en la pantalla.

Podría albergar la inclusión y aceptación de niñas y mujeres, gente de color, la comunidad LGBT personas con discapacidades y muchas otras alrededor del mundo.

La industria del cine solo tiene que activar su arma secreta, o sea, su narrativa.

Al inicio de esta charla, les dije que los filmes pueden transportarnos, pero me gustaría afirmar que los filmes nos pueden transformar.

Ninguno de nosotros aquí ha desarrollado o experimentado una historia con personajes femeninos bien desarrollados, ninguno de nosotros, porque los números no han cambiado.

¿Qué pasaría si la siguiente generación de audiencias creciera con una realidad completamente distinta en pantalla?

¿Qué pasaría?

Estoy aquí para decirles que no solo es posible cambiar lo que vemos en pantalla sino que estoy impaciente de que lo consigamos.

Acordemos, entonces, tomar acción hoy para erradicar la epidemia de la invisibilidad.

Y acordemos tomar acción hoy para aceptar que las audiencias de EE.

UU.

y del mundo exigen y merecen más.

Y acordemos hoy que la siguiente generación de espectadores y audiencias, merecen ver las historias que nosotros nunca tuvimos oportunidad de ver.

Gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/stacy_smith_the_data_behind_hollywood_s_sexism/

 

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