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Lo que los doctores pueden aprender el uno del otro – Charla TED@BCG Singapore

Charla «Lo que los doctores pueden aprender el uno del otro» de TED@BCG Singapore en español.

Hospitales diferentes producen resultados diferentes en diversos procedimientos. Solo que los pacientes no conocen los datos, haciendo que elegir a un cirujano sea un juego de adivinanzas de alto riesgo. Stefan Larsson ve lo que pasa cuando los médicos miden y comparten sus resultados en la cirugía de reemplazo de cadera, por ejemplo, para ver qué técnicas están demostrando ser las más eficaces. ¿Podría obtenerse una mejor atención médica —y más barata—, si los médicos aprendieran uno del otro en un circulo de retroalimentación continua? (Filmado en TED@BCG).

  • Autor/a de la charla: Stefan Larsson
  • Fecha de grabación: 2013-10-10
  • Fecha de publicación: 2013-11-14
  • Duración de «Lo que los doctores pueden aprender el uno del otro»: 776 segundos

 

Traducción de «Lo que los doctores pueden aprender el uno del otro» en español.

Cinco años atrás, estaba en un año sabático, y regresé a la facultad de medicina donde estudié.

Vi pacientes reales y me puse la bata blanca por primera vez en 17 años, de hecho desde que me convertí en consultor.

Hubo dos cosas que me sorprendieron durante el mes que pasé allí.

La primera fue que los temas comunes de las discusiones eran presupuestos hospitalarios y reducción de costos, y la segunda, que realmente me molestó, en realidad, fue que varios de los colegas que conocía, antiguos amigos de la escuela de medicina, que yo sabía que eran algunas de las personas más inteligentes, más motivadas, comprometidas y apasionadas que jamás he conocido, muchos de ellos se habían vuelto cínicos, desinteresados, o se habían distanciado de la dirección del hospital.

Así que con este enfoque en la reducción de costos, me pregunté, ¿nos estamos olvidando del paciente? Muchos países que Uds.

representan y de donde yo vengo luchan con el costo de la atención médica.

Es una gran parte de los presupuestos nacionales.

Y muchas diferentes reformas pretenden detener este crecimiento.

En algunos países tenemos largos tiempos de espera de los pacientes para una cirugía.

En otros países, los nuevos medicamentos no son reembolsados, y por lo tanto no llegan a los pacientes.

En varios países, los médicos y las enfermeras son blanco, en cierta medida, de los gobiernos.

Después de todo, las decisiones costosas en la salud son tomadas por los médicos y las enfermeras.

Uno es quien elige una prueba de laboratorio costosa, uno quien decide operar a un paciente viejo y frágil.

Así, limitar el grado de libertad de los médicos, es una manera de mantener los costos bajos.

Y en última instancia, algunos médicos dirán hoy que no tienen la plena libertad para tomar las decisiones que creen que son adecuadas para sus pacientes.

Así que no es de extrañar que algunos de mis colegas se sientan frustrados.

En BCG [Boston Consulting Group], seguimos esto, y nos decimos que esta no puede ser la forma correcta de gestionar la salud.

Dimos un paso atrás y dijimos: «¿Qué es lo que estamos tratando de lograr?» A la larga, en el sistema sanitario, buscamos mejorar la salud de los pacientes, y tenemos que hacerlo con un limitado, o asequible, costo.

Lo llamamos, atención sanitaria basada en valores.

En la pantalla detrás de mí, ven lo que queremos decir por valor: resultados que son importantes para los pacientes en relación con el dinero que gastamos.

Esto fue bellamente descrito en un libro de 2006 de Michael Porter y Elizabeth Teisberg.

En esta foto, tienen a mi suegro rodeado de sus tres hermosas hijas.

Cuando empezamos a hacer nuestra investigación en BCG, decidimos no buscar tanto en los costos, sino mirar en cambio, la calidad, y en la investigación, una de las cosas que vimos que nos asombró fue la variación observada.

Uno compara los hospitales de un país, y encuentra algunos que son muy buenos, pero encuentra un gran número que son infinitamente peores.

Las diferencias fueron drásticas.

Erik, mi suegro, sufre de cáncer de próstata, y probablemente necesite cirugía.

Ahora como vive en Europa, puede elegir ir a Alemania que tiene un sistema de salud de buena reputación.

