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Charla «Los médicos, enfermeros y trabajadores humanitarios en la reconstrucción de Siria» de TED2018 en español.
Los trabajadores humanitarios locales son faros que iluminan en la oscuridad de la guerra, dice Rola Hallam, trabajadora humanitaria, emprendedora y miembro destacada de la comunidad TED. Hallam trabaja para ayudar a los socorristas que hacen su labor en comunidades devastadas como las de Siria, donde la destrucción de la asistencia sanitaria es utilizada como arma de guerra. Una de sus campañas logró concretar el primer proyecto a nivel mundial: un hospital financiado con fondos colectivos. Desde su inauguración en 2017, el hospital –oportunamente llamado «Hospital de la Esperanza– ha atendido a miles de niños. «Los trabajadores humanitarios locales tienen la valentía de continuar, de sacudirse el polvo de las ruinas y volver a empezar, arriesgando la vida para salvar a otros», dice Hallam. «Podemos ir a la par de ese coraje tratando de no mirar a un lado, de no volver la espalda».
- Autor/a de la charla: Rola Hallam
- Fecha de grabación: 2018-04-10
- Fecha de publicación: 2018-05-15
- Duración de «Los médicos, enfermeros y trabajadores humanitarios en la reconstrucción de Siria»: 427 segundos
Traducción de «Los médicos, enfermeros y trabajadores humanitarios en la reconstrucción de Siria» en español.
«Cinco hospitales fueron bombardeados en Alepo».
Este fue el mensaje de texto que recibí una oscura noche de invierno en noviembre de 2016.
Uno de ellos era un hospital de niños manejado por mis colegas sirios de la IDA, la Asociación de Médicos Independientes.
Era la sexta vez que lo bombardeaban.
Vi con espanto la filmación desgarradora en la que Malak, la enfermera a cargo, sacaba, luego del bombardeo, a los bebés prematuros de sus incubadoras, desesperada por llevarlos a un lugar seguro, antes de estallar en llanto.
Fue devastador para mí.
Junto con mis compañeros de trabajo humanitario, habíamos dejado sangre, sudor y lágrimas para reconstruir los hospitales y para que nuestros pacientes vivan, no que mueran.
Y a través de este trabajo, descubrí algo.
El motivo por el que la gente sobrevive en una crisis es por el gran trabajo de la misma gente que atraviesa esa crisis.
La gente sobrevive gracias a los médicos del lugar, los enfermeros y el personal humanitario que pertenecen al núcleo mismo de la comunidad afectada.
Son personas que se atreven a trabajar donde otras no pueden o no quieren.
La gente sobrevive gracias a personas como Malak, quien, a pesar de sufrir una seria lesión por quemadura en cumplimiento de su deber, lo primero que hizo en cuanto recibió el alta del hospital fue volver a dedicarse al cuidado de los niños.
Entre las ruinas de la muerte y la destrucción, afloran los seres humanos más nobles y valientes.
Los trabajadores humanitarios del lugar son el faro que ilumina en la oscuridad de la guerra.
Ahora bien, los datos indican que las organizaciones sirias realizan el 75 % del trabajo humanitario en Siria.
Sin embargo, el país les asigna el 0,3 % de su presupuesto para asistencia.
Y lo peor es que lo mismo ocurre en todas las crisis del mundo.
He visto esta realidad con mis propios ojos.
Significa que quienes tienen el saber, la experiencia y la capacidad para actuar en el frente de batalla no cuentan con las herramientas, ni con el equipo, ni con los recursos necesarios para salvar vidas.
Significa que grupos como la IDA carecen de fondos para reconstruir su hospital.
El sistema humanitario está defraudando a las comunidades más vulnerables en su momento más duro.
Cuando recibí ese mensaje, estaba en el receso sabático de mi actividad médica, abocada a la fundación de ‘CanDo’, una empresa destinada a solucionar este desequilibrio y ayudar a los socorristas locales a brindar atención médica a sus comunidades devastadas por la guerra.
El modelo que pensamos era muy sencillo: armar grupos de impacto a nivel local, que sean de nuestra confianza, apoyar su desarrollo a través de un programa acelerador y conectarlos con Uds.
mediante nuestra plataforma de financiación colectiva para recaudar fondos destinados a cubrir necesidades sanitarias.
