Saltar al contenido
Deberes escolares » Charlas educativas » ¿Los atletas realmente son más rápidos, más fuertes, mejores? – Charla TED2014

¿Los atletas realmente son más rápidos, más fuertes, mejores? – Charla TED2014

Charla «¿Los atletas realmente son más rápidos, más fuertes, mejores?» de TED2014 en español.

Cuando vemos los logros en el deporte en las últimas décadas, parece que los humanos nos hemos vuelto más rápidos, mejores y más fuertes en casi todos los sentidos. Sin embargo, como David Epstein señala en esta charla maravillosa y anti-intuitiva, podríamos querer descartar la auto-felicitación. Muchos factores están en juego al romperse los récords atléticos, y el desarrollo de nuestros talentos naturales es solo uno de ellos.

  • Autor/a de la charla: David Epstein
  • Fecha de grabación: 2014-03-20
  • Fecha de publicación: 2014-04-29
  • Duración de «¿Los atletas realmente son más rápidos, más fuertes, mejores?»: 893 segundos

 

Traducción de «¿Los atletas realmente son más rápidos, más fuertes, mejores?» en español.

El lema olímpico es «Citius, Altius, Fortius».

Más rápido, más alto, más fuerte.

Y los atletas han cumplido con ese lema; rápidamente.

El ganador del maratón olímpico de 2012 corrió durante 2 horas y 8 minutos.

De haber competido contra el ganador del maratón olímpico de 1904, habría ganado por casi hora y media.

Todos tenemos la sensación de que de alguna manera estamos mejorando como raza humana, progresando inexorablemente, pero no es que nos hayamos convertido en una nueva especie en un siglo.

Entonces,

¿qué está pasando?

Veamos qué hay detrás de esta marcha de progreso atlético.

En 1936, Jesse Owens conquistó el récord mundial en los 100 metros planos.

Si Jesse Owens hubiera competido el año pasado en el campeonato del mundo de los 100 metros, cuando el velocista jamaiquino Usain Bolt llegó a la meta, a Owens todavía le habrían faltado más de 4 metros para llegar.

Eso es mucho para los velocistas.

Para darles una idea de cuánto es, quisiera compartir con Uds.

una demostración creada por el científico deportivo Ross Tucker.

Imaginen el estadio el año pasado en el campeonato mundial de los 100 metros planos, miles de fans esperando con gran expectación para ver a Usain Bolt, el hombre más rápido en la historia; flashes que destellan mientras los 9 hombres más rápidos del mundo se colocan en sus bloques.

Quiero que imaginen que Jesse Owens está compitiendo.

Ahora cierra los ojos por un segundo e imagina la carrera.

¡Bang! Suena el disparo de salida.

Un velocista estadounidense toma la delantera.

Usain Bolt empieza a alcanzarlo.

Usain Bolt lo pasa, y cuando llegan los corredores, se escucha un «beep» cuando cada hombre cruza la meta.

(Sonido de «beep») Ese es el final de la carrera.

Ya pueden abrir sus ojos.

Ese primer «beep» era Usain Bolt.

Ese último «beep» era Jesse Owens.

Escúchenlo de nuevo.

(Sonido de «beep») Si lo ven de esa manera, no es tan grande la diferencia,

¿no?

Consideren que Usain Bolt empezó impulsándose a sí mismo fuera de los bloques por una alfombra especialmente fabricada, diseñada para permitirle viajar lo más rápido humanamente posible.

Jesse Owens, por otra parte, corrió sobre cenizas, cenizas de madera quemada, y esa superficie suave le robó mucha energía de sus piernas mientras corría.

En lugar de bloques, Jesse Owens tuvo una pala de jardinería que usó para cavar hoyos en las cenizas para empezar desde allí.

El análisis biomecánico de la velocidad de las articulaciones de Owens, muestra que de haber corrido sobre la misma superficie que Bolt, no habría estado 4,3 metros atrás, habría estado solo a una zancada.

En lugar del último «beep», Owens hubiera sido el segundo «beep».

Escúchenlo de nuevo.

(Sonido de «beep») Esa es la diferencia que ha marcado la tecnología de la pista, y que se usa en todo el mundo de las carreras.

Consideren una competencia más larga.

En 1954, Sir Roger Bannister se convirtió en el primer hombre en correr la milla en menos de 4 min.

Hoy en día, los universitarios lo hacen cada año.

En raras ocasiones, lo hace un joven de secundaria.

