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Charla «Lemon Andersen declama «Por favor, no te lleves mis Air Jordans»» de TEDYouth 2011 en español.
¿Mataría por un par de Air Jordans? Lemon Andersen cuenta una historia de alguien que sí lo hizo, recitando un poema de Reg E. Gaines. Estos versos le enseñaron a Lemon que la poesía puede ser algo más que autoexpresión y puede sonar como música cuando le das ritmo y le infundes la grava de las calles de Nueva York de su entorno.
- Autor/a de la charla: Lemon Andersen
- Fecha de grabación: 2011-11-19
- Fecha de publicación: 2012-12-07
- Duración de «Lemon Andersen declama «Por favor, no te lleves mis Air Jordans»»: 535 segundos
Traducción de «Lemon Andersen declama «Por favor, no te lleves mis Air Jordans»» en español.
Mis Air Jordan cuestan cien, con impuestos.
Mi chaqueta dice ‘Raiders’ atrás.
Estoy a la moda, sonrío, luzco malo en verdad; no se trata de ser escuchado, sino de ser visto.
Mi gorra de beisbol Adidas de cuero hace juego con mi falsa mochila Gucci.
(Risas)
Nadie luce mejor que yo pero cuesta dinero, claro que no es gratis, y no tengo trabajo, ni dinero, pero es fácil robar todo esto del centro comercial.
Los padres dicen «no debes», pero sé que debo.
Tengo que hacer lo que pueda para asegurar que luzco bien, y la razón por la que tengo que verme realmente bien, bueno, para decirte la verdad, hombre, no sé por qué.
Supongo que me hace sentir especial dentro.
Cuando uso ropa de estilo no me tengo que ocultar, y pronto tengo que conseguir alguna ropa nueva o mi ego explotará como un globo de 10 céntimos.
Pero la seguridad es fuerte en todas las tiendas.
Cada día hay más y más policías.
Mi grupo se ríe de mí porque uso viejas ropas.
Se acaba la escuela.
El verano está cerca.
Uso Jordans anticuados.
Necesito algo nuevo.
Solo queda una cosa por hacer.
Salgo el viernes, tomo el metro del centro de la ciudad, chequeo mis víctimas de por ahí.
Tal vez tenga suerte y encuentre una presa fácil.
Tengo que conseguir nueva ropa.
No hay otra manera.
Estoy listo y dispuesto.
Empuño mi arma.
Es un asunto serio.
Nada divertido.
Y no puedo tener mi pose risueña.
Robaré algo especial, esperen, ya verán.
Salen de la estación 4 Oeste cerca del parque, hermanos tirando al aro y alguien dice: «¡Eh amigo!
¿Dónde conseguiste los Niks?
» Pensé, «Sí.
Me gustan, me gustan».
Eran unos blanquitos, brillantes, me enceguecieron.
El emblema rojo de Michael parecía que pudieran volar.
Ni una mancha de suciedad.
Los ‘Airs’ eran nuevos.
Tenía mi pistola y sabía exactamente qué hacer.
Esperé hasta el momento justo, lo seguí muy de cerca.
Giro a la izquierda en Houston, saqué mi arma, y dije: «¡Dame los Jordan!» Y el tipo intentó correr.
Despegó rápido, no llegó lejos.
Dispararé, ¡’Pum’! El tonto cayó entre dos autos estacionados.
Tosía, lloraba, sangre derramada en la calle.
Le arrebaté los Air Jordans de sus pies.
Al morir allí tendido, todo lo que pudo decir fue, «Por favor, hombre, no te lleves mis Air Jordans».
Uno creería que estaría preocupado de vivir.
Cuando le quité sus zapatillas, había lágrimas en sus ojos.
Al día siguiente, posé en la escuela con mis nuevos Air Jordans, hombre, bien.
Maté por tenerlos, pero bueno, no me importa, porque ahora necesito una nueva chaqueta para usar».
Gracias.
(Aplausos)
Durante los últimos 15 años que he actuado, todo lo que quería era dar a conocer la poesía al mundo.
Verán, no fue suficiente para mí con escribir un libro.
No fue suficiente para mí ir a una competencia de poesía, y mientras esas cosas soportan peso, no fue la fuerza impulsora que llevó la pluma al pliego.
El hambre y la sed eran y siguen siendo:
¿Cómo hago que personas que odian la poesía me amen?
Porque yo soy una extensión de mi trabajo, y si me aman, entonces amarán mi trabajo, y si aman mi trabajo, entonces amarán la poesía, y si aman la poesía, habré hecho mi trabajo, que es trascenderla al mundo.
Y, en 1996, encontré la respuesta en los principios en un maestro de la palabra hablada llamado Reg E.
Gaines, que escribió el famoso poema, «Por favor no te lleves mis Air Jordans».
