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Los argumentos militares para compartir el conocimiento. – Charla TED2014

Charla «Los argumentos militares para compartir el conocimiento.» de TED2014 en español.

Cuando el General Stanley McChrystal comenzó su lucha contra Al Qaeda en 2003, la información y el secreto eran el alma de sus operaciones. Pero al comenzar la guerra no convencional, empezó a pensar que la cultura de mantener la información importante clasificada estaba equivocada y era, en realidad, contraproducente. En una charla corta pero impactante, McChrystal defiende el argumento de compartir activamente el conocimiento.

  • Autor/a de la charla: Stanley McChrystal
  • Fecha de grabación: 2014-03-20
  • Fecha de publicación: 2014-05-07
  • Duración de «Los argumentos militares para compartir el conocimiento.»: 404 segundos

 

Traducción de «Los argumentos militares para compartir el conocimiento.» en español.

Cuando era un joven oficial me decían que siga mis instintos, que sea visceral, pero he aprendido que muchas veces nuestros instintos se equivocan.

En el verano de 2010, hubo una enorme filtración de documentos clasificados que salieron del Pentágono.

Conmovió al mundo, afectó mucho al gobierno de EE.UU.

e hizo que la gente haga muchas preguntas, porque la cantidad de información que se escapó, y las posibles consecuencias, eran importantes.

Una de las primeras preguntas que nos hicimos fue:

¿Por qué un soldado joven había tenido acceso a tanta información?

¿Por qué dejábamos cosas tan delicadas al alcance de alguien relativamente joven?

En el verano de 2003, se me asignó que comandara una fuerza de operaciones especiales que actuó en todo el Medio Oriente para combatir a Al Qaeda.

Trabajamos principalmente en Iraq y teníamos la misión específica de derrotar a Al Qaeda en Iraq.

Pasé allí casi 5 años.

Estábamos abocados a una guerra no convencional, difícil, sangrienta, y que muchas veces se cobraba el precio más caro con gente inocente.

Hicimos todo lo que pudimos para frenar a Al Qaeda y a los combatientes extranjeros que hacían ataques suicidas con bombas, catalizadores de la violencia.

Pusimos a punto nuestras técnicas de combate.

Desarrollamos nuevos equipos, nos tiramos en paracaídas, anduvimos en helicóptero, en botecitos, manejamos, caminamos hacia nuestros objetivos, noche tras noche, para detener la matanza que esta red se proponía.

Sangramos, morimos y matamos para impedir que esa organización desate tanta violencia contra el pueblo iraquí.

Hicimos lo que sabíamos, así fuimos criados, y una de las cosas que sabíamos, que estaba en nuestro ADN, era mantener las cosas en secreto.

Era la seguridad.

Era proteger la información.

Era la idea de que la información era la parte vital que protegería a la gente y la mantendría segura.

Y teníamos la idea de que, como operábamos dentro de nuestras organizaciones, era importante mantener la información en los silos dentro de las organizaciones, en particular solo dar información a personas que habían demostrado que necesitaban saber.

Pero la pregunta surge a menudo:

¿quién necesitaba saber?

¿Quién debía tener la información para hacer esas partes importantes del trabajo que necesitabas?

En un mundo tan estrechamente vinculado, eso es muy difícil de predecir.

Es muy difícil saber quién necesita tener la información y quién no.

Solía tratar con organismos de inteligencia y me quejaba de que no compartían la inteligencia lo suficiente.

Sin inmutarse, me miraban y me decían: «

¿Qué te falta?

»
(Risas)
Yo respondía: «Si lo supiera, no existiría el problema».

Pero entendimos que teníamos que cambiar.

Cambiar nuestra cultura sobre la información.

Teníamos que derribar las paredes.

Teníamos que compartir.

Teníamos que pasar de quién necesita saber a quién no sabe y teníamos que decírselos lo más rápido posible.

Fue un cambio cultural importante para una organización que llevaba lo secreto en su ADN.

Empezamos haciendo cosas, construyendo, no trabajando en las oficinas, derribando muros, trabajando en lo que llamábamos salas de concientización de la situación y, en el verano de 2007, ocurrió algo que demostró esto.

Recopilamos los archivos del personal para las personas que estaban llevando combatientes extranjeros a Iraq.

Cuando obteníamos archivos del personal, lo típico era esconderlos, compartirlos solo con algunos organismos de inteligencia y tratar de actuar con ellos.

Pero cuando hablaba con el oficial de inteligencia, le dije: «

¿Qué hacemos?

» Él dijo: «Bueno, Ud.

los encontró».

«Simplemente puede desclasificarlos».

Yo dije: «Pero,

¿en verdad podemos desclasificarlos?

¿Y si el enemigo se entera?

«.

Me dijo: «Son los archivos de personal de ellos».


(Risas)
Y lo hicimos.

Muchos se enojaron por eso, pero cuando hicimos circular la información, de golpe te das cuenta de que la información solo tiene valor si se la das a quienes tienen la capacidad de hacer algo con ella.

Saber algo no tiene absolutamente ningún valor si no soy la persona que puede en verdad hacer algo mejor porque lo sé.

Como consecuencia, lo que hicimos fue cambiar la idea sobre la información: pasamos de saber es poder a compartir es poder.

Fue el cambio más importante.

Ni las nuevas tácticas, ni las nuevas armas; nada de eso.

Era la idea de que ahora formábamos parte de un equipo en el que la información pasó a ser el vínculo esencial entre nosotros en lugar de una barrera.

Y quiero que todos respiremos profundo y la dejemos salir, porque en nuestras vidas siempre habrá información que se escape y no nos va a gustar.

Alguien dejará que se sepan mis notas de la universidad.

Va a ser una catástrofe.


(Risas)
Pero va a estar bien y les diré que les tengo más miedo a los burócratas que guardan información en el cajón del escritorio o en una caja fuerte que a alguien que filtra información, porque, en definitiva, nos va a ir mejor si compartimos.

Gracias.


(Aplausos)
Helen Walters: No sé si estuviste aquí esta mañana, si pudiste ver a Rick Ledgett, director adjunto de la Agencia de Seguridad Nacional, responderle a la charla de Snowden de comienzos de semana.

Me pregunto:

¿crees que el gobierno de EE.UU.

debería concederle la amnistía a Edward Snowden?

Stanley McChrystal: Me parece que Rick dijo algo muy importante.

La mayoría de nosotros no conocemos todos los hechos.

Creo que esto tiene dos partes.

Edward Snowden puso el foco sobre una necesidad importante que la gente debe comprender.

También tomó un montón de documentos de los que no sabía la importancia que tenía conocerlos, entonces me parece que tenemos que conocer los hechos en este caso antes de emitir juicios apresurados sobre Edward Snowden.

HW: Gracias.

Muchas gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/stanley_mcchrystal_the_military_case_for_sharing_knowledge/

 

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