Cuando la IDA pidió ayuda, decidí lanzar ‘CanDo’ siete meses antes, con muy poco dinero, y muchos, incluso yo misma, pensaron que había perdido el juicio.
Quería hacer algo que transformara nuestra ira colectiva en algo bello.
Y así fue como nació el Convoy de los Pueblos.
Era una campaña global de financiación colectiva para que la IDA pudiese reconstruir totalmente el hospital de niños y, si lo lograban, nosotros llevaríamos el equipamiento médico desde Londres hasta la frontera siria.
Y lo hicimos.
Miles de personas de todo el mundo llegaron para concretar un proyecto pionero: construir el primer hospital financiado con fondos colectivos.
La ubicación fue cuidadosamente elegida por los expertos locales, la IDA, en un lugar que ellos consideraban seguro y que pudiera atender a la mayor cantidad de niños desplazados.
La IDA quedó tan conmovida con la respuesta de la gente que lo llamaron «Hospital de la Esperanza».
Fue inaugurado hace exactamente un año, y han atendido a 15 000 niños.
(Aplausos) Es posible brindar atención de emergencia en los sitios más inestables del mundo.
El sistema debe cambiar, y el cambio empieza por nosotros, por compartir una nueva visión humanitaria en la que todos, ciudadanos del mundo capacitados, con experiencia y recursos, trabajemos codo a codo con los socorristas locales; una visión en la que todos seamos ayudantes humanitarios, y pongamos los recursos necesarios en manos de quienes más los necesitan y están en mejores condiciones de usarlos de manera eficaz y eficiente.
Debemos apoyar a quienes no solo salvan vidas ahora, sino que también curarán las heridas de sus comunidades una vez que el conflicto finalice.
Los trabajadores humanitarios tienen el valor de continuar, de sacudirse el polvo de las ruinas y volver a empezar, arriesgando la vida para salvar a otros.
Y nosotros podemos ir a la par de ese coraje tratando de no mirar a un costado, de no volver la espalda, ayudando a quienes se están ayudando a sí mismos, y así, juntos, salvar más vidas.
Gracias.
(Aplausos) (Ovación) (Aplausos) Shoham Arad: Acércate, por favor.
¿Por qué bombardean hospitales? Rola Hallam: Buena pregunta.
Los Médicos por los Derechos Humanos registraron casi 500 ataques a hospitales y más de 800 muertes entre el personal médico —más del 90 % a manos del régimen sirio— y dicen que es parte de un blanco sistemático para destruir la asistencia sanitaria y utilizarla como arma de guerra.
Y el tema es que no se trata solo de un problema nuestro.
También lo es de Uds., y de todos, porque exacerba la situación de los refugiados cuando se tiene un sistema de asistencia sanitaria diezmado.
Significa que el próximo epicentro del tipo del ébola será Siria.
Y, lamentablemente, sienta un precedente muy peligroso que torna peligroso a cualquier hospital del mundo, y no debería ser así.
SA: De modo que no es solo una cuestión de dinero.
‘CanDo’ no gira en torno al dinero.
Dime qué significa para ti que 5000 personas de todo el mundo hayan aportado 350 000 dólares para construir el Hospital de la Esperanza.
RH: Creo que la respuesta está en la palabra «esperanza».
Quienes hicieron su donación renovaron su fe en la humanidad, sabiendo que había personas como las de la IDA y como esos médicos que mostraban la mejor cara de la humanidad.
Era una demostración de absoluta reciprocidad.
La IDA, estas personas sirias y muchas personas en lugares de conflicto, se sienten dejadas de lado e ignoradas.
Y ven las cosas a través del prisma del gobierno, de manera que cuando ven que el gobierno no actúa creen que ningún ciudadano se interesa por ellos.
De manera que cuando ven esa demostración, se renueva de verdad la fe de todos en la humanidad.
SA: Gracias, Rola.
RH: Gracias.
SH: Gracias por todo.
(Aplausos)
https://www.ted.com/talks/rola_hallam_the_doctors_nurses_and_aid_workers_rebuilding_syria/