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Charla «Lauren Zalaznick: La conciencia de la televisión» de TEDWomen 2010 en español.
La ejecutiva de TV Lauren Zalaznick nos hace reflexionar sobre la televisión masiva. Para ello, nos muestra los resultados de un estudio audaz que registra las actitudes detrás de los índices de audiencia televisiva en más de cinco décadas. En esta retrospectiva nos presenta la televisión como reflejo de lo que realmente somos y en formas que no nos esperábamos.
- Autor/a de la charla: Lauren Zalaznick
- Fecha de grabación: 2010-12-03
- Fecha de publicación: 2011-09-16
- Duración de «Lauren Zalaznick: La conciencia de la televisión»: 792 segundos
Traducción de «Lauren Zalaznick: La conciencia de la televisión» en español.
Debo decirles que, realmente después de estos increíbles discursos e ideas difundidas, estoy en la incómoda posición de estar aquí hoy para hablarles de la televisión.
Casi todo el mundo ve TV.
Nos gusta.
Nos gustan algunos de sus programas.
Aquí en Estados Unidos a la gente le encanta la TV.
El estadounidense promedio ve TV durante casi 5 horas al día.
Bueno, ocurre que actualmente me gano la vida en la TV, así que para mí eso es algo bueno.
Pero a mucha gente no le gusta tanto.
Hay quienes, de hecho, la desaprueban.
Dicen que es algo estúpido y cosas peores, créanme.
Mi madre creció llamándola la «caja tonta».
Pero hoy mi idea no es debatir si existe tal cosa como una buena o mala TV, sino decirles que creo que la TV tiene una conciencia.
La razón por la que lo creo es porque realmente considero que la TV refleja directamente las necesidades morales, políticas, sociales y emocionales de una nación; ya que la TV es la forma en que difundimos el conjunto de nuestro sistema de valores.
Todo esto es exclusivo de los humanos y se suma a nuestra idea de la conciencia.
Hoy no se habla de TV buena o mala sino de la que tiene más popularidad, de los 10 programas de mayor audiencia del índice de Nielsen a lo largo de 50 años.
Se habla de cómo este índice de audiencia refleja no solo lo que ya sabemos – la idea de un inconsciente social y colectivo– sino cómo estos 10 programas de mayor audiencia en más de 50 años reflejan el concepto de una conciencia social colectiva.
Cómo evoluciona la TV con el tiempo y qué dice esto de nuestra sociedad.
Ahora, hablando de evolución probablemente recuerden que según la biología básica, el reino animal, incluyendo a los humanos, tiene cuatro instintos primarios básicos: el hambre, el deseo sexual, el poder y el impulso de poseer.
Es importante recordar que como seres humanos hemos evolucionado.
Con el tiempo hemos llegado a atenuar o dominar estos instintos animales básicos.
Tenemos la capacidad de reír y de llorar.
Sentimos temor, lástima.
Y eso es distinto y aparte del reino animal.
Otro aspecto de los seres humanos es que nos gusta divertirnos.
Nos encanta ver TV.
Esto es algo que claramente nos separa del reino animal.
A los animales les puede gustar jugar, pero no les gusta mirar.
Así que tuve la ambición de descubrir qué podría entenderse a partir de esta relación humana única entre los programas de TV y la conciencia humana.
¿Por qué la TV de entretenimiento ha evolucionado de esa forma? Me parece que es como la caricatura del diablo o del ángel sentado sobre nuestros hombros.
¿Será que la TV funciona literalmente como nuestra conciencia que nos tienta y nos gratifica al mismo tiempo? Así que para empezar a responder a estas preguntas realizamos un estudio de investigación.
Fuimos 50 años atrás a la temporada televisiva de 1959-1960.
Estudiamos los 20 programas de mayor audiencia del Nielsen para cada año en 50 años; unos mil programas.
Hablamos con más de 3 000 personas, casi 3 600, entre 18 y 70 años de edad y les preguntamos cómo se sintieron emocionalmente.
¿Cómo se sintieron viendo cada uno de esos programas? ¿Tuvieron una sensación de ambigüedad moral? ¿Sintieron indignación? ¿Se rieron? ¿Qué significó esto para ellos? Debo aclarar para nuestra audiencia global de TED, que esto fue una muestra de los EE.
UU.
Pero como pueden ver, estos estados de necesidad emocionales son universales.
