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Las tres preguntas que deberíamos hacer sobre armas nucleares – Charla TEDxMidAtlantic

Charla «Las tres preguntas que deberíamos hacer sobre armas nucleares» de TEDxMidAtlantic en español.

Actualmente hay más de 10 000 armas nucleares en el mundo, cada una de ellas capaz de causar una gran destrucción. ¿Por qué no se habla de esto a nivel de otras amenazas importantes? En esta charla, la experta en seguridad nuclear, Emma Belcher, formula tres preguntas que podemos hacerles a nuestros representantes electos para tener un mejor entendimiento sobre las armas nucleares y las medidas que necesitamos para estar a salvo.

  • Autor/a de la charla: Emma Belcher
  • Fecha de grabación: 2019-03-29
  • Fecha de publicación: 2019-11-19
  • Duración de «Las tres preguntas que deberíamos hacer sobre armas nucleares»: 782 segundos

 

Traducción de «Las tres preguntas que deberíamos hacer sobre armas nucleares» en español.

¿Qué hacen cuando se retuercen de dolor y piensan: «

¿será el apéndice, o quizás algo que he comido?

» Cuando me ocurre, llamo a mi amiga Sasha.

Sasha es médica y le digo: «

¿Debería ir corriendo al hospital más cercano, en pánico?

¿O me relajo y espero a que pase?

» Sí, soy esa amiga insufrible.

Pero en septiembre de 2017, unos amigos comenzaron a llamarme para pedir mi opinión.

Y no, no soy médica, pero eran cuestiones de vida o muerte.

¿Qué ocurría en septiembre de 2017?

Súbitamente, Corea del Norte estaba en todas las noticias.

Kim Jong-un había probado misiles que, potencialmente, podrían alcanzar las grandes ciudades en EE.UU.

y el presidente Trump respondió con tuits de «fuego y furia».

Y había preocupación por si la tensión iba a más y la cosa terminaba en guerra o incluso con armas nucleares.

Así que mis amigos llamaban para preguntarme:

¿Debería estar aterrorizado o está bien que me relaje?

Pero, en realidad, su pregunta era una cuestión básica: «

¿Estoy a salvo?

» Mientras les aseguraba que no había de qué preocuparse, todavía, me di cuenta de la ironía de su pregunta.

Y es que no se habían detenido a pensar en que todos hemos estado viviendo bajo una enorme nube durante décadas, posiblemente con forma de hongo, sin darle demasiadas vueltas.

Ahora, no me sorprende que mis amigos, y muchos como ellos, no sepan nada sobre armas nucleares y no piensen en ellas.

Después de todo, tras la Guerra Fría, al final de la tensión entre Estados Unidos y Rusia, empezamos a desarmar las armas nucleares y pronto se convirtieron en reliquias del pasado.

Por generaciones no vivimos con el fantasma de una guerra nuclear sobre nuestras cabezas.

Y hay más razones por las que la gente no quiere pensar en armas nucleares.

Es escalofriante, abrumador.

Lo entiendo.

A veces desearía haber escogido un campo de estudio más alegre.


(Risas)
Quizás el Derecho Tributario habría sido más divertido.


(Risas)
Pero además de eso, la gente tiene demasiadas cosas en qué pensar y seguro prefieren pensar en algo sobre lo que sienten que tienen algo de control.

Suponen que otras personas más inteligentes en este tema, trabajan sin parar para mantenernos a salvo.

Luego, hay más razones por las que la gente no toca el tema, y una es porque nosotros, los expertos nucleares, usamos una jerga y terminología complicada para hablar sobre estos asuntos: CVID, ICBM, JCPOA.

Realmente es inaccesible para muchos.

En realidad, creo que a veces de verdad nos insensibiliza a lo que realmente se está diciendo.

Y aquí estamos hablando del hecho de que aunque hayamos reducido drásticamente la cantidad de armas nucleares desde la Guerra Fría, en este momento hay casi 15 000 en el mundo.

¡15 000! Estados Unidos y Rusia tienen más del 90 % de estas armas.

Si se lo están preguntando, estos son los países que tienen el resto.

Aunque tienen muchas menos…

un rango de 300 o menos.

Sumado a esto está el hecho de que tenemos nuevas tecnologías que posiblemente serán un desafío.

¿Se imaginan que, algún día, países como este y otros le puedan ceder la decisión de un ataque nuclear a un robot con base en algoritmos?

¿Qué datos usarán para informar sobre esos algoritmos?

Es bastante aterrador.

A esto súmenle el posible terrorismo, ataques cibernéticos, errores de cálculo, malentendidos.

La lista de pesadillas nucleares tiende a crecer cada día.

Hay varios expolíticos, al igual que expertos, que alertan que, ahora mismo, estamos bajo más peligro que en varios momentos de la Guerra Fría.

Esto da miedo.

¿Qué podemos hacer?

Bueno, por suerte, [«Agáchate y cúbrete»] no tenemos que depender del manual de los 50’s.


(Risas)
Podemos tomar el control y la manera de lograrlo es comenzar a hacernos algunas preguntas fundamentales sobre el statu quo y si estamos felices con la manera en que funciona.

Tenemos que preguntarnos cosas sobre nosotros mismos y las autoridades que elegimos.

Hoy les voy a exponer tres de estas.

La primera es: «

¿Cuánto riesgo nuclear estás dispuesto a tomar o tolerar?

Justo ahora, la política nuclear depende de la teoría de la disuasión.

Desarrollada en los años 50, la idea es que las armas nucleares de un país detienen a otro de usar las suyas.

Entonces, si tú me atacas, yo te ataco, y ambos perdemos.

