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Charla «Laura Snyder: El Club del Desayuno Filosófico» de TEDGlobal 2012 en español.
En 1812, cuatro amigos se reunían para el desayuno en la Universidad de Cambridge. Lo que comenzó con discusiones apasionadas se convirtió en una nueva revolución científica, en el que ellos – que se hacían llamar «filósofos naturales», hasta que más tarde acuñaron el término «científico» – introdujeron cuatro grandes principios de la investigación científica. La historiadora y filósofa Laura Snyder cuenta su fascinante historia.
- Autor/a de la charla: Laura Snyder
- Fecha de grabación: 2012-06-19
- Fecha de publicación: 2013-04-12
- Duración de «Laura Snyder: El Club del Desayuno Filosófico»: 754 segundos
Traducción de «Laura Snyder: El Club del Desayuno Filosófico» en español.
Me gustaría que me acompañaran por un instante al siglo XIX Específicamente al 24 de junio de 1833.
La Asociación Británica para el Avance de la Ciencia lleva a cabo su tercera reunión en la Universidad de Cambridge Es la primera noche de la reunión.
y una confrontación está a punto de acontecer que cambiará la ciencia para siempre.
Un hombre mayor, de pelo blanco, se pone de pie.
Los miembros de la Asociación se sorprenden al darse cuenta que se trata del poeta Samuel Taylor Coleridge, que ni siquiera había salido de su casa durante años hasta ese día.
Se sorprenden aún más por lo que dice: «Deben dejar de auto-proclamarse filósofos naturales» Coleridge sentía que los verdaderos filósofos, como él, reflexionaban sobre el cosmos desde sus sillones.
No estaban curioseando entre pilas de fósiles o realizando experimentos confusos con pilas eléctricas como los miembros de la Asociación Británica.
La gente se enfureció y comenzó a quejarse en voz alta.
Un joven erudito de Cambridge llamado William Whewell se puso de pie y calmó a la audiencia.
Cortésmente acordó que no existía un nombre apropiado para los miembros de la asociación.
Si «filósofos» es una palabra demasiado amplia y elevada -él dijo-, «entones, haciendo una analogía con la palabra ‘artista’, podemos usar «científicos».
Esta fue la primera vez que la palabra científico era pronunciada en público, hace tan solo 179 años.
Me enteré de esta confrontación cuando estaba en la escuela de posgrado y me dejó impresionada.
Quiero decir, ¿cómo es que la palabra científico no existió hasta el año 1833? ¿Cómo se les llamaba antes a los científicos? ¿Qué había cambiado para crear un nuevo nombre precisamente en ese momento? Antes de esta reunión, los que estudiaban el mundo natural eran aficionados con talento.
Piensen en un clérigo rural o un escudero, coleccionando sus escarabajos o fósiles, como por ejemplo, Charles Darwin, o el empleado de un noble, como Joseph Priestley, quien era el compañero literario del Marqués de Lansdowne, cuando descubrió el oxígeno.
Después de esto, fueron cientificos, profesionales con un método científico particular, ideales, sociedades y financiamiento.
Gran parte de esta revolución se le puede atribuir a cuatro hombres que se reunieron en la Universidad de Cambridge en 1812: Charles Babbage, John Herschel, Richard Jones y William Whewell.
Eran brillantes, bien motivados, que lograron cosas increíbles.
Charles Babbage, conocido por la mayoría en la comunidad TED, inventó la primera calculadora mecánica y el primer prototipo de una computadora moderna.
John Herschel trazó un mapa de las estrellas del hemisferio sur y, en su tiempo libre, co-inventó la fotografía.
Estoy segura de que todos podríamos ser así de productivos si Facebook o Twitter, no nos quitaran nuestro tiempo.
Richard Jones se convirtió en un importante economista que más tarde influyó en Karl Marx.
Y Whewell no sólo acuñó el término científico, así como las palabras ánodo, cátodo e ión, sino también lideró la gran ciencia internacional con su investigación global de las mareas en los inviernos de 1812 y 1813 en Cambridge.