Se sabe por datos objetivos que más del 80 % de los programas más populares de los EE.
UU.
se exportan a todo el mundo.
Así que esperamos que nuestra audiencia global pueda sentirse identificada.
Tengo que agradecer a 2 personas antes de ver la primera diapositiva: por inspirarme para siquiera pensar en la idea de conciencia y de los trucos que la conciencia puede jugar con nosotros a diario, agradezco al legendario rabino Jack Stern.
Y por la forma en que voy a presentar los datos, quiero agradecer a Hans Rosling, superestrella de la comunidad de TED, a quien probablemente acaban de ver.
Bien, aquí vamos.
Aquí pueden ver de 1960 al 2010, los 50 años de nuestro estudio.
Hay 2 criterios con los que vamos a comenzar: la inspiración y la ambigüedad moral.
Para este propósito, definimos la inspiración como los programas de TV que nos elevan, que nos hacen ver el mundo de manera mucho más positiva.
La ambigüedad moral se muestra en los programas en los que no discernimos la diferencia entre el bien y el mal.
Al comienzo, vemos que en 1960 la inspiración se mantiene estable.
Es la razón por la que se ve TV.
La ambigüedad moral empieza a subir.
Justo al final de los años 60 la ambigüedad moral sube y la inspiración está casi cuesta abajo.
¿Por qué? La crisis de los misiles cubanos, JFK es asesinado, el movimiento por los derechos civiles, los disturbios raciales, la guerra de Vietnam, Martin Luther King y Bobby Kennedy son asesinados, Watergate.
Miren lo que pasa.
En 1970 la inspiración se desploma.
La ambigüedad moral remonta.
Se cruzan, pero Ronald Reagan, un presidente telegénico, accede al poder.
Está tratando de recuperarse.
Pero miren, no se puede: el sida, el escándalo Irán-Contra, el desastre del Challenger, Chernóbil.
La ambigüedad moral se convierte en el elemento cultural dominante de la TV en 1990 y en los 20 años siguientes.
Veamos esto.
Este gráfico documenta una tendencia muy similar.
Pero en este caso, tenemos la felicidad –la burbuja en rojo– el comentario social y la irreverencia en azul y verde.
Esta vez en la TV tenemos las series «Bonanza», «La ley del revólver (Gunsmoke)» y «Andy Griffith»; todos ellos programas nacionales sobre felicidad.
Esto va en aumento.
La felicidad lo ocupa todo.
La irreverencia comienza a subir.
Y de pronto el comentario social va de subida.
Llegamos a 1969 y miren lo que pasa.
Vemos que la felicidad, la irreverencia y el comentario social no solo se disputan nuestra sociedad, sino que, literalmente, se mantienen en 2 series: «La ley del revólver» y «El recluta Gomer Pyle» que en 1969 ocupan el segundo y el tercer lugar en popularidad en la TV.
¿Quién ocupa el primer lugar? El programa hippie socialmente irreverente «Rowan and Martin’s Laugh-In».
Todos conviven.
Los espectadores han respondido de manera notable.
Veamos esta subida en la pantalla en 1966 con un programa indicador de tendencias.
Cuando escuchen en esta industria: “éxito sin precedentes” ¿qué significa eso? En la temporada televisiva de 1966 eso significa que la serie «Los hermanos Smothers» surgió de la nada.
Ese fue el primer programa que permitió a los espectadores decir: «Dios mío ¿puedo decir lo que pienso de la guerra de Vietnam o de la presidencia en la TV?».
Eso es lo que queremos decir con un programa sin precedentes.
Al igual que en el gráfico anterior, miren lo que pasa.
En 1970 ese esquema se desploma.
La comodidad deja de ser la razón por la que vemos TV.
La crítica social y la irreverencia suben a lo largo de los años 70.
Ahora miren esto: ¿Quién marcó los años 70? Norman Lear.
Tenemos «Todo en familia», «Sanford and Son» y el programa más popular –en los 10 primeros lugares en toda la década del 70– «MAS*H».
En los 50 años de TV que hemos estudiado 7 de 10 programas que debieron su popularidad a la irreverencia aparecieron durante la guerra de Vietnam, 5 de los 10 más populares durante la administración Nixon.
