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Liz Diller: Una burbuja gigante para el debate – Charla TED2012

Charla «Liz Diller: Una burbuja gigante para el debate» de TED2012 en español.

¿Cómo crear un gran espacio público dentro de un edificio de poca importancia? Liz Diller comparte la historia de la creación de un ambiente acogedor, alegre (incluso, nos atrevemos a decir, sexy) en el museo Hirshhorn en Washington DC.

  • Autor/a de la charla: Liz Diller
  • Fecha de grabación: 2012-03-01
  • Fecha de publicación: 2012-04-30
  • Duración de «Liz Diller: Una burbuja gigante para el debate»: 726 segundos

 

Traducción de «Liz Diller: Una burbuja gigante para el debate» en español.

Tradicionalmente dividimos los espacios entre lo privado y lo público, y sabemos muy bien la diferencia legal entre ambos porque nos hemos vuelto expertos en proteger nuestra propiedad y los espacios privados.

Pero no estamos tan acostumbrados a reconocer los matices de lo público.

¿Qué convierte un espacio público común en un espacio cualitativo? Esto es algo en lo que nuestro estudio ha trabajado durante la última década.

Estamos haciendo esto a través de unos estudios de caso.

Una gran parte de nuestra labor se ha concentrado en transformar esta ruina industrial abandonada en un espacio post-industrial viable que mire hacia adelante y hacia atrás al mismo tiempo.

Otra gran parte de nuestro trabajo se concentra en hacer relevante un lugar que ha perdido sintonía con su tiempo.

Hemos estado trabajando en la democratización del teatro Lincoln Center para un público que por lo general no tiene 300 USD para gastar en una entrada a la ópera.

Es así que hemos estado comiendo, bebiendo, pensando y viviendo el espacio público por bastante tiempo.

Lo que esto nos enseñó es que para hacer un espacio público bueno de verdad, es necesario borrar las distinciones entre arquitectura, urbanismo, diseño de exteriores, de medios, etcétera.

Esto va más allá de la distinción.

Ahora nos dirigimos a Washington D.C.

donde trabajaremos en otra transformación, esta vez para el Museo Hirshhorn, situado en uno de los espacios públicos más venerados en EEUU, el National Mall.

El Mall es un símbolo de la democracia estadounidense.

Y la cosa fantástica es que este símbolo no es una cosa, no es una imagen ni tampoco un artefacto, sino que es un espacio que parece estar definido solo por una hilera de edificios a ambos lados de la calle.

Es un espacio donde los ciudadanos pueden expresar su descontento y demostrar su poder.

Es un lugar donde han tenido lugar momentos clave en la historia estadounidense.

Y han sido tallados para siempre, como la marcha en Washington por el trabajo y la libertad y el gran discurso que dio allí Martin Luther King.

Las protestas de Vietnam, la conmemoración por los fallecidos en la pandemia del SIDA, la marcha por los derechos reproductivos de la mujer, hasta marchas recientes.

El Mall es el mayor escenario cívico para el disenso en este país.

Es sinónimo de libertad de expresión, incluso cuando uno no está seguro de lo que debe decir.

Tal vez sea un lugar para la compasión cívica.

Nosotros creemos que existe una gran desconexión entre el espacio comunicativo y discursivo del Mall y los museos que se ubican en él.

El hecho es que estos museos suelen ser pasivos, son pasivos en la relación entre el museo como el presentador, y la audiencia como receptora de información.

Entonces podemos ver dinosaurios, insectos, colecciones de locomotoras, y todo eso, pero no estamos realmente involucrados; hay alguien que nos habla.

Cuando Richard Koshalek se convirtió en el director del Hirshhorn en 2009, estaba determinado a aprovechar la ubicación privilegiada del museo en este lugar único: la sede del poder de los Estados Unidos.

Mientras que el arte y la política están ligados inherente e implicitamente todo el tiempo, podría existir una relación muy especial que podría ser forjada en este lugar tan único.

La pregunta es: ¿Es posible que el arte pueda introducirse por su cuenta dentro del diálogo político nacional y mundial? ¿Podría el museo ser un agente de diplomacia cultural? Existen más de 180 embajadas en Washington D.C.

Existen más de 500 grupos de discusión.

Debería haber una manera de aprovechar toda esa energía intelectual y global y hacerla fluir hacia y a través del museo.

Debería existir una especie de grupo de cerebros.

Entonces, desde que empezamos a pensar en el Hirshhorn, y a medida que avanzamos en la misión, con Richard y su equipo, éste se ha convertido en su fuerza vital.

Pero más allá de exhibir arte contemporáneo, el Hirshhorn se convertirá en un foro público, un lugar para la discusión de cuestiones artísticas, culturales, políticas y legislativas.

Tendrá el alcance global del Foro Económico Mundial.

Tendrá la interdisciplinariedad de una conferencia TED.

Tendrá la informalidad de una plaza pública.

Para esta nueva iniciativa, el Hirshhorn tendría que expandirse o encontrar un lugar para una estructura contemporánea desplegable.

Aquí está.

Este es el Hirshhorn: un anillo de hormigón de 70 metros de diámetro diseñado en los años 70 por Gordon Bunshaft.

Es descomunal, es silencioso, está aislado, es arrogante, es un desafío para el diseño.

A los arquitectos les encanta odiarlo.

Un punto a su favor es que está elevado del suelo y tiene este vacío, y una especie de núcleo vacío en el espíritu y la fachada de ese estilo corporativo y federal.