Los cuatro se reunieron en lo que llamaban desayunos filosóficos.
Hablaban de la ciencia y de la necesidad de una nueva revolución científica.
Sentían que la ciencia se había estancado desde los días de la revolución científica, que había sucedido en el siglo XVII.
Era el momento para una nueva revolución, que se comprometieron a llevar a cabo, y lo que es tan sorprendente acerca de estos muchachos, es que, no solo tuvieron estos grandiosos sueños estudiantiles, sino que de hecho los llevaron a cabo, incluso más allá de sus ideales más disparatados.
Hoy voy a contarles de los cuatro principales cambios que estos hombres hicieron en la ciencia.
Alrededor de 200 años antes, Francis Bacon y luego, Isaac Newton, habían propuesto un método científico inductivo.
Ese es un método que comienza con observaciones y experimentos y se mueve hacia generalizaciones acerca de la naturaleza, llamadas leyes naturales, que siempre están sujetas a revisión y rechazo si se presenta alguna nueva evidencia.
Sin embargo, en 1809, David Ricardo enturbió esta teoría argumentando que la ciencia económica debería usar un método diferente, uno deductivo.
El problema era que un grupo influyente en Oxford comenzó a alegar que, ya que había funcionado tan bien en economía, este método deductivo debería ser aplicado también a las ciencias naturales.
Los miembros del club del desayuno filosófico no estaban de acuerdo.
Escribieron libros y artículos promoviendo el método inductivo en todas las ciencias y los leyeron muchísimos filósofos naturales, estudiantes universitarios y gente del público.
Leer un libro de Herschel fue un momento muy decisivo para Charles Darwin quIen más tarde diría: «Casi nada en mi vida hizo una impresión tan profunda en mí.
Me hizo desear añadir mis fuerzas al depósito acumulado de conocimiento natural».
También le dio forma al método científico de Darwin, así como el utilizado por sus pares.
[La ciencia para el bien común.] Anteriormente, se creía que el conocimiento científico debía ser utilizado para el bien del rey o de la reina, o para beneficio personal.
Por ejemplo, los capitanes de los barcos tenían que tener información acerca de las mareas con el fin de atracar con seguridad en los puertos.
Las capitanías reunían ese conocimiento y se lo vendían a los capitanes de los barcos.
El club del desayuno filosófico cambió eso, trabajando juntos.
El estudio mundial de Whewell sobre las mareas se tradujo en tablas y mapas de mareas, abiertas al público, que proporcionaban el conocimiento de las capitanías, gratuitamente a todos los capitanes de barco.
Herschel ayudó haciendo observaciones de las mareas en las costas de Sudáfrica, y, como él le confió a Whewell, fue derribado en los muelles durante una violenta marea alta, por su trabajo.
Los cuatro hombres se ayudaron mutuamente en todo sentido.
También presionaron incesantemente al gobierno británico para que financiara la construcción de motores de Babbage, pues creían que estos motores tendrían un gran impacto práctico en la sociedad.
En los días previos a las calculadoras de bolsillo, los números que la mayoría de los profesionales necesitaban — banqueros, agentes de seguros, capitanes de barcos, ingenieros — podían encontrarse en libros de consulta como este, lleno de tablas con cifras.
Estas tablas eran calculadas usando un proceso determinado una y otra vez, por trabajadoras de medio tiempo, conocidos como, y esto es increíble, computadoras.
Eran cálculos realmente difíciles.
Es decir, este almanaque náutico traía las diferencias lunares para todos los meses del año.
Cada mes requería 1.365 cálculos, por lo que estas tablas estaban llenas de errores.
La máquina diferencial de Babbage fue la primera calculadora mecánica ideada para calcular con precisión cualquiera de estas tablas.
En los últimos 20 años se construyeron 2 modelos de su motor por un grupo del Museo de Ciencias de Londres utilizando sus propios planos.
Esta es la computadora en el Museo de Historia de la Computación, en California, y calcula con precisión.
Realmente funciona.