Recién una generación después, 20 años más tarde, hemos descubierto que: ¡vaya! ¿la TV puede hacer esto? ¿me puede hacer sentir así? ¿me puede cambiar? A Uds.
que son una audiencia muy astuta, también quiero resaltarles que esta gente digital no inventó la problemática.
Archie Bunker fue empujado fuera de su sillón junto con el resto de nosotros hace 40 años.
Este es un gráfico rápido.
Aquí hay otro atributo: la fantasía y la imaginación que son programas que se caracterizan por: «sacarnos de la realidad cotidiana» y «hacernos sentir mejor».
Que hicieron contrapeso al punto rojo, el desempleo, que es una simple cifra estadística del Departamento de Trabajo.
Veremos que cada vez que un programa de fantasía e imaginación sube coincide con un aumento en el desempleo.
¿Queremos ver programas de gente que tiene que gastar lo mínimo porque está desempleada? No.
En los años 70 tenemos como indicador a la serie «La mujer biónica» que se disparó a la cima de la popularidad en 1973, seguida por «El hombre nuclear» y «Los ángeles de Charlie».
Hay otro pico en la década de 1980; el repunte de programas sobre control y poder.
¿Qué había en esos programas? Ricos y glamorosos: «Dallas» y «La isla de la fantasía».
Haciendo un contraste increíble de nuestra psique nacional con hechos de la dura realidad como el desempleo.
Aquí tenemos mi gráfico favorito ya que trata de los últimos 20 años.
Sea que estén o no en este negocio, seguramente han oído o leído de la disminución de comedias de situación de 3 cámaras y del aumento de programas de telerrealidad.
Bien, como se dice en el negocio: la X marca el lugar.
En los años 90 –en la burbuja grande del humor– tenemos «Friends», «Frasier», «Cheers» y «Seinfeld».
Todo va bien, la tasa del desempleo es baja.
Pero miren: la X marca el lugar.
En el 2001, en la temporada de TV de setiembre del 2001, el humor sucumbe al juicio por primera vez.
¿Por qué no? En el 2000 tuvimos una elección presidencial decidida por la Corte Suprema.
Ocurrió el estallido de la burbuja tecnológica.
Tuvimos el 11 de setiembre.
El término Ántrax pasó a formar parte del léxico social.
Miren lo que pasa si seguimos adelante.
El internet repunta en el cambio de siglo, los programas de telerrealidad se afianzan.
¿Qué quiere ver la gente en la TV entonces? Pensé que sería algo de venganza o de nostalgia.
Denme algo de consuelo, mi mundo se cae a pedazos.
Pero no, la gente quiere juzgar.
Podemos votar para expulsar a alguien.
Podemos bailar con la hija de Sarah Palin.
Podemos elegir al próximo American Idol.
Estás despedido.
Todo eso es genial, ¿no? Pese a lo radicalmente diferentes que estos programas de TV, de puro entretenimiento, han sido durante los últimos 50 años –¿recuerdan lo que mencioné al comienzo?– mantienen un instinto básico.
Somos animales y necesitamos a nuestras madres.
No ha habido una década de la TV sin una madre de carácter, una madre dominante en la TV.
En la década de 1950: June Cleever en el original programa sobre felicidad «Leave it to Beaver».
Lucille Ball nos hizo reír durante el auge de la conciencia social en los años 60.
Maude Findlay, el epítome de la irreverencia en la década de 1970, trató temas como el aborto, el divorcio, e incluso la menopausia en la TV.
En la década de 1980 llegó nuestra primera “asaltacunas” bajo el aspecto de Alexis Carrington.
Murphy Brown tuvo que vérselas con un vicepresidente cuando asumió la idea de ser madre soltera.
La madre de nuestra era es Bree Van de Kamp.
Ahora no sé si esto es un diablo o un ángel sentado en nuestra conciencia, sobre el televisor, solo sé que me encanta esta imagen.
Así que a todos ustedes señoras y señores de TEDWomen, la audiencia global de TEDWomen, gracias por dejarme presentar la idea sobre la conciencia de la TV.
También quisiera agradecer a los creadores extraordinarios que se levantan todos los días para plasmar sus ideas en nuestras pantallas de TV a lo largo de todos estos años.
Ellos realmente dan vida a la TV, pero somos nosotros como espectadores a través de la conciencia social colectiva, los que le damos o quitamos vida, longevidad y poder.
Muchas gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/lauren_zalaznick_the_conscience_of_television/