Si va allí y va al hospital promedio, tiene un riesgo de incontinencia de aproximadamente el 50 %, por lo que tendría que comenzar a usar pañales otra vez.

Es lanzar una moneda.

50 % de riesgo es alto.

Si en cambio va a Hamburgo, y a una clínica llamada Martini-Klinik, el riesgo sería de solo 1 en 20.

Es, o lanzar una moneda o tener un riesgo de 1 en 20.

Es una gran diferencia, una diferencia de 7 veces.

Cuando nos fijamos en muchos hospitales para muchas enfermedades diferentes, vimos estas enormes diferencias.

Pero Uds.

y yo no lo sabemos.

No tenemos los datos.

Y a menudo, los datos en realidad no existen.

Nadie los sabe.

Así que ir al hospital es una lotería.

Ahora, no tiene que ser así.

Hay esperanza.

A finales de los 70, hubo un grupo de cirujanos ortopédicos suecos que se reunió en su congreso anual, y discutieron sobre los diferentes procedimientos que usaban para hacer una cirugía de cadera.

A la izquierda de esta diapositiva, verán una variedad de piezas metálicas, caderas artificiales que utilizarían para alguien que necesite una nueva cadera.

Todos se dieron cuenta de que tenían su manera individual de operar.

Todos argumentaron que, «Mi técnica es la mejor», pero ninguno de ellos lo sabía en realidad y lo admitieron.

Así que se dijeron, «Probablemente tenemos que medir la calidad y así saber y poder aprender de la que es la mejor».

De hecho pasaron dos años debatiendo, «¿Qué es calidad en cirugía de cadera?» «Oh, deberíamos medir esto».

«No, deberíamos medir aquello».

Y finalmente llegaron a un acuerdo.

Y una vez con el acuerdo, empezaron a medir, y a compartir los datos.

Muy rápidamente, encontraron que si ponían cemento en el hueso del paciente antes de poner el eje metálico en realidad duraba mucho más, y la mayoría de los pacientes nunca tendría que ser reoperados en su vida.

Publicaron los datos, y realmente transformaron la práctica clínica en el país.

Todos vieron que esto tenía mucho sentido.

Desde entonces, publican cada año.

Una vez al año, publican la tabla de la liga: ¿Quién es el mejor, quién está en el fondo? Y se visitan unos a otros para tratar de aprender, en un ciclo continuo de mejora.

Por muchos años, los cirujanos de cadera suecos tuvieron los mejores resultados en el mundo, por lo menos entre aquellos que realmente medían, y mucho no medían.

Encuentro este principio realmente fascinante.

Que juntos los médicos estén de acuerdo en qué es la calidad, empiecen a medir, compartan los datos, encuentren quién es el mejor y aprendan de él.

Mejora continua.

Ahora, no es la única parte emocionante.

Eso es llamativo en sí mismo.

Pero si traen la parte del costo de la ecuación, y la miran, resulta que, quienes se han centrado en la calidad, en realidad también tienen los costos más bajos, aunque no haya sido el propósito en primer lugar.

Así que si miran la historia de la cirugía de cadera, verán un estudio realizado hace un par de años donde comparan los EE.

UU.

y Suecia.

Miraron cuántos pacientes habían necesitado volver a operarse en 7 años después de la primera cirugía.

En los EE.

UU., el número fue tres veces más alto que en Suecia.

Tantas cirugías innecesarias, y tanto sufrimiento innecesario para todos los pacientes que fueron operados en ese período de siete años.

Ahora, pueden imaginar cuánto ahorro sería para la sociedad.

Hicimos un estudio donde analizamos datos de la OCDE.

La OCDE da, cada tanto, una mirada a la calidad en salud donde pueden encontrar datos a través de los países miembros.

Los EE.

UU.

tiene, para muchas enfermedades, realmente una calidad que está por debajo de la media en la OCDE.

Ahora, si el sistema de salud estadounidense se centrara más en medir la calidad, y elevar la calidad solo hasta el nivel promedio de la OCDE, ahorraría el pueblo estadounidense 500 mil millones de dólares al año.

Es un 20 % del presupuesto, del presupuesto de salud del país.

Ahora, pueden decir que estos números son fantásticos y es muy lógico, pero, ¿son posibles? Esto sería un cambio de paradigma en la atención médica, y yo diría que no solo se puede hacer, sino que se tiene que hacer.