Más tarde, el motor de la máquina analítica de Babbage fue la primera computadora mecánica, en el sentido moderno Tenía una memoria separada y un procesador central.
Era capaz de hacer iteraciones, bifurcaciones condicionales y procesamientos paralelos, y era programable, usando tarjetas perforadas, una idea que Babbage tomó del telar de Jacquard.
Trágicamente, los motores de Babbage nunca se construyeron en su momento porque la mayoría de las personas pensaban que las computadoras no-humanas no tendrían utilidad para las masas.
[Nuevas Instituciones Científicas] Fundada en la época de Bacon, la Royal Society of London fue la sociedad científica más importante en Inglaterra e incluso en todo el mundo.
En el siglo XIX, se había convertido en una especie de club de caballeros poblada principalmente por anticuarios, hombres de letras y de la nobleza.
Los miembros del club del desayuno filosófico ayudaron a formar un número de nuevas sociedades científicas, como la Asociación Británica.
Estas nuevas sociedades requerían que los miembros fueran investigadores activos, que publicaran sus resultados.
Restablecieron la tradición de las Q&A (Preguntas y Respuestas) después de leídos los trabajos científicos, lo cual había sido descontinuado por la Royal Society por ser considerado poco caballeroso.
Y por primera vez, les dieron a las mujeres una oportunidad en el campo de la ciencia.
Se alentó a los miembros a llevar a sus esposas, hijas y hermanas a las reuniones de la Asociación Británica.
Y aunque se esperaba que las mujeres asistieran solamente a las conferencias públicas y a los eventos sociales, como este, también comenzaron a infiltrarse en las sesiones científicas.
La Asociación Británica sería después la primera, de las principales organizaciones nacionales de ciencia en el mundo, en admitir mujeres como miembros.
[Financiación externa para la ciencia] Hasta el siglo XIX, se esperaba que los filósofos naturales pagaran sus equipos y suministros.
De vez en cuando, había premios, como el otorgado a John Harrison en el siglo XVIII, por resolver el llamado problema de la longitud, pero los premios eran otorgados a posteriori, cuando ya lo habían dado todo.
Siguiendo el consejo del club del desayuno filosófico, la Asociación Británica comenzó a usar el dinero extra, generado por las reuniones, para dar financiación para investigaciones en astronomía, mareas, peces fósiles, construcción naval y muchas otras áreas.
Estas becas no solo permitieron que se ocuparan menos hombres adinerados en investigación sino que también instaron a la amplia creatividad e innovación en vez de solo intentar resolver preguntas preestablecidas.
Finalmente, la Royal Society, y las sociedades científicas de otros países, siguieron el ejemplo, y esto se ha convertido, por suerte, en una parte importante del panorama científico actual.
El club del desayuno filosófico ayudó a inventar el científico moderno.
Esa es la parte heroica de su historia.
Hay también otra cara de la moneda.
No previeron al menos una de las consecuencias de su revolución.
Ellos habrían estado profundamente consternados por la disyunción de hoy entre la ciencia y el resto de la cultura.
Es impactante darse cuenta que sólo el 28% de los adultos estadounidenses tienen apenas un nivel muy básico de cultura científica.
Esto se comprobó mediante preguntas simples como, «¿Vivieron los seres humanos y los dinosaurios en la Tierra al mismo tiempo?» y «¿Qué proporción de la Tierra está cubierta de agua?» Una vez que los científicos se hacen miembros de un grupo profesional, son lentamente aislados del resto de nosotros.
Esta es la consecuencia no deseada de la revolución que comenzó con nuestros cuatro amigos.
Charles Darwin dijo: «A veces pienso que las publicaciones generales y populares son casi tan importantes para el progreso de la ciencia, como la obra original».
De hecho, «El Origen de las Especies», fue escrito para un público general y popular, y fue ampliamente leído cuando apareció por primera vez.
Darwin sabía lo que parece que hemos olvidado, que la ciencia no es sólo para los científicos.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/laura_snyder_the_philosophical_breakfast_club/