A finales del año pasado, 1314 hombres habían corrido la milla en menos de 4 min, pero al igual que Jesse Owens, Sir Roger Bannister corrió sobre cenizas suaves que le robaron más energía de sus piernas que las pistas sintéticas de hoy.

Así que consulté a expertos en biomecánica para averiguar qué tan lento es correr sobre cenizas en comparación con las pistas sintéticas, y el consenso: es 1,5 % más lento.

Así que si aplican el 1,5 % en desaceleración a cada hombre que corrió en menos de 4 minutos sobre una pista sintética, esto es lo que pasa.

Quedan solo 530.

Si lo ven desde esa perspectiva, menos de 10 hombres nuevos por década están en el club de menos 4 minutos desde Sir Roger Bannister.

530 es mucho más que uno, y en parte es porque más personas entrenan hoy y entrenan más inteligentemente.

Incluso los universitarios son profesionales en su entrenamiento comparados con Sir Roger Bannister, quien entrenaba 45 minutos y se saltaba las clases de ginecología en la escuela de medicina.

Y la persona que ganó el maratón olímpico en 1904 en 3 horas y media, bebía veneno para ratas y brandy mientras corría por el camino.

Esa era su idea de una droga para mejorar el rendimiento.


(Risas)
Claramente, los atletas se han hecho más expertos en las drogas que mejoran el rendimiento, y a veces ha marcado una diferencia en algunos deportes, pero la tecnología ha hecho una diferencia en todos los deportes, de esquís más rápidos a zapatos más ligeros.

Observa el récord de 100 metros en natación estilo libre.

El récord siempre es una tendencia a la baja, y está marcado por estas 3 pendientes.

La primera, en 1956, es la introducción del giro de vuelta.

En lugar de parar y dar la vuelta, los atletas podían hacer una voltereta bajo el agua y salir de inmediato en la dirección opuesta.

La segunda pendiente, la introducción de canaletas al lado de la piscina que permiten que el agua salga, y no haya turbulencia perjudicando a los nadadores en la competencia.

La última pendiente, la introducción de trajes de baño de cuerpo entero y de baja fricción.

En todos los deportes, la tecnología ha cambiado el rostro del desempeño.

En 1972, Eddy Merckx estableció el récord de ciclismo en la distancia más larga recorrida en una hora 49 km y 431 m.

Ese récord ha mejorado constantemente ya que las bicicletas mejoraron y se hicieron más aerodinámicas hasta 1996, cuando se estableció un registro de 56 km 375 m, casi 7 km más de lo que registró Eddy Merckx en 1972.

Pero luego en el año 2000, la Unión Ciclista Internacional decretó que cualquiera que quisiera mantener ese récord tenía que hacerlo esencialmente con el mismo equipo que Eddy Merckx usó en 1972.

¿Cuál es el récord actual?

49 km y 700 m, un total de 269 m más de lo que recorrió Eddy Merckx hace más de 4 décadas.

La mejora de este registro se debe principalmente a la tecnología.

Sin embargo, la tecnología no es el único factor impulsando a los atletas.

A pesar de que no hemos evolucionado en una nueva especie en un siglo, la reserva genética en los deportes competitivos, sin duda ha cambiado.

En la primera mitad del siglo XX, entrenadores e instructores de educación física tenían la idea de que el cuerpo promedio era el mejor para todas las disciplinas deportivas: estatura media, peso medio, para cualquier deporte.

Y se reflejó en los cuerpos de los atletas.

En los años 20, el saltador de altura promedio y el lanzador de bala promedio eran exactamente del mismo tamaño.

Pero a medida que esa idea empezó a desaparecer, científicos del deporte y entrenadores se dieron cuenta de que en vez del cuerpo promedio, se requerían cuerpos altamente calificados para encajar en ciertos nichos del atletismo, ocurrió una forma de selección artificial, una auto-clasificación de cuerpos que se ajustaban a ciertos deportes, y los cuerpos de los atletas se diferenciaron más el uno del otro.

Hoy en día, en vez de tener el mismo tamaño que el saltador de altura, el lanzador de bala es 6,3 cm más alto y casi 59 kg más pesado.

Y esto sucedió en todo el mundo del deporte.

De hecho, si trazan una gráfica de altura en función a la masa un punto por cada dos docenas de deportes en la primera mitad del siglo XX, se ve así.

Hay cierta dispersión, pero se agrupa alrededor de ese tipo de cuerpo promedio.