Y alrededor de ese espacio, el anillo se compone de galerías.

Es sumamente difícil montar un espectáculo allí.

Cuando el Hirshhorn abrió sus puertas, Ada Luisa Huxstable, crítico del New York Times, eligió sus palabras de manera peculiar: «Neopenitenciario moderno».

«Un monumento mutilado y un Mall mutilado para una colección mutilada».

Casi cuatro décadas más tarde, ¿Cómo se ampliará este edificio para un nuevo programa progresivo? ¿Dónde podría ir? No se puede expandir hacia el Mall.

No hay espacio.

No puede expandir hacia el patio porque ese espacio está ocupado por jardines y esculturas.

Bueno, siempre está el agujero.

Pero, ¿cómo podría aprovechar el espacio de ese agujero sin ser ocultado por su invisibilidad? ¿Cómo podría convertirse en un icono? ¿Qué idioma usaría? El Hirshhorn se sitúa entre las instituciones monumentales del Mall.

La mayoría son neoclásicas, pesadas y opacas, hechas de piedra o de hormigón.

Y la pregunta es: si alguien ocupara ese espacio, ¿cuál sería el material del Mall? Tiene que ser diferente de los edificios que están allí.

Tiene que ser algo totalmente diferente.

Tiene que ser aire.

En nuestra imaginación, tiene que ser luz.

Tiene que ser efímero.

Tiene que ser amorfo.

Y tiene que ser libre.

(Video) Y aquí está la gran idea.

Es un airbag gigante.

Al expandirse toma la forma de su contenedor y rezuma por donde puede, hacia arriba y hacia los lados.

De forma más poética nos gusta pensar que la estructura inhala aire democrático del Mall, para absorberlo.

El antes y después.

Fue apodada por la prensa como «la burbuja».

Este es el salón.

Se trata básicamente de un gran volumen de aire que solo rezuma en toda dirección.

La membrana es translúcida.

Está hecha de fibra de vidrio recubierta de silicona.

Y se infla dos veces al año por un mes.

Esta es la vista desde el interior.

Seguramente se estarán preguntando cómo logramos conseguir la aprobación del gobierno federal.

En realidad, tuvo que ser aprobado por dos organismos.

Uno de ellos existe para preservar la dignidad y la santidad del Mall.

Me ruborizo siempre que muestro esto.

Interpretarlo depende de Uds.

Pero algo que puedo decir es que es una combinación de iconoclastia y adoración.

También hubo algo de interpretación creativa.

La ley de edificios del Congreso de 1910 limita la altura de los edificios en D.C.

a 40 metros, excepto las agujas, torres, cúpulas y alminares.

Esto prácticamente exime los monumentos de la Iglesia y el Estado.

Y la burbuja tiene 46 metros.

Ese es el Panteón junto a ella.

Tiene alrededor de 34 mil metros cúbicos de aire comprimido.

Y entonces lo justificamos diciendo que se trataba de una cúpula.

Así que ahí está, muy señorial, entre todos los majestuosos edificios del Mall.

Y aunque este Hirshhorn no es un lugar muy conocido, es muy importante desde una perspectiva histórica.

Así que no podíamos tocar sus superficies.

No podíamos dejar rastro alguno.

Por lo tanto, la tensamos desde sus bordes y la sostuvimos con cables.

Es un estudio de técnicas de contención, que son realmente muy importantes porque es azotada por el viento constantemente.

Hay un anillo de acero permanente en la parte superior, pero no puede ser visto desde ningún punto del Mall.

También hay algunas restricciones en cuanto a la iluminación.

Brilla desde su interior, es translúcida.

Pero no puede estar más iluminada que el Capitolio o algunos de los monumentos.

Por lo tanto, está bajo la jerarquía de la iluminación.

Se instala en el sitio dos veces al año.

Se baja del camión.

Es erguida.

Y luego se infla con aire a baja presión.

Luego se contiene con los cables.

Y después se afirma con agua en la parte inferior.

Este es un momento muy extraño, cuando la burocracia del Mall nos preguntó cuánto tiempo tomaría la instalación.

Y respondimos: bien, el primer montaje alrededor de una semana.

Realmente conectaron con esa idea.

De ahí en adelante fue un proceso muy simple.

Tengo que decir que realmente no tuvimos tantos obstáculos ni con el gobierno ni las autoridades.

Los obstáculos más difíciles de sortear fueron los de carácter técnico.

Esta es la urdimbre y trama.

Esta es una nube de puntos.

Hay presiones extremas.

Es un edificio muy, muy inusual dado que no existe carga de gravedad, pero hay carga en cada dirección.

Voy a pasar rápidamente estas diapositivas.

Y este es el espacio de acción.

Un interior muy flexible para debates, así como este, pero a la redonda: un espacio luminoso y transformable que se adapta a cada necesidad; espectáculos, películas, instalaciones.

El primer programa será uno sobre el diálogo cultural y la diplomacia organizado en colaboración con el Consejo de Relaciones Exteriores.

Aquí coexisten forma y contenido.

La burbuja es un antimonumento.

Los ideales de la democracia participativa están representados a través de la flexibilidad en lugar de rigidez.

Arte y política ocupan un lugar ambiguo fuera de las paredes del museo, pero dentro del núcleo del museo, se fusiona su aire con el aire democrático del Mall.

Esperamos que la burbuja se infle por primera vez a finales de 2013.

Gracias.

https://www.ted.com/talks/liz_diller_a_new_museum_wing_in_a_giant_bubble/

 

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