Y lo seguí a todas partes hasta que lo tuve en la habitación, y le leí una de mis obras,
¿y saben qué me dijo?
«Apestas.
¿Sabes cuál es tu problema, amigo?
No lees la poesía de otras personas, y no tienes ninguna subordinación de las métricas verbales a las consideraciones tonales».
(Risas)
Y sigue divagando sobre poesía, estilo y las noches ‘nuyorican’ de los viernes.
Ahora pude haber salido.
Debí haber salido.
O sea, pensé que la poesía era solo autoexpresión.
Yo no sabía que realmente tienes que tener el control creativo.
Pero en lugar de abandonar, lo seguí a todas partes.
Cuando él escribía una obra de Broadway, yo estaba tras la puerta.
Lo despertaba como a las 6:30 para preguntarle quién es el mejor poeta.
Recuerdo haber comido ojos de pez frescos porque me dijo que era bueno para el cerebro.
Entonces un día le dije, «Reg E.,
¿qué es la subordinación de la consideración tonal a la métrica verbal?
»
(Risas)
Y me entregó una tesis impresa en blanco y negro sobre un poeta llamado Etheridge Knight y el carácter oral de la poesía.
Desde ese momento, Reggie dejó de ser el mejor para mí, porque lo que me enseñó Etheridge Knight fue que puedo hacer que mis palabras suenan como música, incluso las pequeñas, los monosílabos, Los sis, peros, ques, las ies mi jerga afroamericana podría oírse muy bien, y desde ahí, empecé a perseguir a Etheridge Knight.
Quería saber qué poetas leyó, y aterricé en un poema llamado [«Dark Prophecy: canto del brillo»], un brindis, que me llevó al escenario más grande que puede tener un poeta: Broadway, bebé.
Y, desde ese momento, aprendí a tirar el micrófono y atacar la poesía con mi cuerpo.
Pero esa no fue la lección más grande haya aprendido.
La mayor lección la aprendí muchos años después cuando fui a Beverly Hills y me encontré con un agente de talento que me miró de arriba a abajo y dijo que no parecía que yo tuviera ninguna experiencia de trabajo en este negocio.
Y le dije: «Escuche, imbécil, Ud.
es un actor fracasado que se hizo agente,
¿y sabe por qué falló como actor?
Porque gente como yo tomó su trabajo.
He viajado desde Cleveland a Essex en East New York, tomé la línea 6 hasta las putas de Hunt Point que estaban en mi camino para dominar el arte del espacio, y la cantidad de uno a infinito de hombre, mujer y niño en la que Ud.
cabría solo allí así que puedo empujarlo contra la pared con mi experiencia.
Las personas compraron boletos a mi experiencia y los usaron como imanes en la nevera para saber que la revolución está cerca, para abastecerse.
Tengo tanta experiencia, que cuando Ud.
fue a una escuela privilegiada para aprender sonetos shakesperianos, yo estaba recibiendo esos golpes.
Yo puedo dominar el choque de «The Crying Game» con el asombro de un niño acusado de víctima del SIDA por un agresor que no sabía que fue su padre quien se lo contagió a mi madre, y eso es doble sentido.
Tengo tanta experiencia que cuando Ud.
fue a la Fell School y todos esos niñitos ricos decidieron patrocinar a un niño que era yo, pero me echaron cuando me encontraron enseñándole a los niñitos cómo robar un par de jeans Lee y llevarlos a VIM.
Quiero ver a Chéjov recuperándolos.
Sanford Meisner fue mi Tío Artie gritando en silencio para sí: «Siempre algo está mal, si nunca nada está bien».
El método de actuación no es más que una mezcla de múltiples personalidades, creyendo que sus propias mentiras son realidad, como en la buena escuela secundaria Kenny diciéndome que querían que fuera policía.
Amigo, vas a la Academia de la Isla de Riker.
Podría hacer que David Mamet psicoanalizara mi ataque sobre el diálogo, Stanislavski fue como un Bruce Lee que patea tu lista de estudiantes sin talento arriba y abajo de Crenshaw.
¿Y qué, tus actores estudiaron teatro de guerrilla en el Rep de Londres?
Te contaré un antiguo secreto chino de Kung Fu de sábado por la tarde.
La tablita no devuelve el golpe.
¿Cree que es difícil para un negro encontrar trabajo en este negocio?
Soy un mulato sospechoso, o sea, soy demasiado negro para ser blanco y demasiado blanco para hacerlo bien.
Olvide el ghetto estadounidense.
He quemado etapas en Soweto, enterrando bebés abortados en campos de arcilla y aún así mantengo una sonrisa en mi rostro, así que cualquier maldición que me lance, vuelva a tu puestucho asistente ‘ve por esto, ve por eso’, cuando salga por esa puerta, cualquier insulto que lance en mi camino, a su madre.
Gracias.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/lemon_andersen_please_don_t_take_my_air_jordans/