Entonces esa idea empezó a desaparecer, y al mismo tiempo, la tecnología digital, primero la radio, luego la televisión e Internet, le dieron a millones de personas, o a miles de millones un boleto, para consumir rendimiento deportivo de élite.

El dinero, la fama y la gloria hicieron que los atletas de élite subieran por las nubes, lo que permitió pasar a un pequeño grado superior de rendimiento.

Se aceleró la selección artificial de cuerpos calificados.

Y si se traza un punto para estas mismas dos docenas de deportes hoy, se ve así.

Los cuerpos de los atletas son mucho más diferentes entre sí.

Y ya que esta gráfica se ve como las gráficas que muestran la expansión del universo, con galaxias alejándose unas de otras, los científicos que lo notaron la llaman: «El Big Bang de los tipos de cuerpo».

En los deportes donde la altura es apreciada, como el básquetbol, el tamaño de los atletas ha aumentado.

En 1983, la Asociación de EE.UU.

de básquetbol firmó un innovador acuerdo haciendo a los jugadores socios de la liga, con derecho a los ingresos de las entradas y a los contratos de televisión.

De repente, cualquiera que podía ser jugador de la NBA lo quería ser, y los equipos empezaron a buscar por el mundo los cuerpos que podían ayudarles a ganar campeonatos.

Casi de la noche a la mañana, la proporción de los jugadores de la NBA, que miden por lo menos 2,13 m, se incrementó 10 %.

Hoy en día, 1 de cada 10 jugadores de la NBA mide por lo menos 2,13 m, aunque un hombre de 2,13 m, es increíblemente raro en la población general, tan raro que si conocen a un estadounidense de entre 20 y 40 años que mida por lo menos 2,13 m, hay un 17 % de probabilidad de que sea actualmente un jugador de la NBA.


(Risas)
Es decir, encuentren 6 hombres que de verdad midan 2,13 m, uno de ellos está en la NBA en estos momentos.

No solo por eso los cuerpos de los jugadores de la NBA son únicos.

Este es «El hombre de Vitruvio» de Leonardo da Vinci, las proporciones ideales, con la longitud del brazo igual a la altura.

La longitud de mi brazo es exactamente igual a mi altura.

La suya es probablemente muy similar.

Pero no la de un jugador promedio de la NBA.

El jugador promedio de la NBA mide 2 m, con brazos de 2,13 m de largo.

No solo son ridículamente altos sino también ridículamente largos.

Si Leonardo hubiese dibujado a un jugador de la NBA de Vitruvio, hubiera necesitado un rectángulo y una elipse, no un círculo y un cuadrado.

Así que en los deportes donde se valora la altura, los atletas altos se han vuelto más altos.

Por el contrario, en los deportes donde una estatura diminuta es una ventaja, los atletas pequeños se volvieron más pequeños.

La gimnasta de élite promedio se ha reducido de 1,60 m a 1,45 m en promedio en los últimos 30 años, para mejorar su proporción potencia-peso y poder girar en el aire.

Y mientras los altos son más altos y los pequeños más pequeños, los raros son más raros.

El largo promedio del antebrazo de un jugador de waterpolo con respecto a la totalidad de su brazo ha aumentado, para mejorar la potencia de su lanzamiento.

Y mientras los altos se volvieron más altos, los pequeños más pequeños, y los raros más raros.

En natación, el tipo de cuerpo ideal es un torso largo y piernas cortas.

Es como el casco largo de una canoa para tener velocidad sobre el agua.

Y lo contrario es aconsejable para correr.

Tener piernas largas y un torso corto.

Y esto se nota en los cuerpos de los atletas actualmente.

Aquí pueden ver a Michael Phelps, el mejor nadador de la historia, de pie junto a Hicham El Guerrouj, poseedor del récord mundial de la milla.

Estos atletas tienen una diferencia de altura de casi 18 cm, pero por sus tipos de cuerpo que los favorecen en sus disciplinas, visten pantalones con el mismo largo.

18 cm de diferencia, y tienen la misma longitud en las piernas.

En algunos casos, la búsqueda de cuerpos que pudieran impulsar el rendimiento atlético terminó introduciendo en el mundo competitivo a grupos de personas que no habían competido antes en lo absoluto, como los fondistas kenianos.

Pensamos que los kenianos son grandes maratonistas.

Los kenianos piensan que en la tribu kalenjin hay grandes maratonistas.

Los kalenjin constituyen solo el 12 % de la población de Kenia pero tienen a la gran mayoría de los corredores de élite.