Los agentes del cambio son los médicos y las enfermeras del sistema sanitario.

En mi práctica como consultor, probablemente conozco un centenar o más de un centenar de médicos, enfermeras y otro personal sanitario cada año.

Lo único que tienen en común es que realmente se preocupan por el logro en términos de calidad para sus pacientes.

Los médicos son, como la mayoría de Uds.

en la audiencia, muy competitivos.

Siempre fueron los mejores de su clase.

Siempre hemos sido los mejores de la clase.

Y si alguien les puede mostrar que el resultado de lo que hacen con sus pacientes no es mejor que lo que hacen los demás, harán lo que sea necesario para mejorar.

Pero la mayoría de ellos no lo sabe.

Pero los médicos tienen otra característica.

En realidad ellos prosperan con el reconocimiento entre pares.

Si un cardiólogo llama a otro cardiólogo en un hospital competidor y debaten sobre por qué ese otro hospital tiene mucho mejores resultados, compartirán.

Compartirán la información sobre cómo mejorar.

Así es, midiendo y creando transparencia, tienen un ciclo de mejora continua, que es lo que muestra esta diapositiva.

Ahora, Uds.

pueden decir que esto es una buena idea, pero no es sólo una idea.

Esto está sucediendo en realidad.

Estamos creando una comunidad global, y una gran comunidad global, donde podremos medir y comparar lo que logramos.

Junto con dos instituciones académicas, Michael Porter de Harvard Business School, y el Instituto Karolinska en Suecia, BCG ha formado algo que llamamos ICHOM.

Pueden pensar que es un estornudo, pero no lo es, es un acrónimo.

Es el Consorcio Internacional para la Medición de los Resultados en Salud.

Nos estamos reuniendo médicos líderes y los pacientes para discutir, enfermedad por enfermedad qué es realmente la calidad, qué debemos medir, y convertirlos en estándares globales.

Ellos han trabajado…

cuatro grupos de trabajo durante el año pasado: cataratas, dolor de espalda, enfermedad coronaria, que es, por ejemplo, ataque al corazón, y cáncer de próstata.

Los cuatro grupos publicarán sus datos en noviembre de este año.

Es la primera vez que se van a estar comparando manzanas con manzanas, no solo dentro de un país, sino entre los países.

Para el año que viene, estamos planeando hacer 8 enfermedades, al año siguiente, 16.

En el plazo de tres años, planeamos haber cubierto el 40 % de la carga de enfermedad.

Comparar manzanas con manzanas.

¿Quién es mejor? ¿Por qué es eso? Hace cinco meses, conduje un taller en el hospital universitario más grande del norte de Europa.

Tienen una nueva presidente, y ella tiene una visión: «Quiero manejar mi gran institución mucho más en calidad, en resultados que son importantes a los pacientes».

Ese día en particular, nos sentamos en un taller junto con los médicos, enfermeras y otro personal, hablando de la leucemia en los niños.

El grupo debatió, cómo podíamos medir la calidad hoy ¿Podemos medirla mejor de lo que lo hacemos? Discutimos, ¿cómo tratamos a los niños?, ¿qué son mejoras importantes? Y hablamos de lo que son los costos para estos pacientes, ¿podemos hacer el tratamiento de una manera más eficiente? Había una energía enorme en la habitación.

Hubo tantas ideas, tanto entusiasmo.

Al final de la reunión, el jefe del departamento, se puso de pie.

Miró al grupo y dijo —primero levantó su mano, se me olvidó— levantó la mano, apretó el puño, y luego dijo al grupo, «Gracias.

Gracias.

Hoy, por fin estamos discutiendo que este hospital lo haga bien».

Mediante la medición de valor en la atención médica, no es solo los costos sino los resultados que importan a los pacientes, hacemos que el personal de los hospitales y en otros lugares en el sistema sanitario no sea un problema sino una parte importante de la solución.

Creo que el valor de medir en salud traerá consigo una revolución, y estoy convencido de que el fundador de la medicina moderna, el griego Hipócrates, que siempre puso al paciente en el centro, sonreiría en su tumba.

Gracias.

(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/stefan_larsson_what_doctors_can_learn_from_each_other/

 

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