De cierta manera, hay un punto muerto; nadie usa sus armas y todos estamos a salvo.

Pero esta teoría tiene objeciones.

Hay expertos que desafían esta teoría.

Se preguntan: «

¿de verdad funcionará así en la práctica?

Ciertamente no pueden haber confusiones o errores de cálculo.

Ahora, no sé si Uds., pero me pone bien incómoda apostar el futuro de mi seguridad, el suyo, y de nuestras generaciones futuras con una teoría cuestionable y que no admite errores.

Me pone aún más incómoda que se amenace con la evaporación de millones de personas al otro lado del mundo.

Seguramente podemos ser mejores que eso; que excusarnos en nuestra incapacidad de resolver problemas complejos, como lo hicimos en el pasado.

Después de todo, esto lo generó el hombre, el ser humano, No debería decir ‘hombre’, también habían mujeres involucradas; un problema creado por el ser humano.

Podríamos usar soluciones humanas.

Bien, siguiente pregunta: «

¿Quién debería tomar estas decisiones?

» Ahora mismo, en esta democracia, en Estados Unidos, una persona es la que decide si lanzar o no un ataque atómico.

No tiene que consultarlo con nadie.

Es el presidente.

Él o ella puede decidir en un tiempo muy limitado, probablemente bajo mucha presión, dependiendo del escenario, quizás con base en un error de cálculo o de información, puede decidir el destino de millones de vidas: la de Uds., la mía, la de nuestra comunidad.

Lo deciden y lanzan un ataque, posiblemente poniendo en marcha la aniquilación de la raza humana.

Vaya.

No tiene que ser nuestra realidad y, de hecho, en otros países que tienen armas nucleares no es así, incluso en países donde no hay una democracia.

Nosotros creamos este sistema.

Podemos cambiarlo.

De hecho, ya hay un movimiento en marcha para lograrlo.

Esto me lleva a la tercera pregunta: «

¿Qué conocen los altos cargos sobre armas nucleares y qué tipo de decisiones podrían llegar a tomar en beneficio de Uds.?

Bueno, el Congreso tiene un papel muy importante en la supervisión y cuestionamiento de la política de armas nucleares en EE.UU.

Puede decidir qué financiar o no, y es quien nos representa.

Desafortunadamente, desde el fin de la Guerra Fría, se ha visto un declive en el nivel de entendimiento en el Capitolio, sobre este problema.

Mientras emergen increíbles defensores de esta causa, la realidad es que la falta de conciencia general es muy preocupante.

Estas personas tienen que tomar decisiones de importancia crítica.

Para empeorar las cosas, el partidismo actual en Washington es otro factor en este problema.

Ese no fue siempre el caso.

Al final de la Guerra Fría, los miembros de ambos bandos comprendían los desafíos nucleares que estábamos enfrentando y trabajaron juntos en programas de cooperación.

Reconocieron que la reducción del riesgo nuclear era demasiado importante para que la afectara el partidismo.

Crearon programas como el programa de reducción cooperativa de amenazas Nuun-Lugar, que buscaba bloquear y eliminar material nuclear vulnerable en la Unión Soviética.

Entonces, necesitamos volver a esa era de bipartidismo, de resolución de problemas mutua basada en entender y ser conscientes de los desafíos que enfrentamos y los riesgos nucleares reales.

Aquí es donde Uds.

entran.

La presión pública es importante.

Los líderes necesitan de una base constitutiva para actuar.

Así que creen esa base constituyente haciéndoles unas preguntas simples.

Pregúntenles:

¿»Cuánto sabes de armas nucleares?

»

¿Hay un experto nuclear en tu equipo?

Si no,

¿tienes alguna referencia a la que puedan acudir si necesitas tomar una decisión importante?

» Descubran lo que creen y si concuerda con sus propios puntos de vista y valores.

Pregúntenles: «

¿En qué usarías el presupuesto público de EE.UU.?

»

¿En una nueva carrera armamentista u otra prioridad de seguridad nacional como la ciberseguridad o el cambio climático?

» Pregúntenles: «

¿Estás dispuesto a dejar el partidismo para abordar esta amenaza existencial que amenaza con mi supervivencia y la de tus electores?

» La gente les va a decir que es muy difícil entender la política nuclear, que es muy compleja y tiene muchos matices que el público general no comprende, sin contar el debate.

Después de todo, es «seguridad nacional».

Tiene que haber secretos.

No dejen que eso los desanime.

Se debate todo tipo de problemas de importancia crítica en nuestras vidas.

¿Por qué tendría que ser distinto con las armas nucleares?

Debatimos sobre salud, educación, medioambiente.

Seguramente la supervisión del Congreso, la participación ciudadana que caracteriza la democracia de EE.UU., también aplica.

Después de todo, estamos hablando de casos de vida o muerte.

No todos estaremos de acuerdo, pero ya sea que crean o no que las armas nucleares nos protegen o que estas son una obligación, insisto a que dejen de lado ideologías o partidos y que se escuchen los unos a los otros.

Les diré lo que no me atreví a decirle a mis amigos en ese momento: «No, no estás a salvo», no solo por Corea del Norte.

Pero hay algo que pueden hacer.

Exíjanles a sus representantes respuestas a sus preguntas, que sean respuestas con las que puedan vivir, y con las que muchos otros puedan vivir también.

Y si no pueden, presiónenlos hasta que puedan.

Y si eso no funciona, encuentren a otros que representen sus opiniones, porque así podemos cambiar la respuesta a la pregunta «

¿Estoy a salvo?

»
(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/emma_belcher_3_questions_we_should_ask_about_nuclear_weapons/

 

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