Y resulta que en promedio, tienen una cierta fisiología única: piernas que son muy largas y muy delgadas en sus extremos, y esto es porque sus antepasados vivieron a una latitud muy baja en un clima muy cálido y seco, y una adaptación evolutiva a eso son extremidades muy largas y muy delgadas en los extremos para fines de enfriamiento.

Es la misma razón por la que un radiador tiene bobinas largas: para aumentar la superficie respecto del volumen y que salga el calor, y debido a que la pierna es como un péndulo, mientras más larga y delgada sea en la punta, tendrá más eficiencia energética.

Para poner el éxito de los corredores kalenjin en perspectiva, consideren que 17 hombres estadounidenses en la historia han corrido más rápido de 2 horas y 10 minutos en el maratón.

Eso es un ritmo de 3 minutos y 5 segundos por kilómetro.

32 hombres kalenjin corrieron eso el pasado mes de octubre.


(Risas)
Y provienen de una población del tamaño de la zona metropolitana de Atlanta.

Sin embargo, aun con los cambios tecnológicos y la reserva genética que cambia en los deportes no basta para todos los cambios en el rendimiento.

Los atletas tienen una mentalidad diferente a la de antes.

¿Alguna vez han visto en una película a alguien recibir una descarga eléctrica que es lanzado por la habitación?

No hay una explosión.

Lo que pasa es que el impulso eléctrico causa que todas sus fibras musculares se contraigan al mismo tiempo, y se autoimpulsen.

En esencia, están saltando.

Ese es el poder contenido en el cuerpo humano.

Pero normalmente no podemos acceder a él en su totalidad.

Nuestro cerebro actúa como un limitador, que nos impide acceder a todos nuestros recursos físicos, ya que podríamos hacernos daño, desgarrando tendones o ligamentos.

Pero cuanto más aprendemos sobre cómo funciona ese limitador, más aprendemos cómo detenerlo solo un poco, en algunos casos convenciendo al cerebro de que el cuerpo no estará en peligro mortal si lo llevamos al límite.

Los deportes de resistencia y de ultra-resistencia son un gran ejemplo.

Alguna vez se pensó que la ultraresistencia era dañina para la salud humana, pero ahora nos damos cuenta de que tenemos todos estos rasgos que son perfectos para la ultraresistencia: sin pelos en el cuerpo y un exceso de glándulas sudoríparas que nos mantienen frescos mientras corremos; cinturas estrechas y piernas largas comparadas con nuestro talle; gran superficie en las articulaciones para la absorción de impactos.

Tenemos un arco en el pie, que actúa como un resorte, dedos de los pies, cortos, mejores para impulsar que para agarrar ramas de árbol, y cuando corremos, podemos mover el torso y los hombros, así, mientras mantenemos la cabeza recta.

Nuestros primos los primates no pueden hacerlo.

Tienen que correr así.

Y tenemos grandes músculos en los glúteos que nos mantienen rectos mientras corremos.

¿Alguna vez han visto el trasero de un simio?

No tienen glúteos porque no corren en posición vertical.

Y como los atletas han notado que somos perfectamente adecuados para la ultraresistencia, han realizado hazañas que antes hubieran sido impensables, atletas como el corredor de resistencia español Kilian Jornet.

Este es Kilian corriendo en el Matterhorn.


(Risas)
Con una sudadera atada a la cintura.

Es tan empinado que ni siquiera puede correr ahí.

Está tirando de una cuerda.

Se trata de un ascenso vertical de más de 2400 metros, y Kilian subió y bajo en menos de 3 horas.

Increíble.

Y a pesar de lo talentoso que es, Kilian no es un fenómeno fisiológico.

Ahora que ha logrado esto, otros atletas lo seguirán, al igual que otros atletas siguieron a Sir Roger Bannister corriendo la milla en menos de 4 min.

Los cambios en la tecnología, en los genes, y una mentalidad cambiante.

La innovación en el deporte, ya sean nuevas superficies en las pistas o nuevas técnicas de natación, la democratización del deporte, la propagación de nuevos cuerpos en las nuevas poblaciones de todo el mundo, la imaginación en el deporte, y saber lo que el cuerpo humano es verdaderamente capaz de hacer, han conspirado para hacer a los atletas más fuertes, más rápidos, más audaces, y mejores que nunca.

Muchas gracias.


(Aplausos)

https://www.ted.com/talks/david_epstein_are_athletes_really_getting_faster_better_stronger/

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *